CARACTERIZACIÓN DEL INVESTIGADOR CIENTÍFICO UNIVERSITARIO
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
El investigador
científico universitario es el profesional que tiene valiosas cualidades,
algunas son innatas y otras adquiridas mediante la educación y
la instrucción e incluso a través de las experiencias que trascurren a lo largo
de su vida.
Características generales
Son características
generales del investigador científico universitario las siguientes:
a.
Amor por
la verdad, el saber, la ciencia, la cultura y la investigación.
b.
Concentración
del pensamiento en la investigación a desarrollar.
c.
Perseverancia
en el pensamiento y en la acción hasta conseguir los objetivos, fines y metas trazados
en los proyectos de investigación.
d.
Curiosidad
por observar los indicios de irregularidad.
e.
Entusiasmo
e iniciativa en todo momento, lugar o circunstancia.
f.
Intrepidez.
g.
Paciencia,
calma y buen humor.
h.
Rigurosidad
científica o atención al detalle.
i.
Tenacidad.
j.
Predisposición
a trabajar en equipo funcional y multidisciplinario.
k.
Voluntad
o “fuerza espiritual”.
En lo académico:
En lo académico el investigador científico
universitario reviste las características que siguen:
a.
Conocimiento
de la metodología científica (métodos, técnicas e instrumentos de investigación).
b.
Conocimiento
del significado, alcance y trascendencia de la ciencia que profesa.
c.
Hábito
permanente por el estudio y la investigación científica.
d.
Conocimiento
a fondo de los aspectos de la materia que ha elegido para realizar un trabajo
de investigación científica.
e.
Está
liberado de prejuicios, dogmas e intereses subalternos.
f.
Está
provisto de voluntad tenaz para investigar seriamente y con independencia de
criterio y rigurosidad científica.
g.
Tiene
buena memoria, imaginación creadora, capacidad de concentración y atención,
estabilidad nerviosa y anhelo de originalidad en el pensamiento y la acción.
h.
Tiene un
nivel académico de calidad en maestría, doctorado o post doctorado.
i.
Tiene los
necesarios y suficientes conocimientos y la experiencia para formular
alternativas de solución a los problemas que investiga.
Capacidades:
Cultiva y desarrolla
varios tipos de capacidades:
a.
Capacidad
de observación.
b.
Capacidad
comunicativa.
c.
Capacidad
de planificación y de previsión.
d.
Capacidad
para asumir riesgos.
e.
Capacidad
para llevar adelante la investigación original, de manera in-
dependiente
o en equipo de trabajo.
f.
Capacidad
para sistematizar sus pensamientos y organizar sus activida-
des de
investigación.
g.
Capacidad
de autocrítica, con el fin de reconocer y corregir a tiempo los posibles
errores que podría cometer.
h.
Capacidad
de organización y de sistematización de datos. Todos los integrantes de un
equipo de investigación deben conocer detalladamente lo que tienen que hacer
durante el proceso y el desarrollo de la investigación, a la vez que aplicar
las mismas definiciones y los mismos criterios a todos los participantes y
actuar de forma idéntica ante cualquier duda sobre la base de un protocolo de
investigación en el que se especifica los pasos a seguir y los detalles del
estudio.
Cualidades morales:
El investigador
científico universitario demuestra tener las cualidades morales siguientes:
a.
Espíritu
de justicia y de bien social.
b.
Honestidad
intelectual.
c.
Independencia
de criterio.
d.
Imparcialidad.
e.
Lealtad.
f.
Respeto a
la dignidad de las personas.
g.
Responsabilidad.
h.
Sensibilidad
social.
i.
Ánimo de
aportar conocimiento relevante y útil a la sociedad.
En
lo actitudinal:
a. Cuenta con disciplina, persistencia y
perseverancia en el trabajo.
b. Demuestra actitudes de orden cognoscitivo,
reflexivo, objetivo y moral, en el acopio de datos y en la organización de las
actividades de su trabajo mediante planes de investigación y riguroso seguimiento, desde el principio
hasta el fin.
Expliquemos las actitudes cognoscitiva,
reflexiva y objetiva.
Actitud
cognoscitiva. Ante lo
desconocido demuestra curiosidad y ansia de saber y de descubrimiento; demuestra
actitud abierta al proceso de conocer y disposición de aprender e investigar
sobre la esencia y la verdad de las cosas, hechos, fenómenos, situaciones o
problemas de diversa naturaleza y complejidad.
Actitud
reflexiva. Actúa con
pensamiento crítico, sentido crítico y espíritu autocrítico y crítico en el
análisis de las fuentes, aplicación de los métodos y técnicas de investigación
y en la detección y selección de los problemas de investigación, con el fin de
estar en condiciones de realizar aportes personales y proponer enfoques de
impacto a futuras investigaciones.
“El buen investigador es autocrítico,- señalan
María de los Ángeles Fernández y Julio del Valle- Sabe que, aunque su investigación haya podido
arrojar resultados que respalden su hipótesis, siempre es posible que una próxima
investigación produzca resultados distintos, por lo que ninguna hipótesis puede
ser absolutamente demostrada o comprobada de forma definitiva. Siempre podría
ser el siguiente resultado el que revele que la explicación propuesta, aunque
hasta ahora validada, no funciona de forma suficiente para brindar una
explicación suficientemente adecuada de la realidad en su conjunto...El buen
investigador sabe que sus métodos pueden ser perfectibles, sus hipótesis más
explicativas, sus explicaciones o interpretaciones de los resultados obtenidos
más pertinentes, etcétera. En ese sentido, es consciente de la perfectibilidad
de sus acciones: siempre es posible informarse un poco más, diseñar un método
de indagación un poco más preciso o adecuado, ir un poco más allá en sus
indagaciones, entre otros; y, sin embargo, esta conciencia no lo paralizará
sino que lo motivará a hacer cada vez mejor las cosas”.[1]
Actitud
objetiva. Demuestra
disposición positiva y optimista para
estudiar y enfocar las fuentes de conocimiento tal como ocurren en la realidad.
Autocontrol:
Practica el
autocontrol de sus sentimientos, emociones, pensamientos, carácter y
personalidad.
Autonomía:
Tiene la capacidad
suficiente para pensar y actuar libremente y de relacionarse con los
integrantes de su equipo de investigación de manera óptima y provechosa.
Coherencia:
Es congruente y
coherente entre lo que piensa, dice y hace sobre el hecho observado y que es
materia de investigación.
Disponibilidad horaria:
Dispone de tiempo suficiente
para generar conocimientos nuevos, toda vez que los grandes inventos y
descubrimientos científicos no se hacen de la noche a la mañana, sino que
requieren de muchas horas, semanas, meses y años de estudio, análisis e investigación.
Dominio del idioma:
Domina y practica el idioma inglés y otros idiomas extranjeros,
según la naturaleza y la complejidad de la problemática que investiga.
Dominio de métodos científicos:
Demuestra habilidad y
experiencia en el manejo adecuado de métodos, técnicas, procedimientos,
equipos, herramientas e, instrumentos de investigación científica.
Olfato de investigador:
Cultiva y desarrolla el
buen “olfato de investigador”; cuenta con una base de datos o un directorio de
fuentes creíbles; permanece bien informado; busca el ángulo novedoso del problema
de investigación y pone en contexto los hechos.
Competencia
profesional:
Sabe seleccionar y
aplicar los métodos y las técnicas apropiadas a los temas, problemas y
actividades del proceso de investigación.
Honestidad
intelectual:
No manipula los datos,
no recurre al plagio, respeta los derechos de autor o de propiedad intelectual,
reconoce sus aciertos, admite sus errores y trata de corregirlos de oficio y
oportunamente.
Perseverancia:
a.
Es
perseverante para encontrar la verdad científica y lograr los objetivos, fines
y metas previstos en la investigación.
b.
Está
siempre mirando y analizando documentos, particularmente las recientes
investigaciones y siguiendo pistas para futuras investigaciones.
Inteligencia emocional:
Tiene capacidad aprehensible
para conocer, controlar e inducir emociones y estados de ánimo, tanto en sí
mismo como en las demás personas con quienes investiga.
Relación óptima con el ambiente intelectual:
a.
Mantiene
relación óptima con el ambiente intelectual, del que recibe iniciativas,
sugerencias, estímulos y energías.
b.
Mantiene activa
sus colaboraciones internacionales, membrecía en comités editoriales de
revistas indexadas.
Objetividad:
a.
Es
objetivo, toda vez que las conclusiones obtenidas del estudio no son producto de
impresiones subjetivas, sino de hechos observados, verificados.
b. Las observaciones que efectúa tiene su
fundamento en un criterio realista, de crítica o de autocrítica.
c. En la interpretación de los resultados procura
evitar cualquier prejuicio e influencia
de tipo ideológico, político o religioso.
Prudencia:
No acepta, no excluye
y no rechaza teorías y fuentes bibliográficas sin antes distinguir y comprobar
su verosimilitud, independientemente de que estas se contrapongan a su criterio
o a su experiencia personal.
Humildad:
En todo momento
demuestra humildad al reconocer el valor, los aciertos y las aportaciones de
otros investigadores y al admitir las equivocaciones respectivas.
Sentido crítico:
Mantiene en guardia o
alerta su inteligencia e imaginación, y su posición crítica contra la
incredulidad, el sectarismo, las bajas pasiones y los intereses creados.
Aliento vital:
Cultiva el aliento
vital. “El aliento vital, que capacita para captar las vibraciones del
ambiente, contra el decrecimiento de aquello que lleve al encerramiento que
obstruya y desalienta la capacidad de iniciativa”, diría Aura M. Bavaresco de
Prieto, en su obra “Las técnicas de la Investigación ”.
Tutoría:
Es mentor-tutor de
investigadores, directores, jefes y auxiliares de grupos de investigación.
Reconocimiento:
Posee reconocimiento
por la comunidad científica nacional e internacional.
Línea de investigación:
Desarrolla una línea
propia de investigación con sostenida e importante producción de conocimiento
original.
Producción de trabajos de investigación científica:
Participa con
idoneidad y experiencia en actividades de investigación avaladas a través de
publicaciones. Tiene publicaciones en revistas indexadas internacionalmente;
presenta ponencias y los resultados de sus investigaciones en congresos,
simposios, talleres, foros, mesas redondas; sustenta conferencias en el ámbito
académico nacional e internacional, con originalidad de ideas, capacidad de
análisis, síntesis, crítica y autocrítica.
No cabe duda que
cuanto más publicaciones tenga el investigador científico en revistas
internacionales categorizadas, será más visible internacionalmente y gozará de
mayor popularidad.
[1] Fernández, María de los
Ángeles y Julio del Valle. Cómo iniciarse
en la investigación académica. Una guía práctica. Fondo Editorial
Pontificia Universidad Católica del Perú .Lima, 2016, p.48.