PROHIBICIONES ÉTICAS DE LOS INVESTIGADORES
CIENTÍFICOS
UNIVERSITARIOS
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Éticamente el
investigador científico está prohibido de:
Abusar de su
autoridad, posición o jerarquía.
Adherirse y defender
formulaciones teóricas y conclusiones de investigaciones científicas a
sabiendas que no fueron totalmente confirmadas.
Adoptar la mala
práctica que dice “el fin justifica los medios”.
Alentar el conflicto
de intereses.
Atentar contra los
derechos fundamentales de la persona humana.
Causar daño a personas
y animales.
Causar daños morales,
físicos y psicológicos a las personas que se encuentren envueltos en la
investigación.
Criticar
injustificadamente a otros investigadores.
Dejar de reconocer el
carácter de autor de un trabajo de investigación a alguien que lo merece en
propiedad.
Desconocer el aporte
de otros investigadores.
Efectuar “robos
intelectuales”: Copiar ideas, fórmulas o resultados de una investigación y
presentarlos como propios.
Efectuar
interpretación sesgada de los resultados de las investigaciones.
Falsificar o cambiar
datos, inventar datos o experimentos.
Generar falsas
esperanzas en las personas que participan en los ensayos clínicos.
Incluir a una persona,
en virtud de su jerarquía o autoridad,
como autor de un trabajo científico sin calificar como tal.
Incluir indebidamente
como autor a estudiantes recién graduados o al personal nuevo en el laboratorio
con la intención de que empiece a acumular méritos académicos rápidamente.
Incurrir en errores y negligencia
en el cumplimiento de sus funciones.
Investigar para
construir eficaces armas o equipos sofisticados con fines de exterminio parcial
de poblaciones o de la humanidad.
Involucrar en su
actuar intereses personales o de grupos.
Involucrarse sentimentalmente
con alguna persona relacionada con el tema o problema que investiga.
Magnificar más allá de
lo pertinente el alcance económico, científico o social de la investigación
realizada.
Manipular los
resultados de las investigaciones con fines subalternos; la manipulación
genética con fines racistas (eugenesia y holocausto judío).
Maximizar el dolor y
el sufrimiento de los animales en los experimentos científicos.
Maximizar los
perjuicios físicos y psicológicos en las personas que participan en los ensayos
clínicos.
Mentir en los
procedimientos administrativos o judiciales.
Negar crédito cuando
se lo debe dar a una investigación ajena.
Omitir deliberadamente
datos que contradigan las hipótesis de sus investigaciones.
Realizar amenazas o
promesas inadecuadas durante una entrevista o interrogatorio.
Realizar publicidad
sensacionalista, duplicar y fragmentar innecesariamente publicaciones,
co-autoría ficticia.
Ser de mentalidad
“cerrada” en el análisis o la discusión de las opiniones de otros investigadores.
Sustraerse de la
responsabilidad de los posibles efectos negativos de sus investigaciones y el
uso de sus resultados.
Tomar decisiones
favorables para implantar en un ser humano el órgano sexual de un animal para
que tenga mayor energía, funcionalidad, tamaño y rendimiento.
Usar como un medio
para un fin a los sujetos de la investigación, sean humanos o animales.
Usar ideas,
pensamientos, trabajos o resultados preliminares ajenos, sin permiso para
hacerlo.
Utilizar medios
ilícitos y antiéticos para recabar información y evidencia relacionada con la
investigación.
Utilizar técnicas
científicas inapropiadas, innecesarias, poco o nada confiables.
Utilizar los medios de
que dispone como arma de intimidación.