¿QUÉ ES EL
INVESTIGADOR CIENTÍFICO UNIVERSITARIO?
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
EL INVESTIGADOR
El término investigador proviene del latín investigātor de vestīgium 'huella, resto'.
El investigador es la persona que lleva a cabo el desarrollo de un proyecto de
investigación o que participa en ella, orientado a la búsqueda de conocimiento
y al esclarecimiento de hechos y de relaciones.
El investigador puede
trabajar en el ámbito académico-docente, industrial, o gubernamental, o en
instituciones y empresas privadas con o sin fines de lucro.
El Manual
Frascati, publicado por la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (OCDE), proporciona una definición del investigador
o de la investigadora, que refleja la diversidad de situaciones: « Especialista
involucrado en la concepción o creación de nuevos conocimientos,
productos, procesos, métodos,
y sistemas, y/o encargado de la gestión de los proyectos en cuestión».[1]
Ya en 1969 John Best[2]
había precisado y enfatizado: “el investigador auténtico es más bien un
especialista que un generalizador y que utiliza el principio del rifle que el
de la ametralladora”, pues apunta a un blanco bien definido dentro del amplio
campo de un gran problema.
EL CIENTÍFICO
El término científico
proviene del latín scientificus; de sciens, sabio, y facere, hacer. Científico es la persona que se consagra al estudio
y a la investigación de una ciencia o de varias ciencias para adquirir y
producir nuevos conocimientos y solucionar problemas científico, utilizando el
método científico.
En la academia de los
países occidentales, un científico es definido como una persona con título en
educación superior (Doctorado), varios años de experiencia
profesional como investigador entrenado y creativo, un factor de impacto en
investigación, cantidad y calidad de publicaciones, número de artículos
referenciados, membresía en academias científicas y número de patentes.[3]
El adjetivo “científico”, se emplea a menudo
más ampliamente que el sustantivo correspondiente “ciencia”. Se le extiende
para caracterizar todos los procesos del pensamiento que terminan en
conclusiones que un hombre razonable puede aceptar. El científico hace
afirmaciones acerca de lo que sucede siempre, no acerca de lo que sucede esporádicamente
o algunas veces. El científico aprehende su problema como susceptible de
aislamiento provisional, pero esencialmente conectado con otros problemas que
tendrán que ser considerados en relación con su solución del problema dado. El
científico tiene que ver con la correlación de los conjuntos de propiedades. El
científico considera los hechos particulares solamente con el fin de obtener
generalizaciones de abstracción cada vez mayor.[4]
Son científicos los
antropólogos, los paleontólogos, los arqueólogos, los cosmólogos, los
nanotecnólogos, los astrónomos, los biólogos, los microbiólogos, los geólogos,
los físicos, los químicos, los ecólogos, los sociólogos, los politólogos, los filósofos de la ciencia, entre otros,
precisamente por sus aportaciones, teorías, inventos y descubrimientos
realizados en diferentes áreas, campos o disciplinas del saber humano.
EL UNIVERSITARIO
Universitario(a) es la
persona que estudia, que está graduada o que da clases en la universidad.[5]
Ser universitario significa tener la voluntad y la disposición por buscar,
descubrir, conocer, explicar y difundir la verdad poliédrica y la verdad
científica; significa ser capaz de explicar el qué, el cómo y el porqué de los
fenómenos o hechos que ocurren
en la realidad natural y social.
Ser universitario significa asumir la responsabilidad de seguir una
carrera profesional y de especialización,
en pregrado o postgrado, hasta lograr
máximas calificaciones y grados académicos.
Ser universitario
conlleva a utilizar los recursos, bienes y servicios que brinda la universidad
en su campus universitario, en los laboratorios, equipos, talleres,
bibliotecas, librerías, etc., hasta culminar la carrera profesional o la
especialización.
Ser universitario implica: descubrir y aprender nuevos
conocimientos; desarrollar destrezas,
habilidades, competencias, pensamiento creativo, crítico y sistémico, valores y
virtudes; participar con iniciativas novedosas y de interés social; ampliar el
círculo social y practicar las relaciones públicas y relaciones humanas para
una vida armónica y en paz social; culminar con éxito un proyecto de vida
personal, profesional o de especialización; definirse y esforzarse por alcanzar los objetivos,
fines y metas trazadas; orientar el pensamiento y la acción con un nutrido
bagaje cultural para llegar a ser lo que se propone ser.
“Ser universitario es
mucho más que “estar” en la universidad, es mucho más que “ir” a clase, es
mucho más que “tomar apuntes”. ¿Qué más?, se preguntarán.... ¿estudiar y
aprobar materias? Sí, por supuesto, pero también es más que sólo estudiar y
aprobar. Ser universitario significa tener pasión por descubrir y conocer la
verdad, tener sed de entender y hambre de poder explicar el porqué de los
fenómenos que observamos. Ser universitario significa ser protagonista de su
propia carrera, es decir conducir las riendas de su formación superior. Un
universitario no se contenta con que alguien le transmita los conocimientos,
sino que elabora su propio conocimiento. Un universitario se nutre de sus
profesores, de buena bibliografía, del mundo que lo rodea y pregunta y se
pregunta, para poder encontrar sus propias respuestas que lo satisfagan. Un universitario
no solamente es activo, sino proactivo, es decir crea las situaciones haciendo
que ocurran, es artífice de su proyecto de vida. Esta actitud requiere de un
espíritu fuerte, que no se deja abatir por las dificultades y redobla el
esfuerzo si es necesario, porque tiene clara su meta. Ser universitario
significa tener una visión amplia y abierta (universal), ningún saber humano
puede serle indiferente, más allá de la propia carrera. Surge así naturalmente
la necesidad de formarse en otros planos como el cultural, el estético, el
espiritual... Y al mismo tiempo, como vive inmerso en la realidad, un
universitario valora su condición de estudiante a la que otros jóvenes de la
misma edad no pueden acceder. Esta circunstancia en primer lugar, refuerza el compromiso
y estimula a estudiar más y mejor. A su vez, aguijonea el propio mundo, invita
a salirse de uno mismo y a pensar ¿qué puedo hacer yo por mi entorno?, ¿cómo
puedo ayudar? El estudio serio y las actividades de promoción social tan
propias de los estudiantes universitarios manifiestan un real compromiso
ciudadano y constituyen al mismo tiempo, los primeros trabajos profesionales
con los que ya comienzan a servir a la sociedad”.[6]
Enlazando ahora los
términos investigador, científico y universitario estamos en condiciones de dar
el significado de investigador científico universitario.
CONCEPTO DE INVESTIGADOR CIENTÍFICO UNIVERSITARIO
El investigador científico universitario
es el profesional, especialista o experto en la aplicación de métodos, técnicas,
instrumentos y herramientas de investigación científica: es el que orienta su actividad a descubrir, producir y
difundir nuevos conocimientos científicos, nuevos proyectos de investigación, nuevas
leyes científicas y nuevas teorías científicas en beneficio de la sociedad; a
la vez que desarrolla, perfecciona y profundiza las existentes; es el que guía,
capacita y perfecciona los recursos humanos hasta alcanzar una alta aspiración
de logro profesional.
Según Barber (1973:38), el investigador es quien decide
qué tipo de trabajo o estudio ha de realizarse, cómo debe ser diseñado, cómo
debe ser analizado o interpretado. El investigador es el responsable del experimento,
en su totalidad, así como del previo entrenamiento que han de recibir los
experimentadores para su correcta ejecución[7].
El investigador científico universitario
trata de encontrar soluciones a los problemas científicos; realiza
investigaciones a nivel de las ciencias humanísticas, científicas y
tecnológicas.
El investigador científico universitario
no sólo se ocupa de los fenómenos o hechos científicos y de sus relaciones,
sino también de los entes ideales; formaliza enunciados fácticos e hipótesis
verificables; demuestra rigurosamente sus teoremas lógicos o matemáticos; trata
de descubrir si sus hipótesis se adecuan a los hechos; efectúa las pruebas de
verificación empírica de hipótesis (confirma o rechaza) para saber si el
enunciado es verdadero o falso, adecuado o inadecuado a su objeto de estudio
del trozo de realidad escogido. También realiza deducciones e inducciones,
interpreta y explica axiomas.
El investigador científico
universitario trabaja con ideas, conceptos, juicios, raciocinios, hechos
singulares, herramientas conceptuales y variedad de tipos de leyes y teorías
científicas. Elabora los proyectos de investigación de acuerdo con las normas
científicas establecidas y en vigencia; interpreta los datos obtenidos;
elabora, organiza y prioriza el número de conclusiones finales de la
investigación; redacta correctamente los
informes parciales y finales de los proyectos de investigación y los difunde
para conocimiento del público y de la comunidad de científicos. Trabaja
eficientemente con multiplicidad de métodos, técnicas y procedimientos de
investigación científica.
El investigador científico
universitario crea lenguajes artificiales, inventa palabras, signos y símbolos
y los atribuye significados propios; algunas veces inventa conjeturas y genera
el azar de manera deliberada por múltiples razones.
El investigador científico universitario
hace visible, evidente, asimilable y comprensible todo aquello que permanece
oculto en el contexto de la realidad; aprende a vivir en permanente curiosidad
e incertidumbre hasta descubrir las pistas
para futuras investigaciones.
El investigador científico
universitario, en su cotidiano quehacer intelectual, incrementa sus saberes,
comparte experiencias, ensancha su bagaje cultural y los utiliza para producir
nuevos inventos y nuevos descubrimientos.
El investigador científico
universitario es el consejero de los gobernantes, de los ejecutivos y de
políticos con el fin de que la ciencia sea usada de manera efectiva, eficaz,
eficiente y útil. Es la persona calificada para convertir en inteligible lo que
hacen los técnicos y para absolver sus interrogantes, problemas y dilemas.
El investigador científico
universitario es consciente de sus carencias profesionales, pero también de sus
posibilidades, potencialidades, destrezas, habilidades y competencias, y sabe
cómo hacer bien las cosas, por qué camino deberá transitar y cómo subsanar o
superar sus “puntos flacos”.
La obtención de nuevos conocimientos
científicos lo consigue tras la lectura
de obras selectas, la observación, la inferencia teórica, la experimentación,
el intercambio de experiencias y los descubrimientos. Para el investigador
científico universitario un fin bueno no puede justificar un medio malo o a la
inversa.
El investigador científico
universitario en su quehacer diario se libera de construcciones
teórico-subjetivistas, de especulaciones metafísicas o de elucubraciones
fantasiosas referente a la aprehensión del problema, a la formulación y
contrastación de hipótesis o al conocimiento de su objeto.
El investigador científico
universitario hace previsiones teóricas, obtiene hallazgos empíricos, descubre
el mecanismo interno, las relaciones y los elementos constitutivos del problema
de investigación.
Corresponde al investigador
científico universitario producir conocimientos válidos, comprobados, bien
elaborados y cualificados; alimentar convicciones razonadas y planteamientos
relevantes de ser contrastados con la realidad.
Antes de llegar a una conclusión,
considera, dentro de lo posible, a todos los hechos de su entorno social. Su
misión no es el de aceptar una conclusión simplemente porque esté en armonía
con sus deseos, inquietudes, preocupaciones o aspiraciones profesionales. Acepta
lo que los hechos justifican, en armonía con el interés social.
Por la responsabilidad histórica
y social que asume el investigador científico universitario, no deja de estar
bien informado y capacitado, para no aceptar las cosas por su valor
superficial, aparente o empírico.
Diríamos con Bacon que el
científico debe estar dispuesto a buscar, debe estar preparado para dudar, debe
ser lento para afirmar y, sin embargo, debe ser rápido en la aprehensión de las
similitudes en las cosas, capaz de distinguir sus diferencias y cuidados o para
ordenarlas.
Faraday decía: “El hombre de
ciencia tiene que ser un hombre que escuche todas las sugestiones, pero que
esté resuelto a juzgar por sí mismo. Que no se deje desviar por las
apariencias; que no tenga hipótesis favoritas; que no pertenezca a ninguna
escuela y que, en materia de doctrina, no tenga maestro. Tiene que respetar no
a las personas, sino a las cosas. Su principal objetivo es la verdad…”
Algunos psicólogos de prestigio
han señalado algunas cualidades especiales y precisas que debe reunir el
investigador científico. Por ejemplo, Pavlov considera como fundamentales las
siguientes[8]:
1. Concentración del pensamiento.
2. Imparcialidad mental.
3. Aptitud para concretar el pensamiento.
4. Facilidad para construir hipótesis.
5. Modestia y simplicidad.
6. Disposición de verificar.
7. Atención al detalle.
A su vez, M. Chavarti (2005:52)
comenta: “El investigador debe desarrollara competencias que le permitan
enfrentar el problema de manera dinámica y flexible. Para dedicarse a eta
actividad se requiere de una especie de filtro cognitivo que consiste en
cuestionarse acerca de los datos, confrontar la teoría con la evidencia y desarrollar
la capacidad para reconocer falsas teorías. Estas habilidades cognitivas
sofisticadas son conocidas como habilidades de orden superior o
metacognitivas”.
El camino para formarse como
investigador en el área experimental, por ejemplo, según lo señalado por
Bolívar Zapata[9] es el siguiente: “[...] se
inicia como aprendiz de brujo: uno se pega a un gran maestro o a un buen
investigador y de él aprende y ahí en el laboratorio ve cómo va obteniendo las
cosas y observa cómo se está pensando, y esto es parte de la cultura y de la
formación de los estudiantes, no nada más cursos en el Laboratorio. Lo anterior
es parte importante en este proceso de ir formando a los nuevos investigadores,
a la gente que piensa cómo están organizadas las cosas y tratar a partir de
aquí de entender y señalar que así funciona este sistema, así funciona la
célula, así funciona la célula infectada, así funciona la célula cancerosa,
cuáles son las analogías, cuáles son las diferencias”.
[1] «Frascati Manual: Proposed standard practice for surveys on research and experimentaldevelopment»http://www.uis.unesco.org/Library/Documents/OECDFrascatiManual02_en.pdf
[3] Llinás, Rodolfo. (1996). «Ciencia,
educación y desarrollo: Colombia en el siglo XXI». Colombia:
al filo de la oportunidad - Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo. Presidencia de la República.
pp. 30-44. ISBN 978-958-18-0120-6.
[4] Terrones Negrete, Eudoro. Diccionario
de investigación científica. A.F.A. Editores Importadores, S.A., Lima,
primera edición, 1998, p.54.
[6] University of Saint Thomas, Saint
Paul, Minnesota, USA.
http://www.intep.edu.co/Es/Usuarios/Institucional/file/Transformacion/Presentacion/Que%20es%20ser%20Universitario.pdf
[7]
https://es.scribd.com/doc/106458462/Dificultades-y-problemas-de-la-investigacion-social
[8] Mendieta Alatorre, Ángeles. Métodos
de Investigación y Manual Académico. Editorial Porrúa, S.A., México, 1966,
p.18.
[9] Señalado por Bolívar Zapata en el simposio
sobre formación de grupos de investigación organizado por la FIMPES (2004,
P.58). Citado por María Elena Rivera Heredia en Competencias para la investigación. Editorial Trillas S.A.de C.V., Universidad
Simón Bolívar, Reimpresión, México, 2012, p.24.