EL PERIODISTA DIGITAL EN LA SOCIEDAD GLOBAL
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Puede considerarse como origen del periodismo digital el año de 1980, cuando
algunos periodistas se aventuran a desarrollar técnicas de investigación
periodística a través del uso de computadoras. No obstante ello, se produce el
salto cualitativo y trascendente en la década de 1990, cuando aparecen las
primeras ediciones digitales de medios en la web. A partir de esta década, la
prensa digital se internacionaliza, las escuelas profesionales de periodismo de
las universidades logran incorporar en sus planes de estudios, de manera
paulatina, progresiva pero firme, la enseñanza del periodismo digital.
En la actual sociedad global el flujo de informaciones es incontrolable e
imposible de ser decodificado en su totalidad por el receptor, a tal punto que
el hombre se halla más dependiente de las computadoras. Se dice, por ejemplo, que
en la época de las primeras máquinas, todo era volumen y dependían del hombre y
de su voluntad; pero, ahora, la cibernética y la informática parecerían estar
orientados a suplir el cerebro humano, dentro de una nueva realidad: la
realidad virtual, y dentro de un nuevo espacio: el espacio virtual.
En la sociedad global ya se dio el gran paso histórico de la memoria
escrita (imprenta) a la memoria electrónica (computadora, 1955); las industrias
intensivas de mano de obra son sustituidas por industrias intensivas de
conocimientos; la derrota y superación de los medios de comunicación masiva por
los medios no masivos o desmasificados de comunicación como las radios de
frecuencia compartida, el video cable, los bancos de videocasetes, los
videojuegos, etc.; el tránsito de los medios de comunicación masiva a la
comunicación sectorial e individualizada; la multiplicación de los espacios
locales y globales en la comunicación, lo cual puede ser al mismo tiempo
mundial; el funcionamiento de un número creciente de nuevos canales temáticos
televisivos (canal cultural, canal deportivo, etc.); los cambios en los
lenguajes, formatos, formas de escribir o de narrar; la nueva modalidad de
integración e interacción tecnológica del hogar con redes de información y
entretenimiento.
Estamos viviendo un cambio de paradigma cultural. La cultura de la
televisión está dando paso a la cultura
teleputer, que es la suma de todos los antiguos medios masivos de
comunicación incluida la televisión.
Antes la orientación o direccionalidad de la comunicación era de una sola
vía, del centro (global) hacia la periferia (local). En la sociedad global, el
centro pierde control a favor de la periferia, los usufructuarios de los medios
tienen la posibilidad de generar sus propios mensajes.
Dentro de esta época de grandes cambios que se producen en todos los
órdenes de la vida humana y en todas las disciplinas del saber humano, el
periodismo experimenta inusitadas transformaciones en la forma de acopiar,
seleccionar, analizar, interpretar, valorar y difundir los mensajes, sonidos e
imágenes.
Es que la era de la sociedad global propicia el empleo de medios
poderosísimos como la fibra óptica, que usa como su instrumento, a la
informática, que comparado con los medios tradicionales, multiplica por miles
la capacidad de transportar información y lo efectúa a una velocidad cerca a la
de la luz, es decir, 300 mil kilómetros por segundo o mil millones de bits. Los
denominados superchips son capaces de
almacenar pequeñas bibliotecas de información, en espacios comparables a los
del tamaño de la cabeza de un alfiler. Todo esto nos pone en una especie de
caos por exceso de información y en una sensación de impotencia física ante el
asombroso volumen del desafío. El cambio es tan asombroso, que en 1995 Nicholas
Negroponte expresó: “No tengo la menor duda que en un futuro no muy lejano el
hombre llegará a comunicarse mentalmente con las máquinas”.
Con la incorporación de Internet en las redacciones de los medios de
comunicación social ha nacido el nuevo periodismo en la sociedad global,
periodismo digital, periodismo de servicios o periodismo del bienestar social.
Y con el nuevo periodismo digital ha nacido el periodista digital.
En la sociedad global el periodista digital recibe también las
denominaciones de periodista on-line (periodista en línea), periodista web,
periodista electrónico, periodista multimedia o ciberperiodista.
A la pregunta ¿A quién denominamos periodista digital?, la respuesta no se
deja esperar. Periodista digital es el profesional que utiliza los recursos,
herramientas, programas, métodos y técnicas de Internet como medio de
comunicación e investigación.
El periodista digital es el profesional que posee una formación académica
especializada e integral, una calificada y sólida base humanística, científica,
tecnológica y axiológica.
El periodista digital es un productor de “conservas de información”
(libros, discos, películas, cintas cinematográficas, etc.), que permiten la
recepción, el almacenamiento, la reproducción y la difusión de informaciones y
mensajes de generación a generación, según la necesidad espacio-temporal
histórica de las sociedades del mundo. El periodista digital puede inferir
nuevas informaciones, cifrarlas, ocultarlas, denegarlas, falsearlas, etc.
El periodista digital deja atrás el lenguaje lineal tradicional (“A causó
B, B causó C”) que le permitía al periodista convencional pensar de manera
lineal y percibir el mundo linealmente, es decir como una concatenación de
hechos. El periodista digital, aparte del lenguaje periodístico, requiere
dominar el lenguaje sistémico y el lenguaje cibernético.
A través de la práctica del lenguaje
sistémico, el subconsciente del periodista digital es reeducado para
estructurar datos en círculos, en vez de líneas rectas. El periodista digital es capaz de ver
procesos de realimentación y arquetipos sistémicos por doquier. El
subconsciente del periodista digital revela como soluciones ciertas propuestas
que son imposibles de ver linealmente. El subconsciente, al asimilar cientos de
relaciones de alimentación en forma simultánea, integra la complejidad de detalles y la complejidad
dinámica.
La complejidad dinámica, explica Peter Senge en su obra “La Quinta
Disciplina”, es aquella donde la causa y el efecto no están próximos en el
espacio y el tiempo y las intervenciones obvias no producen los resultados
esperados. Las herramientas de pensamiento sistémico están diseñadas para
comprender la complejidad dinámica, ayudan a ver las estructuras subyacentes y
los patrones de conducta que quedan velados por el tumulto de los hechos
cotidianos.
El periodista de la era electrónica, en opinión de Manuel Piedrahita
(“Periodismo moderno. Historia, perspectivas y tendencias hacia el año 2000”),
“ya no puede centrarse o limitarse a reescribir noticias o hacer entrevistas y
reportajes. El campo es muy amplio y, de hecho, la nueva tecnología ha acabado
con una cierta clase de trabajadores de prensa: linotipistas, secretarias de
redacción que preparaban originales, tipógrafos, ajustadores, etc. El futuro de
la comunicación ya tiene en perspectiva otras muchas posibilidades. Los
satélites se integran con la radio, la televisión por cable y los ordenadores.
No cabe duda que la capacidad de comunicación es gigantesca”.
El periodista digital se halla inmerso en un tecnosistema, en un nuevo
universo de carácter virtual (ciberespacio), en el que prevalece la
instantaneidad, la interactividad, la digitalización, la influencia sobre
procesos más que sobre productos, la automatización, la transitoriedad, la
obsolescencia del conocimiento, la velocidad, la nanotecnología y otras nuevas
ciencias, la producción personalizada, las organizaciones inteligentes, la
“innovación sustitutiva” (creación de nuevos productos, tecnologías y técnicas
para reemplazar a los tradicionales), la hipercirculación de DICS
(Dato-Información-Conocimiento-Sabiduría) y en el que el capital intelectual es
el capital más importante para el crecimiento, desarrollo y progreso de las
naciones.
El periodista digital se encuentra en un universo altamente tecnologizado
en el que prevalece lo artificial, ante un medio técnico creado por el hombre
como tecnosfera que trae consigo
radicales modificaciones de la percepción del espacio y del tiempo: pues todo
el planeta parece más cercano cuando uno se comunica vía Internet con cualquier
persona ubicado en cualquier lugar del mundo.
En opinión de algunos pensadores e investigadores, se estaría produciendo
una determinada pérdida de contacto con la propia realidad, ocasionado por el
fenómeno de la aceleración del movimiento. E inclusive ya se habla en círculos
académicos de deslocalización espacial o desubicación en el espacio que puede
generar ambientes “a-dimensionales”, es decir, sin las dimensiones
tradicionales.
Y dentro de este universo virtual, utilizando las expresiones de Alvin
Toffler, el periodista digital para cumplir sus funciones con efectividad,
eficiencia y eficacia tendrá que “reorganizar su almacén de imágenes”,
“aprender de nuevo, hoy, lo que ayer creía saber”, “convertirse en un ser
infinitamente más adaptable y sagaz que en cualquier tiempo anterior”, tendrá
que acelerar el ritmo de su formación de imágenes interiores y exteriores,
practicar la lectura veloz, dominar el lenguaje cibernético, el pensamiento
crítico, dialéctico, creativo, sistémico, holístico y complejo, la visión y la
misión compartidas, el trabajo en equipo y aplicar correctamente los recursos y
las herramientas que posee Internet.
No cabe duda, estamos viviendo en una “civilización de las imágenes”, que
activa más que nunca el hemisferio cerebral derecho, hemisferio que está
asociado con las dimensiones afectivas, intuitivas y sintetizadoras de la
conducta humana. En cambio, en la cultura alfabético-fonética marcaron la
preeminencia del hemisferio cerebral izquierdo, el mismo que está vinculado con
el lenguaje verbal, la lógica analítica, la representación abstracta, las
capacidades interpretativas y la elaboración mental de conceptos y
significados.
La revolución de los medios de comunicación dentro del proceso de la
sociedad global obliga al hombre y, particularmente, al periodista a regir su
existencia por dos grandes principios básicos: a) por el principio de la
simultaneidad: “Todo le ocurre a todo el mundo al mismo tiempo”, y b) por el
principio de la participación: “Todos saben lo que está sucediendo y por tanto
participan en todo aquello que está sucediendo y al mismo tiempo en que
sucede”.
Para Lizy Navarro Zamora, doctora en periodismo por la Universidad
Complutense de Madrid e Investigadora de la Universidad Autónoma de San Luis
Potosí, un periodista on line es un profesional multimedia, interactivo,
investigador, hábil y responsable y que debe prepararse para ocupar los puestos
que demandan las circunstancias actuales y deben tener más conocimientos que un
periodista cualquiera, pues la competencia es cada vez mayor
(fundacionbuendia@prodigy.net.mx).
Con los periódicos electrónicos disminuyen en gran medida los empleados de
las imprentas de prensa, desde el encargado de las bobinas al controlador,
pasando por el tipógrafo, el grafista o el fotograbador, pero surgen nuevas
actividades.
La redacción, que era la tradicional
habitación física donde laboraban los periodistas, se ha sustituido por
una redacción virtual, que existe en las redes telemáticas, pero el
ciberespacio no será capaz de sustituir el trabajo periodístico. El usuario
tendrá la necesidad de contar con alguien que le seleccione, informe, interprete
y juzgue los hechos que acontecen diariamente en el mundo. La técnica puede
ayudar eficazmente en el proceso productivo y en su transmisión, pero no
sustituir a quienes se encargan de buscar las informaciones, seleccionarlas,
valorarlas y comunicarlas.
El periodista digital de la sociedad global es ahora el vulgarizador de la
ciencia y la tecnología, de los usos, tradiciones, costumbres y formas de vida
de los pueblos; es el cotidiano buscador de los hechos noticiosos y de la
verdad, con el fin de tener bien y oportunamente informado a la población,
sobre todo lo que acontece en la sociedad; es el profesional que trabaja con
sentido social y ético, con visión empresarial, espíritu humanista y pasión por la justicia colectiva.
El periodista digital es un ser contestatario, que se rebela ante lo
incorrecto, lo ilícito, lo deshonesto, lo indigno y lo injusto; es el enamorado
del saber, de la verdad poliédrica, de la ciencia y la cultura, en procura de
causas nobles y justas que motoricen la voluntad, el entusiasmo, la imaginación
y la creatividad humana, sin esperar más recompensa que la solución de los
problemas de las sociedades.
En la sociedad global, es propio del
periodista digital captar, clasificar,
dar forma, interpretar, redactar, comentar y difundir cierto tipo de mensajes,
noticias o informaciones que satisfagan las preferencias de la
colectividad; saber dónde se encuentran
las noticias, cómo descubrirlas, cuándo explotarlas y en qué momento
difundirlas. El periodista digital conoce las técnicas de comunicación, del
fotoperiodismo y de corrección de estilo (signos y señales), del trabajo
intelectual y de la investigación periodística. Sabe cómo superar obstáculos,
inconvenientes, limitaciones, defectos y vicios en su misión informativa y sabe
valorar, evaluar y perfeccionar el trabajo profesional de los multimedios..
También es propio del periodista digital estudiar, investigar y escribir
utilizando métodos y técnicas modernas; mantenerse agresivo y pertinaz cuando
está en la pista de una noticia, con el fin de sacar a luz actos y hechos
ocultos que interesan a la colectividad; publicar la información de manera
exacta, sin temor a la competencia y sólo con la satisfacción del deber
cumplido; recibir y respetar las opiniones contradictorias a las suyas, sin
mostrar reacción emotiva o impulsiva que alteren la interacción humana; no
detenerse ante las apariencias e investigar a fondo y minuciosamente los hechos
cotidianos, procurando no caer en el “juego” de personas o de grupos
interesados.
El periodista digital tiene buena imaginación para observar los eventos
cotidianos, ensamblarlos y encontrarles sentido y significado para la vida y la
sociedad; tiene sentido previsor para ver más allá del hecho presente; sabe
difundir la multiplicidad de ofertas de nuevas tecnologías de la información y
la comunicación; es capaz de
pronunciarse editorialmente sobre los problemas públicos, con lealtad a
la causa del pueblo y fe profunda en los mejores destinos de la mayoría nacional
y el bien común.
El periodista digital cumple sus funciones en la sociedad global sirviendo de puente entre la ciencia y la información, entre el pueblo y la cultura,
considerando que la información es un bien social, un patrimonio de la colectividad.
Trata de reducir la distancia entre el conocimiento, las experiencias y sus
aplicaciones diarias. Aborda, con veracidad,
objetividad e independencia de criterio, los
problemas básicos de los pueblos en procura de su crecimiento,
desarrollo y progreso.
El periodista digital es capaz de crear grandes webs que sirvan de portales
de una sección con un periódico electrónico o una revista, a las que los
usuarios puedan conectarse para acceder a las noticias del día. En sus páginas
se incluye un resumen del periódico, principalmente los titulares para, una vez
pulsando en ellos, se pueda leer la información completa.
El periodista digital rompe con la comunicación lineal y unidireccional de
un emisor a un receptor. Está inmerso en un mar incontrolable de información y
está interconectado con fuentes, periodistas, receptores, interactores, entre
otros.
El periodista digital tiene la capacidad y la habilidad suficiente como
para recuperar, almacenar y acceder rápidamente a versiones de ediciones
atrasadas referente a informaciones, noticias, artículos de periódicos o de
revistas electrónicas, mediante el empleo de potentes motores de búsqueda o
browsers.
El periodista digital es un personaje público que tiene por arma
fundamental la palabra, la pluma y el pensamiento crítico y creativo. En el
ámbito de la sociedad global es un personaje admirado porque nos entrega,
cotidianamente, las noticias que se producen en el mundo, pero también es un
personaje que recibe críticas cuando actúa contra el bien común, cuando se
burla de las leyes de la República, cuando atenta contra los principios y
valores éticos o cuando no respeta la dignidad y los derechos fundamentales de
las personas.
El periodista digital es el profesional que orienta y modela la opinión
pública, fiscaliza, investiga, educa y entretiene a sus lectores, oyentes y
televidentes; ayuda a entender y explicar el mundo y la vida y a develar sus
recónditos secretos; contribuye a plantear alternativas de solución a variados
y complejos problemas de la sociedad..
El periodista digital se desenvuelve con soltura y creatividad dentro de la
macro-red que representa Internet y se adapta fácilmente al trabajo profesional
en formato digital y dentro de un nuevo espacio virtual.
El periodista digital rompe con la comunicación lineal y unidireccional de
un emisor a un receptor. Está inmerso en un mar de información y está
interconectado a fuentes, periodistas, receptores, interactores, etc. y labora
en la micro-redacción y en un proceso de comunicación multimedia, multilineal e
interactivo. Por ahora nos conformamos con la denominación de periodista
digital toda vez que tanto el paradigma de la Red como el de la Sociedad de la
Información se basan en su carácter digital y usan herramientas digitales:
ordenadores, cámaras, etc., y publican en medios digitales: Internet,
televisión digital, etc.
Quim Gil, periodista español y docente del curso de postgrado de Periodismo
Digital de la Universidad Abierta de Cataluña, en el artículo «Diseñando el
Periodista Digital» señala:«¿Qué es un periodista digital? La pregunta no tiene
respuesta clara, y no sólo por la poca concreción del término «digital». El
propio concepto de «periodista» viene discutiéndose desde hace décadas,
especialmente desde la implantación masiva de la radio y la televisión.
Actualmente la definición de periodismo no afecta solamente a los periodistas
digitales, sino a la profesión entera. Hasta hace poco los periodistas eran
«los que informaban», los «profesionales de la información». Pero con la
aparición del medio digital estas afirmaciones -cuestionables ya de por sí- han
perdido todo fundamento».[1]
Y agrega: «Cualquiera que acceda a Internet tiene capacidad de informar. No
es la calidad de la información lo que diferencia a un periodista. Un
periodista malo no deja de ser un periodista y en cambio existen personas con
conocimientos específicos que pueden informar muy bien, sin ser periodistas».
Para Quim Gil, el verdadero periodismo digital sería el periodismo en red,
ya que éste «rompe con la comunicación lineal y unidireccional» e implica una
serie de cambios básicos acerca de las rutinas del periodismo tradicional.
Hoy el periodista digital es más narrador que mero informador de los
hechos, pues “las noticias han pasado a ser más temáticas”.
El periodista digital debe incorporar a su formación y actualización
profesional permanentes introducciones a disciplinas vecinas o anexas muy
diversas, para un mejor desempeño laboral: administración de sistemas,
ingeniería de sistemas, derecho de la información digital, comunicación
digital, infonomía, etc.
Un periodista en línea, al escribir sus notas informativas, deberá pensar
principalmente en un lenguaje universal, pues hay informaciones que adquieren
una relevancia especial por su interés común. Debe pensar y entender que su
público ya no es necesariamente el lector de su pueblo sino el habitante de
cualquier punto del planeta. Debe considerar que a la gente le interesa lo que
le afecta de manera directa.
Debe aprovechar la agilidad informativa, para “ganar la nota” o la
“primicia” pero obligándose a tener más cuidado para ejercer la profesión a fin
de mantener siempre en alto sus niveles de credibilidad informativa.
La incorporación de la tecnología de la información y la comunicación al
trabajo periodístico, mediante la
Internet permite al periodista lo
siguiente:
a. Acercar a las personas, empresas, instituciones y
gobiernos entre sí.
b. Acceder al instante a bancos de información, nacionales o
mundiales para la obtención de datos
precisos, confiables y oportunos, a un costo relativamente bajo.
c. Contar con la información en forma oportuna, al menor
tiempo, más reciente y más exclusiva.
d. Desarrollar sus potencialidades creativas e incrementar
notablemente la cantidad del trabajo periodístico.
e. Elaborar un producto periodístico de mayor calidad y con
la mayor velocidad y seguridad posibles.
f. Mejorar la
productividad en el campo del periodismo.
g. Simplificar las actividades periodísticas.
El periodista digital:
a. Es a la vez emisor y receptor de la información
distribuida por Internet, por ello es el estudiante perfecto para la
tele-enseñanza a través de la red.
b. Es un gestor de información y un buen documentalista,
pues controla toda la información de la red y la de fuera de ella, y sabe dar
respuestas rápidas a los lectores.
c. Maneja adecuadamente los medios analógicos o
tradicionales (prensa escrita, televisión, radio) y los medios electrónicos o
digitales.
d. Realiza una nueva forma de trabajo: el teletrabajo, donde
el despacho en casa de cada periodista se convierte en la redacción real del
medio de comunicación para el que trabaja: los horarios flexibles, desaparece
el concepto de edición única, al tener la opción de una actualización
permanente, aplica tecnologías multimedia y narrativas hipertextuales, etc.
e. Trabaja en una oficina reducida de redacción virtual,
donde la comunicación electrónica reemplaza a los consejos de redacción.
f. Utiliza modernos
instrumentos de comunicación y conoce los códigos, los diálogos, las claves,
los programas y las técnicas tanto para obtener la información, como para
procesarla y emitirla. Se afirma por
ejemplo que más de la mitad de las actuales ofertas de trabajo para el
periodista provienen de medios digitales, donde saber aplicar correctamente los
criterios de utilización de las nuevas tecnologías es imprescindible. El
periodista digital está formado y capacitado para trabajar con las nuevas
tecnologías.
El periodista digital es criatura de un nuevo tipo de Estado. La sociedad
global está dando origen a la interdependencia generalizada de las naciones,
clases, grupos e individuos y un nuevo tipo de Estado surge ya: el Estado
supranacional (Estado-Red o Estado global).
El siglo XXI es un siglo histórico. Es el siglo histórico en el que se
configuran las macrosociedades transnacionales, se produce la
desnacionalización y desterritorialización de las sociedades, la
planetarización de la ciudadanía y la irrupción de la plurisocietarización con
multiterritorialización, momento histórico en que parece afirmarse el emergente
“sociedismo” o los Estados-red, en lugar de preservar el estadismo, en procura
de “sociedades de Buen Vivir”.