Artículos periodísticos y de investigación

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12 de julio de 2020

EL PERIODISTA DIGITAL EN LA SOCIEDAD GLOBAL


EL PERIODISTA DIGITAL EN LA SOCIEDAD GLOBAL

Escribe: Eudoro Terrones Negrete


Puede considerarse como origen del periodismo digital el año de 1980, cuando algunos periodistas se aventuran a desarrollar técnicas de investigación periodística a través del uso de computadoras. No obstante ello, se produce el salto cualitativo y trascendente en la década de 1990, cuando aparecen las primeras ediciones digitales de medios en la web. A partir de esta década, la prensa digital se internacionaliza, las escuelas profesionales de periodismo de las universidades logran incorporar en sus planes de estudios, de manera paulatina, progresiva pero firme, la enseñanza del periodismo digital.
En la actual sociedad global el flujo de informaciones es incontrolable e imposible de ser decodificado en su totalidad por el receptor, a tal punto que el hombre se halla más dependiente de las computadoras. Se dice, por ejemplo, que en la época de las primeras máquinas, todo era volumen y dependían del hombre y de su voluntad; pero, ahora, la cibernética y la informática parecerían estar orientados a suplir el cerebro humano, dentro de una nueva realidad: la realidad virtual, y dentro de un nuevo espacio: el espacio virtual.
En la sociedad global ya se dio el gran paso histórico de la memoria escrita (imprenta) a la memoria electrónica (computadora, 1955); las industrias intensivas de mano de obra son sustituidas por industrias intensivas de conocimientos; la derrota y superación de los medios de comunicación masiva por los medios no masivos o desmasificados de comunicación como las radios de frecuencia compartida, el video cable, los bancos de videocasetes, los videojuegos, etc.; el tránsito de los medios de comunicación masiva a la comunicación sectorial e individualizada; la multiplicación de los espacios locales y globales en la comunicación, lo cual puede ser al mismo tiempo mundial; el funcionamiento de un número creciente de nuevos canales temáticos televisivos (canal cultural, canal deportivo, etc.); los cambios en los lenguajes, formatos, formas de escribir o de narrar; la nueva modalidad de integración e interacción tecnológica del hogar con redes de información y entretenimiento.
Estamos viviendo un cambio de paradigma cultural. La cultura de la televisión está dando paso a la cultura teleputer, que es la suma de todos los antiguos medios masivos de comunicación incluida la televisión.
Antes la orientación o direccionalidad de la comunicación era de una sola vía, del centro (global) hacia la periferia (local). En la sociedad global, el centro pierde control a favor de la periferia, los usufructuarios de los medios tienen la posibilidad de generar sus propios mensajes.
Dentro de esta época de grandes cambios que se producen en todos los órdenes de la vida humana y en todas las disciplinas del saber humano, el periodismo experimenta inusitadas transformaciones en la forma de acopiar, seleccionar, analizar, interpretar, valorar y difundir los mensajes, sonidos e imágenes.
Es que la era de la sociedad global propicia el empleo de medios poderosísimos como la fibra óptica, que usa como su instrumento, a la informática, que comparado con los medios tradicionales, multiplica por miles la capacidad de transportar información y lo efectúa a una velocidad cerca a la de la luz, es decir, 300 mil kilómetros por segundo o mil millones de bits. Los denominados superchips son capaces de almacenar pequeñas bibliotecas de información, en espacios comparables a los del tamaño de la cabeza de un alfiler. Todo esto nos pone en una especie de caos por exceso de información y en una sensación de impotencia física ante el asombroso volumen del desafío. El cambio es tan asombroso, que en 1995 Nicholas Negroponte expresó: “No tengo la menor duda que en un futuro no muy lejano el hombre llegará a comunicarse mentalmente con las máquinas”.
Con la incorporación de Internet en las redacciones de los medios de comunicación social ha nacido el nuevo periodismo en la sociedad global, periodismo digital, periodismo de servicios o periodismo del bienestar social. Y con el nuevo periodismo digital ha nacido el periodista digital.
En la sociedad global el periodista digital recibe también las denominaciones de periodista on-line (periodista en línea), periodista web, periodista electrónico, periodista multimedia o ciberperiodista.
A la pregunta ¿A quién denominamos periodista digital?, la respuesta no se deja esperar. Periodista digital es el profesional que utiliza los recursos, herramientas, programas, métodos y técnicas de Internet como medio de comunicación e investigación.
El periodista digital es el profesional que posee una formación académica especializada e integral, una calificada y sólida base humanística, científica, tecnológica y axiológica.
El periodista digital es un productor de “conservas de información” (libros, discos, películas, cintas cinematográficas, etc.), que permiten la recepción, el almacenamiento, la reproducción y la difusión de informaciones y mensajes de generación a generación, según la necesidad espacio-temporal histórica de las sociedades del mundo. El periodista digital puede inferir nuevas informaciones, cifrarlas, ocultarlas, denegarlas, falsearlas, etc.
El periodista digital deja atrás el lenguaje lineal tradicional (“A causó B, B causó C”) que le permitía al periodista convencional pensar de manera lineal y percibir el mundo linealmente, es decir como una concatenación de hechos. El periodista digital, aparte del lenguaje periodístico, requiere dominar el lenguaje sistémico y el lenguaje cibernético.
A través de la práctica del lenguaje sistémico, el subconsciente del periodista digital es reeducado para estructurar datos en círculos, en vez de líneas rectas.  El periodista digital es capaz de ver procesos de realimentación y arquetipos sistémicos por doquier. El subconsciente del periodista digital revela como soluciones ciertas propuestas que son imposibles de ver linealmente. El subconsciente, al asimilar cientos de relaciones de alimentación en forma simultánea, integra la complejidad de detalles y la complejidad dinámica.
La complejidad dinámica, explica Peter Senge en su obra “La Quinta Disciplina”, es aquella donde la causa y el efecto no están próximos en el espacio y el tiempo y las intervenciones obvias no producen los resultados esperados. Las herramientas de pensamiento sistémico están diseñadas para comprender la complejidad dinámica, ayudan a ver las estructuras subyacentes y los patrones de conducta que quedan velados por el tumulto de los hechos cotidianos.
El periodista de la era electrónica, en opinión de Manuel Piedrahita (“Periodismo moderno. Historia, perspectivas y tendencias hacia el año 2000”), “ya no puede centrarse o limitarse a reescribir noticias o hacer entrevistas y reportajes. El campo es muy amplio y, de hecho, la nueva tecnología ha acabado con una cierta clase de trabajadores de prensa: linotipistas, secretarias de redacción que preparaban originales, tipógrafos, ajustadores, etc. El futuro de la comunicación ya tiene en perspectiva otras muchas posibilidades. Los satélites se integran con la radio, la televisión por cable y los ordenadores. No cabe duda que la capacidad de comunicación es gigantesca”.
El periodista digital se halla inmerso en un tecnosistema, en un nuevo universo de carácter virtual (ciberespacio), en el que prevalece la instantaneidad, la interactividad, la digitalización, la influencia sobre procesos más que sobre productos, la automatización, la transitoriedad, la obsolescencia del conocimiento, la velocidad, la nanotecnología y otras nuevas ciencias, la producción personalizada, las organizaciones inteligentes, la “innovación sustitutiva” (creación de nuevos productos, tecnologías y técnicas para reemplazar a los tradicionales), la hipercirculación de DICS (Dato-Información-Conocimiento-Sabiduría) y en el que el capital intelectual es el capital más importante para el crecimiento, desarrollo y progreso de las naciones.
El periodista digital se encuentra en un universo altamente tecnologizado en el que prevalece lo artificial, ante un medio técnico creado por el hombre como tecnosfera que trae consigo radicales modificaciones de la percepción del espacio y del tiempo: pues todo el planeta parece más cercano cuando uno se comunica vía Internet con cualquier persona ubicado en cualquier lugar del mundo.
En opinión de algunos pensadores e investigadores, se estaría produciendo una determinada pérdida de contacto con la propia realidad, ocasionado por el fenómeno de la aceleración del movimiento. E inclusive ya se habla en círculos académicos de deslocalización espacial o desubicación en el espacio que puede generar ambientes “a-dimensionales”, es decir, sin las dimensiones tradicionales.
Y dentro de este universo virtual, utilizando las expresiones de Alvin Toffler, el periodista digital para cumplir sus funciones con efectividad, eficiencia y eficacia tendrá que “reorganizar su almacén de imágenes”, “aprender de nuevo, hoy, lo que ayer creía saber”, “convertirse en un ser infinitamente más adaptable y sagaz que en cualquier tiempo anterior”, tendrá que acelerar el ritmo de su formación de imágenes interiores y exteriores, practicar la lectura veloz, dominar el lenguaje cibernético, el pensamiento crítico, dialéctico, creativo, sistémico, holístico y complejo, la visión y la misión compartidas, el trabajo en equipo y aplicar correctamente los recursos y las herramientas que posee Internet.
No cabe duda, estamos viviendo en una “civilización de las imágenes”, que activa más que nunca el hemisferio cerebral derecho, hemisferio que está asociado con las dimensiones afectivas, intuitivas y sintetizadoras de la conducta humana. En cambio, en la cultura alfabético-fonética marcaron la preeminencia del hemisferio cerebral izquierdo, el mismo que está vinculado con el lenguaje verbal, la lógica analítica, la representación abstracta, las capacidades interpretativas y la elaboración mental de conceptos y significados.
La revolución de los medios de comunicación dentro del proceso de la sociedad global obliga al hombre y, particularmente, al periodista a regir su existencia por dos grandes principios básicos: a) por el principio de la simultaneidad: “Todo le ocurre a todo el mundo al mismo tiempo”, y b) por el principio de la participación: “Todos saben lo que está sucediendo y por tanto participan en todo aquello que está sucediendo y al mismo tiempo en que sucede”.
Para Lizy Navarro Zamora, doctora en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid e Investigadora de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, un periodista on line es un profesional multimedia, interactivo, investigador, hábil y responsable y que debe prepararse para ocupar los puestos que demandan las circunstancias actuales y deben tener más conocimientos que un periodista cualquiera, pues la competencia es cada vez mayor (fundacionbuendia@prodigy.net.mx).
Con los periódicos electrónicos disminuyen en gran medida los empleados de las imprentas de prensa, desde el encargado de las bobinas al controlador, pasando por el tipógrafo, el grafista o el fotograbador, pero surgen nuevas actividades.
La redacción, que era la tradicional  habitación física donde laboraban los periodistas, se ha sustituido por una redacción virtual, que existe en las redes telemáticas, pero el ciberespacio no será capaz de sustituir el trabajo periodístico. El usuario tendrá la necesidad de contar con alguien que le seleccione, informe, interprete y juzgue los hechos que acontecen diariamente en el mundo. La técnica puede ayudar eficazmente en el proceso productivo y en su transmisión, pero no sustituir a quienes se encargan de buscar las informaciones, seleccionarlas, valorarlas y comunicarlas.
El periodista digital de la sociedad global es ahora el vulgarizador de la ciencia y la tecnología, de los usos, tradiciones, costumbres y formas de vida de los pueblos; es el cotidiano buscador de los hechos noticiosos y de la verdad, con el fin de tener bien y oportunamente informado a la población, sobre todo lo que acontece en la sociedad; es el profesional que trabaja con sentido social y ético, con visión empresarial, espíritu humanista y  pasión por la justicia colectiva.
El periodista digital es un ser contestatario, que se rebela ante lo incorrecto, lo ilícito, lo deshonesto, lo indigno y lo injusto; es el enamorado del saber, de la verdad poliédrica, de la ciencia y la cultura, en procura de causas nobles y justas que motoricen la voluntad, el entusiasmo, la imaginación y la creatividad humana, sin esperar más recompensa que la solución de los problemas de las sociedades.
En la sociedad global,  es propio del periodista digital  captar, clasificar, dar forma, interpretar, redactar, comentar y difundir cierto tipo de mensajes, noticias o informaciones que satisfagan las preferencias de la colectividad;  saber dónde se encuentran las noticias, cómo descubrirlas, cuándo explotarlas y en qué momento difundirlas. El periodista digital conoce las técnicas de comunicación, del fotoperiodismo y de corrección de estilo (signos y señales), del trabajo intelectual y de la investigación periodística. Sabe cómo superar obstáculos, inconvenientes, limitaciones, defectos y vicios en su misión informativa y sabe valorar, evaluar y perfeccionar el trabajo profesional de los multimedios..
También es propio del periodista digital estudiar, investigar y escribir utilizando métodos y técnicas modernas; mantenerse agresivo y pertinaz cuando está en la pista de una noticia, con el fin de sacar a luz actos y hechos ocultos que interesan a la colectividad; publicar la información de manera exacta, sin temor a la competencia y sólo con la satisfacción del deber cumplido; recibir y respetar las opiniones contradictorias a las suyas, sin mostrar reacción emotiva o impulsiva que alteren la interacción humana; no detenerse ante las apariencias e investigar a fondo y minuciosamente los hechos cotidianos, procurando no caer en el “juego” de personas o de grupos interesados.
El periodista digital tiene buena imaginación para observar los eventos cotidianos, ensamblarlos y encontrarles sentido y significado para la vida y la sociedad; tiene sentido previsor para ver más allá del hecho presente; sabe difundir la multiplicidad de ofertas de nuevas tecnologías de la información y la comunicación; es capaz de  pronunciarse editorialmente sobre los problemas públicos, con lealtad a la causa del pueblo y fe profunda en los mejores destinos de la mayoría nacional y el bien común.
El periodista digital cumple sus funciones en la sociedad global  sirviendo de puente entre la ciencia y la  información, entre el pueblo y la cultura, considerando que la información es un bien social, un patrimonio de la colectividad. Trata de reducir la distancia entre el conocimiento, las experiencias y sus aplicaciones diarias. Aborda,  con veracidad, objetividad e independencia de criterio, los  problemas básicos de los pueblos en procura de su crecimiento, desarrollo y progreso. 
El periodista digital es capaz de crear grandes webs que sirvan de portales de una sección con un periódico electrónico o una revista, a las que los usuarios puedan conectarse para acceder a las noticias del día. En sus páginas se incluye un resumen del periódico, principalmente los titulares para, una vez pulsando en ellos, se pueda leer la información completa.
El periodista digital rompe con la comunicación lineal y unidireccional de un emisor a un receptor. Está inmerso en un mar incontrolable de información y está interconectado con fuentes, periodistas, receptores, interactores, entre otros.
El periodista digital tiene la capacidad y la habilidad suficiente como para recuperar, almacenar y acceder rápidamente a versiones de ediciones atrasadas referente a informaciones, noticias, artículos de periódicos o de revistas electrónicas, mediante el empleo de potentes motores de búsqueda o browsers.
El periodista digital es un personaje público que tiene por arma fundamental la palabra, la pluma y el pensamiento crítico y creativo. En el ámbito de la sociedad global es un personaje admirado porque nos entrega, cotidianamente, las noticias que se producen en el mundo, pero también es un personaje que recibe críticas cuando actúa contra el bien común, cuando se burla de las leyes de la República, cuando atenta contra los principios y valores éticos o cuando no respeta la dignidad y los derechos fundamentales de las personas.
El periodista digital es el profesional que orienta y modela la opinión pública, fiscaliza, investiga, educa y entretiene a sus lectores, oyentes y televidentes; ayuda a entender y explicar el mundo y la vida y a develar sus recónditos secretos; contribuye a plantear alternativas de solución a variados y complejos problemas de la sociedad..
El periodista digital se desenvuelve con soltura y creatividad dentro de la macro-red que representa Internet y se adapta fácilmente al trabajo profesional en formato digital y dentro de un nuevo espacio virtual.
El periodista digital rompe con la comunicación lineal y unidireccional de un emisor a un receptor. Está inmerso en un mar de información y está interconectado a fuentes, periodistas, receptores, interactores, etc. y labora en la micro-redacción y en un proceso de comunicación multimedia, multilineal e interactivo. Por ahora nos conformamos con la denominación de periodista digital toda vez que tanto el paradigma de la Red como el de la Sociedad de la Información se basan en su carácter digital y usan herramientas digitales: ordenadores, cámaras, etc., y publican en medios digitales: Internet, televisión digital, etc.
Quim Gil, periodista español y docente del curso de postgrado de Periodismo Digital de la Universidad Abierta de Cataluña, en el artículo «Diseñando el Periodista Digital» señala:«¿Qué es un periodista digital? La pregunta no tiene respuesta clara, y no sólo por la poca concreción del término «digital». El propio concepto de «periodista» viene discutiéndose desde hace décadas, especialmente desde la implantación masiva de la radio y la televisión. Actualmente la definición de periodismo no afecta solamente a los periodistas digitales, sino a la profesión entera. Hasta hace poco los periodistas eran «los que informaban», los «profesionales de la información». Pero con la aparición del medio digital estas afirmaciones -cuestionables ya de por sí- han perdido todo fundamento».[1]
Y agrega: «Cualquiera que acceda a Internet tiene capacidad de informar. No es la calidad de la información lo que diferencia a un periodista. Un periodista malo no deja de ser un periodista y en cambio existen personas con conocimientos específicos que pueden informar muy bien, sin ser periodistas».
Para Quim Gil, el verdadero periodismo digital sería el periodismo en red, ya que éste «rompe con la comunicación lineal y unidireccional» e implica una serie de cambios básicos acerca de las rutinas del periodismo tradicional.
Hoy el periodista digital es más narrador que mero informador de los hechos, pues “las noticias han pasado a ser más temáticas”.
El periodista digital debe incorporar a su formación y actualización profesional permanentes introducciones a disciplinas vecinas o anexas muy diversas, para un mejor desempeño laboral: administración de sistemas, ingeniería de sistemas, derecho de la información digital, comunicación digital, infonomía, etc.
Un periodista en línea, al escribir sus notas informativas, deberá pensar principalmente en un lenguaje universal, pues hay informaciones que adquieren una relevancia especial por su interés común. Debe pensar y entender que su público ya no es necesariamente el lector de su pueblo sino el habitante de cualquier punto del planeta. Debe considerar que a la gente le interesa lo que le afecta de manera directa.
Debe aprovechar la agilidad informativa, para “ganar la nota” o la “primicia” pero obligándose a tener más cuidado para ejercer la profesión a fin de mantener siempre en alto sus niveles de credibilidad informativa.
La incorporación de la tecnología de la información y la comunicación al trabajo periodístico, mediante la  Internet permite al periodista  lo siguiente:
a.     Acercar a las personas, empresas, instituciones y gobiernos entre sí.
b.  Acceder al instante a bancos de información, nacionales o mundiales  para la obtención de datos precisos, confiables y oportunos, a un costo relativamente bajo.
c.      Contar con la información en forma oportuna, al menor tiempo, más reciente y más exclusiva.
d.    Desarrollar sus potencialidades creativas e incrementar notablemente la cantidad del trabajo periodístico.
e.  Elaborar un producto periodístico de mayor calidad y con la mayor velocidad y seguridad posibles.
f.     Mejorar la productividad en el campo del periodismo.
g.     Simplificar las actividades periodísticas.
El periodista digital:
a.     Es a la vez emisor y receptor de la información distribuida por Internet, por ello es el estudiante perfecto para la tele-enseñanza a través de la red.
b.     Es un gestor de información y un buen documentalista, pues controla toda la información de la red y la de fuera de ella, y sabe dar respuestas rápidas a los lectores.
c.      Maneja adecuadamente los medios analógicos o tradicionales (prensa escrita, televisión, radio) y los medios electrónicos o digitales.
d.     Realiza una nueva forma de trabajo: el teletrabajo, donde el despacho en casa de cada periodista se convierte en la redacción real del medio de comunicación para el que trabaja: los horarios flexibles, desaparece el concepto de edición única, al tener la opción de una actualización permanente, aplica tecnologías multimedia y narrativas hipertextuales, etc.
e.      Trabaja en una oficina reducida de redacción virtual, donde la comunicación electrónica reemplaza a los consejos de redacción.
f.          Utiliza modernos instrumentos de comunicación y conoce los códigos, los diálogos, las claves, los programas y las técnicas tanto para obtener la información, como para procesarla y emitirla.  Se afirma por ejemplo que más de la mitad de las actuales ofertas de trabajo para el periodista provienen de medios digitales, donde saber aplicar correctamente los criterios de utilización de las nuevas tecnologías es imprescindible. El periodista digital está formado y capacitado para trabajar con las nuevas tecnologías.
El periodista digital es criatura de un nuevo tipo de Estado. La sociedad global está dando origen a la interdependencia generalizada de las naciones, clases, grupos e individuos y un nuevo tipo de Estado surge ya: el Estado supranacional (Estado-Red o Estado global).
El siglo XXI es un siglo histórico. Es el siglo histórico en el que se configuran las macrosociedades transnacionales, se produce la desnacionalización y desterritorialización de las sociedades, la planetarización de la ciudadanía y la irrupción de la plurisocietarización con multiterritorialización, momento histórico en que parece afirmarse el emergente “sociedismo” o los Estados-red, en lugar de preservar el estadismo, en procura de “sociedades de Buen Vivir”.

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