LA FILOSOFÍA DE
LA CIENCIA
EN UN MUNDO CAMBIANTE
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
La filosofía de una época está conformada por
el conjunto de conocimientos, de doxa
u opinión y de epísteme o ciencia
como diría Platón.
En un principio la filosofía era considerada
como la madre de las ciencias.
Progresivamente de la filosofía se separaron las diversas ciencias
particulares: la Matemática, la Física, la Química, la Biología, la Psicología,
la Ontología, la Metafísica, la Axiología, la Lógica, la Psicología, la
Sociología, el Derecho y la Epistemología.
La búsqueda del saber por el saber, el ansia
del espíritu humano de desentrañar el sentido verdadero del universo, de las
cosas, del hombre y de la vida, así como también el de interpretarla,
comprenderla, describirla y explicarla a
la luz de la investigación científica es competencia de la Filosofía de la
Ciencia.
Son ramas de la filosofía: la ética, la
estética, la axiología, la deontología, la gnoseología, la epistemología, la
lógica, la metodología, la metafísica y la bioética.
La filosofía de la ciencia recibe diversas
denominaciones: Epistemología, teoría de la ciencia o doctrina de la ciencia.
Para Santo Tomás de Aquino los hombres por la
admiración empezaron a filosofar: “La naturaleza ha depositado en cada hombre
la necesidad de saber la causa de aquello que ve; y precisamente por la
admiración de lo que veían, y cuyas causas les eran desconocidas, los hombres
empezaron a filosofar, y finalmente descansaron al encontrar la causa de cuanto
buscaban”.
La filosofía de la ciencia es una rama de la
filosofía que estudia de manera sistemática el saber científico, la naturaleza de la ciencia, los métodos, las
técnicas y procedimientos de investigación, obtención de datos, comprobación y
verificación, sus conceptos, preceptos y postulados, su origen y evolución
histórica, sus problemas, límites y posibilidades, sus implicaciones respecto a
alguna teoría general del universo. Así mismo estudia el lugar de la ciencia en
el esquema general de las disciplinas intelectuales, de la estructura lógica de
los sistemas simbólicos científicos y la integración del conocimiento
científico.
La filosofía de la ciencia explica el qué, el
cómo, el por qué y el para qué de la ciencia en un mundo cada vez más complejo,
contradictorio, diverso y controvertible. La filosofía de la ciencia trata de
investigar y de explicar la teoría y la práctica de las ciencias, los problemas
generales del conocimiento científico y las teorías científicas. Toda ciencia
tiene su filosofía, pero no toda filosofía tiene su ciencia.
Mosterín[1] señala al respecto: “En pocas palabras,
lo que intenta la filosofía de la ciencia[2] es explicar problemas tales como: la
naturaleza y la obtención de las ideas científicas (conceptos,
hipótesis, modelos, teorías,
paradigmas,
etc.); la relación de cada una de ellas con la realidad;
cómo la ciencia describe, explica, predice y contribuye al control de la
naturaleza (esto último en conjunto con la filosofía de la tecnología); la
formulación y uso del método científico; los tipos de razonamiento
utilizados para llegar a conclusiones; las implicaciones de los diferentes
métodos y modelos de ciencia”.
Mosterín[3] conceptualiza la filosofía de la ciencia
en sus dos significados: como metaciencia
y como metafísica científica:
“Por filosofía de la ciencia se entienden también dos cosas. Una, que es la que
más se entiende: filosofía de la ciencia como rama de la teoría del
conocimiento que se ocupa de la ciencia. A esto vamos a llamarle significado de
la filosofía de la ciencia como metaciencia.
Otro significado, importante también, aunque menos frecuente, es la filosofía
de la ciencia en cierto modo como metafísica
científica, como construcción de una cosmovisión global del mundo, del
universo y del puesto que ocupa el ser humano en el universo, y es en este
sentido que sería una especie de metafísica, pero que se diferencia de la
metafísica tradicional, la metafísica tipo Hartmann o Heidegger, en que ésta es
una metafísica construida de espaldas a la ciencia o sobre un mundo que sus
detractores dirían de palabrería huera y sus amigos de palabrería profunda,
pero, en definitiva, un mundo de palabras y de conceptos, donde la idea se
piensa a sí misma y sale fuera de sí misma y el ser ahí se convierte en tal y
cual, una visión del mundo y de la vida humana que ignora los resultados que la
ciencia produce”.
Por su parte, Mario Bunge, en su obra
“Epistemología”, define la epistemología o filosofía de la ciencia como la rama
de la filosofía que estudia la investigación científica y su producto, el
conocimiento científico. Y considera como ramas de la nueva epistemología:
Lógica de la ciencia, Semántica de la ciencia, Teoría del conocimiento
científico, Metodología de la ciencia, Ontología de la ciencia, Axiología de la
ciencia, Ética de la ciencia y Estética de la ciencia.
La filosofía de la ciencia es desarrollada
tanto por los filósofos interesados en la ciencia y los científicos interesados
en la filosofía, en una comunión de intereses, objetivos y metas comunes que
aseguren la vigencia, la profundización y el avance de la filosofía y de la
ciencia.
Entre los filósofos que mostraron especial
interés por la filosofía de la ciencia cabe mencionar preferencialmente a Platón,
Aristóteles,
Epicuro,
Arquímedes,
Boecio,
Alcuino,
Averroes,
Nicolás de Oresme, santo Tomas de Aquino, Jean Buridan,
Leonardo da Vinci, Raimundo
Lulio, Francis Bacon, René
Descartes, John Locke, David Hume,
Auguste Comte, Ernst Mach, Emmanuel Kant
y John Stuart Mill, Galileo
Galilei, Isaac Newton, Albert
Einstein, Karl R. Popper, Thomas Kuhn,
Paul
Feyerabend, Imre Lakatos, Ilya
Prigogine, entre otros.
El espíritu crítico, el afán de investigación,
el hábito de razonar y analizar, sólo adquieren cabal desarrollo cuando se pone
al hombre en contacto con los problemas y los nuevos hechos y fenómenos
sociales, políticos, económicos, educativos, culturales, éticos y ecológicos. Y
esta actitud filosófica es necesaria e imprescindible en un mundo cuatro veces
C, - es decir, cambiante, competitivo, contradictorio y complejo-, como el que
estamos viviendo, con el fin de tener una explicación acerca del porqué y del
para qué del fenómeno y del proceso de la globalización.
La filosofía de la ciencia es el medio
indispensable para dar unidad al saber, es el medio para que los distintos
sectores del conocimiento o ciencias particulares adquieran sentido profundo y
comprensión en la mente del ser humano.
La filosofía de la ciencia y la educación
científica juegan un papel preponderante al orientar a la comunidad de
científicos y a los investigadores por los caminos del desarrollo humano
integral, sustentable y sostenible (DHISS), que posibilite mejor calidad de
vida para el mayor número de personas, con el mayor respeto a sus derechos
fundamentales y el compromiso permanente de generar nuevos conocimientos
científicos, humanísticos y tecnológicos sobre su realidad y el medio ambiente
para, finalmente, enfrentar con éxito los problemas y retos del presente y del
futuro.
Con las palabras de Elías Bernal Campo[4] diríamos: “Toda sociedad
debe aprender los principios básicos del método científico, es decir, aprender
a formular preguntas, a observar, a analizar e indagar, a desarrollar el hábito
de la lectura, a reflexionar, a escribir, a sintetizar y obtener conclusiones,
y a actuar con consistencia. Por la carencia de tales características, las
actuales sociedades de los países en vías de desarrollo no juegan un papel
activo en el diseño de los paradigmas que intentan explicar la vida social”.
No cabe duda, y estamos convencidos, que la
filosofía de la ciencia o epistemología, la educación científica, la lógica de
la ciencia, la metodología de la ciencia, la teoría de la investigación
científica, la axiología de la ciencia y la ética de la ciencia son estrategias
claves y fundamentales para alcanzar el crecimiento, el desarrollo y el progreso
de las sociedades y naciones del mundo.
[1] Mosterín, Jesús. Filosofía y
Ciencia. Un continuo. Fondo Editorial de la Universidad Inca Garcilaso de
la Vega, Primera edición, Lima, Perú, setiembre de 2011, p.27.
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Filosofía_de_la_ciencia
[3] Ibídem, p.46.
[4] Bernal Campo, Elías. Innovación
y cultura de las organizaciones en tres regiones de Colombia, Santafé de
Bogotá, D.C., Colciencias/Corporación Calidad, 2000, p. XIV.