Artículos periodísticos y de investigación

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9 de abril de 2015

IMPORTANCIA DE LA FILOSOFÍA


 IMPORTANCIA DE LA FILOSOFÍA

Escribe: Eudoro Terrones Negrete


Justificación

Así como no hay hombre ni acción que no tenga su importancia, así también no hay disciplina del saber humano que carezca de importancia para la humanidad. Y la filosofía es una disciplina integradora del saber humano.

Refiere Cicerón, que Sócrates hizo bajar la filosofía del cielo a la tierra, la transfirió a las ciudades, la introdujo en las casas, la hizo interesarse por el hombre, por la vida del hombre, por las costumbres, usos y tradiciones, por el bien y el mal en el universo, por la reflexión crítica y la solución posible de los problemas del hombre y de la sociedad.

Sócrates, el filósofo griego y fundador de la filosofía moral, dijo: “Sé razonable Critón, y no pienses si los maestros de filosofía son buenos o malos; piensa únicamente en la filosofía misma. Procura examinarla bien y sinceramente, y si es mala, procura apartar de ella a todos los hombres; pero si es lo que yo creo, síguela y sírvela y sé animoso”.

No obstante haber transcurrido más de veinticinco siglos desde la fecha de creación del término filosofía sin embargo no deja de formularse las sempiternas preguntas ¿para qué sirve la filosofía? o ¿por qué es importante la filosofía?

La filosofía, ingrediente indesligable de la vida del hombre, reviste extraordinaria importancia en la vida de todo ser humano, profesional, pensador, historiador e investigador científico. Todo hombre filosofa desde que tiene uso de razón cuando trata de encontrar la verdad y de explicarse la esencia de todo cuanto hay en el universo. Si Goethe llegó a decir que “sólo todos los hombres viven lo humano”, nosotros afirmamos categóricamente que “sólo todos los hombres viven la filosofía”.

La filosofía es importante en todo orden de cosas y fundamentalmente porque  es un poderoso y efectivo instrumento del saber y de la actividad de los hombres para el conocimiento, interpretación, descripción y explicación de todo cuanto hay en el Universo o para formular una concepción general del mundo y de la ubicación del hombre él. Es un factor del desarrollo del conocimiento y de su práctica,  en procura de la transformación de los hombres, de las sociedades y del mundo.

La importancia de la filosofía radica en el hecho de que permite al hombre combinar, armonizar e interrelacionar las ideas para formar un sistema de pensamiento positivo y pragmático, a fin de descubrir, encontrar, desentrañar y explicar las causas supremas y los efectos entre las diversas ramas del saber humano.

La filosofía sugiere una forma de vida personal más viable y fructífera que la del irreflexivo hombre común y corriente; permite ensanchar la imaginación creadora y crítica e enriquecer el bagaje cultural y el mundo psíquico para posibilitar la mejor comprensión y transformación de las estructuras socioeconómica, políticas y educativo-culturales del mundo circundante: así mismo, la filosofía nos enseña a compartir los bienes espirituales y morales, más que a conservarlos egoístamente.

La filosofía posibilita el saber acerca de lo existente y la formación de una visión congruente del universo, de una concepción integral del hombre, de la sociedad y la existencia, en sus esencias recónditas, en sus múltiples posibilidades, limitaciones y definiciones.

No menos importante es la filosofía porque permite desarrollar, robustecer y perfeccionar las facultades intelectuales de todo ser humano, sin exclusiones ni exclusivismos, para conducirlo al conocimiento y a la posesión de la verdad, el saber y la cultura.

La filosofía sirve para entender, explicar y esclarecer la naturaleza, la esencia y las condiciones del hombre en cuanto “ser sujeto” y de los objetos del mundo exterior en cuanto “ser objeto”. La filosofía reviste extraordinaria importancia porque es una meditación profunda sobre la vida y la muerte, sobre el destino y el futuro del hombre, sobre los conflictos y problemas humanos que escapan a las demás ciencias particulares.

La incursión del hombre en el campo de la filosofía le permite a éste desarrollar el hábito de reflexión y de crítica, la exactitud de la observación y la necesidad imperiosa e impostergable de continuar en la búsqueda de la esencia de las cosas y de descubrir las relaciones o vínculos de las diferentes ciencias y establecer la jerarquía y la clasificación de las ciencias.

Y no sólo el hombre tiene su propia filosofía. También cada ciencia  tiene su propia filosofía en tanto y en cuanto tratan de explicar su razón de ser, su sentido, finalidad y trascendencia. Así decimos filosofía de la ciencia, filosofía de la historia, filosofía de la matemática, filosofía de la química, filosofía de la física, filosofía de la educación, filosofía del derecho, filosofía de las ciencias de la comunicación, entre otros.

Si en algún momento de su vida quisiéramos encontrar y explicar el sentido de nuestra vida en el cosmos; contribuir a integrar coherentemente y dar solidez a los argumentos que elucubramos acerca de la verdad de las cosas y de nuestro obrar, no dejemos de acudir a la maestra del saber: la filosofía.

La filosofía es un instrumento adecuado para comunicarnos verdades de modo racional y con sentido social y ético con todas las personas de nuestro espacio y tiempo histórico y que permite desarrollar una comunicación o un diálogo productivo y provechoso acerca de los grandes temas y problemas de todos los tiempos: la vida, la muerte, el hombre, el mundo, Dios, entre otros.

La filosofía tiene una innegable importancia para el hombre por los beneficios y las bondades que reporta: mejora y perfecciona la capacidad racional del hombre para resolver problemas; ayuda a desarrollar métodos, técnicas e instrumentos adecuados y eficaces de análisis y de investigación; ayuda a comprender y explicar los objetivos y fines de otras ramas del saber; desarrolla la capacidad persuasiva y la habilidad comunicativa; contribuye con el marco conceptual para la justificación de los principios de las Constituciones políticas, de los Códigos y las leyes de las naciones; afina el texto de la axiología humana; asigna al Estado su filosofía política, social, económica, educativa, cultural y ecológica; delimita y precisa con rigor filosófico los deberes y derechos de los ciudadanos.

La filosofía es importante en la vida del hombre porque aparte de desarrollar su facultad racional desarrolla y regula su capacidad imaginativa y creadora, pone a los pensamientos en acción y en permanente renovación para la transformación de la sociedad y del mundo.

Los filósofos y la importancia de la filosofía


Ilustres pensadores, como Epicuro, Arístipo, Platón, Séneca, Epícteto, Apuleyo, F. Bacon, Descartes, Voltaire, Helvecio, Goldsmith, Dilthey, James, Simmel, Husserl, Russell, Maritain, Sartre, Savater, Camilo José de Cela, C. Lahr, Bochenski,  Popper, Howard Selsam, Jasper y Eduardo Pallares, entre otros, destacan la importancia de la filosofía en los términos que siguen:

Epicuro de Samos (341-270 a.C.): Este filósofo griego, adversario de la escuela platónica y representante del  período “ético” de la filosofía griega y fundador de la doctrina filosófica epicureísmo, destaca la importancia de la filosofía en los términos que siguen: “No hay cosa más noble, que aplicarse a la Filosofía”. “Ni el joven dilate de filosofar, ni el viejo de filosofar se fastidie; pues a nadie es intempestivo ni por muy joven ni por muy viejo, solicitar la salud del alma. Y quién dice que no ha llegado el tiempo de filosofar, o que ya se ha pasado, es semejante a quien dice que no ha llegado el tiempo de buscar la felicidad o que ya se ha pasado”.

Arístipo (435-366 a.C.): Filósofo ateniense y fundador de la escuela hedonista confiesa haber ganado de la filosofía “cierta aptitud para sentirme a mis anchas en medio de la sociedad”.

Platón (427-347 a.C.): Distinguido y fidelísimo discípulo de Sócrates durante cerca de diez años, es uno de los grandes clásicos de la filosofía y de la literatura universal, y uno de los extraordinarios filósofos más completos de toda la humanidad.

Platón vio en la filosofía la panacea contra todos los males, debilidades, enigmas y vicios de la sociedad y del individuo, y que tan sólo la ignorancia hace a los hombres viciosos. Consideró a la filosofía como el único instrumento efectivo, eficaz y eficiente para realizar una comunidad humana libre, pacífica, digna y justa. No por poca razón la filosofía platónica es fundamentalmente noesis del eidos, es decir, inteligencia de lo inteligible; y la Filosofía es el esfuerzo dialéctico para alcanzar el conocimiento intelectual de las ideas según su triple realidad y consistencia de ídolos, eidos e ideas.

En su obra “República” señala de manera categórica y enfática que “A menos que los filósofos lleguen a ser reyes, o los reyes filósofos, no habrá modo de terminar con la intranquilidad y desasosiego de los Estados”. O algo más: “Mientras los filósofos no se enseñoreen de las ciudades o los que ahora se llaman reyes y soberanos no practiquen la filosofía con suficiente autenticidad, de tal modo que vengan a ser una misma cosa el poder político y la filosofía, y mientras no sean recusadas por la fuerza las muchas naturalezas que hoy marchan separadamente hacia uno de estos fines, no habrá reposo, querido Glaucón, para los males de la ciudad, ni siquiera, al parecer, para los del linaje humano”.

Lucio Anneo Séneca[1] (4-65 a. C.): Para Séneca, -quien llegó a ser escritor, político y filósofo latino, maestro de Nerón y defensor del estoicismo-, la filosofía debe fundarse en la práctica: “La filosofía forma y modela el alma, ordena la vida, regula las acciones, muestra lo que se debe hacer y lo que se debe evitar, empuña el timón y dirige la nave en las pasos peligrosos Sin ella, nadie puede vivir exento de temores; nadie puede vivir con seguridad; a cada hora acaecen accidentes innumerables que reclaman un consejo que sólo a ella debe pedirse… la filosofía debe ser nuestra defensa. Ella nos exhortará a obedecer a Dios de buen grado y a resistir a la fortuna, con una férrea obstinación; ella te enseñará a que consigas a Dios, a que soportes el hado”.

Los grandes temas y problemas de la Filosofía de la época son tratados por él con mucha penetración y profundidad. Llega a pensar que la virtud es suficiente para alcanzar la felicidad.

De acuerdo con el pensamiento del filósofo romano Séneca[2], la filosofía “atiende primeramente a formar el sentido común y a regular los deberes de la vida y de la sociedad, y de esta profesión nos separamos si vivimos de ora manera que los demás”. “La filosofía perfecta hace dichosa la vida, y ésta se dulcifica cuando se empieza por el estudio de aquella… La filosofía atiende primeramente a formar el sentido común y a regular los deberes de la vida y de la sociedad, y de esta profesión nos separamos si vivimos de otra manera que los demás”. “El vivir es un don de los dioses inmortales, y el vivir bien es un fruto de la filosofía” (“Cartas a Lucilio”).

Epícteto (55-135 d.C.): Filósofo griego y uno de los representantes máximos del estoicismo, considera que “La filosofía es alimento de los espíritus fuertes” y “El verdadero filósofo domina la vida, en lugar de que la vida lo domine a él”.

Según este pensador, que gustaba renunciar a sus propios intereses y promover el bien común de la humanidad, “La filosofía nos enseña de dónde venimos, quién nos ha creado, y a permanecer firmes en el lugar donde nos han puesto los dioses

Lucio Apuleyo (siglo II)[3]: Naturalista y escritor satírico latino, revela que “La filosofía no sólo me ha enseñado a amar a quien me hace bien, sino también a quien me causa un mal; a compartir los bienes, más que a conservarlos para mí solo; a desear mejor lo que es útil a todos que aquello que puede serme útil a mí únicamente”.

Francis Bacon (1561-1626): Filósofo británico, consolidó el pensamiento científico moderno, destacó la importancia que tiene el conocimiento en el desarrollo del hombre, llegó a decir que “Sin la filosofía nada me importaría la vida” y  “La historia hace a los hombres sabios; la poesía, ingeniosos; las matemáticas, sutiles; la filosofía natural, profundos; la moral, graves; la lógica y la retórica, hábiles para la lucha”.

René Descartes (1596-1650): Filósofo y matemático francés, considerado el Padre del racionalismo., soñó con dotar a la filosofía de una estructura matemática, pretendió buscar en la Filosofía una verdad indudable universalmente.

Destacó la importancia de la filosofía en los términos siguientes:“Creo que la filosofía debe abrir a cada uno el camino por el que pueda encontrar en sí mismo, y sin tomarlo de otro, todo el conocimiento que le es esencial para la dirección de su vida”;  “La filosofía es la que nos distingue de los salvajes y bárbaros; las naciones son tanto más civilizadas y cultas cuanto mejor filosofan sus hombres”.

Voltaire (1694-1778): Voltaire es el seudónimo de Francois Maris Arouet, uno de los enciclopedistas más sobresalientes, destacó como escritor y filósofo francés y por su firme oposición a la intolerancia de las religiones organizadas. Considera que “Esta vida es una lucha permanente, y la filosofía es el único emplasto que podemos aplicar a las heridas que de todas partes recibimos”.

Claudio Adriano Helvecio (1715-1771): En opinión de este filósofo francés “Los filósofos han conducido a las sociedades desde el estado salvaje al grado de perfección en que ahora se hallan”.

Oliver Goldsmith (1730-1774): Novelista, dramaturgo y poeta anglo irlandés piensa que “La filosofía no puede contribuir a nuestra felicidad más que disminuyendo nuestras miserias”.

Georg  Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831): Filósofo alemán, considera que “La filosofía es la ciencia objetiva de la verdad, un conocimiento comprensivo; no opinión ni urdimbre de opiniones”.

Wilhelm Dilthey (1833-1911): Filósofo alemán, uno de los grandes maestros del historicismo, llegó a decir que “La filosofía es más que pensamiento: es el principio de la formación autónoma de la persona y de la sociedad”.

William James (1842-1910): Filósofo estadounidense, uno de los primeros psicólogos modernos y destacada figura del pragmatismo, al valorar la filosofía expresa que “Un hombre que no tenga ninguna filosofía es el menos propicio e inaprovechable de todos los prójimos posibles”.

Georg Simmel (1858-1918): “Sólo en la filosofía es donde cada pensador, cuando es original, determina no únicamente lo que quiere responder, sino lo que quiere preguntar para responder al concepto de filosofía”.

Edmundo Husserl (1859-1938): “Con nuestra actividad filosófica, nosotros somos los funcionarios de la humanidad”.

Bertrand Russell (1872-1970): “La filosofía puede proporcionar el hábito del pensamiento exacto y cuidadoso, no sólo en matemáticas y ciencia, sino en cuestiones de gran importancia práctica. Puede dar un alcance impersonal al concepto de los fines de la vida. Puede dar al individuo una justa medida de sí, con relación a la sociedad, del hombre del presente, al hombre del pasado y el futuro, y de toda la historia del hombre con relación al cosmos astronómico. Al ensanchar los objetos de sus pensamientos, proporciona un antídoto contra las ansiedades y angustias del presente, y hace posible el mayor acercamiento a la serenidad, que puede tener una mente sensible en nuestro torturado e incierto mundo”. “El valor de la filosofía debe hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu; y sólo los que no son indiferentes a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que estudiar o hacer filosofía no es perder el tiempo. El valor de la filosofía reside, en realidad, en su misma incertidumbre. El hombre que carece de filosofía va por la vida preso en los prejuicios derivados del sentido común, de las creencias habituales de su tiempo o de su nación, y de las convicciones nacidas en su mente sin consentimiento ni cooperación de su razón deliberada. Para tal hombre, el mundo es definido, finito, obvio; los objetos comunes no despiertan preguntas y las posibilidades no familiares se rechazan desdeñosamente. Por el contrario, en cuanto se comienza a filosofar, hallamos que incluso las cosas más vulgares conducen a problemas a los cuales sólo se pueden dar respuestas muy incompletas”.

Jacques Maritain (1882-1973): “La filosofía es el instrumento más perfecto, a nuestra disposición, para una mirada de conjunto sobre la totalidad del ser”.

Jean-Paul Sartre (1905-1980): “Una filosofía se constituye para dar su expresión al movimiento general de la sociedad; y mientras vive, ella es la que sirve de medio cultural a los contemporáneos”.

Fernando Savater (1947-): “La filosofía es para las personas, que no es simplemente un juguete, cuyo monopolio tengamos los profesores, los especialistas, sino que es un instrumento para ayudar a vivir a la gente o para suscitar inquietudes entre la gente”.

Camilo José de Cela:  Premio Nóbel de Literatura 1989, llegó a decir que “La filosofía enseña a discurrir”, y discurrir significa pensar, meditar, razonar, imaginar, inferir, conjeturar.

C. Lahr:  “También la filosofía es la antorcha de la historia. Si se quiere comprender la civilización de un pueblo o de una época, examínese cómo ese pueblo y esa época han comprendido el derecho, la libertad, la autoridad, etc.”

Pero hay filósofos también que no comparten la idea sobre la utilidad para la vida de la filosofía, como es el caso del filósofo y escritor español Fernando Savater (1947) cuando expresa que “Todavía hay quien, de vez en cuando, expresa su añoranza por una filosofía “útil para la vida”; esta postura me parece que encierra un malentendido: la sabiduría en lo que tiene de lucidez y crítica va siempre contra la vida; vivimos a pesar de lo que sabemos, no gracias a ello. No concibo que el pensamiento facilite la vida; la arriesga, la compromete, la zapa en la mayoría de los casos; quizás por eso sea la forma más alta de la vida humana que conocemos, porque es la más antiviral, la que nos pone al borde de perderlo todo sin ofrecer nada a cambio, salvo horror, soledad o locura” (“Apología el Sofista”), aunque para el ideólogo del anticomunismo Iosef Bochenski “Nada es más desatinado que negar el valor de la filosofía para la vida”.

Bochenski : “Por muy raro que parezca, probablemente no hay hombre que no filosofe. O, por lo menos, todo hombre tiene momentos en su vida en que se convierte en filósofo” ( Introducción al pensamiento filosófico).

Karl Popper:“Creo que todos los hombres y mujeres son filósofos, aunque unos más que otros” (En busca de un mundo mejor).

Howard Selsam:“La filosofía está inseparablemente conectada con los conflictos sociales…tiene, y siempre ha tenido, importancia y significado genuinos para los problemas de los hombres y de las mujeres. Desde las antiguas China, India, Grecia y Roma hasta la actualidad, las discusiones filosóficas han reflejado los asuntos sociales y los principales argumentos filosóficos se han manifestado y se han referido a vitales y significativas luchas sociales…La filosofía posee significado y valor porque tiene relación con los asuntos sociales, toma partido frente a ellos y los relaciona con teorías generales sobre la naturaleza del mundo y del hombre”, y agrega que, por ello, “las grandes luchas de clase de la época del imperialismo constituyen, al mismo tiempo, las mayores luchas filosóficas e ideológicas de toda la historia”.

Karl Jaspers: “Quien rechaza la filosofía, profesa también una filosofía, pero sin ser consciente de ella. No hay manera de escapar a la filosofía”.

Eduardo Pallares: “Hay desde luego, un hecho incontrovertible: la humanidad no puede vivir sin filosofar” (Introducción a la Filosofía ¿Qué es filosofía? ). 

Los hindúes expresaron, muy convencidos, que la filosofía es el remedio para todos los sufrimientos de la existencia humana.

Nadie podrá contradecir que la filosofía responde a una necesidad consubstancial del hombre de formarse una concepción unitaria, coherente y total acerca de sí mismo, del universo, de la vida y de la muerte, de Dios, la sociedad. “El que no pone un poco de filosofía en medio de las miserias de este mundo, es un hombre que camina con la cabeza descubierta en medio de un aguacero. En cambio, el filósofo dispone de un buen paraguas que le protege del temporal”  puntualiza C. Tillier.





[1] Séneca, Lucio Anneo. De la vida bienaventurada. En Julián Marías, “La filosofía en sus textos”. Editorial Labor, Madrid, 1963.
[2] Séneca, Lucio Anneo. Cartas a Lucilio.
[3] Apuleyo, Lucio. Sentencias.
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