MEJORES PERIODISTAS PARA UNA MEJOR
OPINIÓN PÚBLICA
Eudoro Terrones Negrete
Los periodistas y medios
de comunicación social ejercen influencia directa o indirecta en la formación
de la opinión pública, en la toma de decisiones para la solución de problemas
individuales, colectivos, empresariales o institucionales.
Los periodistas son
un nexo entre la realidad y el público, por cuanto informan y comentan lo que acontece
en la sociedad premunidos de sólidos principios y valores éticos: verdad,
objetividad, responsabilidad, pluralismo, independencia de criterio,
honestidad, libertad, espíritu de justicia y bien social.
La responsabilidad
social, jurídica y ética que asumen los periodistas frente a su
público-objetivo se expresa en la selección y valoración cuidadosa de todo lo que van a decir, escribir, comentar,
criticar o difundir. Seleccionan y valoran lo que es de interés público, y lo
difunde de manera jerarquizada en su importancia, según el orden en que
aparecen, según el espacio, el tiempo, el ritmo en el montaje o en función de
la trascendencia social.
La opinión pública se
manifiesta a través de encuestas, entrevistas, reportajes, sobre las campañas
políticas, los planes y programas del gobierno de turno, de los gobiernos
regionales y locales, y acerca de temas y problemas de interés social. Opinión
pública que puede ser positiva o negativa, conservadora o progresista,
favorable o contraria al cambio social.
Bernard Cohen llegó a
decir, no con poca razón: “la prensa no tiene mucho éxito en decir a la gente
qué tiene que pensar pero sí lo tiene en decir a sus lectores sobre qué tienen
que pensar” (Cohen, 1963:13).
Según McCombs y
Donald Shaw, los medios establecen la agenda del público, entendiendo por
agenda el conjunto de cuestiones que van a estar en la opinión pública. La
efectividad de los medios, según Canel (1963:13), reside en “transferir a la
audiencia la importancia que otorgan a los temas en su cobertura”.
Esta agenda mediática, constituida por el conjunto de temas que
tratan los periodistas, ejerce decisiva influencia en la agenda pública, la misma que está conformada por la respuesta dada
en las encuestas realizadas a la muestra representativa de la población, que es
la respuesta de los encuestados sobre diversos asuntos, temas o problemas de
actualidad.
En lo que va del Siglo
XXI, preocupa a la población que la
información y los comentarios que se realizan a través de los medios de
comunicación o de las redes sociales no sean de calidad, o que poco contribuyan
a enriquecer el bagaje cultural del común de las personas. Y esto ocurre porque
se da mayor importancia a la forma y no al contenido, al interés empresarial y
no al interés social, a los fines políticos y económicos y no a los fines
educativos, espirituales y morales.
Frente a esta
situación no podemos menos que apelar a la conciencia de los periodistas, de
los propietarios de medios, para que
cumplan su rol informativo en aras del bien común, y difundan información relevante,
transparente, veraz, imparcial, responsable y constructiva, que permitan educar,
culturizar y ensanchar la espiritualidad y moralidad de las personas e
instituciones.