Artículos periodísticos y de investigación

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14 de abril de 2015

LOS PLANES DE ESTUDIOS Y LA CALIDAD DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR UNIVERSITARIA


LOS PLANES DE ESTUDIOS Y LA CALIDAD DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR UNIVERSITARIA

Escribe: Eudoro Terrones Negrete



Un Plan de Estudios Universitario (PEU) es un instrumento curricular, teórico y práctico, regulado, controlado, reajustable y evaluable, que articula la realidad con el perfil, los objetivos, fines, metas, contenidos y métodos pedagógicos propuestos, dentro de un espacio-tiempo institucional, con el fin de obtener al término de una carrera profesional un buen producto educativo que se incorporará al campo laboral para contribuir a la transformación del país.

El PEU, instrumento curricular concebido y aplicado con márgenes de autonomía, tiende a orientar y facilitar la acción instructiva, formativa y sistemática de los docentes sobre la realidad de la educación superior universitaria en un contexto social determinado.  El PEU es la materialización del currículo universitario de una carrera profesional.

Los planes de estudios, como instrumentos de progreso social, educativo y cultural y a través de las cuales fluyen las políticas educativas del Estado,  deben responder a principios de autonomía, cientificidad, realismo, racionalidad, articulación (vertical y horizontal), integridad, flexibilización, regulación, previsionalidad, participación, prospectividad, objetividad y actualización, tanto en su concepción como en su aplicación, para la formación integral del individuo.

Santiago Castillo Arredondo y Jesús Cabrerizo Diago expresan que “Los Planes de Estudios en la Educación Superior constituyen una forma particular de organización del conocimiento estructurado a manera de ciclos, materias, disciplinas, áreas o cualquier otro mecanismo que permita incorporar el conocimiento pertinente a la instrucción formal en el seno de la Universidad. Supone un diseño curricular complejo, pues regula la actividad de muchos docentes y unidades organizativas dentro de la institución universitaria. Además, integra distintas unidades y especialidades de formación, correspondientes a diferentes áreas del conocimiento, métodos, estilos y tradiciones de concebir la existencia y el conocimiento particular. Conjuga distintos propósitos educativos, a veces irreconciliables, con el fin de ponerles a actuar coordinadamente en conjunto”.[1]

Una de las formas parra mejorar la calidad de la educación universitaria es efectuar una reforma curricular. La Universidad en el Siglo XXI deberá incorporar las nuevas propuestas curriculares para formar profesionales a tono con los adelantos y las innovaciones científico-tecnológicas.

Los currículos deberán responder a los requerimientos siguientes:
-  Modelo interdisciplinario y multidisciplinario de organización de los estudios, como es el caso denominado “Estudio Basado en Problemas” (EBP), en las que confluyen los aportes de las diversas disciplinas implicadas.
-      Flexibilización en el diseño y la aplicación del PEU.
-      Integración cultural y multicultural en su concepción, orientación y ejecución.
-      Responsabilidad profesional, jurídica, social, ética y axiológica de los diseñadores y ejecutores del PEU.
-    Seguimiento, supervisión, control y evaluación permanente, a nivel vertical y horizontal, con la participación de las autoridades académicas, personal docente, estudiantes y representantes de los egresados (Evaluación de entrada, de proceso y de salida o de resultados).
-      No sobrecargar asignaturas y horas de clase, toda vez que “existe el criterio de que los estudiantes se forman y aprenden sobre todo estudiando más que pasando largas horas sentados en el pupitre de una clase…Una presión excesiva por la carencia de tiempo les lleva, con frecuencia, a estudiar superficialmente y a memorizar sin llegar a dominar intelectualmente las cuestiones que se les plantean. De esa forma los estudiantes estudian para aprobar…, ya no tanto para aprender” (Castillo Arredondo y Cabrerizo Diago, Op.cit.).
-   Los sílabos deben ser  elaborados por áreas de afinidad de asignaturas. Deben  ser también revisados y actualizados conforme avanza la ciencia y la tecnología, a fin de depurar conocimientos obsoletos,  temas repetidos en varias asignaturas y poder incorporar otros nuevos más útiles y necesarios para la formación profesional.
-     Apertura a las nuevas demandas sociales y laborales.
-     Adecuación a los intereses y motivaciones de los estudiantes.
-    Establecer denominaciones de asignaturas iguales para materias con contenidos similares, a fin de facilitar la aplicación de las respectivas equivalencias y convalidaciones cuando sean necesarios.
-  Creación de carreras y especialidades nuevas o el diseño de carreras mixtas con integración de estudios procedentes de otras carreras, por ejemplo: Sociología + Educación; Periodismo + Educación; Derecho + Económicas; Empresariales + Lenguas; Psicología + Pedagogía.
-   La globalización de los estudios universitarios, a fin de ensanchar y mejorar las perspectivas profesionales de los estudiantes, con la consiguiente validación, reconocimiento y revalidación de los grados académicos y títulos profesionales por las universidades de diversos países del mundo.

La reforma de los Planes de Estudios universitarios podría devenir en un simple “maquillaje institucional”, en puro “papel mojado en tinta” o en  “buena intención” de las autoridades universitarias si no se complementa de otras medidas, por ejemplo:
  • Mejoramiento de la infraestructura (aulas, laboratorios, bibliotecas, talleres, etc.)
  • Mejoramiento de la organización de la universidad.
  • Mejoramiento del status profesional, nivel remunerativo, de la autoestima y condiciones de vida de los docentes.
  • Mejoramiento de la imagen de la universidad.
  • Mayor conexión y relación de la universidad con el mercado laboral, las demás universidades (nacional y extranjera) y la sociedad.
  • Mayor inversión en adquisición de equipos, máquinas, recursos didácticos, etc.



[1] En “Formación del profesorado en Educación Superior / Didáctica y Currículum”, Volumen I, McGraw Hill, España, 2005.

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