Artículos periodísticos y de investigación

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9 de diciembre de 2024

Buscando un mejor destino para todos los peruanos

 BUSCANDO UN MEJOR DESTINO 

PARA TODOS LOS PERUANOS

Diseñada por IA ChatGPT4.0

La imagen simboliza la esperanza y unidad para un mejor futuro de todos los peruanos. Representa a un grupo diverso de personas en un paisaje andino vibrante con elementos icónicos como Machu Picchu, el sol naciente y la bandera peruana, irradiando progreso y orgullo nacional. 

Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete


DESCRIPCIÓN DE LA PROBLEMÁTICA

En todo análisis crítico de la problemática de los países en vía de desarrollo, deberá tenerse en consideración que la distribución de los bienes es prioritaria, la lógica del compartir y la solidaridad es fundamental por cuanto todos formamos parte de la misma comunidad internacional.

La lógica del beneficio predominante históricamente a favor de grupos minoritarios determinó el incremento de la desproporción entre ricos y pobres en las áreas urbanas y se acentuó la desigualdad, exclusión e injusticia en las áreas rurales.

Es un lugar común el hecho de sostener que en los países desarrollados hay normas de equilibrio, reglas establecidas y una política fiscal más equitativa y controlada. Cosa que no ocurre en el Perú y en los países de América Latina y el Caribe, en los que impera el afán desmedido de lucro de los inversionistas privados y en porcentajes ilimitados, aparte de contar con regímenes arbitrarios, entre civiles y militares, digitados por las grandes empresas transnacionales que devinieron a la economía peruana y latinoamericana en altos índices de despilfarro del gasto público, de corrupción e inmoralidad e impunidad, con prebendas, subsidios no siempre justificados, a la par de una economía especulativa y un sistema financiero que no respetó fundamentalmente los derechos plenos de la población.

Todo esto ha producido en el Perú durante las últimas décadas del siglo XX un clima de violencia permanente por más de veinte años, -y que continúa manifestándose en el siglo XXI-, en el que el terrorismo unido con el narcotráfico generaron más de cuarenta mil muertes, entre campesinos, obreros, estudiantes, profesionales y líderes políticos. Esta guerra subversiva costó al Estado peruano un aproximado de treinta mil millones de dólares, casi aproximado al costo total de su deuda externa que tenía en aquél entonces.

La situación de crisis integral por la que atravesó  y atraviesa actualmente el Perú  (social, política, económica, educativa, cultural, ecológica y moral), se debió y se debe fundamentalmente a la falta de reformas sostenidas y profundas en todo sentido y orden de cosas, a la carencia de conciencia por el desarrollo digno y justo,  a la incompetencia de la clase política y a la falta de responsabilidad en los electores nacionales al elegir gobernantes y autoridades mediocres, sin experiencia y con prurito de enriquecimiento ilícito.

En el Perú, cada cuatro o cinco años  surgieron y surgen nuevos movimientos políticos fabricados con el dinero y que pronto se convierten en “vientres de alquiler”, movimientos sin organización, sin filosofía, y peor aún, sin planes de gobierno ni líderes calificados. Y los resultados están a la vista: más engaño, más miseria, más opresión, más política populista y paternalista, más demagogia política, más desigualdad, más exclusión, más corrupción e inmoralidad y más injusticia social.  Y así, de estos “partidos fabricados” de un día para otro, qué se puede esperar, pues sólo desgobierno, inseguridad ciudadana y a rezar todos las noches al acostarse.

 

CORRUPCIÓN, INMORALIDAD E IMPUNIDAD

La corrupción es el aprovechamiento premeditado de la autoridad o del poder político y/o administrativo, en el ámbito público y privado, que determinadas personas o grupos políticos hacen en provecho propio, y en detrimento de los derechos e intereses de la comunidad nacional. Todo esto va en contra de las posibilidades reales de contribuir al desarrollo y progreso individual y colectivo.

La corrupción es un mal de valores morales y de conciencia social; es un modo particular de ejercer influencia ilícita, ilegal e ilegítima,  que limita los derechos a una vida mejor y digna de todas las personas, que frustra o aplaza el progreso de los países.

Para entender la presencia de actos corruptos a lo largo de toda la historia de la república peruana- refiere Rudy Mendoza Palacios[1]-, hay que tomar en cuenta el contexto del fracaso en el cambio del modelo colonial de dominación patrimonial burocrático, al esquivo modelo republicano y moderno de dominación burocrático-racional. Tal fracaso se tradujo en vacíos institucionales que permitieron la reproducción soterrada de vicios culturales o en el solapamiento de acciones antes consideradas normales y ahora tipificadas oficialmente como corruptas”.

La corrupción echa raíces en la administración pública y en algunos medios de comunicación, con el financiamiento de las campañas electorales de algunos partidos políticos, cuyas fuentes de origen de los recursos financieros no fueron descubiertos en su  totalidad. Entonces la credibilidad en los dirigentes de los partidos  políticos se reduce a su mínima expresión, pero también los nuevos partidos  conformados por gente “independiente” ´poco a poco se contaminan e  ingresan al circuito cerrado de la corrupción nacional e internacional. Y así la ciudadanía empieza a dudar de todos los dirigentes políticos y a confiar muy poco en la política, hastiado por los viejos y nuevos casos de corrupción e inmoralidad en el manejo de la cosa pública, con protagonistas pasivos y activos.

El Centro Latinoamericano para el Desarrollo, la Integración y Cooperación (CELADIC)[2]  señaló:  “La corrupción, la impunidad, la ausencia o la precariedad de un efectivo Estado de Derecho, con poco o ningún imperio de la ley y de la justicia, favorece un contexto de creciente degradación de los derechos humanos personales; aumenta en todos los aspectos de la vida cotidiana y social la inseguridad y el miedo de las personas y al mismo tiempo recrudecen distintas formas represivas por parte de las autoridades públicas junto con nuevas formas de violencia y de terrorismo”. Y más adelante propone: “En estas perspectivas debemos superar el clientelismo del Estado, su paternalismo tecnocrático, su ritualismo burocrático y centralizador, que desconocen y destruyen la creatividad social, y se agotan en la ineficiencia de sus políticas públicas y sobre todo sociales; su desencuentro cada vez más profundo con el pueblo y con la nación, con los más pobres y marginados; y a su creciente corrupción y decadencia.”

El contralor de la República de Perú, Fuad Khoury, informó a la prensa que los gobiernos locales, los ministerios y las universidades estatales concentran a la mayor parte de los 10,659 funcionarios involucrados en presuntos actos de corrupción, detectados en las acciones de control entre los años 2009 y julio de 2011.

De esa cantidad detalló que 4,039 pertenecen a gobiernos locales (38 %), 2,091 son de ministerios (20 %), 1,665 de universidades (16 %), 1,629 de empresas del Estado (15 %), 830 de gobiernos regionales (8 %), 250 de sociedades de beneficencia (2 %) y 155 de organismos autónomos (1 %)

Al hacer un balance de la labor desplegada en 2011 sostuvo que de esa cifra 8,222 funcionarios están involucrados en infracciones de tipo administrativo; mientras que 1,438 habrían incurrido en ilícitos penales y 9290 en faltas de carácter civil.

Indicó, asimismo, que los principales ilícitos penales detectados fueron: peculado, asociación incompatible, cohecho, malversación de fondos, falsedad genérica y asociación ilícita para delinquir.[3]

En el Perú,  la corrupción e impunidad van de la mano. Hay conductas hamponescas, negocios turbios, cuantiosas sumas de dinero desaparecen de las arcas fiscales, se forman comisiones investigadoras que muy poco investigan a fondo, los corruptos se protegen entre ellos para liberarse del  alcance de los tribunales, violando las leyes y la Constitución política.

No faltan personas influyentes que posiblemente reciben jugosas comisiones para facilitar buenos negocios a inversores nacionales y extranjeros y para conseguir la aprobación de  leyes que les favorezcan.

La población de Perú vive momentos de temor al saber que si denuncia algo pone en riesgo su vida y la de su familia. Las leyes no les amparan con todas las garantías del caso, para que de la condición de denunciantes no devengan en denunciados por el poder de la mafia. La población vive  momentos de temor en cualquier lugar, ante posibles encuentros con delincuentes que usan sus armas y terminan con sus vidas.

La corrupción es un problema mundial y sólo podremos enfrentarla con políticas de Estado permanentes e integrales, con el apoyo de las Fuerzas Armadas y con el respaldo de la cooperación internacional.

LAS PRESIONES PARA EL CAMBIO: BUSCANDO UNA SOCIEDAD MEJOR

Concordando con John Sheahan[4] podemos manifestar que “Las presiones para el cambio provinieron de un creciente antagonismo contra la largamente establecida dominación social de una minoría privilegiada, la pobreza rural extrema combinada con una alta concentración de la propiedad de la tierra, acceso desigual a la educación y a las oportunidades económicas, estructuras de producción e intercambio adversas para un adecuado crecimiento del empleo productivo, el dominio del principal sector exportador –la minería- y de la industria petrolera por empresas extranjeras, y una convicción generalizada de estarse quedando retrasados respecto del mundo moderno. La mayoría de peruanos estaba buscando objetivos distintos al crecimiento económico. Con visiones conflictivas, pero con muy buenas razones, estaban buscando una sociedad mejor”.

Los peruanos aspiramos a vivir en una sociedad mejor, unida, fraterna y pacífica. Vivir en una sociedad justa, culta y con valores éticos. Vivir y trabajar dignamente, sin corrupción ni injusticia, sin explotación del hombre por el hombre ni del hombre por el Estado; en una palabra, vivir sin explotadores en su cúspide ni explotados en su base.


[1] Mendoza Palacios, Rudy, en el artículo “La corrupción en la historia del Perú” (http://www.monografias.com/trabajos39/corrupcion-peru/corrupcion-peru.shtml)

[2] CELADIC, en Capítulo 7: La Dimensión Política del Desarrollo. Lima, julio del 2008

[3]  Diario Del País, Lima, miércoles 11 de enero de 2012, pág.5.

[4] Sheahan, John . La economía peruana desde 1950 buscando una sociedad mejor. IEP Instituto de Estudios Peruanos. Lima-Perú, primera edición, marzo del 2001, pág. 22.

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