EL INVESTIGADOR CIENTÍFICO UNIVERSITARIO EN LA SOCIEDAD GLOBAL (II)
Escribe:
Dr. Eudoro Terrones Negrete
Objetivos del Investigador Científico Universitario
Son
objetivos del investigador científico universitario:
1. Realizar
el estudio sistemático y organizado de un problema basándose en fuentes
confiables, hipótesis y variables apropiadas y orientado a su solución.
2. Acopiar
informaciones, procesarlas, seleccionarlas, interpretarlas y valorarlas usando
métodos, técnicas e instrumentos científicos adecuados.
3. Afinar
y profundizar conceptos, tesis y argumentos científicos para enriquecer su
bagaje cultural.
4. Relacionar,
sintetizar, explicar los argumentos extraídos de la investigación y traducirlos
en las conclusiones del trabajo.
5. Producir
conocimientos relevantes de interés social y de alto nivel en el ámbito de las
disciplinas científicas, humanísticas y tecnológicas.
6. La
formación y superación profesional en los campos científicos, humanísticos y
tecnológicos de docentes, especialistas y expertos universitarios.
7. Promover
una cultura académica de calidad mediante la investigación como estrategia del
proceso de enseñanza-aprendizaje.
8. Contribuir
al desarrollo sostenible e integral de los países y al avance de la ciencia y
la técnica.
Finalidad del Investigador Científico Universitario
El
investigador científico universitario tiene por finalidad:
1. Lograr
el conocimiento verdadero sobre hechos, temas y problemas de interés general.
2. Descubrir,
describir, explicar y predecir principios generales sobre hechos, temas y
problemas de investigación.
3. Formular
hipótesis, variables, indicadores, índices, leyes, teorías y demostrar su
validez y eficacia en situaciones reales concretas de la investigación.
4. Formular
y generar nuevos problemas y nuevas interrogantes a resolver.
5. Impulsar
el desarrollo de la investigación pura, aplicada, cuantitativa o
cualitativa, mediante el uso de métodos,
técnicas, procedimientos e instrumentos científicos válidos y confiables.
6. Aplicar
el conocimiento científico en un aspecto de la realidad social, política,
económica, ecológica, cultural y educativa.
7. Contribuir
a la mejora de la calidad de vida de las personas y a la competitividad de las
empresas y de las organizaciones sociales.
8. Promover
la formación y la actualización
interdisciplinaria y multidisciplinaria de nuevos investigadores para la
universidad en la que labora.
9. Contribuir
a mantener vínculos de cooperación académica y técnica de la universidad con
los sectores productivos y sociales, mediante la realización de proyectos de
beneficio y riesgo compartidos.
Funciones del Investigador Científico Universitario
En el
cotidiano quehacer investigativo de descubrir respuestas a determinadas
interrogantes, el investigador científico universitario cumple las funciones
básicas siguientes:
1. Hacer
de su vida un camino con objetivos claros, precisos y de renovación, con idearios
y normas de vida laboral, sacando de cada acontecimiento, problema y
experiencia el mejor fruto posible.
2. Sortear
los obstáculos, interrogar a una y otra persona, no pasar por alto algún
indicio, mantener vivo su interés y rigurosa observación en el problema que
investiga.
3. Escoger
la mejor pista hasta encontrar el nudo de la investigación.
4. Decir
la verdad y publicar lo que investiga para conocimiento de la población y de
los integrantes de la comunidad de científicos.
5. Hacer
“dormir” la investigación en caso de ser necesario, y en otras ocasiones hacer planes antes de
empezar su jornada, verificando las pruebas instrumentales que va acumulando.
6. Analizar
cómo es la realidad, por qué es así y no de otra manera, por qué es como es la
realidad natural y social.
7. Prever
o predecir qué y por qué ocurrirá algo en el futuro.
8. Actuar
con inteligencia, responsabilidad, imaginación, idoneidad y transparencia hasta
lograr la transformación de la realidad en el contexto geográfico, social,
educativo, cultural, histórico, económico y ecológico.
9. Criticar
y coadyuvar a profundizar las investigaciones sobre un hecho, tema o problema
de interés público.
El quehacer del Investigador Científico Universitario
"Los
investigadores coleccionan y analizan datos, desarrollan hipótesis, replican y
extienden trabajos previos, comunican sus resultados a otros, revisan y
critican los resultados de sus pares, entrenan a otros futuros científicos, y
se insertan en la vida de la comunidad científica" (NAS, 1995).
Los
científicos no son una clase aparte (no existe la carrera universitaria de
científico) sino que pertenecen a distintas profesiones que obedecen a unos
principios deontológicos (ética profesional) con los cuales el científico
aporta a la construcción de una ética del investigador, refiere Luis Fernando
Ospina G.[1]
Este mismo
autor puntualiza: “El trabajo del científico tiene sentido en la medida en que
sea validado por la comunidad científica y llegue al dominio público para poder
ser considerado como "conocimiento científico". El afán por obtener
fama y reconocimiento, y con seguridad presiones económicas de las empresas,
entre otras razones, han permitido que se extiendan prácticas deshonestas en el
quehacer científico; lo cual desvirtúa la naturaleza misma de la ciencia”.
Se reconoce que la ciencia es un elemento valioso al servicio de la paz, el progreso y la lucha contra la pobreza, y que la responsabilidad social del científico se debe tanto a las generaciones presentes como a las futuras (UNESCO & ICSU, 1999).
Caracterización del Investigador Científico Universitario
El
investigador científico universitario es el profesional que tiene valiosas
cualidades, algunas son innatas y otras adquiridas mediante la educación y la instrucción e
incluso a través de las experiencias que trascurren a lo largo de su vida.
Características
generales
Son
características generales del investigador científico universitario las
siguientes:
a. Amor
por la verdad, el saber, la ciencia, la cultura y la investigación.
b. Concentración
del pensamiento en la investigación a desarrollar.
c. Perseverancia
en el pensamiento y en la acción hasta conseguir los objetivos, fines y metas
trazados en los proyectos de investigación.
d. Curiosidad
por observar los indicios de irregularidad.
e. Entusiasmo
e iniciativa en todo momento, lugar o circunstancia.
f. Intrepidez.
g. Paciencia,
calma y buen humor.
h. Predisposición
a trabajar en equipo funcional y de manera multidisciplinaria.
i. Rigurosidad
científica o atención al detalle.
j. Tenacidad.
k. Voluntad
o “fuerza espiritual”.
En lo académico
En lo
académico el investigador científico universitario reviste las siguientes
características:
a) Conocimiento
de la metodología científica (métodos, técnicas e instrumentos de
investigación).
b) Conocimiento
del significado, alcance y trascendencia de la ciencia que profesa.
c) Hábito
permanente por el estudio y la investigación científica.
d) Conocimiento
a fondo de los aspectos de la materia que ha elegido para realizar un trabajo
de investigación científica.
e) Está
liberado de prejuicios, dogmas e intereses subalternos.
f) Está
provisto de voluntad tenaz para investigar seriamente y con independencia de
criterio y rigurosidad científica.
g) Tiene
buena memoria, imaginación creadora, capacidad de concentración y atención,
estabilidad nerviosa y anhelo de originalidad en el pensamiento y la acción.
h) Tiene
un nivel académico de calidad en maestría, doctorado o post doctorado.
i) Tiene
los necesarios y suficientes conocimientos y la experiencia para formular alternativas
de solución a los problemas que investiga.
Capacidades
Cultiva y
desarrolla varios tipos de capacidades:
a) Capacidad
de observación.
b) Capacidad
comunicativa.
c) Capacidad
de planificación y de previsión.
d) Capacidad
para asumir riesgos.
e) Capacidad
para llevar adelante la investigación original, de manera independiente o en equipo de trabajo.
f) Capacidad
para sistematizar sus pensamientos y organizar sus actividades de investigación.
g) Capacidad
de autocrítica, con el fin de reconocer y corregir a tiempo los posibles errores que podría cometer.
h) Capacidad
de organización y de sistematización de datos. Todos los integrantes de un
equipo de investigación deben conocer detalladamente lo que tienen que hacer
durante el proceso y el desarrollo de la investigación, a la vez que aplicar
las mismas definiciones y los mismos criterios a todos los participantes y
actuar de forma idéntica ante cualquier duda sobre la base de un protocolo de investigación
en el que se especifica los pasos a seguir y los detalles del estudio.
Cualidades morales
El
investigador científico universitario posee las siguientes cualidades
morales:
a. Espíritu
de justicia y de bien social.
b. Honestidad
intelectual.
c. Independencia
de criterio.
d. Imparcialidad.
e. Lealtad.
f. Respeto
a la dignidad de las personas.
g. Responsabilidad.
h. Sensibilidad
social.
i. Ánimo
de aportar conocimiento relevante y útil a la sociedad.
En lo actitudinal
El
investigador científico universitario cuenta con disciplina, persistencia y
perseverancia en el trabajo, a la vez que ostenta actitudes de orden
cognoscitivo, reflexivo, objetivo y moral, en el acopio de datos y en la
organización de las actividades de su trabajo mediante planes de investigación
y riguroso seguimiento, desde el
principio hasta el fin. Expliquemos las actitudes cognoscitiva, reflexiva y
objetiva.
Actitud cognoscitiva. Ante lo
desconocido el investigador demuestra curiosidad y ansia de saber y de
descubrimiento; demuestra actitud abierta al proceso de conocer y disposición
de aprender e investigar sobre la esencia y la verdad de las cosas, hechos,
fenómenos, situaciones o problemas de diversa naturaleza y complejidad.
Actitud reflexiva. El investigador actúa con pensamiento, sentido y
espíritu crítico y autocrítico en el análisis de las fuentes, en la aplicación
de métodos y técnicas de investigación y en la detección y selección de los
problemas de investigación, con el fin de estar en condiciones de realizar
aportes personales y proponer enfoques de impacto a futuras investigaciones.
“El buen
investigador es autocrítico,- señalan María de los Ángeles Fernández y Julio
del Valle- Sabe que, aunque su
investigación haya podido arrojar resultados que respalden su hipótesis,
siempre es posible que una próxima investigación produzca resultados distintos,
por lo que ninguna hipótesis puede ser absolutamente demostrada o comprobada de
forma definitiva. Siempre podría ser el siguiente resultado el que revele que
la explicación propuesta, aunque hasta ahora validada, no funciona de forma
suficiente para brindar una explicación suficientemente adecuada de la realidad
en su conjunto...El buen investigador sabe que sus métodos pueden ser
perfectibles, sus hipótesis más explicativas, sus explicaciones o
interpretaciones de los resultados obtenidos más pertinentes, etcétera. En ese
sentido, es consciente de la perfectibilidad de sus acciones: siempre es
posible informarse un poco más, diseñar un método de indagación un poco más
preciso o adecuado, ir un poco más allá en sus indagaciones, entre otros; y,
sin embargo, esta conciencia no lo paralizará sino que lo motivará a hacer cada
vez mejor las cosas”.[2] Actitud objetiva. El investigador
demuestra disposición positiva y
optimista para estudiar y enfocar las fuentes de conocimiento tal como ocurren
en la realidad.
Autocontrol. El investigador practica
el autocontrol de sus sentimientos, emociones, pensamientos, carácter y
personalidad.
Autonomía. El investigador tiene la
capacidad suficiente para pensar y actuar libremente y relacionarse con los
integrantes de su equipo de investigación de manera óptima y provechosa.
Coherencia. El investigador es
congruente y coherente entre lo que piensa, dice y hace sobre el hecho
observado y que es materia de investigación.
Disponibilidad horaria. El investigador
dispone de tiempo suficiente para generar nuevos conocimientos, toda vez que
los grandes inventos y descubrimientos científicos no se hacen de la noche a la
mañana sino que requieren de muchas horas, semanas, meses y años de estudio,
análisis e investigación.
Dominio del idioma. Quien se precie de
investigador tiene que dominar y practicar
necesariamente el idioma inglés
y otros idiomas extranjeros, según la naturaleza y la complejidad de la
problemática que investiga.
Dominio de métodos científicos. El
investigador demuestra habilidad y experiencia en el manejo adecuado de
métodos, técnicas, procedimientos, equipos, herramientas e instrumentos de
investigación científica.
Olfato de investigador. El investigador
cultiva y desarrolla el buen
“olfato de
investigador”; cuenta con una base de datos y un directorio de fuentes
creíbles; permanece bien informado; busca el ángulo novedoso del problema de
investigación y pone en contexto los hechos.
Competencia profesional. No cabe duda
que un buen investigador deberá saber
seleccionar y aplicar los métodos y las técnicas apropiadas a los temas,
problemas y actividades del proceso de investigación.
Honestidad intelectual. Un investigador
de nota no manipula los datos, no recurre al plagio, respeta los derechos de
autor o de propiedad intelectual, reconoce sus aciertos, admite sus errores y
trata de corregirlos de oficio y oportunamente.
Perseverancia. El investigador requiere
de perseverancia para encontrar la
verdad científica y lograr los objetivos, fines y metas previstos en la
investigación. En su cotidiano quehacer siempre está mirando y analizando documentos, particularmente las recientes
investigaciones y siguiendo pistas para futuras investigaciones.
Inteligencia emocional. El investigador
requiere de capacidad aprehensible para conocer, controlar e inducir emociones
y estados de ánimo, tanto en sí mismo como en las demás personas con quienes
investiga.
Relación óptima con el ambiente
intelectual. El investigador mantiene relación óptima con el ambiente
intelectual, del que recibe iniciativas, sugerencias, estímulos y energías; y
mantiene activa sus colaboraciones internacionales, membrecía en comités
editoriales de revistas indexadas.
Objetividad. El investigador es
objetivo, toda vez que las conclusiones obtenidas del estudio no son producto
de impresiones subjetivas, sino de hechos observados y verificados. Las
observaciones que efectúa tienen su fundamento en un criterio realista, de
crítica o de autocrítica. En la interpretación de los resultados procura evitar
cualquier prejuicio e influencia de tipo
ideológico, político o religioso.
Prudencia. El investigador no acepta,
no excluye y no rechaza teorías y fuentes bibliográficas sin antes distinguir y
comprobar su verosimilitud, independientemente de que estas se contrapongan a
su criterio o a su experiencia personal.
Humildad. En todo momento el
investigador demuestra humildad al reconocer el valor, los aciertos y las
aportaciones de otros investigadores y al admitir las equivocaciones
respectivas.
Sentido crítico. Todo investigador debe
mantener en guardia o en alerta su inteligencia e imaginación, y su posición
crítica contra la incredulidad, el sectarismo, las bajas pasiones y los
intereses creados.
Aliento vital. Ser investigador es ser
un permanente cultivador del aliento vital. “El aliento vital, que capacita
para captar las vibraciones del ambiente, contra el decrecimiento de aquello
que lleve al encerramiento que obstruya y desalienta la capacidad de
iniciativa”, diría Aura M. Bavaresco de Prieto, en su obra “Las técnicas de la
Investigación”.
Tutoría. El investigador es
mentor-tutor de investigadores, directores, jefes y auxiliares de grupos de
investigación.
Reconocimiento. El investigador
connotado y de prestigio posee reconocimiento por la comunidad científica
nacional e internacional.
Línea de investigación. El investigador
desarrolla líneas propias de investigación con sostenida e importante
producción de conocimiento original.
Producción de trabajos de investigación científica. Un buen investigador participa con idoneidad y experiencia en actividades de investigación avaladas a través de publicaciones; tiene publicaciones en revistas indexadas internacionalmente; presenta ponencias y los resultados de sus investigaciones en congresos, simposios, talleres, foros, mesas redondas; sustenta conferencias en el ámbito académico nacional e internacional, con originalidad de ideas, capacidad de análisis, síntesis, crítica y autocrítica. No cabe duda que cuanto más publicaciones tenga el investigador científico en revistas internacionales categorizadas, será más visible internacionalmente y gozará de mayor popularidad.
Características
del Investigador Científico Universitario |
|
Generales |
Honestidad
intelectual |
En lo
académico |
Perseverancia
|
Capacidades
|
Inteligencia
emocional |
Cualidades
morales |
Relación
óptima con el ambiente intelectual |
En lo
actitudinal |
Objetividad
|
Autonomía |
Prudencia y
Humildad |
Coherencia |
Sentido
crítico |
Disponibilidad
horaria |
Aliento
vital |
Dominio del
idioma |
Tutoría |
Dominio de
métodos científicos |
Reconocimiento
|
Olfato de
investigador |
Líneas de
investigación |
Competencia
profesional |
Producción
de trabajos de investigación científica |
Condiciones y requisitos para ser Investigador Científico Universitario
Cuando en
su autobiografía Darwin trata de explicar su éxito como hombre de ciencia, como
creador de teorías, aduce las siguientes condiciones: “-la pasión por la ciencia, -paciencia
ilimitada para reflexionar largamente sobre cualquier tema, – laboriosidad en la observación y
recolección de datos-, y una mediana dosis de inventiva así como de sentido
común”.[3]
Me he
permitido poner en cursiva las cualidades
“excepcionales” a las que Darwin atribuye la creatividad científica.
Este texto fue escrito por Charles Darwin cuando contaba sesenta y tantos años
y básicamente iba dirigido a sus hijos. El párrafo que se cita es el que cierra
el libro, y no sería absurdo interpretarlo como un último legado, como una
exhortación al cultivo de estas cualidades dirigida a sus hijos.[4]
Por
nuestra parte podemos referir como condiciones y requisitos para ser
investigador científico los siguientes:
Ser amante
de la verdad, respetuoso y defensor de la dignidad, la libertad, los derechos
de las personas y la justicia social.
Voluntad
para aprender a investigar, perfeccionarse, retroalimentarse y aportar
conocimiento a la humanidad. Asimismo voluntad para verificar lo que se diga y
afirme en la redacción de los textos de entrega de los resultados de las
investigaciones.
Tener
capacidad para a) evaluar críticamente demandas por daños y perjuicios causados
debido a errores informativos en la difusión del trabajo de investigación; b)
interpretar y generalizar resultados de la investigación; c) valorar aspectos
económicos, ecológicos, científicos, humanísticos y tecnológicos.
Tener
conocimiento de los hechos o problemas observados.
Estar
preparado para asumir, serena y responsablemente, una serie de riesgos,
amedrentaciones, maltratos, aseveraciones agraviantes, chantajes, presiones
económicas o políticas y actitudes hostiles proveniente de personas, grupos y
sectores.
Manejar y
procesar correctamente la bibliografía y la información científica.
Dominar la
computación y la estadística.
Mantener en alto la moral y fuera de vicios, para no
ser involucrados en actos de corrupción e inmoralidad. No ser obstinado, soberbio ni manipulador.
Prudencia
en la recolección de datos, documentos, informes y declaraciones de testigos o
de personajes públicos.
Razonamiento
y criterio propio para emitir una opinión.
Tener
experiencia en la realización de trabajos de investigación.
[1] Luis Fernando Ospina G.,
artículo citado.
[2] Fernández, María de los
Ángeles y Julio del Valle. Cómo iniciarse
en la investigación académica. Una guía práctica. Fondo Editorial
Pontificia Universidad Católica del Perú .Lima, 2016, p.48.
[3] Darwin, 1993, p.93.
Adviértase que la primera condición es “la pasión
por la ciencia”, el amor por el conocimiento con que Aristóteles abre su Metafísica, el nexo entre la ciencia y
la vida, la teoría y práctica.
[4] Marcos, Aldreo. Ciencia y Acción. Una filosofía práctica de la ciencia. Fondo de Cultura Económica, México, primera reimpresión, 2013, p.327.