Problemática de la investigación
científica en el Perú a la luz del pensamiento crítico de los personajes de la
intelectualidad peruana
En las siguientes líneas expondremos la problemática de la investigación científica en el Perú a la luz del pensamiento crítico de los personajes de la intelectualidad peruana. Cabe referir, entre ellos, a Francisco García Calderón Rey, Javier Prado Ugarteche, Manuel Vicente Villarán, Julio C. Tello, Víctor Andrés Belaunde, José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torres, Luis Alberto Sánchez, Emilio Barrantes Revoredo y Carlos Cueto Fernandini. También Antonio Pinilla Sánchez Concha, Jorge Lazo Arrasco, Luis Alberto Peláez Pérez, Fidel Tubino Arias Schreiber, Iván Elio Rodríguez Chávez, Raimundo Villagrasa, S.J., Carlos Bustamante Monteverde, Cecilia Thorne y Carlos del Río C.
Francisco García
Calderón Rey (1883-1953)
García
Calderón Rey en su obra “El Perú Contemporáneo” (Paris, 1907) expresa: “al reinado del memorismo y de
la escolástica superficial, a la ciencia de palabras, hay que oponer la ciencia
de las cosas, el “realismo” educativo y que la universidad debe formar
profesionales con sólidos principios y valores éticos, como garantía de la
unidad e integración del país sobre la base de la solidaridad patriótica
nacional, la libertad, la tolerancia, la responsabilidad social, los deberes
cívicos y el desarrollo de la conciencia personal. “Y, desde el punto de vista
estrictamente científico, la Universidad peruana y la americana deben difundir
la ciencia y seguir la producción extranjera, sin, por cierto, olvidar una
cierta colaboración a la ciencia universitaria. El estudio de nuestro medio
geográfico, la antropología de nuestras razas, la experiencia sociológica de
nuestra historia, pueden contribuir al conocimiento científico de la tierra y
del hombre”.
Javier Prado y Ugarteche
(1871-1921)
Javier Prado
y Ugarteche, ex rector de la Universidad de San Marcos y ex presidente del
Consejo de Ministros, proclamado por los estudiantes “Maestro de la Juventud”,
en su obra “La enseñanza universitaria” revela que en la universidad peruana
“no se estimula el espíritu de observación y reflexión ni se hace labor
investigativa y de profundización científica...” y tras calificar a la
enseñanza universitaria de meramente expositiva, de superficial preparación
para el examen, el cultivo de la memoria y de las facultades receptivas del
alumno, dejando sin ejercicio sus facultades críticas y productivas, recomienda
que la educación universitaria en el Perú se consagre a la investigación
científica, a la capacitación profesional y a la tarea educativa.
Manuel Vicente Villarán
(1873-1958)
Manuel
Vicente Villarán, ilustre maestro universitario sanmarquino, educador
positivista y ex rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1922),
era partidario de una educación universitaria con fines económicos y sociales,
en la que se enseñe a trabajar y a producir con inteligencia, responsabilidad
social, entusiasmo, transparencia y perseverancia, que se enseñe no sólo a
buscar la verdad sino a encontrarla, y no sólo a encontrarla también a
aplicarla creativamente y a “hacer hombres en un ambiente de libertad”. Pensó
en todo momento y lugar que la formación profesional universitaria debe ir de
la mano con la formación científica y técnica.
La doctora
María Luisa Rivara de Tuesta, al comentar en su obra “Tres ensayos sobre la
filosofía en el Perú”, sobre la posición positivista de Manuel Vicente Villarán manifiesta: “Villarán
ha de considerar que la educación científica es un factor determinante en la
vida del hombre y de la sociedad en que vive, por lo tanto el nuevo hombre
peruano debe dejar atrás la preparación verbalista y abstracta, la ambición por
los títulos universitarios, las preferencias literarias y emprender una nueva
formación educacional basada en los principios empíricos de la ciencia
experimental. Con esta educación el hombre progresaría no solo personalmente
sino que lograría modificar sustancialmente cada comunidad en que viviese
conduciéndola hacia el progreso económico. Y es que a través de la praxis
científica el hombre descubriría nuevos intereses de conocimiento sobre su medio
circundante y al lograr el contacto armonioso con su realidad se integraría a
ella como ser humano cabal, es decir, conociendo científicamente e integrándose
a su realidad obtendría provecho personal y lograría también un efecto en su
colectividad resolviendo problemas sociales, políticos y sobre todo
económicos...”
Julio C. Tello
(1880-1947)
Julio C.
Tello, fue un Sabio peruano, arqueólogo, fundador de la Arqueología Científica en el Perú, creador del
Museo de Antropología y Arqueología (1913), fundador del Instituto de
Investigaciones Antropológicas (1931) como dependencia del Museo Nacional y
descubridor de la necrópolis de Paracas (1925).
A su
iniciativa nace la Asociación Peruana para el Progreso de la Ciencia en el Perú
y reconocida oficialmente por el gobierno de Augusto B. Leguía. Es autor del
Proyecto para la Formación de Profesores a nivel secundario en las Facultades
de Ciencias y Letras de la Universidad de San Marcos. Su proyecto procuraba
combatir los errores que se derivan del intelectualismo, de la falta de
reflexión seria y profunda y propendía a enfatizar la enseñanza de la doctrina
científica y técnica y la implementación rigurosa de los Seminarios para
estimular el desarrollo del espíritu científico y del trabajo productivo en equipo
e integración de estudiantes y maestros y así lograr profesionales eficientes.
Víctor Andrés Belaunde (1883-1966)
Víctor
Andrés Belaunde, escritor arielista arequipeño, de brillante verbo y original
estilo, orador, político, fundador y editor desde 1918 de la revista Mercurio Peruano, maestro universitario,
acucioso investigador con fibra peruanista de los problemas del país, uno de
los más preclaros exponentes de la inteligencia en el Perú y ex presidente de
la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (1959).
V. Andrés
Belaunde señala que uno de los principales aspectos del problema universitario es
el de la “formación de un profesorado universitario de verdadera preparación
científica y de intensa vocación profesional”.
Afirma que
es necesario aplicar nuevos métodos de enseñanza aprendizaje para lograr una
universidad moderna: “Nosotros no hemos tenido hasta ahora sino el de la
llamada lección magistral o la disertación. Tal método necesita ser reemplazado
por la más activa cooperación entre maestros y discípulos, por la asignación de
trabajos a éstos y por el establecimiento del seminario para los estudios
especializados”.
José Carlos Mariátegui
(1894-1930)
José
Carlos Mariátegui, escritor moqueguano, periodista autodidacta, en su obra “7
ensayos de interpretación de la realidad peruana”, luego de afirmar que la
universidad era el “lazo de unión entre la república y la colonia”, llegó a
sostener que “la universidad no cumplía su función progresista y creadora en la
vida peruana, a cuyas necesidades profundas y a cuyas corrientes vitales
resultaba no sólo extraña sino contraria”.
Víctor Raúl Haya de la
Torre (1895-1979)
Víctor
Raúl Haya de la Torre, extraordinario político, escritor, ensayista y
periodista, fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA),
estudioso de los problemas de la realidad peruana y latinoamericana, propulsor en Perú de la
Reforma Universitaria, desempeñó los cargos de primer presidente de la
Federación de Estudiantes del Perú y primer rector de la Universidad Popular
Gonzáles Prada. En 1978 fue elegido Presidente de la Asamblea Constituyente del
Perú.
Ha sido
infatigable promotor y defensor de la jornada de las ocho horas diarias en el
Perú y de la educación gratuita en todos los niveles y modalidades.
En sus
coloquios cotidianos y manifestaciones públicas abogó por una educación
integral, científica, democrática, popular, tecnológica, humanística y
ética.
En su
histórico Discurso del 22 de agosto de 1965 dijo que los apristas querían
“darle a las universidades una nueva validez, un nuevo sentido, una nueva
proyección. Hacerlas verdaderos centros de cultura. Desprofesionalizarlas, en
el sentido de que no sólo el diploma fuera del objetivo del universitario. Crear los ámbitos de la investigación
desinteresada. Hacer de ellas lo que han sido las universidades del mundo, en
el campo científico, la exploración, en las que no es el interés profesional lo
que prevalece, sino el amor a la ciencia y la devoción por la cultura. Ese fue
el afán de la revolución o Reforma Universitaria. Y así comenzó. Había que
sanear, había que limpiar las cátedras donde permanecían aferrados viejos
señores, que eran, sobre todo, viejos por sus ideas y nosotros lo logramos en
esa primera etapa, tendiendo a la democratización universitaria...”
Haya de la
Torre considera que la educación integral en el Perú sólo es posible con un cambio
integral en lo político, económico, social, educativo, cultural y moral., en la
que se enseñe con ejemplos objetivos, con experimentación y previo análisis
científico de la realidad nacional.
Luis Alberto Sánchez (1900-1994)
Luis
Alberto Sánchez, prestigioso hombre de letras, escritor, literato, político,
tres veces rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en su obra
“El Perú: retrato de un país adolescente” puntualiza que las universidades del
Perú, por tradición y estructura, son centros de cultura humanística como las
clásicas y como tal “debiera conceder ancho margen a la investigación o
propagación (no sólo instrucción) de la verdad: no lo hace, se dedica a formar
profesionales, a otorgar diplomas”. En su obra “La Universidad es una isla”
sostiene categóricamente: “no hay docencia posible, ni investigación, ni
ciencia, ni universidad ahí donde rija un criterio de círculo, bien sea por
afinidades consanguíneas o financieras, de simple vanidad o de generación o de
lo que sea...”
Emilio Barrantes Revoredo
(1904-2007)
Emilio
Barrantes Revoredo, maestro universitario, ideólogo y presidente de la Comisión
de Reforma Educativa de 1970 durante el gobierno militar de Juan Velasco
Alvarado (1968-1975) y que marcó un derrotero en la historia de la educación
peruana.
Barrantes
Revoredo, ardoroso defensor y promotor de la formación de técnicos, decía: “La
formación de técnicos tiene que considerarse también preferentemente en un país
como el nuestro en que las necesidades insatisfechas son tantas y en que las
condiciones de vida son tan desfavorables. Tenemos que contribuir a la
formación de un pueblo y ésta es una obra que sólo puede realizarse con amor,
con ciencia, con técnica y con trabajo”.
A la edad
de ciento dos años de vida Barrantes declaró para la revista de actualidad AQUÍ
N° 4 (Jesús María, Lima, marzo 2004), luego de efectuar una evaluación de la
educación en el Perú desde los inicios de la República hasta 2004 expresó: “En
materia educativa, cada gobierno hace lo que quiere, no existe una política de
consenso que se implante y la respeten todos los gobiernos. Por eso digo, no
hay reforma ni la habrá, en tanto no cambien los políticos y éstos no sigan los
lineamientos de los grandes intereses transnacionales. Dejemos de una vez por
todas de seguir siendo un país colonial”.
Carlos Cueto Fernandini
(1913-1968)
Carlos
Cueto Fernandini, doctor en Letras y doctor en Filosofía, ex vicerrector de la
Universidad de Lima, maestro universitario y ex ministro de Educación
(1965-66), reaccionando contra la intromisión de la política partidaria dentro
del claustro universitario, expresó con hidalguía y al calor de sus sólidas
convicciones pedagógicas: “No debiendo ser la universidad una agencia política
debe ser centro de investigación y de enseñanza que incite a la acción mediante
el señalamiento de las soluciones posibles de los problemas”.
Además
subrayó categóricamente: “Uno de los fines esenciales de la universidad moderna
es la investigación, la investigación científica y filosófica, la investigación
de las ciencias del espíritu y de las ciencias de la naturaleza, y,
consecuentemente, la formación de nuevos hombres de ciencia que continúen
metódicamente las conquistas de las generaciones anteriores”.
Antonio Pinilla
Sánchez Concha (1924-2006)
Antonio
Pinilla Sánchez Concha, fundador y ex rector honorario vitalicio de la
Universidad de Lima, doctor en Filosofía y doctor en
Educación,
es el creador del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.
Desempeñó
los cargos de presidente de la Asamblea Nacional de Rectores (1957),
vicepresidente de la Asociación Internacional de
Rectores y
presidente del Consejo Nacional de Investigación (1978-
1980).
Llegó a decir que “Las universidades deberían ser centros de investigación
científica y formación profesional que satisfagan las necesidades de desarrollo
del país. El tipo de educación que necesita el Perú es que propicie el
incremento de la producción y la promoción de nuevos empleos, con mejoras
salariales para que la población aumente su capacidad adquisitiva y se genere
el bienestar colectivo”.
Asimismo
manifestó: “El currículo de las universidades está desvinculado de las
necesidades del país, especialmente en términos de investigación científica
industrial y administración empresarial. Las universidades en los países en
proceso de desarrollo como el Perú deben convertirse en cetnr4os de
investigación científica y formación profesional que satisfagan las necesidades
del desarrollo industrial, agrícola, minero y comercial del país. Los
catedráticos no deben limitarse al dictado de conferencias sino que deben
propiciar el interés de los alumnos y el hábito de investigación científica
realizada en conjunto”.
Jorge Lazo Arrasco
(1928-2019)
Jorge Lazo
Arrasco, personalidad multifacética, maestro de maestros, doctor en educación,
Gran Amauta del Perú, ex rector de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega y
doctor Honoris Causa de universidades nacionales y extranjeras.
En su
opinión “La universidad que funcione en el siglo XXI tiene que liberarse de los
conocidos vicios y defectos que la perjudican; pero manteniendo su autonomía y
libertad académica, formando profesionales, que sólo ella otorgue los grados de
Bachiller, Maestro y Doctor, que continúe realizando investigaciones
científicas, que formule críticas alturadas a la sociedad, al Gobierno y
también a sí misma, que, en fin, se proyecte a la comunidad y se convierta en
un componente del desarrollo nacional”.
Preguntado
sobre la necesidad de inversión e investigación científica en las universidades
del Perú, en su obra “Conversando con don Jorge”, respondió: “La investigación
científica requiere de inversión. En el caso de las universidades, por ejemplo,
sobre todo las universidades nacionales, su presupuesto apenas alcanza para
pagar el sueldo, que no es edificante y que no está a la altura de la labor que
desarrolla un profesor universitario, menos habrá para investigación. Y cosa
curiosa, sólo el 1 % de la humanidad hace investigación científica. Y,
paradójicamente, de ese 1 % el 70 % hace investigación de tipo bélico. La
ciencia, pues, es preocupante. Juan Pablo II dijo alguna vez, cuando lo
entrevistó un amigo suyo, que existen grandes miedos en la humanidad y también
pequeños miedos. Y decía que los cuatro grandes miedos son el miedo al pasado,
el miedo al presente, el miedo al futuro y el miedo a la ciencia. Y más de un
crítico se ha referido a la ciencia con temor. Piensan que hay que
humanizarla...El desarrollo de la humanidad depende fundamentalmente del volumen
de conocimientos que tenga a su disposición. El desarrollo del Perú depende de
la cantidad de conocimientos que tenga. Pero para que haya conocimientos debe
haber investigación científica. Eso es, lo que en la Universidad decimos, es su
prerrequisito. Gracias al conocimiento, sólo una generación podría sacar un
país adelante y lograr su desarrollo. Y en el pensamiento científico está la
cumbre de la mente humana. En cierto modo, el siglo XXI, al que están llamando
el “Siglo del conocimiento”, este siglo XXI compromete a la universidad, desde
este instante, desde este momento se debe asumir con responsabilidad, la
creación de conocimiento. Pero esta creación, este saber que la universidad
debe producir, tiene que ser un saber con humildad, vale decir con sentido
humanitario. No un saber con soberbia, porque donde el conocimiento crece sin
sabiduría y sin respeto, se convierte en una amenaza. Por eso es que la ciencia
tiene que marchar al lado de la virtud. Sostengo que el siglo XXI será, a no
dudarlo, el siglo de la universidad, porque será el siglo del conocimiento. El
prerrequisito del conocimiento es la investigación científica y la entidad
llamada a investigar es la universidad. Y para investigar más requiere de más
inversión, más presupuesto. Todo estudiante que sale de la universidad, no
queremos que sea un investigador científico profundo, pero sí que conozca la
investigación, que sepa cómo se hace, que esté en capacidad de dominar algún
diseño metodológico para buscar la verdad”
Luis Alberto Peláez Pérez
(1935-2017)
Luis
Alberto Peláez Pérez, maestro universitario, periodista, escritor y doctor en
Derecho, estudioso de la problemática de la educación peruana, en su libro
“Universidad Problema” (2004) refiere que “entre los males que padece la
universidad peruana, con características ya crónicas, está la masificación, la
estructura burocrática, la anarquía curricular, el desarrollo arbitrario de los
ciclos de estudios, muy poca investigación y proyección social. Vive a espaldas
de la realidad. La universidad no se reformó ni ha planteado hasta hoy su
propio proyecto de reforma que constituya una respuesta a sus antiguos y nuevos
problemas”. “(En nuestras universidades) Desdichadamente, ni se investiga ni se
enseña a investigar. Muchos de nuestros alumnos, aun los de ciclos avanzados,
carecen del dominio y a veces hasta de la preocupación por la
investigación...Pero si el profesor universitario no investiga –o no sabe
investigar-, nada podemos esperar de nuestros alumnos. La docencia
universitaria ha devenido, con honrosas excepciones, en una nueva opción del
mercado ocupacional de los miles de maestros sin colocación en las ciudades;
porque, exclusivamente, casi siempre se profesó la investigación pura antes que
la aplicada, tan necesaria para el desarrollo del país”.
Fidel Julio Tubino
Arias Schreiber
Fidel Julio
Tubino Arias Schreiber, profesor de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, advierte que existe “El desfase de la universidad peruana en relación a
las exigencias del desarrollo nacional que se evidencia en los escasos aportes
que provienen de ella en materia de investigaciones relevantes en torno a los
problemas medulares del desarrollo. La experiencia de los países altamente
desarrollados nos muestra que los lineamientos de la investigación científica y
académica de las naciones deben tener como protagonistas privilegiados a las
universidades, las empresas y el Estado, que deben aprender a interactuar en la
búsqueda de soluciones globales a los problemas nacionales”.
Iván Elio Rodríguez Chávez (1941-2023)
Iván Elio
Rodríguez Chávez, maestro universitario, doctor en Educación, Rector de la
Universidad Ricardo Palma, ex presidente de la Asamblea Nacional de Rectores y
Doctor Honoris Causa de universidades nacionales y extranjeras.
En cuanto
a los proyectos de investigación y el apoyo de los organismos internacionales,
propone: “El Estado debe financiar las investigaciones, pues muchas de ellas
pueden ser un medio para resolver nuestros problemas. Es cierto que la
financiación extranjera existe, pero están en función de sus intereses. En un
mundo globalizado no se concibe la existencia de universidades que no realizan
investigación pura o aplicada. La investigación científica es la clave para el
adelanto científico, humanístico, tecnológico y el desarrollo de las naciones.
La universidad debe ser el semillero de los futuros científicos y tecnólogos
que requiere el país.”.
Raimundo Villagrasa, S.J. (1928-2016)
Raimundo
Villagrasa, S.J., maestro
universitario y rector emérito de la Universidad del Pacífico (Perú), al
evaluar la investigación científica en el país considera lo siguiente: “Si no
formamos a los investigadores, profesionales y tecnólogos que se necesitarán en
los próximos cincuenta años, el Perú quedará rezagado en el camino del
desarrollo y los peruanos destinados a formar parte de la mano de obra barata
en el futuro, pero no lo liderará, ni siquiera competirá dignamente en él”.
Carlos Bustamante Monteverde
(1951)
Carlos
Bustamante Monteverde, biofísico peruano egresado de la universidad de Berkeley,
miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos y Profesor Honorario de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Al
participar como expositor en el XI Encuentro Científico Internacional de Verano
que se realizó en el Perú, con el auspicio de instituciones como IPEN, UNI,
UNMSM y otros, dijo: “Yo creo que el Perú ha retrocedido en los últimos 30 años
en términos de investigación y desarrollo. Nuestro país en los años 50 y 60
tenía una apuesta por la investigación y el desarrollo; sin embargo ahora ha
ido perdiendo cada vez más esa capacidad. Nuestras universidades son en
realidad institutos de enseñanza, no son propiamente universidades en el
sentido cabal de la palabra. Es válido preguntarse si es que hoy en día en la
universidad peruana el desarrollo de la ciencia y la tecnología va a tener un
impacto económico inmediato en el Perú y la respuesta probablemente es no,
porque no va a ser inmediato, porque toma tiempo establecer estos cuadros y el
campo de juego, que es la dinámica de interacción entre la investigación, el
desarrollo y la productividad”.
Cecilia Thorne[1]
señala que “Las investigaciones están poco desarrolladas o son casi
inexistentes en las universidades peruanas. Sólo la mitad de los docentes ha
realizado algún tipo de investigación, siendo el promedio de 2.4
investigaciones por profesor en un período de cinco años”.
Carlos Del Río C., Ph.D.
El doctor
Carlos del Río C., en su obra “Perspectivas en el Siglo 21: Ciencia y
Tecnología, Educación y Desarrollo” (1997) enfatiza que “la creatividad y el
desarrollo científico-tecnológico, en el marco de las múltiples manifestaciones
culturales – esencia y riqueza por su gran diversidad- son las claves para
tener éxito en el siglo 21”. “La investigación, en los centros de excelencia de
enseñanza superior, cada vez se hace más multidisciplinaria, eliminándose el
llamado “reduccionismo científico” y dándose plena vigencia a la incertidumbre
y al caos – “caos premeditado”. Ello posibilita, por ejemplo, encontrar nuevos
derroteros para conocer la real capacidad del cerebro humano y
–simultáneamente- llegar a saber cómo están conformados los procesos que activan
la mente”.
Al abordar
el tema de la universidad Siglo 21, Carlos del Río afirma: “La universidad
siglo 21 (U-21) se concentrará en: - La búsqueda del conocimiento: seminarios
muy rigurosos, énfasis en la experimentación en laboratorios (aplicando lo mejor
de los logros obtenidos por las simulaciones telemáticas previas
correspondientes). – Capacitar al estudiante en hacer uso de la información de
manera efectiva. – Proporcionar los fundamentos intelectuales / científicos /
tecnológicos al igual que los correspondientes a una integración
cultural”.
Sobre los
probables requerimientos de recursos humanos en Ciencia y Tecnología en el Perú
en las próximas décadas Carlos del Río indica: “Es indudable que la calidad de
los recursos humanos en ciencia y tecnología – al igual que en otras áreas del
desarrollo- constituye un factor primordial para salir del subdesarrollo. El
número de profesionales con grados de Maestría y de Doctorado en Ciencia y
Tecnología es uno de los “barómetros” de este factor – por su incidencia en el
devenir científico-tecnológico”.
Convencido
que sin educación y sin el avance científico y tecnológico no puede haber
desarrollo integral del Perú postula y propone lo siguiente: a) Pasar de una
sociedad de frustraciones a otra de realizaciones, de una sociedad donde
básicamente se considera como su potencial a los recursos materiales a otra en
la que se valoricen el talento y la creatividad. b) Reconocer por lo tanto, que
lo mejor que posee el hombre es su cerebro –cuya capacidad es necesario
estimular para que se exprese a plenitud y c) Recordar siempre que las
soluciones a nuestros problemas, si bien requerirán de participación del
exterior, fundamentalmente dependen de nosotros mismos, por lo tanto hay que
hermanarnos – con conocimiento- pensando en el largo plazo. Es decir, generar una
cultura de paz, cuyo elemento esencial es la tolerancia, factor clave para la
cooperación y el desarrollo.
[1] C. Thorne. “La calidad de
la educación universitaria y el caso peruano”, en “La Universidad que el Perú
necesita”. Foro Educativo-Consorcio de Universidades, Lima, 2001.