LAS 4 PALABRAS MÁGICAS DEL APRA: FE, UNIÓN, DISCIPLINA Y ACCIÓN
Escribe:
Dr. Eudoro Terrones Negrete
INTRODUCCIÓN
En un contexto indoamericano de crisis política y social, en el que imperaba la explotación imperialista, la explotación del hombre por el Estado, la desigualdad y la exclusión de las masas populares y una cruel dictadura en el Perú, el creador de las cuatro palabras mágicas: FE, UNIÓN, DISCIPLINA Y ACCIÓN (F.U.D.A), fue Manuel Jesús Arévalo Cáceres (1903-1937), entonces Secretario Regional del Norte, gran líder sindical, organizador de multitudes, diputado representando al pueblo ante la Asamblea Constituyente de 1931, forjador del nuevo sindicalismo de Frente Único y mártir aprista a los 34 años de edad.
Las palabras mágicas de Fe, Unión, Disciplina y Acción forman parte de los pilares ideológicos y organizativos fundamentales del Partido Aprista Peruano, con el fin de cohesionar el partido, fomentar la acción revolucionaria y orientar la praxis política hacia el desarrollo del proyecto y programa de la gran transformación con justicia social, democracia y lucha contra todo tipo de imperialismo.
Manuel Seoane Corrales en su Mensaje histórico “Recado del Corazón del Pueblo”, pronunciado en el Estado Nacional de Lima-Perú, en 1946, con motivo del Día de la Fraternidad, la presencia de Víctor Raúl Haya de la Torre y una inmensa multitud de personas, manifestó: “Y porque hablo en nombre de todos los compañeros del Partido, tengo la obligación de entregarle un regalo. Yo sé que no van a entenderlo ni verlo siquiera los que no son apristas. Traigo en este cofre de espíritu el viejo tesoro del aprismo. Abrimos una roja tapa de sangre y conmigo están-todos los vemos- las cuatro palabras mágicas de nuestra fortuna. Allí las puso Manuel (Arévalo) antes de irse hacia la muerte esa tarde del camino frente al mar. Allí están todavía intactas, lucientes, invictas, hablando del pasado y al futuro. Te las traemos hoy, como nuestro mejor regalo hecho promesa de mantenerlas y servirlas. Porque sabemos, compañero, hermano y Jefe, que nada llegará más puramente a tu corazón que saber que decenas de miles de apristas, en todo el país, van a prometer conmigo seguir cuidando el tesoro de nuestras cuatro palabras mágicas Fe, Unión, Disciplina y Acción”.
SIGNIFICADO
1. FE:
El espíritu de lucha del pueblo aprista por el Perú e Indoamérica jamás se quebró, porque supieron llegar a la conciencia del pueblo. Creyeron y creen en la patria peruana e indoamericana, en sus potencialidades y capacidades, en el sueño de un país y continente justo, libre, digno, culto, unido y próspero.
La fe es la creencia, convicción, confianza, aceptación y lealtad que tiene el militante y dirigente respecto a la filosofía, ideología y doctrina del Aprismo expuesto por el fundador, maestro, jefe y guía Víctor Raúl Haya de la Torre, así como también sobre los planes de gobierno elaborados y propuestos por sus esclarecidos y destacados líderes, profesionales y técnicos.
Tener fe es estar seguro y convencido de lo que se espera del APRA como partido político de los pobres. La fe es un sentimiento aprista que impulsa a creer firmemente y sin vacilación en su partido político.
Por la fe, los apristas convierten sus sueños en realidad, sus planes de gobierno y proyectos de desarrollo en instrumentos imprescindibles para lograr, fundamentalmente, la gran transformación de la sociedad peruana.
Por la fe los apristas sostienen como propias los principios y planteamientos programáticos, las convicciones, iniciativas y propuestas de solución que les exponen sus líderes, dirigentes, profesionales y técnicos, ante infinidad de problemas, debido a la confianza que los inspiran y animan a la acción.
La fe es el bien más precioso que pueden disfrutar los apristas. La fe es la fuerza vital del Aprismo, es el alma de la acción colectiva para la gran transformación. Por la fe y el constante aprendizaje el pueblo aprista es capaz de adquirir sabiduría, desarrollar sus proyectos de vida y alcanzar sus nobles propósitos en aras del bien común.
2. UNIÓN:
La unión es la fiel expresión de la importancia del trabajo coordinado. A través de la unión colectiva y la fraternidad entre los simpatizantes, militantes y dirigentes del PAP se logran superar problemas y hacer realidad los más ambiciosos proyectos de desarrollo.
La unión es la clave y el secreto de la fuerza del gran Partido de los Trabajadores Manuales e Intelectuales. Refieren los apristas que unidos y en diálogo permanente solucionan sus problemas, vencen la adversidad y cualquier intento de división interna.
El pueblo aprista es un pueblo multiétnico, multicultural y diverso, cuya diversidad es su fortaleza, no excusa para el enfrentamiento o la desunión. En el aprismo la unidad no significa uniformidad, sino la capacidad de respetar, valorar y vencer sus diferencias.
Son lemas apristas: Uno para todos, todos para uno. Unidos todo lo podemos, desunidos nada somos. Siempre unidos, venceremos.
El APRA suma a sus filas “todas las fuerzas vivas de la Nación”, para formar la Gran Unión Nacional e Indoamericana y el Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales, hasta la victorial final.
El segundo punto del Programa Máximo del APRA reza así: “Por la unidad política y económica de América Latina”, como base y sustento de todo un proyecto de transformación de los pueblos de América Latina, dentro de una patria continental.
Al respecto, refiere Pablo Silva Villacorta: “El unionismo en la voz de Haya de la Torre, deja de ser un clamor lírico y recurso oratorio de toda recordación bolivariana. El Fundador del Apra le da sentido y forma: “Separados, pereceremos”, dice en 1924, y estampa en el Plan del Apra: POR LA UNIDAD POLÍTICA Y ECONÓMICA DE AMÉRICA LATIN. Para Haya de la Torre, la Unidad Latinoamericana era cuestión indispensable, ineludible, para poder realizar la revolución social en nuestros países y la única forma de poder enfrentarse al imperialismo. Es triste decirlo, pero estas ideas unionistas le valieron a este gran ideólogo que se le dijera internacionalizante, extranjerizante, y que al compás de estos epítetos se le apresara, persiguiera y proscribiera. Hoy todos propugnan la Unidad Latinoamericana, la “integración”, pero sin la enteresa, muchos, de reconocer que hubo alguien que tuvo el acierto de adelantarse en una demanda que la historia ha santificado”.
3. DISCIPLINA:
Hay diferentes tipos de disciplina: disciplina militar, disciplina escolar, disciplina laboral, disciplina deportiva, disciplina asertiva y disciplina político partidaria. De esta última trataremos en las siguientes líneas.
Dentro de un marco teórico de disciplina, los apristas deben llevar una vida ordenada, un comportamiento disciplinado, regido por normas, directivas, reglamentos y estatutos, por principios éticos, deberes, objetivos y necesidades, respetando las normas de comportamiento social y del Estado de Derecho.
Los apristas están convencidos que como militantes y dirigentes de un gran partido político necesitan constancia, organización sólida, autoridad, dirección y mando efectivo y ordenado para construir un país en el que la justicia, la igualdad, el amor y la lealtad por las grandes causas políticas y la paz sean una realidad.
La disciplina aprista conlleva la necesidad de orden y compromiso permanente en la lucha política por la defensa de los derechos de la clase explotada que clama libertad, trabajo digno y bien remunerado, educación y salud de calidad y desarrollo de sus mejores proyectos de vida para alcanzar la justicia y felicidad.
Sin disciplina, el proyecto de la gran transformación no podría desarrollarse y cumplirse, sería un fracaso. Sólo con disciplina estaría garantizado el triunfo de la revolución social, económica, política, ecológica, educativa, cultural y moral que el Perú y América Latina necesitan.
4. ACCIÓN:
Los apristas piensan y creen que la teoría y la praxis revolucionaria son necesarias para hacer realidad los ideales del Partido Aprista Peruano. Sostienen, también: “A grandes males, grandes remedios”., “A grandes problemas, grandes acciones”, “Los grandes cambios no llegan con sólo palabras, sino con acción revolucionaria por la causa de los pobres del Perú e Indoamérica”, acción revolucionaria sí para contrarrestar la acción ofensiva de la reacción dominante, las oligarquías, los golpes de estado y las dictaduras militares.
Enfatizan también que sólo la acción con optimismo, sabiduría, valentía y perseverancia hará triunfar la revolución del pueblo aprista. Y que los grandes cambios deberán efectuarse con trabajo decidido, eficiente, creativo y coordinado de todos los que viven en el territorio ubérrimo del Perú.
Por eso, los apristas luchan con estrategias y tácticas propias, con valor, actitud mental positiva, perseverancia y audacia, afrontando los vendavales, retos y dilemas de la vida, encendiendo la luz para que desaparezcan las tinieblas, cultivando la verdad poliédrica, frenando sus vicios y venciendo sus defectos.
Desde esta visión con futuro, procuran cooperar con todo y con todos, manteniendo una actitud mental positiva y amplitud de criterio, en aras del bien común. No critican ni humillan a los que caen, por el contrario los ayudan a levantarse y a rectificar su comportamiento.
Dentro de la acción política disciplinada, los apristas siembran semillas de bondad, perdón, amor, y servicio al bien común, aun resistiendo los embates y tempestades del camino. Es consigna de lucha: “Ni apresuramiento, ni impaciencia, ni amargura ni venganza. No dejarse llevar ni deprimir por el desaliento y el sufrimiento”.
El primer punto del Programa Máximo del APRA reza así: “Por la acción contra el imperialismo”.
Saben los apristas que la gran transformación será una realidad en el Perú en la medida que actúen con responsabilidad, solidaridad, sensibilidad social, lealtad y compromiso con los humildes y necesitados; en la medida que actúen honestamente y se mantengan incorruptibles, sin robarle un solo centavo al Estado y menos al bolsillo de los peruanos; en la medida que actúen más con el ejemplo a las nuevas generaciones, que con las palabras; en la medida que se dediquen a crear más riqueza y a distribuirla equitativamente entre la inmensa mayoría nacional; en la medida que sean capaces de llevar un pan más a cada mesa familiar y generar mejores oportunidades de superación para una vida de calidad.
TRASCENDENCIA
Los principios nacieron como valores fundamentales e imprescindibles para organizar al naciente movimiento aprista, frente a las adversidades políticas y sociales de su tiempo, promover la integración continental y luchar por la democracia funcional, la libertad, el pan y la justicia social.
“A lo largo de las décadas, los principios del APRA han servido como guía para la acción política del partido, adaptándose a los cambios históricos: Durante las dictaduras militares y su proscripción, estos valores mantuvieron unido al partido en la clandestinidad. En el siglo XX, en el marco de la democratización del Perú, los principios impulsaron la participación del APRA en elecciones democráticas y su consolidación como fuerza política. Con la globalización y los nuevos desafíos del siglo XXI, el partido ha buscado reinterpretar estos principios para responder a las demandas actuales de justicia social y desarrollo sostenible”
Las referidas cuatro palabras de orden, a través de un siglo, han permitido al APRA construir una identidad política, una estructura organizativa sólida, un partido político de avanzada, que nunca muere y que trasciende generaciones.
“Los principios de Fe, Unión, Disciplina y Acción reflejan la esencia del aprismo como un movimiento comprometido con la justicia social y la transformación política de América Latina. Su capacidad para adaptarse a los cambios históricos y su influencia en otros movimientos políticos demuestran su relevancia y vigencia en el panorama político peruano y regional. En comparación con otros partidos, estos principios destacan por su combinación única de valores éticos, organizativos y revolucionarios”.
Lima, 31 de diciembre de 2024.