PROPUESTA PARA ERRADICAR LA CRISIS DE PERÚ
Escribe:
Dr. Eudoro Terrones Negrete
Con las manos limpias
y juntas a la estrella de la esperanza, desde Lima, La capital del Perú, doy la
bienvenida al año 2025 y hago propicia la oportunidad para manifestar que nos encontrarnos
en un momento decisivo de nuestra historia, con una crisis integral que
requiere de reflexión profunda y de propuestas concretas para erradicarla.
El Perú es un país
latinoamericano con diversidad climática y biológica, rica en recursos minerales, ictiológicos, turísticos,
gastronómicos, culturales, geografía e
historia. Sin embargo, hace varias décadas viene enfrentando una crisis aguda
que afecta a la inmensa mayoría nacional, socaba los cimientos de la democracia, las
instituciones y casi paraliza la fe en el futuro.
Problemas como la
pobreza, el desempleo, la corrupción, la desigualdad y discriminación social,
la deficiente distribución de la riqueza, el débil acceso a servicios básicos,
la violencia a la mujer, la inseguridad ciudadana, el terrorismo, el
narcotráfico, la ciberpornografía, la politización de la justicia y la
judicialización de la política, el apoliticismo de sectores sociales, y la proliferación de “partidos políticos” (más de 30 inscritos en el Jurado Nacional de Elecciones), vienen
erosionando la confianza y credibilidad de las instituciones y los poderes del
Estado, afectando el bienestar general y limitando las posibilidades reales de
desarrollo nacional.
Ante esta
lamentable situación por la que atraviesa el Perú, considero que una propuesta para erradicar la crisis integral debería girar sobre ejes fundamentales: desarrollo
económico inclusivo y sostenible; reforma y fortalecimiento de los poderes del
Estado; revisión y reajuste de la legislación electoral; implementación de
políticas efectivas de inclusión social y seguridad ciudadana; preservación del
medio ambiente.
También,
gobernanza eficiente, transparente y en lucha frontal contra la corrupción; apoyo a las pequeñas y medianas empresas
(PYMES) con suficiente crédito, capacitación y acceso a mercados; implementación de programas sociales
focalizados; asegurar que las comunidades rurales e indígenas participen
en el desarrollo económico y político del país; asegurar el acceso de la población total a servicios básicos de salud con medicinas suficientes y entregadas oportunamente; servicios de agua
potable, energía, transporte y saneamiento; establecer condiciones y crear un
clima de confianza permanenre para las inversiones nacional y extranjera; fomentar inversiones en fuentes de energía solar, eólica y geotérmica.
Es hora de
repensar los principios y comportamientos de los ciudadanos y las autoridades
en general; humanizar el sistema penitenciario; formalizar la minería ilegal e implementar
tácticas y estrategias inclusivas y sostenibles que generen empleo digno, bien
remunerado y reduzcan la pobreza crítica y extrema.
En el ámbito
político, la corrupción y la falta de transparencia en las gestiones, contrataciones y toma de decisiones restaron credibilidad,
popularidad y debilitaron a los partidos políticos y los poderes del
Estado. Es hora de erradicar la politización
de la justicia y la judicialización de la política. Es hora de aplicar medidas
efectivas al serio problema de la proliferación de “partidos políticos” que
enfrenta a los peruanos y genera inestabilidad política e ingobernalidad, conduciendo a acciones de cierre del Congreso y destitución de presidentes de la República.
Ya es tiempo para
pasar de la teoría a la acción; de las
reclamaciones, huelgas y protestas a las propuestas serias y concretas.
Para ello es clave la necesaria unión de todos para constituir una gran familia
peruana, que con valor, sabidurías, determinación y esperanza sea capaz de reconstruir
el Perú que todos deseamos, aspiramos y merecemos.
Que el 2025 sea el
año en que cada peruano tome la mejor decisión de ser la solución y no el
problema. La solución no está en manos de unos pocos, sino en el esfuerzo
conjunto de todos los peruanos.
Que la luz de la
esperanza ilumine las decisiones y acciones. Que el amor por la patria, la
sabiduría y las oportunidades de superación permanente sean los motores que
impulsen el trabajo diario para la gran transformación integral del Perú.
Lima, 26 de diciembre de 2024.