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12 de diciembre de 2024

La ética del investigador científico universitario en la sociedad global (VI)

 LA ÉTICA DEL INVESTIGADOR CIENTÍFICO UNIVERSITARIO EN LA SOCIEDAD GLOBAL (VI)

Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete


Ubicación de la Ética en las clases de Ciencias

De la revisión realizada a la literatura existente sobre la clasificación de las ciencias por diversos autores, entre ellos Aristóteles, Schopenhauer, Bain, Locke, Thompson y otros, podemos ubicar a la Ética dentro de las ciencias prácticas, ciencias empíricas, ciencias concretas, ciencias normativas y ciencias filosóficas y que lo presentamos en el siguiente cuadro:

 

Ubicación de la Ética en las clases de ciencias

 

 

 

Autores

 

 

Ubicación tipo de ciencia

 

Aristóteles

Ciencias prácticas

Arturo

Schopenhauer

Ciencias empíricas o ciencias a posteriori

Alexander Bain

Ciencias prácticas

John Locke

Ciencias prácticas

J.A. Thomson

Ciencias concretas

 

Otros autores

Ciencias normativas

Ciencias filosóficas

Ciencias formales

 

 Expliquemos cada una de las clases de ciencias mencionadas:

Ciencias normativas: Conjunto de ciencias que tratan de averiguar cómo son las cosas, de descubrir la manera correcta de hacer las cosas o de pensar, de explicar cómo deben ser las cosas y de mejorar las cosas. Son ciencias que tratan de establecer las normas o patrones de conducta del ser humano.  Forman parte de las ciencias normativas: Estética, Ética, Filosofía, Lógica, etc.

Ciencias filosóficas: Conjunto de ciencias que tratan de explicar lo que es el hombre, los valores en general, los deberes y derechos del hombre, el proceso dialéctico, el conocimiento, el pensamiento, la historia, la cultura y el ser en su esencia y existencia. 

Forman parte de las ciencias filosóficas: Antropología filosófica, Axiología, Deontología, Dialéctica, Ética, Estética, Filosofía, Filosofía de la cultura, Filosofía de la educción, Filosofía de la historia, Filosofía de la ciencia, Gnoseología, Lógica y Ontología.

Ciencias formales: Conjunto de ciencias que estudian los procesos lógicos y matemáticos (cuyo objeto de estudio no es el mundo, la realidad físico-natural, sino formas vacías de contenido), pero cuyos conocimientos pueden ser aplicados a dicha realidad físico-natural. Las ciencias formales trabajan con formas, es decir, con objetos ideales, que son creados por el hombre, que existen en su mente y son obtenidos por abstracción. Forman parte de las ciencias formales: Filosofía, Lógica, Matemática, Cálculo, Ética, Computación.

Ciencias prácticas: Conjunto de ciencias que tienen por finalidad estudiar y dirigir las acciones del hombre durante su existencia, sea en su vida personal o colectiva. Forman parte de las ciencias prácticas:

Arquitectura, Economía, Estética, Ética,  Historia, Política, entre otras.

Ciencias empíricas: Las ciencias empíricas son conjuntos sistemáticos de conocimientos, coherentes y racionales, con los que se ofrece una explicación de las causas de los fenómenos y de las leyes por las que se regulan, explicación que es contrastable con la experiencia. El método por excelencia de las ciencias empíricas es el método hipotético-deductivo.[1] Son conjunto de ciencias respaldadas por la investigación experimental y que muestran datos concretos, y dan valor a la observación como método de conocimiento con el fin de encontrar las causas de los hechos o fenómenos físicos y psíquicos y de los efectos o consecuencias que producen y de establecer leyes universales. Forman parte de las ciencias empíricas o ciencias a posteriori: Anatomía, Botánica, Derecho, Ética, Física, Fisiología, Geología, Historia, Mineralogía, Psicología, Química, Zoología y Zootomía.

 

La Ética en la Investigación Científica

La filosofía está conformada por diversas disciplinas, entre ellas la ética, la lógica, la estética, la axiología, la deontología, la epistemología, la gnoseología, la metodología, la metafísica y la bioética.

El hombre en el transcurrir de su existencia va forjándose una concepción ética de la vida y de sí mismo, en la búsqueda de la verdad, del amor, de la unión pacífica, del bien y del ejercicio pleno de su libertad.

Vale la pena recordar que históricamente la ética ha recibido diferentes denominaciones: Filosofía moral (Séneca), Deontología o teoría del deber (Jeremías Bentham), Axiología o teoría de los valores (Max Scheler) y Teoría de las costumbres (Manuel Kant).

Desde que el hombre se agrupó en sociedades tuvo necesidad de contar con normas, disposiciones, reglas, principios o valores que le permitieran regular su conducta en sus relaciones con los demás miembros de la comunidad.

No olvidemos que los seres humanos por naturaleza son seres imperfectos, pero perfectibles en el transcurso de su existencia, siempre que usen adecuadamente sus facultades cognitivas (pensamiento, razón, sentidos, intuición, memoria, imaginación, inteligencia, voluntad, sentimiento y emoción), virtudes intelectuales y éticas para perfeccionar sus naturalezas y conductas y alcanzar el máximo bien (bienestar y felicidad).

El gran filósofo griego Aristóteles llegó a distinguir entre virtudes éticas o morales y virtudes dianoéticas o intelectuales. Las virtudes éticas o morales, decía, se generan por hábitos (repetición de actos) y costumbres y consiste en el dominio de la parte racional del hombre, regula las relaciones entre los hombres y son perfectibles. Son virtudes éticas la fortaleza, la templanza y la justicia. Aristóteles decía que sólo practicando la justicia podemos llegar a ser justos, y sólo podemos ser justos cuando ejercitamos y aplicamos la justicia y lo convertimos en un hábito o costumbre de nuestra conducta diaria. Por eso se dice que en la vida de los pueblos lo acostumbrado es considerado como lo bueno, lo permitido, lo correcto. En cambio lo no acostumbrado es lo malo, lo no permitido, lo prohibido, lo incorrecto. Resulta así que la costumbre es la práctica repetida de una conducta; la costumbre es un acto creador del derecho toda vez que “por la costumbre, lo que es se convierte en lo que debe ser”.

En cambio, la virtud intelectual o dianoética proviene de la instrucción, enseñanza o educación. Son propias del intelecto (NOUS) o del pensamiento (NÓESIS) y se caracteriza por ser aprendidas. Entre las virtudes intelectuales o dianoéticas se consideran la inteligencia (sabiduría) y la prudencia.

Sócrates es el fundador de la Ética. Cicerón dijo alguna vez que Sócrates trasladó la filosofía del cielo a la tierra, dedicándose a analizar y explicar los problemas del hombre relativos a su conducta moral. Con la terminología de José Ingenieros podríamos calificar a la moral de Sócrates de moral meliorista, en tanto y en cuanto fomenta la creencia activa en la perfectibilidad del ser humano.

Sócrates distinguió cuatro virtudes fundamentales en el ser humano: la sabiduría, la templanza, el valor o la fuerza y la justicia, unidas todas ellas en una perfecta armonía.

La ética es una ciencia que forma parte de la filosofía. Estudia el comportamiento moral del hombre en sociedad según determinados principios y valores  normativos que establecen lo que está bien y lo que está mal; es una ciencia que estudia, analiza, describe y explica los hábitos, las costumbres, el carácter, la conducta moral, la conciencia moral, los valores y problemas morales, la manera de ser del hombre en sus relaciones con sus semejantes, en procura de un fin honesto y del bien común.

La ética de la investigación es una ciencia normativa y práctica que se ocupa del Deber ser y Deber hacer del investigador. Está conformada por un conjunto de reglas, proposiciones, principios, valores y leyes que permiten normar, regular y orientar la conducta del investigador por el camino correcto, apropiado, lícito, digno y justo, con el fin de alcanzar el bienestar individual y colectivo.

La ética de la investigación se aplica durante todo el proceso y desarrollo de la investigación científica: elección del problema científico, diseño del proyecto,  revisión de la literatura,  recolección y selección de datos, procesamiento e interpretación de datos, redacción y corrección, evaluación de su utilidad, publicación y aplicación de los resultados.

La ética de la investigación tiene por objeto la moralidad del acto, la experiencia moral, y la conducta moral del investigador, en sus relaciones con los demás miembros de la comunidad científica y de la sociedad. Su finalidad es orientar al investigador en busca de su perfección individual y del bien común; es  forjar una conducta recta, correcta, honesta, tolerante, sensible, solidaria, cooperante, responsable, digna y justa para un buen vivir.

Los aspectos éticos o las buenas prácticas del investigador científico  tienen relación con todos los campos y áreas de  su quehacer profesional y actividad científica. El comportamiento ético del investigador es un requisito para la credibilidad de la ciencia y del propio investigador, para avanzar en la excelencia de las investigaciones, mejorar la calidad, así como también mantener óptimamente las relaciones con las instituciones, la sociedad y el Estado.   

La ciencia moderna, aplicada a la investigación, da como resultado mayores logros a la humanidad. Teniendo en cuenta que se vive en un mundo basado en la investigación y gobernado por ideologías fundamentadas en la ciencia y en el uso de instrumentos creados por la ciencia y la tecnología, es necesario ser conscientes de que dichas ideologías e instrumentos pueden ser utilizados de forma objetiva o subjetiva, o correcta e incorrectamente, es decir, de un modo ético o no. Por este motivo, es importante hablar de una ética de la investigación, es decir, de una investigación con conciencia. Una investigación cuyos resultados sean correctamente utilizados, puntualiza Manuel Galán Amador.[2]

Estamos viviendo en la era de la información y la comunicación, con cantidades de información  que fluyen a la velocidad de la luz, que no pueden ser decodificadas a plenitud y que influyen positiva o negativamente en la vida humana o en la conducta de las personas e instituciones, por lo que el investigador necesita adoptar actitud cada vez más crítica y analítica, para así lograr ser un buen investigador que satisfaga las expectativas de las personas y sociedades del planeta. 

No debe olvidarse que las personas, la actividad científica y el investigador llegan a corromperse cuando se ponen al servicio de los privilegios e intereses creados, de la delincuencia y el terrorismo, de los dogmas y las ideologías extremistas, del poder económico y político, de la degradación del medio ambiente, de la guerra y el armamentismo, del narcotráfico, y de las mafias, así como también de las teorías conspirativas e intenciones perversas..

El investigador asume un comportamiento ético que se caracteriza por ser racional, libre, consciente, voluntario y responsable de cuanto piensa, dice y hace; responsable de sus causas y consecuencias. El investigador posee altos estándares éticos en su comportamiento, en la actividad científica y al momento de tomar decisiones éticas  y resolver los dilemas éticos.

La ética de la investigación trata de minimizar las desventajas, los problemas o las consecuencias negativas de los resultados de una investigación y trata de maximizar las ventajas, los beneficios o los aportes positivos a favor de las personas, instituciones, sociedades y la comunidad científica mundial.

Para que una conducta sea ética en términos de investigación, el investigador deberá responder, actuar e investigar correctamente, utilizando medios éticos y medios lícitos, liberado de presiones, prejuicios y dogmas, liberado de intereses de conflicto y de intereses monetarios.

La ética en la investigación científica tiene que ver con la responsabilidad moral de los investigadores acerca del uso que le dan a sus investigaciones, y a la forma de desarrollar el proceso de la investigación, redactar el texto de los proyectos y de las conclusiones.

“Las últimas dos décadas – indican Martín Aluja y Andrea Birke- se han caracterizado por un aumento en el reporte de violaciones a la integridad científica (National Academy of Sciences, 1992; Steneck, 2000). La opinión generalizada (e.g., Macrina, 2000; y Shamoo y Resnik, 2003) es que este incremento se debe a factores tales como: a) aumento de científicos y académicos en proporción al decremento de posiciones laborales en la industria, gobierno y academia; b) recursos financieros limitados (competencia por proyectos, espacio físico, equipo, técnicos, competencia por obtener reconocimiento o créditos, etc.); c) presión por publicar que genera el síndrome conocido en los Estados Unidos como “Publish or Perish” (Kleschick et al., 2000; Bostanci, 2002; Shamoo y Resnik, 2003); d) evaluación del científico en términos de la habilidad de éste por generar recursos y e) necesidad de cumplir con cada vez más engorrosos requerimientos administrativos (Stanley-Samuelson y Higley, 1997)...”

 

Estándares y principios éticos en la Ciencia

Carpi y Egger expresan: “Hoy día, la ética científica se refiere a unos estándares de conducta para los científicos que es generalmente definida en dos amplias categorías (Bolton, 2002). Primero, los estándares de métodos y procesos se ocupan del diseño, los procedimientos, el análisis de datos, la interpretación y el informe de los esfuerzos de la investigación. Segundo, los estándares de temas y resultados se ocupan del uso de sujetos humanos y animales en la investigación y las implicaciones éticas de algunos resultados de la investigación. Juntos, estos estándares éticos ayudan a guiar la investigación científica y aseguran que los esfuerzos de investigación (y los investigadores) acaten varios principios esenciales (Resnik, 2008), incluidos:

a)    La honestidad en la información de los datos científicos.

b)   La cuidadosa transcripción y análisis de los resultados científicos para evitar errores.

c)    El análisis independiente y la interpretación de los resultados basados en los datos y no influidos por fuentes externas.

d)   Publicar y presentar en régimen abierto los métodos, los datos y las interpretaciones.

e)    La suficiente validación de los resultados mediante la duplicación y la colaboración con colegas.

f)    La atribución adecuada de las fuentes de información, los datos y las ideas.

g) Las obligaciones morales hacia la sociedad en general y, en algunas disciplinas, la responsabilidad para determinar los derechos de los sujetos animales y humanos.

 

Criterios éticos que deben regir en una Investigación

Los criterios éticos que deben regir en una investigación son: 

     La búsqueda de la verdad y del bien por sobre todas las cosas. 

     La transparencia, honestidad y responsabilidad (social, jurídica y ética) en todas las etapas de la investigación. 

     La hipótesis planteada debe corresponder con la realidad encontrada u observada. 

     No debe manipularse los datos y resultados obtenidos. 

     El respeto a los participantes. 

     La validez científica. 

     El valor social de la investigación. 

     La selección justa de los sujetos. 

     El consentimiento informado. 

     La perseverancia en la mejora continua. 

     El espíritu científico.

     La actitud optimista del investigador científico. 

     Y la postura constructiva del investigador científico  contra todos los dogmas y los prejuicios.

 

Problemas éticos en la Investigación Científica

El problema ético es el problema que surge como producto de los actos del investigador; es el problema que se expresa a través de la conducta del investigador antes, durante y después del desarrollo de un proyecto de investigación.

La preocupación por los problemas morales acerca de la ciencia no es nueva. Entre otros, científicos con inclinaciones filosóficas y filósofos con inclinaciones científicas que se ocuparon del tema, se puede mencionar a Lucrecio, Spinoza, Hume, Kant, Feuerbach, Engels, Dewey y Schlick. Y los escrúpulos de conciencia de los científicos fueron expresados ya en la primera guerra mundial, por ejemplo, por Albert Einstein y Bertrand Russell, haciéndose más intensos cuando nazis y comunistas trataron de controlar y avasallar a la ciencia. En principio, los problemas morales y éticos no son atemporales. Hay una gran disparidad de códigos morales, que en la actualidad están confluyendo a un cierto corpus de ideas básicas que son aceptadas por la mayor parte de la humanidad como más o menos universales, como las expresadas en las diversas declaraciones de derechos humanos.[3]

En la mayoría de la bibliografía consultada aparecen cuatro problemas éticos fundamentales: a) Ocultar a los participantes la naturaleza de la investigación o hacerles participar sin que lo sepan. b) Exponer a los participantes a actos que podrían perjudicarles o disminuir su propia estimación. c) Invadir la intimidad de los participantes. d) Privar a los participantes de los beneficios[4].

 

En  esta parte de los problemas éticos se abordan y analizan problemas que surgen en las investigaciones con niños y adolescentes, con pacientes terminales, con pacientes psiquiátricos, con investigaciones sociales en salud, los dilemas en genética humana y con comunidades indígenas.

Mario Bunge en su obra “Epistemología” formula los problemas éticos siguientes: ¿Qué relación hay entre los valores cognoscitivos de la ciencia y los valores morales? La ciencia ¿es éticamente neutral? y ¿Cuál sería un código moral mínimo para la comunidad científica?

Por nuestra parte, consideramos también problemas éticos en la investigación científica: la falsificación de datos y de resultados o el invento de la información, los conflictos de intereses; la clonación (personas, animales y tejidos), la esterilización de pacientes sin su consentimiento, hacer participar a pacientes sin comunicarlo previamente y recibir su aceptación, la invasión de la intimidad o privacidad de las personas, privar de los beneficios de la investigación a los participantes, la publicación redundante, el uso de cámaras escondidas sin autorización del participante o paciente,  el allanamiento de domicilios y de oficinas privadas, hacer participar a personas o a pacientes sin que lo sepan, presionar a los participantes para que realicen actos que les perjudiquen, generar en los participantes de la investigación  sufrimiento físico y mental innecesarios.

Son también problemas éticos la indiferencia del hombre consigo mismo, la fetichización de la economía (se rinde culto al dinero, de manera exagerada e irracional, atribuyéndole poderes omnímodos), la clonación (fabricación) de seres humanos, la contaminación del medio ambiente, el uso de Internet con fines de promoción y defensa del terrorismo, la ciberpornografía, la cleptocracia y la carrera armamentista..

Finalmente el libertinaje, el acoso laboral, la competencia desleal y desenfrenada entre países y empresas desiguales, la impunidad de la corrupción y la inmoralidad, la legalización del aborto inducido, la legalización del consumo de drogas, la pretensión de legalizar el narcotráfico, la exclusión social que genera el fenómeno de la globalización económica, la división entre los inforricos y los infopobres (infoexcluidos, infooprimidos o infosobrantes), es decir entre aquellas personas que poseen el control de la información, y aquellas que dependen de otros para tenerla, el narcoanálisis, la silla eléctrica, la deshumanización de las relaciones sociales, la cultura de la muerte (esterilización, anticoncepción, aborto, violencia sádica, etc.), entre otros.

 


[1] Glosario de filosofía.

http://www.webdianoia.com/glosario/display.php?action=view&id=57&from =action=search%7Cby=C

[2] Galán Amador, Manuel, en su artículo Ética en la investigación.

http://www.rieoei.org/jano/3755GalnnJano.pdf

[3] Pablo C. Schulz, en       el artículo La ética en la ciencia. http://www.ehu.eus/reviberpol/pdf/JUN05/schulz.pdf

[4] Leonor Buendía Eisman y Emilio Berrocal de Luna, de la Universidad de Granada,  artículo La ética de la investigación educativa.

http://www.ugr.es/~emiliobl/Emilio_Berrocal_de_Luna/Asignaturas_files/Eti cadelaInvEducativa.pdf


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