Artículos periodísticos y de investigación

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7 de diciembre de 2024

El periodista ético en el contexto de una sociedad global en permanente transformación

 

EL PERIODISTA ÉTICO EN EL CONTEXTO DE UNA SOCIEDAD GLOBAL EN PERMANENTE TRANSFORMACIÓN

Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete


El periodista ético es el periodista profesional que adopta la verdad como rumbo de conducta y acción; la justicia social como compromiso y consigna de lucha cotidiana; la honestidad como emblema de vida; la solidaridad y el espíritu de cooperación como misión trascendente dentro de una sociedad de cambios.  

El periodista ético desecha los seductores y engañosos señuelos de la vida placentera y del lucro fácil, de la corrupción e inmoralidad. Permanece dispuesto al sacrificio por los ideales de la paz, de la libertad, de la democracia y de una sociedad civilizada, con el libre imperio de los valores y bienes culturales. Jamás claudica ante el despotismo de los tiranos, ante las cadenas del colonialismo mental y el vasallaje, ante los «amordazadores» de la prensa.

El periodista ético concibe su profesión como una empresa de servicio social premunido de una escala de valores morales, de virtudes éticas, con ideales y sentimientos nobles conducentes a la perfección de la conducta humana. Considera el periodismo como una profesión con sentido histórico y misión edificante, en tanto es formación en y para la vida constructiva, vida alimentada por sus sanas costumbres, tradiciones culturales, leyes positivas e instituciones democráticas.

El periodista ético obra en la vida por propia obligación y no por imposición. Obra moralmente de acuerdo con el dictado de su propia conciencia. Pone de relieve en sus comentarios periodísticos todas sus posibilidades espirituales y materiales, sus capacidades intelectuales, sin ser presa fácil de las ambiciones e intrigas de las demás personas.

Al periodista ético le mueve un impulso de igualdad, de fraternidad, de liberación y de justicia. Es él quien orienta sus pasos, a lo largo de su existencia, a superar separaciones y odios de pueblos, a erradicar la lucha de razas y de diferencias de clases, a la vez que reclama para todos los miembros de la comunidad el mismo tratamiento en el uso de sus deberes y derechos como ciudadanos responsables, dignos y cultos.

El periodista ético tiene por destino el ser un profesional histórico, trascendente y perdurable, capaz de vivir dejando atrás sus recuerdos y anécdotas, para dar paso a sus esperanzas y aspiraciones, a sus proyectos de vida que le permitan alcanzar sus metas trazadas. Trabaja para el futuro, para la historia, no alimenta el conformismo y menos aún procura satisfacciones placenteras y banales. Trata de no agotar su existencia en la mera satisfacción de sus necesidades eventuales, antes bien alienta renovadores impulsos culturales y esmerada depuración de su comportamiento.

El periodista ético procura por los medios a su alcance que su ejercicio profesional resulte coherente, integrado, respetable, constructivo y digno. Como excelente profesional de la información no sólo tiene por misión histórico-social informar, comentar o difundir las noticias con objetividad, sino también prever el enlace de lo acontecido con lo que sobrevendrá en el futuro, a fin de ser el auténtico portavoz de las aspiraciones de bienestar de los pueblos.

Al ser un profesional altamente ético está llamado a interpretar el sentir de la población y postular razones materiales y espirituales que superen el aislamiento de los pueblos, los conflictos de intereses interpersonales, intergrupales e interinstitucionales. No se deja deslumbrar con falsos espejismos, no camina a la zaga de los poderosos o de los que más tienen. En el transcurrir de su existencia, procura alcanzar clara conciencia de que es un profesional inmerso en la corriente positiva del mundo y que en forma permanente está llamado a conocer, elegir y decidirse sobre alternativas de solución a problemas de su entorno social.

Más que los libros y el aprendizaje diario, más que las vivencias profesionales, educan al periodista ético las personalidades ejemplares en el campo del periodismo, aquellos en los cuales se ha consubstanciado un ideal e impregnado virtudes y que constituyen ejemplos de vida. Personalidades ejemplares son, por ejemplo, los héroes del periodismo, los genios, los sabios, los mártires, los profetas, los revolucionarios incorruptibles.

El periodista ético conoce lo relacionado a la comunicación de masas y la interacción sociocultural, conoce las preceptivas de la redacción y las técnicas de la entrevista y del reportaje, los criterios de la crítica y la técnica de la investigación científica, la técnica del armado y de la confección periodística. Al saber técnico, al saber cultural se une el conocimiento de la moral profesional y de la ética, y una ancha base de cultura general. A la formación intelectual se une la formación científica, técnica y moral. Y así se logra un periodista completo a tono con la exigencia de nuestro tiempo.

El periodista ético, con la autoridad moral que irradia su conducta y la autoridad intelectual que le infunde sus conocimientos, ejerce el auténtico poder de la prensa en aras del bienestar, la felicidad y la libertad de los pueblos. Pugna así por la democratización permanente de los medios, la descolonización de la información, el pleno ejercicio de los derechos humanos, la autodeterminación de los pueblos y el establecimiento de un clima de confianza en las relaciones internacionales en procura de la coexistencia pacífica.

Es propio del periodista ético anteponer el servicio a la verdad y al público antes que a sus propios intereses personales; utilizar medios honestos o lícitos para obtener noticias, fotografías, documentos y declaraciones; no falsificar los documentos ni suprimir las informaciones esenciales para el público; procurar no caer en delitos de prensa; ejercer en forma honrada su profesión, sin buscar, demandar ni esperar ventajas personales ni apoyar a intereses privados contrarios al interés colectivo e incompatibles con la integridad y la dignidad de su profesión. El periodista ético no acusa sin pruebas; investiga y difunde los hechos noticiosos con objetividad, imparcialidad y sin intención maliciosa ni prejuicios.

El periodista ético acepta la responsabilidad de sus escritos, textos, informaciones, comentarios o críticas  y las rectifica de oficio o a petición de la parte interesada, jamás rehúsa corregir un error cuando se le demuestra; respeta la vida privada y la esfera íntima de las personas; mantiene y defiende el derecho al secreto profesional con respecto a las fuentes de las informaciones obtenidas confidencialmente; acepta en materia profesional únicamente la jurisdicción de la profesión; sabe que el interés público prevalece sobre el interés particular.

El periodista ético se abstiene de trabajar en contra de sus convicciones, no acepta remuneraciones ilícitas, no se deja influir por motivaciones extrañas (grupos de poder y grupos de presión); no publica temas ni escribe sobre algo que fomente intereses sensacionalistas y mórbidos, la inmoralidad, el vicio y las debilidades humanas y la degradación de los valores humanos; no transige en sus opiniones y comentarios para complacer a su público; no renuncia a sus opiniones - las defiende con todo el calor de sus convicciones principistas - por el simple hecho de que las demás personas no las compartan;  mantiene la opinión personal al margen de su material informativo; jamás acepta lo obvio de la noticia, por el contrario averigua qué hay detrás de ella.

El periodista ético denuncia la iniquidad y el mal uso de los medios de comunicación y del poder público: considera a todo el mundo como inocente (sospechoso, acusado, procesado, encausado) hasta que se expida la sentencia de un tribunal de justicia; se abstiene de revelar los secretos de Estado o de defensa nacional o de la empresa donde labora; jamás publica una ofensa personal como un asunto público; no explota la ignorancia y los defectos físicos y problemas psicológicos de los individuos; jamás critica en un tono abusivo y de burla o con expresiones vulgares; no publica conjeturas dado como hechos establecidos.

El periodista ético se abstiene de toda publicidad comercial en sus artículos; respeta las convicciones políticas, religiosas o filosóficas del público al que se dirige; expresa su solidaridad a sus colegas de trabajo y a los miembros y dirigentes del gremio periodístico perseguidos por defender su trabajo, su profesión y su vida; da a la persona denunciada una oportunidad para hacer sus descargos; no publica informaciones sobre crímenes sin haber descubierto primero si existe razones para ello; muestra consideración para las víctimas de crímenes y suicidios; no acepta invitaciones que puedan poner en peligro su reputación como periodista libre e independiente.

El periodista ético es un profesional receptivo a los consejos de los demás, un convencido en que no siempre debe tener la razón y que siempre está dispuesto a admitir sus errores. Practica permanentemente la autocrítica y mutuo crítica a fin de superar sus errores y cumplir sus funciones en forma eficaz y efectiva.

No es propio de un periodista ético usar efectos de sonidos para alarmar innecesariamente al oyente o televidente; usar palabras para burlarse de alguna raza, color, creencia o nacionalidad; usar métodos ilícitos para obtener informaciones y declaraciones periodísticas tales como: la violación de correspondencias, fotografías obtenidas en forma oculta a corta distancia y con cámaras miniaturizadas, uso de preguntas indiscretas e impertinentes sobre cuestiones íntimas de las personas en las encuestas y entrevistas, uso de datos de personas registrados en las computadoras que ofrecen garantías y promesas de confidencialidad; como tampoco es propio de un periodista ético desacreditar injustificadamente atacando a los competidores o a otras industrias, profesionales e instituciones.

Las cualidades básicas del periodista ético son el amor y la devoción por la verdad, la libertad y la justicia, la equidad de espíritu, la vocación de servicio a la colectividad, la honestidad intelectual, la ternura de corazón, la capacidad para comprender, interpretar y formular puntos de vista contrarios a los suyos, la capacidad de imaginación, la capacidad de rectificar sus equivocaciones mediante la discusión y la experiencia y el poder analítico de la fenoménica sociopolítica y educativo-cultural.

 

            LOS VALORES ÉTICOS DEL PERIODISTA 

A continuación mencionamos y explicamos los valores éticos que todo periodista deberá cultivar y aplicar en su quehacer profesional dentro del contexto de una sociedad global en permanente transformación.

Abnegación

El término abnegación procede del latín anegatio y significa rechazo. La abnegación es un valor ético y un estado del espíritu del ser humano que ha renunciado a lo que le agrada o halaga, sacrificándose él mismo a los intereses superiores.

La abnegación le conduce al periodista a sacrificar sus afectos o bienes materiales, en bien de sus colegas o de sus semejantes o a sufrir privaciones por el bien de su prójimo.


Altruismo

El término altruismo fue acuñado en 1851 por el filósofo francés Augusto Comte, e introducido en el lenguaje científico y filosófico en su acepción de “sacrificio personal por el beneficio de otros”.   Según Comte, "Vivir para otros" e "Incorporarse a la Humanidad", eran las virtudes cardinales de su "religión de Humanidad".

Este término proviene del latín “alter”, que significa “otro” y del francés “altruismo” o  “altrui”, que quiere decir “de los otros”, “de o para otros”.

Según el Diccionario soviético de filosofía, altruismo significa servicio desinteresado a las otras personas, voluntad de sacrificar al bien ajeno los intereses personales, propios. A su vez, el Diccionario de la Real Academia lo define así: “esmero y complacencia en el bien ajeno, aun a costa del propio, y por motivos puramente humanos”.

El altruismo es una teoría ética opuesto al individualismo egoísta. Desde su origen hasta la actualidad no deja de ser polémico en los aspectos filosófico, psicológico, sociológico y ético.

La teoría ética del utilitarismo se exterioriza en tres posiciones: individualismo (bienestar individual en perjuicio de la sociedad), altruismo (bienestar de los demás en perjuicio de lo individual) y utilitarismo propiamente dicho que combina el individualismo con el altruismo.

El altruismo consiste en desear el bienestar de los demás, aun a costa del propio, como último fin de toda conducta humana, toda vez que el ser humano tiene una tendencia natural para ayudar a las demás personas. Altruismo significa amor al prójimo y al bien común. Designa  la solidaridad interpersonal, el sacrificio personal por el beneficio de otros, en el que los únicos actos moralmente correctos son aquellos que intentan promover la felicidad de otros. En su máxima significación, altruismo es filantropía, desapego, desprendimiento, simpatía, contraposición al egoísmo, compromiso en hacer el bien desinteresado a las demás personas y satisfacción de sus necesidades e intereses antes que el propio.

Son frases altruistas: El anonimato es la expresión más genuina del altruismo (Eric Gibson ) y Bienaventurados los que saben dar sin recordarlo, y recibir sin olvidarlo (anónimo).

“Hay dos aspectos que definen el altruismo: La simpatía y el compromiso. La simpatía se apoya sobre valores de bondad y caridad. El compromiso considera un acto que se sabe va a beneficiar más a otro que a sí mismo, implicando un sacrificio personal. El compromiso se inscribe en una ética de la responsabilidad. Porque se trata de actuar concretamente sobre el presente y sobre el futuro para proporcionar mayor bienestar al resto de la sociedad, implicando una inversión personal para el desarrollo de bienes comunes. Recordemos, como ya hemos hecho en otras ocasiones, que la moral se refiere a la conciencia individual, mientras que la ética se refiere a una moral social” (http://www.proyectopv.org/1-verdad/altruismo.htm).

Los periodistas altruistas optan por fomentar y poner en práctica el altruismo, por alinear su bienestar con el de otros y mejorar la calidad de vida de sí mismos y de los demás. Los periodistas se sienten felices cuando sus colegas y otras personas prosperan, y se entristecen cuando sus colegas y las demás personas sufren.

En Club de Periodistas de México, AC, una de las instituciones más prestigiadas en el género, fundada por el ilustre periodista don Antonio Sáenz de Miera, otorga la distinción Premio Internacional Altruista y Trabajo Periodístico de Mayor Servicio a la Sociedad a los periodistas que destacan en sus labores anualmente.

El periodista altruista no sólo cumple las funciones de informar, fiscalizar, investigar, educar, culturizar y entretener, denunciar las malas acciones de las autoridades, funcionarios, empleados y trabajadores de la administración pública, sino también funciones de altruismo, realizando actividades de proyección a la comunidad, llevando ayuda social y salud a los que menos tienen con sendos operativos médicos con atención a la salud bucal, etc. atención a la salud general y la entrega de medicina gratis a las personas atendidas.

El periodista altruista piensa, actúa y vive en función del bienestar de los demás. No utiliza a las demás personas como medio o instrumento para alcanzar su beneficio personal. Sirve desinteresadamente a los demás y no se sirve de los demás.

Amor

El servicio social del periodista se funda en la relación que inevitablemente debe darse entre el periodista con su público objetivo y cuyo vínculo es el amor.

Si el periodista no ama a su público, a sus confidentes, muy poco será lo que de ellos obtenga a nivel de informaciones o de primicias. El amor es el vehículo de las buenas y cordiales relaciones sociales, laborales, profesionales y con las diversas instituciones de la sociedad.

Cooperación

Desde la aparición del hombre sobre la faz de la Tierra se viene practicando la cooperación en los niveles de supervivencia, de superación y de bien general. Y desde que surgió el periodismo como oficio y después como profesión la cooperación se constituyó en un requisito imprescindible para alcanzar el éxito en todo orden de cosas y en todas las disciplinas del saber humano.

En el nivel de supervivencia el periodista se integra en organizaciones sociales y al tomar conciencia de su precaria situación procura alcanzar mancomunadamente mejores niveles de vida. Empieza a supervivir sobre la base de la ayuda mutua, buscando la satisfacción de sus necesidades y la afirmación de la seguridad social.

En el nivel de superación, el periodista amalgama esfuerzos, ideas, iniciativas para vencer los obstáculos y superar los problemas de la vida. La superación logra obtenerlo mediante el desarrollo de destrezas y habilidades, unida a la capacidad física y mental.

Y en el nivel de bien general, el periodista a través de la cooperación hace posible la normal y equitativa satisfacción de las necesidades de todos los miembros que conforman los gremios y empresas periodísticas. La cooperación en este nivel procura el desarrollo y el progreso de la colectividad, promueve una equitativa y justa distribución de la riqueza en función de las necesidades individuales y según su trabajo. El periodista busca su bienestar y el bienestar general.

A través de la cooperación el periodista robustece su carácter y los hábitos éticos en una economía social, amplía su horizonte vivencial, fortifica su espíritu de buen vivir, coadyuva a la eliminación del paternalismo y los lazos de dominación y dependencia, armoniza voluntades, intereses y objetivos en procura de la paz y de la justicia social.

Coraje intelectual

El periodista con coraje intelectual está comprometido a difundir y defender la verdad, a criticar el error suyo y el de los demás, a pensar y decir lo que piensa con sinceridad y responsabilidad y a hacer las cosas bien y rectas.

El periodista con coraje intelectual jamás teme descubrir sus defectos o vicios, se percata de ellos y asume el reto para superarlos.

Si el periodista tiene ideales que sostener, ciertamente necesitará valor para mantenerlos. Si se propone alcanzar una meta digna y justa necesitará valor para no desviarle de ella y persistir hasta alcanzarla.

El valor es una oculta y poderosa fuerza interna que impulsa a los periodistas emprendedores. Si se consulta el diccionario inglés, courage deriva de la palabra latina cor, que significa corazón. Entonces, el verdadero valor emana del corazón. Sabemos que este órgano es el más sensible y vital de nuestro sistema y es el que nos incita a concluir con buena disposición y con amor lo que demos hacer.

Miguel de Cervantes Saavedra decía: “El que pierde bienes, pierde mucho; el que pierde un amigo, pierde más; pero el que pierde el valor lo pierde todo”

Ecuanimidad

El periodista debe mostrarse ante su público y sus semejantes como un profesional equilibrado, ecuánime y sereno. Debe ser capaz de controlar sus instintos, pasiones e impulsos. Firmeza sí en sus actos, pero con dulzura y seguridad de sí mismoNo enojarse ante el comentario adverso que puedan efectuar a sus artículos personas adversas.

Entusiasmo

En el ejercicio de sus funciones el periodista debe transmitir un contagioso y permanente entusiasmo por el material periodístico que difunde. Del entusiasmo que impregne a sus artículos, comentarios, críticas, mensajes o informaciones que difunda dependerá que su material periodístico se vuelva interesante para el público y sea acogida.

Ser periodista entusiasta significa ser periodista con iniciativa, con espíritu de renovación, con imaginación creadora, con permanente voluntad para hacer las cosas a su debido tiempo y con vívida tendencia a creer que lo imaginario puede hacerse instantáneamente realidad.

Honestidad

Periodista honesto es el que utiliza sólo medios lícitos y éticos para obtener noticias, documentos, declaraciones, ilustraciones y fotografías. No acepta para sí, ni en nombre de terceros, comisiones o encargos incompatibles con la integridad y la dignidad de la profesión. No falsifica los documentos ni suprime las informaciones esenciales. Condena los delitos de prensa y siempre suele acusar con pruebas en la mano, luego de un proceso de investigación realizada.

El periodista honesto sólo acepta tareas que no lesionen su integridad profesional. No acepta consignas de los anunciantes. Investiga y difunde los hechos sin prejuicios y sin intención maliciosa. El periodista honesto no se deja influir por motivaciones extrañas. Valoriza, honra y dignifica el periodismo como profesión. Se abstiene de toda publicidad comercial en sus artículos. No acepta publicar anuncios que sean deshonestos, falsos o que conduzcan a error.

Humildad

El filósofo uruguayo Luka Brajnovic manifiesta que “En periodismo, como en la vida, la humildad no sólo es una virtud, es también una guía segura para reconocer los propios errores, para practicar la tolerancia, para saber escuchar y oír a los demás, para vivir con sinceridad la convivencia social. La soberbia puede ser brillante y la humildad opaca, pero la primera refleja infaliblemente la injusticia y la otra la comprensión”.

La humildad es una virtud cristiana que consiste en el conocimiento de nuestra bajeza y miseria y en obrar conforme a él. Subjetivamente y con matiz moral se dice que un periodista es humilde cuando lejos de creerse superior a sus demás colegas y semejantes, se siente por el contrario modesto, sencillo y no soberbio. No es el que se cree saberlo todo, no es el que se ubica por encima de los demás, y cuanto más sabe y más experiencia tiene, es más humilde en su forma de ser y de obrar.

Imparcialidad

El periodista debe distinguirse por su espíritu de imparcialidad en el juicio, en el comentario, en la crítica, en la publicación de informaciones. No debe mostrar preferencias o complacencias sentimentales, grupales, políticas, religiosas, raciales o de otra índole.

La información o hecho noticioso debe ser presentado, difundido o publicado por el periodista, de manera realista, en función de los intereses del bien común, sin dejarse llevar por influencias, móviles o simpatías particulares o por presiones económicas, políticas o religiosas.

Francisco Iglesias entiende por imparcialidad como “el rechazo de todo designio anticipado o de toma de partido en favor o en contra de una persona, institución, hecho o acontecimiento. En el lenguaje periodístico, la imparcialidad se identifica con la objetividad y se refiere a la fidelidad cuanto más posible a la realidad y a la verdad en su labor divulgadora. En cuanto a los comentarios o explicaciones necesarias de un hecho, la imparcialidad incluye el máximo grado de tolerancia para con los argumentos contrarios”.

Por el espíritu de imparcialidad el periodista está obligado a:

-    Presentar las noticias e informaciones sin prejuicio ni tendenciosidad.

-    Dar la oportunidad para defenderse o replicar a las personas involucradas en alguna crítica.

-    Considerar las opiniones del pro y del contra cuando difunde o publica declaraciones sobre un

      hecho, tema o problema.

-    No inclinarse por una u otra opinión, tendencia o corriente política.

-    Dejar que el público extraiga y formule sus propias conclusiones o juicios de valor.

-    No suministrar material periodístico que anime a la discriminación y marginación social,

      racial, política, religiosa, de sexos, profesional o de otra índole o que tienda a acreditar falsos

      valores.

-    Prohibir la crítica sistemáticamente desfavorable o de mala intención contra sus colegas,

     autoridades e instituciones.

-    No influir en los juicios que se ventilan en el poder judicial.

Independencia de criterio

El periodista mantiene su independencia de criterio sobre la base de su independencia política e independencia económica frente a grupos de poder, grupos de presión y frente a los poderes del Estado.

El periodista con independencia de criterio evita el indecoro y los intereses subalternos. Ejerce su vocación periodística con imparcialidad y sin prejuicios ni favoritismos.

Integridad y dignidad

La integridad profesional del periodista incluye muchos derechos, por ejemplo, los siguientes:

-   Abstenerse de trabajar en contra de sus convicciones.

-   Abstenerse de revelar sus fuentes de información.

-   Participar en la toma de decisiones en los medios de comunicación donde labora.

-   Abstenerse de promover intereses privados que estén en contra del bien común.

-   Respetar la propiedad intelectual ajena y recusar el plagio.

-   Manejar de manera desapasionada y sin prejuicios los temas polémicos.

-   Rechazar toda remuneración ilícita e injusta.

-  Comunicar las informaciones teniendo en cuenta el interés colectivo y no los intereses

    subalternos o de grupos de poder político y económico.

-  Respetar sus compromisos contraídos.

-  Recusar el soborno, el cohecho, la extorsión o el chantaje.

-  No ejercer presión en los poderes del Estado, en provecho suyo o de terceros.

-  Rechazar ventajas, privilegios o incentivos que influyan en el desarrollo de sus deberes profesionales.

- No aceptar invitaciones que puedan poner en peligro su reputación como periodista libre e independiente.

Lealtad

La lealtad consiste en la fidelidad del periodista a su palabra empeñada y a las convicciones y los principios básicos que inspiran su vida profesional en el contexto social.

La lealtad sin dobleces es una cualidad que inspira al periodista a cumplir con dignidad los compromisos contraídos, cuando hace causa común con sus colegas y otras personas. El periodista leal actúa siempre de buena fe. Se cuida de no prometer lo que no puede o no piensa hacer, pero una vez empeñada su palabra el periodista hace todo lo posible por cumplirla.

Libertad

El término libertad tiene un significado amplio según se trate del tipo de libertad. Veamos el significado de las clases de libertad. 

Libertad de confrontación de la información: derecho a expresar una pluralidad de ideas, criterios y opiniones, así como al contraste de estos pareceres, respetando a las personas y al bien común.

Libertad de contratación de la información: facultad de las personas físicas o jurídicas de contratar los servicios de un medio de información. 

Libertad de expresión: derecho o facultad de libre comunicación de ideas, pensamientos y opiniones. 

Libertad de información: derecho a estar informado, derecho a la libre búsqueda, recolección, selección y difusión de las informaciones.

Libertad de la información: libertad total de acceso a las fuentes de la noticia, de constitución de empresas informativas y de difusión de la información, sin otra limitación legal que los delitos de calumnia y algunas limitaciones al estatuto de la publicidad. 

Libertad de prensa: derecho que tiene el hombre a difundir mediante textos impresos sus ideas, opiniones o las informaciones, con responsabilidad normada por las leyes de un país y sin censura previa. Comprende las libertades de imprenta, de expresión, de información y de la información. 

Libertad interna de la prensa: aspiración de los periodistas y redactores a un mayor derecho de cogestión en sus respectivas empresas. 

Libertad de empresa periodística: derecho a crear empresas periodísticas para difundir informaciones. Libertad de pensamiento o de conciencia: derecho ciudadano a sostener, manifestar y propagar sus propias ideas, sean éstas de tipo social, político, religioso, etc., sin oposición de las autoridades constituidas. 

Libertad moral: derecho que todo individuo tiene de pensar en su fuero interno y a mantener en él convicciones religiosas y morales, a mantener creencias concretas y a seguir pautas de conducta que su religión, aprendizaje y convencimiento deseen, y la libertad de poder comunicarlas y ponerlas en práctica.

El periodista ético defiende y promueve la práctica de las diferentes clases de libertad expuestas en líneas anteriores, por considerarlas como derechos consubstanciales a toda naturaleza humana para alcanzar niveles de justicia, bienestar y felicidad.

Responsabilidad

Responsabilidad es una palabra que deriva del latín responsare = responder y sentire = percibir por los sentidos. Significa que todo periodista ha de responder de sus actos ante su conciencia y ante el juicio de los demás como producto de su madurez mental.

Tres son las condiciones de la responsabilidad periodística: 1) la existencia de una ley social o moral; 2) la posesión de la razón; y, 3) la libertad (sólo se es responsable de un acto realizado por decisión propia).

Según el Código de Prensa para los Periodistas de Alemania Federal “La responsabilidad de la prensa ante el público impone que las publicaciones de la redacción no sean influidas por intereses privados o comerciales de terceros. Los editores y los redactores deben rechazar esos intentos, y procurar hacer una clara distinción entre los textos de la redacción y las publicaciones que tienen fines propagandísticos”. Y agrega: “Son incompatibles con la responsabilidad de la prensa las publicaciones verbales y gráficas que puedan dañar gravemente, por su forma o contenido, los sentimientos morales o religiosos de algún grupo de personas”.

La Declaración de Principios de la Sociedad Estadounidense de Redactores Periodísticos (octubre, 1975) considera que “Los periodistas, hombres o mujeres, que abusen del poder que les confiere su papel profesional por motivos egoístas o fines indignos son infieles a esa responsabilidad pública”.

El periodista asume la responsabilidad de todo cuanto piensa, dice, difunde o hace. Actúa de acuerdo al dictado de su conciencia ética. Por la responsabilidad que tiene el periodista publica solamente informaciones cuyo origen conoce.

Por la responsabilidad jurídica o legal el periodista tiene el deber de comparecer ante los tribunales de justicia para responder por los posibles delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, con el fin de reparar la violación del orden conforme lo dispone la ley.

Por la responsabilidad social, el periodista tiene el deber de comparecer ante el tribunal de la opinión pública, tribunal que da su veredicto de admiración, estima, desprecio, indiferencia o indignación respecto a la labor profesional que cumple.

Respeto

Todo buen periodista práctica, promueve y defiende el respeto a la dignidad de las personas, a la vida privada, a la propiedad intelectual y a las instituciones de la comunidad donde vive y trabaja. Respeta los valores nacionales, universales y la diversidad de culturas. Respeta los usos, las tradiciones, las costumbres y las formas de vida de los pueblos. Respeta a las leyes nacionales e internacionales, a la institucionalidad democrática y a las Constituciones políticas.

Sentido del humor

El periodista sabe sonreír, sabe apreciar una broma de buena ley, sabe intercalar un chiste oportuno o una anécdota divertida con sentido docente y vierte algunas chispas de humor en sus escritos para romper la rigidez del discurso.

Solidaridad

José Ingenieros diría que la solidaridad puede ser definida con la sencilla fórmula de moral social que dice: “Ningún deber sin derechos; ningún derecho sin deberes”.

La solidaridad exige el ejercicio de los derechos y el estricto cumplimiento de los deberes profesionales dentro del centro laboral y la comunidad.

En el periodismo la solidaridad se entiende como la colaboración que deben prestarse entre periodistas y entre medios de comunicación, para que la institución pueda desenvolverse y alcanzar sus objetivos, fines y metas trazadas. El periodista debe mostrar su solidaridad a nivel local, regional, nacional e internacional para coadyuvar al desarrollo de la educación, la cultura, la ciencia, el arte y la tecnología, en procura de una convivencia armónica y pacífica. De ahí que cuando no se da la solidaridad a nivel del gremio periodístico, éste se anquilosa, se desorganiza, marcha a la deriva y corre el riesgo de disolución.

Se dice que hay solidaridad periodística cuando la dicha de uno hace felices a yodos y su tristeza pone triste a los demás.

Tolerancia

La tolerancia es un gran valor y una gran virtud que le permite al periodista ser paciente ante fallas, errores, faltas o imperfecciones de los demás y ser capaz de mostrar disposición para disentir con altura y pacíficamente.

La tolerancia implica comprensión, simpatía y respeto por la “individualidad”, por las diferencias individuales. La tolerancia se manifiesta cuando los periodistas ante un desacuerdo, se dicen mutuamente: “esto es algo acerca de lo cual los periodistas honestos podemos diferir”.

El periodista debe practicar la tolerancia siempre con relación a un bien posible y no con relación a un mal necesario. La tolerancia no debe extenderse a lo negativo, a la ineficiencia, al desorden, a la arbitrariedad, al abuso, a la deshonestidad, a la corrupción, al crimen, al sabotaje, a la impunidad o a la injusticia.

El periodista es capaz de tolerar las diferencias de opinión, las críticas ajenas en cuestiones de estricto interés público o en cuestiones de política con las cuales disiente abiertamente.

Verdad

La verdad es la base fundamental y esencial del periodismo ético y de la civilizada convivencia humana. La Conferencia Interamericana reunida en Chapultepec en 1945 expresó que “el progreso de la humanidad depende de la supremacía de la verdad entre los hombres” y que “una de las experiencias fundamentales derivadas de la última guerra mundial es que no puede haber libertad, ni paz, ni seguridad si no se garantiza a los hombres el libre acceso a la verdad, a través de los diversos medios de información pública”.

En el periodismo, toda información debe corresponder a un hecho acontecido en la realidad y debe ser verificada de manera responsable y oportuna por el periodista.

Francisco Iglesias explica que “Se tiene el conocimiento cierto de algo cuando se sabe que ese algo es la verdad. Y para eso hace falta tener el criterio que permite reconocer y juzgar la verdad, diferenciándola de la duda, del error y de la falsedad. Los elementos de ese criterio son la evidencia, la comprensión, el saber inequívoco y la realidad.

Si la filosofía siempre se ha definido como la búsqueda permanente de la verdad, el periodismo puede ser definido no sólo como la búsqueda de la verdad sino también como la ciencia que busca, respeta, promueve, defiende y difunde la verdad en bien de la sociedad.

Se dice, por ejemplo, que el sabio posee la verdad, el filósofo busca la verdad, el profeta prevé y anuncia la verdad, el héroe la realiza en el orden de la acción histórica. En cambio el periodista es el que difunde la verdad a través de diversos medios de comunicación.

¿Y qué es la verdad? La verdad es la expresión clara, real y fehaciente de un hecho, tal y como se ha producido en un determinado espacio y tiempo histórico. Es la conformidad de lo que se dice con lo que se piensa. Es la propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma y sin mutación alguna. Clásicamente se define la verdad como la conformidad de lo que se dice con lo que es. La verdad es la adecuación del contenido de nuestro pensamiento (percepción o juicio) con la realidad, o bien la concordancia entre lo que piensa el sujeto con la cosa pensada.

Y a la pregunta ¿Qué es lo verdadero? Cabe la respuesta siguiente: Verdadero es un mensaje que narra un hecho real y efectivo. Es todo aquello que contiene una verdad.

Para que haya verdad es necesario la presencia de tres elementos básicos: Sujeto pensante, cosa pensada y la relación de conformidad entre un conocimiento y su objeto.

Servir a la verdad y servir a los intereses colectivos es la misión principal del periodista ético. No con poca razón decía Joseph Folliet: “El verdadero periodista es el caballero de la verdad”.

La mayoría de los profesionales de la información concuerdan en considerar a la verdad y la objetividad como requisitos que debe tener la información para gozar de la tutela jurídica.

La verdad es la esencia de la información. Sin verdad no hay información. Desinformación es falsedad. La información no verdadera es una corrupción de la información. Quien desinforma vulnera el derecho del público a la información.

“Honrar la verdad, la libertad, la justicia social y la solidaridad gremial constituyen supremos principios que deben guiar la actividad del trabajador de la comunicación, en general, y del periodista, en particular” (Asociación Nacional de Periodistas del Perú – ANP)

La mayoría de los códigos de ética periodística destacan en primer lugar y como principio deontológico del periodista, la verdad. La verdad es el supremo mandamiento del periodista (Código de Alemania Federal); la verdad es la base de la profesión periodística (Código de Missouri – EE.UU.); la verdad es el principio rector del periodismo (Código de la Associated Press).

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