EL CONCEPTO DE FILOSOFÍA EN LA EDAD DEL RENACIMIENTO
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
La filosofía del Renacimiento surgió en Italia a fines del siglo XIV y se desarrolló hasta el siglo XVI, es decir tuvo una duración de dos siglos. Es considerada como el período de transición entre la escolástica y la filosofía moderna o como la “aurora” de la Edad Moderna.
La filosofía del Renacimiento significa una vuelta a la sabiduría y a las ciencias griegas y latinas, saliendo a luz todo lo que estaba en el olvido durante la Edad Media; el concepto de la filosofía experimenta una gran e inusitada transformación de contenido; surgen los primeros chispazos para el nacimiento de la ciencia moderna, libre de sujeciones teológicas y metafísicas a través de los denominados filósofos-científicos; se desarrolla el individualismo en grado sumo, el individuo como persona humana amplía sus conocimientos y su radio de acción, asumiendo un espíritu renovador, una nueva conciencia social y concepción responsable y crítica frente a la sociedad, el mundo y la vida, con aires de renovación e independencia en el quehacer intelectual.
Al espíritu de síntesis que caracterizó la Edad Media, se contrapone ahora la tendencia analítica que tiene por excelencia el prurito del detalle, de lo exacto y minucioso en las observaciones acerca de las personas, de las cosas y de la vida. Se produce el redescubrimiento del hombre y del mundo, haciendo uso del método de la observación directa de los fenómenos y su explicación racional independiente de toda doctrina metafísica o teológica previa.
En esta edad histórica renacen las artes, las letras, las ciencias, el comercio, la industria y el conocimiento humano; se producen grandes inventos como la imprenta, la brújula y el astrolabio; la colonización llega a los pueblos de América y en los viajes de los españoles y portugueses de descubren nuevas tierras; la burguesía lucha contra el feudalismo; la ciencia empieza a desarrollarse conjuntamente con las proposiciones filosóficas de Tomás Campanella, Giordano Bruno, Pico Della Mirándola, Juan Huarte de San Juan, Galileo, Kepler, Descartes, Bacon, Newton, y Nicolás Maquiavello, entre otros.
Tomás Campanella (1568-1639). Reconocido filósofo italiano, devorador de libros, creador de la ciencia política, es acusado de hereje en 1591, sometido a proceso y arrojado a la cárcel por rebelión, al haberse adherido a un levantamiento para liberar a Italia del yugo español. En este lugar permaneció por espacio de 27 años, tiempo más que suficiente para concluir su obra “La ciudad del Sol” (1623) en procura de una sociedad teocrática donde el poder esté en manos de hombres sabios y de sacerdotes.
En “La ciudad del Sol” propugna una república autoritaria, reglamentarista, con trabajo obligatorio, sin propiedad privada ni familiar. El gobierno lo ejerce un funcionario con facultad omnímoda de resolución de problemas en última instancia y sin apelación y al que concurren tres magistrados (Poder, Sabiduría, Amor), de los cuales según escribe Francisco Romero “el primero atiende a los asuntos militares; el segundo tiene a su cargo lo tocante a las ciencias y las artes, y el tercero dirige cuanto concierne a la procreación, la educación de los niños, la alimentación, el vestido y la sanidad” (“Historia de la filosofía moderna”).
Campanella es un seguidor de la doble verdad. Sostuvo que la verdad religiosa y la verdad científica tienen cada una su propio radio de acción y no pueden entrar en colisión si cada una se atiene a sus propios objetivos, fines y metas.
A lo largo del desarrollo de su pensamiento trató de fundar una filosofía de carácter animista independiente de la escolástica al sostener que “la acción recíproca de las cosas y, principalmente, su atracción mutua son incomprensibles si no se admite que tienen alma”.
Para Campanella la filosofía debe basarse en la intuición inmediata de nosotros mismos; demostró que la filosofía de Aristóteles era fundamentalmente pagana e incompatible con el catolicismo; afirmó que todo lo existente en el Universo se manifiesta bajo tres aspectos básicos: la fuerza, el saber y el amor.
Giordano Bruno (1548-1600). Filósofo y escritor italiano, basándose en las teorías de Copérnico, en la magia y el saber esotérico, propone un panteísmo radical, un pensamiento antidogmático, razón por el cual la Iglesia Católica lo condena por herejía, siendo torturado y quemado vivo en la hoguera.
Creía que todas las cosas eran partes de una realidad única e infinita, animada por Dios como alma del mundo. La divinidad no es trascendente sino inmanente al mundo. Preconiza que sólo se debe usar la experiencia y la razón para conocer el mundo y que el empleo de ambas debe reemplazar al uso de la fe.
Pensó que el Universo es infinito y está integrado por una infinitud de mundos semejantes al nuestro. Afirmó la correspondencia entre el pensamiento y la realidad. Inició la ciencia moderna en la investigación de las leyes naturales a las que está sometido el Universo.
Diferenció la teología de la filosofía al expresar que el teólogo busca a Dios fuera y encima de la naturaleza, mientras que el filósofo lo busca en el seno de la naturaleza misma. Llegó a decir que la divinidad es objeto de la creencia no de la ciencia; en la naturaleza no se encuentran dos cosas que sean absolutamente iguales. Logró elaborar “el más grande sistema filosófico que ha conocido el Renacimiento”.
Pico De la Mirándola (1463-1494). Filósofo italiano, célebre por su ensayo “Oración por la dignidad del hombre” en el que describe la creación del mundo teniendo por fuentes el Génesis y el Timaeus.
Su pensamiento permitió que la ciencia y la filosofía se emanciparan de la teología y la religión. Con sus “Conclusiones filosóficas, cabalística y teológica” (1486), conocida como “Las 900 tesis” – de las cuales 13 fueron consideradas “sospechosas de herejía”- trató de demostrar que el cristianismo era el punto de unión de las tradiciones culturales, religiosas, filosóficas y teológicas más diversas y complejas.
Con Pico de la Mirándola surge una nueva concepción del universo, destruyéndose así el edificio de la física aristotélica con la aparición de las ideas científicas de Copérnico, Galileo, Kepler y Newton.
Nicolás Copérnico (1473-1543). Copérnico descubre que el Sol era el centro del universo y no la Tierra, dando origen a la teoría del Heliocentrismo, frente a la teoría anterior del Geocentrismo (el centro del universo es la Tierra) de Ptolomeo.
Entre los siete axiomas de la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico se consideran los siguientes (*): 1) No existe un centro único de todos los orbes celestes; 2) la Tierra es centro tan sólo del orbe lunar; 3) los planetas giran alrededor del Sol, que es centro del universo; 4) la distancia Tierra-Sol es muy pequeña en comparación con la altura del firmamento; 5) el movimiento del firmamento es consecuencia de la rotación terrestre; 6) el movimiento aparente del Sol es consecuencia de los varios movimientos de la Tierra alrededor del Sol, y, 7) el movimiento retrógrado de los planetas se explica por el movimiento de la Tierra (Charles Renouvier, “Los dilemas de la metafísica pura”).
Copérnico, Galileo, Kepler, Newton, Descartes y Bacon emancipan la ciencia y la filosofía de su medieval concepción teológica y lo orientan hacia una nueva y autónoma concepción científico-natural del mundo y del hombre. Se utiliza el método científico para comprobar la validez del conocimiento humano. La filosofía llega a ser una actitud libre de los individuos, centrando su interés preferentemente en el estudio del hombre y de la naturaleza
Juan Huarte de San Juan (1529-1588). Padre de la psicofisiología y de la psicotécnica, reivindica la denominación de “filósofo natural” y rechaza el de “metafísico” o “teólogo”. Realiza una clasificación original de las ciencias.
Indica Alain Guy que más de 25 años antes que Francisc Bacon, Huarte es el primer filósofo que clasifica las ciencias de acuerdo con la facultad empleada con preferencia. Distingue tres grupos esenciales: las ciencias del entendimiento (teología escolástica, dialéctica, filosofía natural, filosofía moral, teoría de la medicina, práctica de la jurisprudencia), las ciencias de la memoria (idiomas, teoría de la jurisprudencia, teología positiva, cosmografía y aritmética), y las ciencias de la imaginación (poesía, elocuencia, música, práctica de la medicina, astronomía, arte militar, matemáticas, arte de gobernar y ¿el arte de decir ingeniosidades?) (“Los filósofos españoles de ayer y de hoy”).
Galileo Galilei (1564-1642). Astrónomo, físico, matemático filósofo y catedrático universitario de matemáticas en Pisa, en Papua y en Florencia, acepta la teoría heliocéntrica de Copérnico, niega la posibilidad del conocimiento de la esencia de las cosas y reconoce la existencia de Dios como Ser Supremo que creó todas las cosas.
En 1633 llega a ser procesado y condenado por la Inquisición romana , es obligado a retractarse de sus enseñanzas acerca de los conceptos sobre el Génesis de la Creación y a abjurar de sus ideas de que la Tierra gira en torno al Sol, luego de permanecer tres semanas recluido en una carcelería.
Galileo explicó que la Luna carecía de luz propia, y que esta luz le venía del Sol, en contraposición a las afirmaciones de Aristóteles; que la vía Láctea está formada por miríadas de estrellas; que los satélites de Júpiter giraban en torno del planeta; utilizando la Torre inclinada de Pisa demostró al mundo entero que los cuerpos de pesos diferentes caen con igual velocidad.
Galileo, es el creador de la Física moderna, y asignó a la ciencia natural su fundamento cuantitativo a través del método inductivo, llegando a utilizar con sumo acierto el método experimental en todas sus instancias. Las reglas del método inductivo utilizado por Galileo son: a) Observación de los fenómenos físicos; b) elaboración de la hipótesis; c)recopilación de datos informativos; d) clasificación y ordenamiento lógico de dichos datos; e) verificación o rechazo de las hipótesis; f) elaboración final de una ley o teoría científica.
Juan Kepler (1571-1630). Astrónomo y matemático alemán, es uno de los fundadores de la astronomía moderna. Es el fundador de la óptica moderna y el descubridor del método para la previsión de los eclipses de Luna y de Sol.
Kepler realizó tres descubrimientos que recibieron la denominación de Leyes de Kepler y que sirvieron de base para que Newton determinara las leyes de la gravitación universal: 1º. Todos los planetas giran alrededor del Sol en órbitas elípticas, teniendo al Sol como foco. 2º. Una línea imaginaria trazada del Sol a un planeta se mueve sobre áreas iguales en tiempos iguales. 3º. Existe una proporción matemática entre el cuadrado de la figura que representa el tiempo empleado por un planeta en girar alrededor del Sol y el cubo de la figura que representa su distancia desde el Sol.
Isaac Newton (1642-1727). Físico, astrónomo, matemático inglés y catedrático universitario de matemáticas en Cambridge. Estableció la teoría de los colores, inventó el sistema de matemáticas superiores denominado Cálculo Integral y Diferencial.
Se dice, por ejemplo, que Newton descubrió la ley de la gravitación universal un día en que, paseándose por su jardín, vio desprenderse una manzana del árbol y caer al suelo; ello bastó para que el sabio se preguntara: “¿Por qué cae esta fruta verticalmente y no en otra dirección?”.
Newton, utilizando los métodos inductivo y matemático formuló dos leyes: 1º. Toda acción genera una reacción; 2º. Todo cuerpo, cualquiera que sea su estado de movimiento o reposo, tiende a conservarlo, hasta que una fuerza superior lo altera.
En esta época histórica del Renacimiento se desarrolla el individualismo en grado sumo, el individuo como persona humana amplía sus conocimientos y su radio de acción, asumiendo un espíritu renovador, una nueva conciencia social y concepción responsable y crítica frente a la sociedad, el mundo y la vida, con aires de renovación e independencia en el quehacer intelectual.
Al espíritu de síntesis que caracterizó la Edad Media, se contrapone ahora la tendencia analítica que tiene por excelencia el prurito del detalle, de lo exacto y minucioso en las observaciones acerca de las personas, de las cosas y de la vida. Se produce el redescubrimiento del hombre y del mundo, haciendo uso del método de la observación directa de los fenómenos y su explicación racional independiente de toda doctrina metafísica o teológica previa.
Juan David García Bacca es claro y contundente sobre la filosofía del Renacimiento cuando manifiesta muy convencido por ciento que “A ninguna de las filosofías anteriores al Renacimiento, y en especial anteriores a Descartes, en quien culmina el movimiento filosófico del Renacimiento, había acudido centrar y fundar la filosofía en el Yo. El centro de la filosofía lo ocupaban las cosas con sus ideas –así lo creían los griegos-, las cosas y las acciones sobre ellas- tal pensaba el romano-, o bien Dios, como era opinión de la filosofía medieval. El hombre era una cosa más o menos privilegiada, pero nunca tanto, que pudiera llegar a ser fundamento de la filosofía; o bien era criatura especial de Dios, pero, por ser criatura, algo secundario frente a Dios creador” (“Elementos de Filosofía”).
Descartes asienta la filosofía sobre el Yo y utiliza como método filosófico para encontrar la verdad: la duda metódica, “Cogito ergo sum” ( Yo pienso, luego existo). “El amor a la sabiduría toma en Descartes la forma de amor a mí mismo, a mi yo; y por él amará todas las demás cosas; y la firmeza de mi realidad servirá de modelo para poder apreciar la firmeza y realidad, la existencia de las demás cosas” puntualiza García Bacca (Op.cit.).
La filosofía del Renacimiento significa una vuelta a la sabiduría y a las ciencias griegas y latinas, saliendo a luz todo lo que estaba en el olvido durante la Edad Media; el concepto de la filosofía experimenta una gran e inusitada transformación de contenido; surgen los primeros chispazos para el nacimiento de la ciencia moderna, libre de sujeciones teológicas y metafísicas a través de los denominados filósofos-científicos; se desarrolla el individualismo en grado sumo, el individuo como persona humana amplía sus conocimientos y su radio de acción, asumiendo un espíritu renovador, una nueva conciencia social y concepción responsable y crítica frente a la sociedad, el mundo y la vida, con aires de renovación e independencia en el quehacer intelectual.
Al espíritu de síntesis que caracterizó la Edad Media, se contrapone ahora la tendencia analítica que tiene por excelencia el prurito del detalle, de lo exacto y minucioso en las observaciones acerca de las personas, de las cosas y de la vida. Se produce el redescubrimiento del hombre y del mundo, haciendo uso del método de la observación directa de los fenómenos y su explicación racional independiente de toda doctrina metafísica o teológica previa.
En esta edad histórica renacen las artes, las letras, las ciencias, el comercio, la industria y el conocimiento humano; se producen grandes inventos como la imprenta, la brújula y el astrolabio; la colonización llega a los pueblos de América y en los viajes de los españoles y portugueses de descubren nuevas tierras; la burguesía lucha contra el feudalismo; la ciencia empieza a desarrollarse conjuntamente con las proposiciones filosóficas de Tomás Campanella, Giordano Bruno, Pico Della Mirándola, Juan Huarte de San Juan, Galileo, Kepler, Descartes, Bacon, Newton, y Nicolás Maquiavello, entre otros.
Tomás Campanella (1568-1639). Reconocido filósofo italiano, devorador de libros, creador de la ciencia política, es acusado de hereje en 1591, sometido a proceso y arrojado a la cárcel por rebelión, al haberse adherido a un levantamiento para liberar a Italia del yugo español. En este lugar permaneció por espacio de 27 años, tiempo más que suficiente para concluir su obra “La ciudad del Sol” (1623) en procura de una sociedad teocrática donde el poder esté en manos de hombres sabios y de sacerdotes.
En “La ciudad del Sol” propugna una república autoritaria, reglamentarista, con trabajo obligatorio, sin propiedad privada ni familiar. El gobierno lo ejerce un funcionario con facultad omnímoda de resolución de problemas en última instancia y sin apelación y al que concurren tres magistrados (Poder, Sabiduría, Amor), de los cuales según escribe Francisco Romero “el primero atiende a los asuntos militares; el segundo tiene a su cargo lo tocante a las ciencias y las artes, y el tercero dirige cuanto concierne a la procreación, la educación de los niños, la alimentación, el vestido y la sanidad” (“Historia de la filosofía moderna”).
Campanella es un seguidor de la doble verdad. Sostuvo que la verdad religiosa y la verdad científica tienen cada una su propio radio de acción y no pueden entrar en colisión si cada una se atiene a sus propios objetivos, fines y metas.
A lo largo del desarrollo de su pensamiento trató de fundar una filosofía de carácter animista independiente de la escolástica al sostener que “la acción recíproca de las cosas y, principalmente, su atracción mutua son incomprensibles si no se admite que tienen alma”.
Para Campanella la filosofía debe basarse en la intuición inmediata de nosotros mismos; demostró que la filosofía de Aristóteles era fundamentalmente pagana e incompatible con el catolicismo; afirmó que todo lo existente en el Universo se manifiesta bajo tres aspectos básicos: la fuerza, el saber y el amor.
Giordano Bruno (1548-1600). Filósofo y escritor italiano, basándose en las teorías de Copérnico, en la magia y el saber esotérico, propone un panteísmo radical, un pensamiento antidogmático, razón por el cual la Iglesia Católica lo condena por herejía, siendo torturado y quemado vivo en la hoguera.
Creía que todas las cosas eran partes de una realidad única e infinita, animada por Dios como alma del mundo. La divinidad no es trascendente sino inmanente al mundo. Preconiza que sólo se debe usar la experiencia y la razón para conocer el mundo y que el empleo de ambas debe reemplazar al uso de la fe.
Pensó que el Universo es infinito y está integrado por una infinitud de mundos semejantes al nuestro. Afirmó la correspondencia entre el pensamiento y la realidad. Inició la ciencia moderna en la investigación de las leyes naturales a las que está sometido el Universo.
Diferenció la teología de la filosofía al expresar que el teólogo busca a Dios fuera y encima de la naturaleza, mientras que el filósofo lo busca en el seno de la naturaleza misma. Llegó a decir que la divinidad es objeto de la creencia no de la ciencia; en la naturaleza no se encuentran dos cosas que sean absolutamente iguales. Logró elaborar “el más grande sistema filosófico que ha conocido el Renacimiento”.
Pico De la Mirándola (1463-1494). Filósofo italiano, célebre por su ensayo “Oración por la dignidad del hombre” en el que describe la creación del mundo teniendo por fuentes el Génesis y el Timaeus.
Su pensamiento permitió que la ciencia y la filosofía se emanciparan de la teología y la religión. Con sus “Conclusiones filosóficas, cabalística y teológica” (1486), conocida como “Las 900 tesis” – de las cuales 13 fueron consideradas “sospechosas de herejía”- trató de demostrar que el cristianismo era el punto de unión de las tradiciones culturales, religiosas, filosóficas y teológicas más diversas y complejas.
Con Pico de la Mirándola surge una nueva concepción del universo, destruyéndose así el edificio de la física aristotélica con la aparición de las ideas científicas de Copérnico, Galileo, Kepler y Newton.
Nicolás Copérnico (1473-1543). Copérnico descubre que el Sol era el centro del universo y no la Tierra, dando origen a la teoría del Heliocentrismo, frente a la teoría anterior del Geocentrismo (el centro del universo es la Tierra) de Ptolomeo.
Entre los siete axiomas de la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico se consideran los siguientes (*): 1) No existe un centro único de todos los orbes celestes; 2) la Tierra es centro tan sólo del orbe lunar; 3) los planetas giran alrededor del Sol, que es centro del universo; 4) la distancia Tierra-Sol es muy pequeña en comparación con la altura del firmamento; 5) el movimiento del firmamento es consecuencia de la rotación terrestre; 6) el movimiento aparente del Sol es consecuencia de los varios movimientos de la Tierra alrededor del Sol, y, 7) el movimiento retrógrado de los planetas se explica por el movimiento de la Tierra (Charles Renouvier, “Los dilemas de la metafísica pura”).
Copérnico, Galileo, Kepler, Newton, Descartes y Bacon emancipan la ciencia y la filosofía de su medieval concepción teológica y lo orientan hacia una nueva y autónoma concepción científico-natural del mundo y del hombre. Se utiliza el método científico para comprobar la validez del conocimiento humano. La filosofía llega a ser una actitud libre de los individuos, centrando su interés preferentemente en el estudio del hombre y de la naturaleza
Juan Huarte de San Juan (1529-1588). Padre de la psicofisiología y de la psicotécnica, reivindica la denominación de “filósofo natural” y rechaza el de “metafísico” o “teólogo”. Realiza una clasificación original de las ciencias.
Indica Alain Guy que más de 25 años antes que Francisc Bacon, Huarte es el primer filósofo que clasifica las ciencias de acuerdo con la facultad empleada con preferencia. Distingue tres grupos esenciales: las ciencias del entendimiento (teología escolástica, dialéctica, filosofía natural, filosofía moral, teoría de la medicina, práctica de la jurisprudencia), las ciencias de la memoria (idiomas, teoría de la jurisprudencia, teología positiva, cosmografía y aritmética), y las ciencias de la imaginación (poesía, elocuencia, música, práctica de la medicina, astronomía, arte militar, matemáticas, arte de gobernar y ¿el arte de decir ingeniosidades?) (“Los filósofos españoles de ayer y de hoy”).
Galileo Galilei (1564-1642). Astrónomo, físico, matemático filósofo y catedrático universitario de matemáticas en Pisa, en Papua y en Florencia, acepta la teoría heliocéntrica de Copérnico, niega la posibilidad del conocimiento de la esencia de las cosas y reconoce la existencia de Dios como Ser Supremo que creó todas las cosas.
En 1633 llega a ser procesado y condenado por la Inquisición romana , es obligado a retractarse de sus enseñanzas acerca de los conceptos sobre el Génesis de la Creación y a abjurar de sus ideas de que la Tierra gira en torno al Sol, luego de permanecer tres semanas recluido en una carcelería.
Galileo explicó que la Luna carecía de luz propia, y que esta luz le venía del Sol, en contraposición a las afirmaciones de Aristóteles; que la vía Láctea está formada por miríadas de estrellas; que los satélites de Júpiter giraban en torno del planeta; utilizando la Torre inclinada de Pisa demostró al mundo entero que los cuerpos de pesos diferentes caen con igual velocidad.
Galileo, es el creador de la Física moderna, y asignó a la ciencia natural su fundamento cuantitativo a través del método inductivo, llegando a utilizar con sumo acierto el método experimental en todas sus instancias. Las reglas del método inductivo utilizado por Galileo son: a) Observación de los fenómenos físicos; b) elaboración de la hipótesis; c)recopilación de datos informativos; d) clasificación y ordenamiento lógico de dichos datos; e) verificación o rechazo de las hipótesis; f) elaboración final de una ley o teoría científica.
Juan Kepler (1571-1630). Astrónomo y matemático alemán, es uno de los fundadores de la astronomía moderna. Es el fundador de la óptica moderna y el descubridor del método para la previsión de los eclipses de Luna y de Sol.
Kepler realizó tres descubrimientos que recibieron la denominación de Leyes de Kepler y que sirvieron de base para que Newton determinara las leyes de la gravitación universal: 1º. Todos los planetas giran alrededor del Sol en órbitas elípticas, teniendo al Sol como foco. 2º. Una línea imaginaria trazada del Sol a un planeta se mueve sobre áreas iguales en tiempos iguales. 3º. Existe una proporción matemática entre el cuadrado de la figura que representa el tiempo empleado por un planeta en girar alrededor del Sol y el cubo de la figura que representa su distancia desde el Sol.
Isaac Newton (1642-1727). Físico, astrónomo, matemático inglés y catedrático universitario de matemáticas en Cambridge. Estableció la teoría de los colores, inventó el sistema de matemáticas superiores denominado Cálculo Integral y Diferencial.
Se dice, por ejemplo, que Newton descubrió la ley de la gravitación universal un día en que, paseándose por su jardín, vio desprenderse una manzana del árbol y caer al suelo; ello bastó para que el sabio se preguntara: “¿Por qué cae esta fruta verticalmente y no en otra dirección?”.
Newton, utilizando los métodos inductivo y matemático formuló dos leyes: 1º. Toda acción genera una reacción; 2º. Todo cuerpo, cualquiera que sea su estado de movimiento o reposo, tiende a conservarlo, hasta que una fuerza superior lo altera.
En esta época histórica del Renacimiento se desarrolla el individualismo en grado sumo, el individuo como persona humana amplía sus conocimientos y su radio de acción, asumiendo un espíritu renovador, una nueva conciencia social y concepción responsable y crítica frente a la sociedad, el mundo y la vida, con aires de renovación e independencia en el quehacer intelectual.
Al espíritu de síntesis que caracterizó la Edad Media, se contrapone ahora la tendencia analítica que tiene por excelencia el prurito del detalle, de lo exacto y minucioso en las observaciones acerca de las personas, de las cosas y de la vida. Se produce el redescubrimiento del hombre y del mundo, haciendo uso del método de la observación directa de los fenómenos y su explicación racional independiente de toda doctrina metafísica o teológica previa.
Juan David García Bacca es claro y contundente sobre la filosofía del Renacimiento cuando manifiesta muy convencido por ciento que “A ninguna de las filosofías anteriores al Renacimiento, y en especial anteriores a Descartes, en quien culmina el movimiento filosófico del Renacimiento, había acudido centrar y fundar la filosofía en el Yo. El centro de la filosofía lo ocupaban las cosas con sus ideas –así lo creían los griegos-, las cosas y las acciones sobre ellas- tal pensaba el romano-, o bien Dios, como era opinión de la filosofía medieval. El hombre era una cosa más o menos privilegiada, pero nunca tanto, que pudiera llegar a ser fundamento de la filosofía; o bien era criatura especial de Dios, pero, por ser criatura, algo secundario frente a Dios creador” (“Elementos de Filosofía”).
Descartes asienta la filosofía sobre el Yo y utiliza como método filosófico para encontrar la verdad: la duda metódica, “Cogito ergo sum” ( Yo pienso, luego existo). “El amor a la sabiduría toma en Descartes la forma de amor a mí mismo, a mi yo; y por él amará todas las demás cosas; y la firmeza de mi realidad servirá de modelo para poder apreciar la firmeza y realidad, la existencia de las demás cosas” puntualiza García Bacca (Op.cit.).