EL CONCEPTO DE FILOSOFÍA EN LA EDAD MEDIA
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
La filosofía medieval, tiene una duración de diez siglos, transcurre desde el siglo V hasta el XV después de Cristo, desde la desintegración del Imperio romano de Occidente y se basó en la compatibilidad de la fe y la razón. Se decía, entonces: “Creo para entender”.
San Panteno funda en Alejandría una escuela catequista que consideraba a la filosofía complemento de la religión.
El siglo XI significa un extraordinario florecimiento de la filosofía de la naturaleza, porque el quehacer filosófico centra su especial preocupación en el mundo físico, en la investigación experimental, contando con su máximo representante al teólogo, filósofo y sabio inglés, Rogerio Bacon (1215-1292) , quien fustigó la ideología y la política del feudalismo imperante, siendo por sus ideas apartado en 1277 de la enseñanza en la Universidad de Oxford y encerrado en la celda de un monasterio en 1278 por orden de las autoridades eclesiásticas.
Durante el siglo XII los estudios que se desarrollaban en las escuelas comprendían las artes liberales en la base piramidal, la filosofía en el centro y la teología en la cúspide como supremo saber; la filosofía era independiente de la dialéctica.
El “Doctor admirable”, sostiene que los métodos silogísticos y de la abstracción no son suficientes para llegar al conocimiento verdadero, preciso y exacto del mundo y de las cosas, siendo necesario, además, el uso del método de la observación y de la experiencia de los hechos naturales, en el entendido que sólo la experiencia confirma y verifica la verdad. Según este filósofo el conocimiento puede adquirirse de tres maneras: por la autoridad, por la razón y por la experiencia.
Durante el Cristianismo se desarrolla dos tipos de verdades: la verdad natural o racional y la verdad revelada, pero también el saber humano se desarrollan a través de dos grandes sectores: Filosofía y Teología. La Iglesia es el eje central y rector de la filosofía y la cultura. La teología son los conocimientos o saberes que dispone el hombre acerca de Dios y la filosofía son los conocimientos o saberes que dispone el hombre acerca de las cosas de la Naturaleza. Se sostuvo, entonces, que “la razón no puede contradecir la fe”.
Durante la Edad Media la filosofía estuvo subordinada a la teología (“ciencia de Dios”), época en la que el cardenal Pedro Damiano (siglo XI) acuña la expresión: “La Filosofía es esclava de la Teología”. Por entonces, la filosofía se orienta hacia la reflexión sobre las cosas de la naturaleza y la vida humana, confundiéndose con lo que posteriormente serían las ciencias naturales.
En la Edad Media nace la filosofía apologística ante la necesidad de defensa de la religión cristiana frente a las críticas de los paganos. Mientras los escépticos decían que no se podía conseguir la verdad porque “No existe la verdad; de todo se puede dudar”, san Agustín sale a refutarlos afirmando que sí existe la verdad: “Se podrá dudar todo lo que se quiere; de lo que no puede dudar es de la misma duda”.
En el pensamiento de la Edad Media existieron tres grandes religiones monoteístas que originaron a tres tradiciones filosóficas importantes: la tradición cristiana, representada por Santo Tomás de Aquino; la tradición judía, con Maimónides, y la tradición musulmana, representada por Averroes.
Mosheh Ben Maimon o Maimónides (1135-1204). Filósofo, matemático, médico y físico judío, nacido en Córdova (España), considerado el filósofo y el científico judío más importante de la Edad Media, con él la filosofía judía llega a su máximo esplendor. Fue un destacado intérprete de la ley hebrea; iniciador de la cultura árabe en la ciencia y la filosofía de los griegos. Recibió el sobrenombre de “segundo Moisés”, por su denodada y permanente contribución a la evolución y la expansión del judaísmo. De Maimónides arranca el movimiento intelectual judaico de los siglos XIII y XIV.
Sostuvo que la filosofía y la teología coinciden a pesar de sus métodos diferentes; la fe (religión) y la razón (filosofía) son ambos compatibles, armonizables, llegando a conciliar los dogmas del judaísmo rabínico con el racionalismo de la filosofía de Aristóteles; la filosofía no puede alcanzar las verdades que se conocen por la Revelación.
Filosóficamente, se ocupó acerca de la naturaleza de Dios y la creación, el libre albedrío y el bien y el mal. Para Maimónides la profecía está antecedida por la filosofía y sólo el filósofo está preparado para ser profeta. Llegó a identificar dos tipos de verdades: verdades absolutas (Dios es el único y de Èl depende todo lo creado) y verdades necesarias (no matar, no robar, no desear los bienes ajenos), todas estas verdades sirven para garantizar el normal funcionamiento y desarrollo de la sociedad. Utilizó el método alegórico en la interpretación de la Biblia y fue condenado durante varios siglos por los rabinos ortodoxos.
Consideró al hombre un microcosmo, dotado de materia (cuerpo) y forma (alma inmortal), dotado de poder espiritual. El hombre es creación de Dios.
Entre sus obras filosóficas y jurídicas destacan “El libro de la elucidación” (1168), “la Guía de Perplejos” (1190), “Sumario de la Ley” (14 libros escrito en hebreo). Sus obras versan sobre la interpretación de la Biblia y del Talmud, sobre filosofía, ciencia, matemáticas, astronomía y medicina.
Averroes (1126-1198). Destacado filósofo, jurista, teólogo y científico hispano-árabe, nacido en Córdova (España). Llegó a ser asesor de los Califas en asuntos educativos, postuló y defendió la idea de que la razón prima o tiene preferencia sobre la religión, posición que lo llevó al exilio en 1194, y un año más tarde, en 1195, fue acusado de herejía por la Iglesia Católica y desterrado en Lucena, llegándose a prohibir la circulación de sus libros en este mismo año. Por su obra célebre “El comentario de Aristóteles” fue calificado como “El comentador de Aristóteles” durante la Edad Media. Se cuenta que Averroes, muy pegado a la meditación, durante toda su vida sólo dejó de estudiar un día y fue en la noche de sus bodas.
Las tesis filosóficas de Averroes se resumen en lo siguiente: a) el mundo es eterno y no tiene principio temporal; no admite que la Creación hubiera tenido lugar en el tiempo; b) Dios es el “primer motor”, la fuerza propulsora de todo movimiento y que transforma lo potencial en lo real; c) el alma es mortal y se divide en dos partes: alma individual perecedera (intelecto pasivo) y alma divina y eterna (intelecto activo), éste último es común a todos los hombres y se convierte en intelecto pasivo cuando se une al alma humana; el intelecto activo se origina cuando la imaginación del hombre recibe las imágenes que le proporcionan los sentidos y las trasmite al intelecto pasivo; d)la teoría de la “doble verdad”.
La teoría de la doble verdad
La teoría de la “Doble Verdad” procuraba liberar a la ciencia de las trabas de la religión y tuvo auge en el Universidad de París, en el siglo XIII, entre los “averroístas latinos”, que intentaban conciliar su fe cristiana con la adopción que hacían, como filósofos, de algunas proposiciones atribuidas a Aristóteles o a Averroes, incompatibles con la Verdad revelada.
Según esta teoría una misma proposición podría ser verdadera en Teología y falsa en Filosofía, o viceversa, es decir que las verdades de la Teología y la Filosofía son independientes entre sí; dos afirmaciones contradictorias podrían ser ambas verdaderas, una para la religión y otra para la razón. La verdad era accesible a la teología y a la filosofía islámica, pero que únicamente la filosofía podía alcanzarla totalmente; las verdades metafísicas podrían expresarse a través de la religión y la filosofía.
Aunque jamás propuso realmente la existencia de la “Doble Verdad” (verdad filosófica y verdad religiosa), no cabe duda alguna que sus ideas fueron interpretadas y calificadas por los pensadores cristianos como teoría de la Doble Verdad, la misma que fue aceptada por determinados filósofos de la época pero también rechazada por otros, convirtiéndose entonces en un serio y espinoso problema filosófico en el mundo medieval.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) se opuso férreamente a la teoría de la doble verdad, llegando a expresar que la fe es una gracia divina que Dios da a los hombres que elige y la razón se origina también en Dios; todos los hombres tienen razón, pero no todos tienen fe”.
Para solucionar las dificultades que se producían en las relaciones entre la religión y la filosofía, Averroes distinguió tres tipos de hombres: los hombres filósofos, o sea los hombres de demostración, que buscan pruebas rigurosas; los hombres dialécticos, que se conforman con argumentos probables; y, los hombres retóricos, que son los hombres de exhortación y que únicamente entienden la predicación que apela a la imaginación y las pasiones.
Filosofía patrística
La filosofía cristiana se divide en dos: Filosofía Patrística o Filosofía de los Padres de la Iglesia y la Filosofía Escolástica.
La filosofía patrística comprende la filosofía de los padres apostólicos, padres apologistas y padres catequistas. Entre los denominados Padres de la Iglesia se consideran a san Agustín, San Policarpo, san Justino, san Policarpo, san Irineo, Taciano, san Atanasio, san Basilio el Grande, san Gregorio Nacianceno, san Juan Damaceno, san Hilario de Potiers, san Jerónimo, san Ambrosio, Tertuliano, san Papías, Clemente Romano, Lactancia, Atenágoras, Clemente Alejandrino, Orígenes, Justino Mártir, Minucia Félix y Hegestipo.
La filosofía patrística es el conjunto de dogmas o de verdades reveladas por Dios y que fueron elaborados por los padres de la Iglesia. Entre los dogmas principales podemos mencionar: a) existe un solo Dios, creador de todo; b) el hombre es creado por Dios; c) el hombre está obligado a creer en alguna religión, d) la religión cristiana fue fundada por Jesucristo, hijo de Dios, enviado por Dios Padre como Mesías, para salvar a los hombres según habían anunciado los profetas hebreos.
Y es por la fe y no por la religión la que se acepta los dogmas de la Iglesia como verdades indiscutibles, indemostrables e irrefutables. La fe es entendido en sus tres significados: a) creer algo; b) creer a alguien; c) creer en alguien.
Con respecto a Dios hay tres tipos de creencia: 1) creer en Dios (fe vivencial), 2) creer a Dios (fe testifical), 3) creer lo revelado por Dios (fe intelectual).
San Agustín de Hipona (354-430). Una de las más grandes figuras de la Patrística, el más célebre de los Padres de la Iglesia latina, el fundador de la Filosofía de la Religión, de la Filosofía de la Historia, de la antropología filosófica cristiana y el más influyente de la teología occidental, con justa razón llamado “El Platón del Cristianismo”.
Su pensamiento influenció significativamente en el desarrollo de la teología cristiana y la filosofía occidental, en el existencialismo cristiano y en el jansenismo.
San Agustín desarrolla sus tesis filosóficas sobre la verdad, Dios, la creación del mundo, el alma, el bien y la Ciudad de Dios.
Frente a los escépticos que sostenían entonces “no existe la verdad; de todo se puede dudar”, San Agustín refuta expresando “se puede dudar todo lo que se quiera; de lo que no se puede dudar es de la misma duda”, recurriendo a la verdad matemática: 7 + 3 = 10, es válido universalmente para cualquier persona con uso de razón.
Para san Agustín todo viene de Dios y todo va hacia él. Dios ilumina al hombre al dotarlo de razón o de entendimiento (Dios es Luz). Dios es “lo que se antepone a todas las cosas”. Dios es la Verdad completa y eterna, es la Sabiduría y la Salvación suprema. La creación proviene de un acto libre de la voluntad de Dios. Todo lo creado por Dios es bueno. El mal se origina en el apartamiento de Dios. El hombre es libre de hacer lo que Dios sabe que hará libremente (predestinación humana). Sólo con Dios y a través de Dios el hombre puede alcanzar la vida feliz. Dios está fuera del tiempo, el tiempo empezó con la creación del mundo por Dios. El hombre fue creado por Dios, para Dios y hasta que su corazón descanse en Dios.
En opinión de san Agustín la filosofía es amor a la sabiduría, es “amor a Dios”. La filosofía tiene doble objeto de estudio: a) estudio de Dios, y b) estudio del Alma. En san Agustín el alma tiene espiritualidad, es inmortal y está unida al cuerpo. El alma es totalidad unitaria y viviente de la personalidad del hombre, el hombre es propiamente el alma. No admite la reminiscencia, no acepta la teoría de la preexistencia de las almas. El alma conoce la verdad porque se comunica con Dios (“iluminación” del alma por Dios). Dios es el “sol” del alma, es decir la luz de nuestra inteligencia. El bien es la voluntad de Dios y se da con la ley eterna; son las ideas eternas en la mente de Dios, las que constituyen el fundamento del Conocer, del Ser y del Bien.
Referente a la Ciudad de Dios, San Agustín señala que en la vida del hombre siempre habrá la lucha permanente entre la ley y las tinieblas, entre la ignorancia y la educación, entre el bien y el mal y que a las finales el bien triunfará sobre el mal.
La filosofía escolástica
El término “escolástica”, utilizado por primera vez por Teofrasto, proviene de la palabra “scholas” (escuela) y “scholastici” (escolástico), debido a que esta filosofía se llegó a elaborar y a enseñar en las instituciones eclesiásticas, especialmente en las escuelas parroquiales, obispales y abadías, de las cuales nacieron la primeras universidades de la época.
La filosofía escolástica tiene una duración de cuatro siglos: desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV. Y se denomina escolástica o escolasticismo a la filosofía cristiana que siguiendo la doctrina de Platón y de Aristóteles predominó durante la Edad Media en el Occidente europeo. Para algunos estudiosos significa “la cristianización de Aristóteles” en plena Edad Media.
La filosofía escolástica se caracteriza por constituir una síntesis de las doctrinas imperantes; la armonización de la razón y la fe, de la filosofía y la teología, la filosofía es la sierva de la teología; predilección por la filosofía de Platón y de Aristóteles y el profundo respeto a la autoridad de los pensadores clásicos; la revelación divina como ayuda para la razón; el predominio de la fe y del clero, esta última como fuerza de la inteligencia y del saber (aristocracia de la inteligencia); y la enseñanza de la doctrina cristiana como sistema científico de verdades ya encontradas y no investiga ni filosofa por cuenta propia; del intelectualismo se pasó al ergotismo; utilización del método deductivo en su forma silogística; carácter colectivo del trabajo de la escuela escolástica; creencia común en la objetividad del conocimiento, a pesar de la “controversia de los Universales”; formulación de una nueva concepción total de la realidad mediante la integración del cristianismo con las filosofías anteriores desde la época griega; la barbarie o poca elegancia de su idioma, el latín; la variedad de opiniones sobre muchos problemas, con representantes de distintas escuelas y a veces contrapuestas; el origen del mundo y del hombre se explica y soluciona a través del principio bíblico de la creación; la exaltación del espíritu y el descuido del cuerpo, por no ser útil ni necesario para la salvación eterna.
Durante la filosofía escolástica se consideró que la revelación era la enseñanza directa de Dios y que la revelación tenía un mayor grado de verdad y certeza que la razón natural y que cuando ocurría un conflicto entre ambos la fe era el árbitro supremo y la que salía ganando, pero que se utilizaba la filosofía para comprender y explicar la revelación.
Durante el escolasticismo se llegó a enseñar las siete artes liberales: Gramática, Retórica, Dialéctica, Aritmética, Geometría, Astronomía y Música. Se enseñaba a base de lecciones (“Lectio”) y polémicas (“Disputatio”). El Trivium y el Cuadrivium eran las bases principales de la enseñanza medieval. El Trivium (del latín tri = tres, y viun = camino), es el conjunto de las tres primeras artes liberales en la Edad Media, conformado por la Gramática, la Retórica y la Dialéctica., se dice que comprendía tres materias en loor de la Santísima Trinidad. El Cuadrivium (del latín cuadri= cuatro y vium = camino), en la Edad Media era la división de las artes liberales que comprendía las cuatro artes: Aritmética, Música, Geometría y Astrología, y comprendía cuatro materias por los cuatro ríos que fecundaban el Paraíso terrenal.. El conjunto de los saberes del Trivium y del Cuadrivium formaba las siete artes liberales.
Entre los principales filósofos escolásticos figuran: santo Tomás de Aquino, san Anselmo de Cantorbery, san Alberto Magno, san Buenaventura, Pedro Abelardo, Roselino, Maimónides, Rogerio Bacon, Duns Escoto, Henry de Ghent y Guillermo de Ockham. Expliquemos brevemente el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, Pedro Abelardo y Guillermo de Ockham.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274). Llamado “Doctor angélico” por la profundidad y claridad de su pensamiento, la solidez de sus argumentaciones y la pureza de sus costumbres. También es conocido como “El ángel de las Escuelas”, “El Príncipe de la Escolástica”, “El teólogo consultor del Papa Gregorio X” y “El Patrono de todas las Escuelas Católicas” (1880) y “Doctor de la Iglesia Católica” (1567).
Santo Tomás de Aquino es el reformador de la metafísica aristotélica y lo adapta a los requerimientos de la religión cristiana, es el fundador de la teología como ciencia, logrando armonizar, conciliar y equilibrar la fe cristiana (Teología) con la razón (Filosofía), en cumplimiento de su sagrada misión de rescatar para el pensamiento católico lo significativo y trascendente del pensamiento antiguo, en especial el pensamiento de Aristóteles. Se dice, por ejemplo, que santo Tomás de Aquino llegó a “bautizar a Aristóteles”.
Su filosofía denominada “Tomismo” se enmarca dentro de un “realismo moderado” y se caracteriza por lo siguiente: a) concilia la razón (filosofía) con la revelación o fe (teología). La fe es la regla del recto proceder de la razón; b) constituye un esfuerzo sistematizado de la teología católica, de conciliación científica entre la doctrina aristotélica y los postulados del cristianismo; c) se funda en la concepción de Dios como “acto puro de ser”. El ser no es uno, el Creador está separado de la criatura. El ser divino (Dios) es la causa del ser finito (la criatura); d) el hombre sólo puede llegar a la verdad a través de la experiencia sensible o de los sentidos y las ideas generales o universales, pero siempre considerando como prioritario y predominante el “orden del intelecto”, la razón frente a la fe.
Santo Tomás concibe tres tipos de verdades: a)verdad teológica, que es la verdad que el hombre conoce mediante la revelación divina; b) verdad filosófica, que es la verdad no revelada y conocida por la razón del hombre y c) verdad mixta, que es el conjunto de verdades reveladas y que son verificadas por la razón humana. En su obra “Suma Teológica”, prueba la existencia de Dios a través de cinco vías: 1) prueba cinética o del movimiento; 2) prueba de causalidad eficiente; 3) prueba de contingencia; 4) vía de la prueba de los grados de perfección; 5) vía de la prueba teleológica.
El 4 de agosto de 1879, el Papa León XII, en su Encíclica “Aeterni Patris”, conmovido de la pobreza intelectual de los seminaristas y estudiantes de las universidades católicas de la época, declaró al pensamiento de santo Tomás de Aquino como “la única filosofía verdadera del catolicismo” y que debería ser propagado oficialmente.
Pedro Abelardo (1079-1142). Polemista sin par, filósofo y teólogo británico, talento privilegiado y lógico eximio, fundador de varias escuelas de dialéctica en diferentes ciudades, concibió que en teología debiera emplearse la dialéctica. Fue calificado “El caballero de la dialéctica”, “el primer hombre moderno”, “el padre de la teología escolástica”, pero se dejaba llamar “El nuevo Aristóteles”.
En el campo de la ética, Abelardo sostiene que un acto debe ser juzgado por la intuición que persigue quien lo realiza; la moral es la integración de lo intencional con la virtud. En lo filosófico, aborda el problema de los universales tratando de absolver la pregunta de Porfirio: ¿los universales (especies, géneros) existen en la realidad o únicamente en el pensamiento? Y Abelardo responde que el universal es todo aquello que puede predicarse de varias cosas, y no hay cosas que puedan predicarse de otras, puesto que cada una es ella misma. Por tanto, la universalidad no puede atribuirse a las cosas sino solamente a las palabras, es una función lógica de determinadas palabras, y esta solución al problema de los universales se denomina conceptualismo.
Guillermo de Ockham (1290-1349). Última extraordinaria figura que cierra el ciclo histórico del pensamiento escolástico y la primera figura de la Edad Moderna; es uno de los más preclaros hombres del nominalismo y precursor del empirismo inglés, que se inscribe dentro del período de la escolástica decadente del siglo XIV.
Ockham contribuyó a separar la filosofía (razón) de la teología (revelación) a fin de promover el desarrollo autónomo de la ciencia fundada exclusivamente sobre la experimentación. Es así como la teología deja de ser una ciencia y se convierte en un quehacer meramente especulativo carente de evidencia racional y de validez empírica. Sostiene que existe una heterogeneidad absoluta entre la ciencia y la fe, y no pueden subsistir juntas, pues la evidencia no puede ir unida a la falsedad. “Los artículos de fe no son principios de demostración ni conclusiones, y no son ni siquiera probables, ya que parecen falsos a todos o a la mayoría o a los sabios…”
Para el “Doctor subtilis” la base de todo conocimiento verdadero es la experiencia; por eso, el empirismo es la base de su filosofía, es el antirrealismo el rasgo distintivo de la especulación ockhamista.
Ockham rechaza la distinción entre esencia y existencia cuando declara que “No se puede conocer con evidencia que la blancura existe, o puede existir, si no se ha visto algún objeto blanco…” Expresa que la sustancia sólo es conocida a través de sus accidentes, así no conocemos el fuego en sí mismo, pero sí el calor.
Con la decadencia de la filosofía escolástica, la filosofía queda reducida a la Metafísica. Ciencia y filosofía se contraponen como dos órdenes del saber completamente diferentes. La neoescolástica define la filosofía como la “Ciencia de la realidad universal por sus últimas razones y con sola la luz natural”.
San Panteno funda en Alejandría una escuela catequista que consideraba a la filosofía complemento de la religión.
El siglo XI significa un extraordinario florecimiento de la filosofía de la naturaleza, porque el quehacer filosófico centra su especial preocupación en el mundo físico, en la investigación experimental, contando con su máximo representante al teólogo, filósofo y sabio inglés, Rogerio Bacon (1215-1292) , quien fustigó la ideología y la política del feudalismo imperante, siendo por sus ideas apartado en 1277 de la enseñanza en la Universidad de Oxford y encerrado en la celda de un monasterio en 1278 por orden de las autoridades eclesiásticas.
Durante el siglo XII los estudios que se desarrollaban en las escuelas comprendían las artes liberales en la base piramidal, la filosofía en el centro y la teología en la cúspide como supremo saber; la filosofía era independiente de la dialéctica.
El “Doctor admirable”, sostiene que los métodos silogísticos y de la abstracción no son suficientes para llegar al conocimiento verdadero, preciso y exacto del mundo y de las cosas, siendo necesario, además, el uso del método de la observación y de la experiencia de los hechos naturales, en el entendido que sólo la experiencia confirma y verifica la verdad. Según este filósofo el conocimiento puede adquirirse de tres maneras: por la autoridad, por la razón y por la experiencia.
Durante el Cristianismo se desarrolla dos tipos de verdades: la verdad natural o racional y la verdad revelada, pero también el saber humano se desarrollan a través de dos grandes sectores: Filosofía y Teología. La Iglesia es el eje central y rector de la filosofía y la cultura. La teología son los conocimientos o saberes que dispone el hombre acerca de Dios y la filosofía son los conocimientos o saberes que dispone el hombre acerca de las cosas de la Naturaleza. Se sostuvo, entonces, que “la razón no puede contradecir la fe”.
Durante la Edad Media la filosofía estuvo subordinada a la teología (“ciencia de Dios”), época en la que el cardenal Pedro Damiano (siglo XI) acuña la expresión: “La Filosofía es esclava de la Teología”. Por entonces, la filosofía se orienta hacia la reflexión sobre las cosas de la naturaleza y la vida humana, confundiéndose con lo que posteriormente serían las ciencias naturales.
En la Edad Media nace la filosofía apologística ante la necesidad de defensa de la religión cristiana frente a las críticas de los paganos. Mientras los escépticos decían que no se podía conseguir la verdad porque “No existe la verdad; de todo se puede dudar”, san Agustín sale a refutarlos afirmando que sí existe la verdad: “Se podrá dudar todo lo que se quiere; de lo que no puede dudar es de la misma duda”.
En el pensamiento de la Edad Media existieron tres grandes religiones monoteístas que originaron a tres tradiciones filosóficas importantes: la tradición cristiana, representada por Santo Tomás de Aquino; la tradición judía, con Maimónides, y la tradición musulmana, representada por Averroes.
Mosheh Ben Maimon o Maimónides (1135-1204). Filósofo, matemático, médico y físico judío, nacido en Córdova (España), considerado el filósofo y el científico judío más importante de la Edad Media, con él la filosofía judía llega a su máximo esplendor. Fue un destacado intérprete de la ley hebrea; iniciador de la cultura árabe en la ciencia y la filosofía de los griegos. Recibió el sobrenombre de “segundo Moisés”, por su denodada y permanente contribución a la evolución y la expansión del judaísmo. De Maimónides arranca el movimiento intelectual judaico de los siglos XIII y XIV.
Sostuvo que la filosofía y la teología coinciden a pesar de sus métodos diferentes; la fe (religión) y la razón (filosofía) son ambos compatibles, armonizables, llegando a conciliar los dogmas del judaísmo rabínico con el racionalismo de la filosofía de Aristóteles; la filosofía no puede alcanzar las verdades que se conocen por la Revelación.
Filosóficamente, se ocupó acerca de la naturaleza de Dios y la creación, el libre albedrío y el bien y el mal. Para Maimónides la profecía está antecedida por la filosofía y sólo el filósofo está preparado para ser profeta. Llegó a identificar dos tipos de verdades: verdades absolutas (Dios es el único y de Èl depende todo lo creado) y verdades necesarias (no matar, no robar, no desear los bienes ajenos), todas estas verdades sirven para garantizar el normal funcionamiento y desarrollo de la sociedad. Utilizó el método alegórico en la interpretación de la Biblia y fue condenado durante varios siglos por los rabinos ortodoxos.
Consideró al hombre un microcosmo, dotado de materia (cuerpo) y forma (alma inmortal), dotado de poder espiritual. El hombre es creación de Dios.
Entre sus obras filosóficas y jurídicas destacan “El libro de la elucidación” (1168), “la Guía de Perplejos” (1190), “Sumario de la Ley” (14 libros escrito en hebreo). Sus obras versan sobre la interpretación de la Biblia y del Talmud, sobre filosofía, ciencia, matemáticas, astronomía y medicina.
Averroes (1126-1198). Destacado filósofo, jurista, teólogo y científico hispano-árabe, nacido en Córdova (España). Llegó a ser asesor de los Califas en asuntos educativos, postuló y defendió la idea de que la razón prima o tiene preferencia sobre la religión, posición que lo llevó al exilio en 1194, y un año más tarde, en 1195, fue acusado de herejía por la Iglesia Católica y desterrado en Lucena, llegándose a prohibir la circulación de sus libros en este mismo año. Por su obra célebre “El comentario de Aristóteles” fue calificado como “El comentador de Aristóteles” durante la Edad Media. Se cuenta que Averroes, muy pegado a la meditación, durante toda su vida sólo dejó de estudiar un día y fue en la noche de sus bodas.
Las tesis filosóficas de Averroes se resumen en lo siguiente: a) el mundo es eterno y no tiene principio temporal; no admite que la Creación hubiera tenido lugar en el tiempo; b) Dios es el “primer motor”, la fuerza propulsora de todo movimiento y que transforma lo potencial en lo real; c) el alma es mortal y se divide en dos partes: alma individual perecedera (intelecto pasivo) y alma divina y eterna (intelecto activo), éste último es común a todos los hombres y se convierte en intelecto pasivo cuando se une al alma humana; el intelecto activo se origina cuando la imaginación del hombre recibe las imágenes que le proporcionan los sentidos y las trasmite al intelecto pasivo; d)la teoría de la “doble verdad”.
La teoría de la doble verdad
La teoría de la “Doble Verdad” procuraba liberar a la ciencia de las trabas de la religión y tuvo auge en el Universidad de París, en el siglo XIII, entre los “averroístas latinos”, que intentaban conciliar su fe cristiana con la adopción que hacían, como filósofos, de algunas proposiciones atribuidas a Aristóteles o a Averroes, incompatibles con la Verdad revelada.
Según esta teoría una misma proposición podría ser verdadera en Teología y falsa en Filosofía, o viceversa, es decir que las verdades de la Teología y la Filosofía son independientes entre sí; dos afirmaciones contradictorias podrían ser ambas verdaderas, una para la religión y otra para la razón. La verdad era accesible a la teología y a la filosofía islámica, pero que únicamente la filosofía podía alcanzarla totalmente; las verdades metafísicas podrían expresarse a través de la religión y la filosofía.
Aunque jamás propuso realmente la existencia de la “Doble Verdad” (verdad filosófica y verdad religiosa), no cabe duda alguna que sus ideas fueron interpretadas y calificadas por los pensadores cristianos como teoría de la Doble Verdad, la misma que fue aceptada por determinados filósofos de la época pero también rechazada por otros, convirtiéndose entonces en un serio y espinoso problema filosófico en el mundo medieval.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) se opuso férreamente a la teoría de la doble verdad, llegando a expresar que la fe es una gracia divina que Dios da a los hombres que elige y la razón se origina también en Dios; todos los hombres tienen razón, pero no todos tienen fe”.
Para solucionar las dificultades que se producían en las relaciones entre la religión y la filosofía, Averroes distinguió tres tipos de hombres: los hombres filósofos, o sea los hombres de demostración, que buscan pruebas rigurosas; los hombres dialécticos, que se conforman con argumentos probables; y, los hombres retóricos, que son los hombres de exhortación y que únicamente entienden la predicación que apela a la imaginación y las pasiones.
Filosofía patrística
La filosofía cristiana se divide en dos: Filosofía Patrística o Filosofía de los Padres de la Iglesia y la Filosofía Escolástica.
La filosofía patrística comprende la filosofía de los padres apostólicos, padres apologistas y padres catequistas. Entre los denominados Padres de la Iglesia se consideran a san Agustín, San Policarpo, san Justino, san Policarpo, san Irineo, Taciano, san Atanasio, san Basilio el Grande, san Gregorio Nacianceno, san Juan Damaceno, san Hilario de Potiers, san Jerónimo, san Ambrosio, Tertuliano, san Papías, Clemente Romano, Lactancia, Atenágoras, Clemente Alejandrino, Orígenes, Justino Mártir, Minucia Félix y Hegestipo.
La filosofía patrística es el conjunto de dogmas o de verdades reveladas por Dios y que fueron elaborados por los padres de la Iglesia. Entre los dogmas principales podemos mencionar: a) existe un solo Dios, creador de todo; b) el hombre es creado por Dios; c) el hombre está obligado a creer en alguna religión, d) la religión cristiana fue fundada por Jesucristo, hijo de Dios, enviado por Dios Padre como Mesías, para salvar a los hombres según habían anunciado los profetas hebreos.
Y es por la fe y no por la religión la que se acepta los dogmas de la Iglesia como verdades indiscutibles, indemostrables e irrefutables. La fe es entendido en sus tres significados: a) creer algo; b) creer a alguien; c) creer en alguien.
Con respecto a Dios hay tres tipos de creencia: 1) creer en Dios (fe vivencial), 2) creer a Dios (fe testifical), 3) creer lo revelado por Dios (fe intelectual).
San Agustín de Hipona (354-430). Una de las más grandes figuras de la Patrística, el más célebre de los Padres de la Iglesia latina, el fundador de la Filosofía de la Religión, de la Filosofía de la Historia, de la antropología filosófica cristiana y el más influyente de la teología occidental, con justa razón llamado “El Platón del Cristianismo”.
Su pensamiento influenció significativamente en el desarrollo de la teología cristiana y la filosofía occidental, en el existencialismo cristiano y en el jansenismo.
San Agustín desarrolla sus tesis filosóficas sobre la verdad, Dios, la creación del mundo, el alma, el bien y la Ciudad de Dios.
Frente a los escépticos que sostenían entonces “no existe la verdad; de todo se puede dudar”, San Agustín refuta expresando “se puede dudar todo lo que se quiera; de lo que no se puede dudar es de la misma duda”, recurriendo a la verdad matemática: 7 + 3 = 10, es válido universalmente para cualquier persona con uso de razón.
Para san Agustín todo viene de Dios y todo va hacia él. Dios ilumina al hombre al dotarlo de razón o de entendimiento (Dios es Luz). Dios es “lo que se antepone a todas las cosas”. Dios es la Verdad completa y eterna, es la Sabiduría y la Salvación suprema. La creación proviene de un acto libre de la voluntad de Dios. Todo lo creado por Dios es bueno. El mal se origina en el apartamiento de Dios. El hombre es libre de hacer lo que Dios sabe que hará libremente (predestinación humana). Sólo con Dios y a través de Dios el hombre puede alcanzar la vida feliz. Dios está fuera del tiempo, el tiempo empezó con la creación del mundo por Dios. El hombre fue creado por Dios, para Dios y hasta que su corazón descanse en Dios.
En opinión de san Agustín la filosofía es amor a la sabiduría, es “amor a Dios”. La filosofía tiene doble objeto de estudio: a) estudio de Dios, y b) estudio del Alma. En san Agustín el alma tiene espiritualidad, es inmortal y está unida al cuerpo. El alma es totalidad unitaria y viviente de la personalidad del hombre, el hombre es propiamente el alma. No admite la reminiscencia, no acepta la teoría de la preexistencia de las almas. El alma conoce la verdad porque se comunica con Dios (“iluminación” del alma por Dios). Dios es el “sol” del alma, es decir la luz de nuestra inteligencia. El bien es la voluntad de Dios y se da con la ley eterna; son las ideas eternas en la mente de Dios, las que constituyen el fundamento del Conocer, del Ser y del Bien.
Referente a la Ciudad de Dios, San Agustín señala que en la vida del hombre siempre habrá la lucha permanente entre la ley y las tinieblas, entre la ignorancia y la educación, entre el bien y el mal y que a las finales el bien triunfará sobre el mal.
La filosofía escolástica
El término “escolástica”, utilizado por primera vez por Teofrasto, proviene de la palabra “scholas” (escuela) y “scholastici” (escolástico), debido a que esta filosofía se llegó a elaborar y a enseñar en las instituciones eclesiásticas, especialmente en las escuelas parroquiales, obispales y abadías, de las cuales nacieron la primeras universidades de la época.
La filosofía escolástica tiene una duración de cuatro siglos: desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV. Y se denomina escolástica o escolasticismo a la filosofía cristiana que siguiendo la doctrina de Platón y de Aristóteles predominó durante la Edad Media en el Occidente europeo. Para algunos estudiosos significa “la cristianización de Aristóteles” en plena Edad Media.
La filosofía escolástica se caracteriza por constituir una síntesis de las doctrinas imperantes; la armonización de la razón y la fe, de la filosofía y la teología, la filosofía es la sierva de la teología; predilección por la filosofía de Platón y de Aristóteles y el profundo respeto a la autoridad de los pensadores clásicos; la revelación divina como ayuda para la razón; el predominio de la fe y del clero, esta última como fuerza de la inteligencia y del saber (aristocracia de la inteligencia); y la enseñanza de la doctrina cristiana como sistema científico de verdades ya encontradas y no investiga ni filosofa por cuenta propia; del intelectualismo se pasó al ergotismo; utilización del método deductivo en su forma silogística; carácter colectivo del trabajo de la escuela escolástica; creencia común en la objetividad del conocimiento, a pesar de la “controversia de los Universales”; formulación de una nueva concepción total de la realidad mediante la integración del cristianismo con las filosofías anteriores desde la época griega; la barbarie o poca elegancia de su idioma, el latín; la variedad de opiniones sobre muchos problemas, con representantes de distintas escuelas y a veces contrapuestas; el origen del mundo y del hombre se explica y soluciona a través del principio bíblico de la creación; la exaltación del espíritu y el descuido del cuerpo, por no ser útil ni necesario para la salvación eterna.
Durante la filosofía escolástica se consideró que la revelación era la enseñanza directa de Dios y que la revelación tenía un mayor grado de verdad y certeza que la razón natural y que cuando ocurría un conflicto entre ambos la fe era el árbitro supremo y la que salía ganando, pero que se utilizaba la filosofía para comprender y explicar la revelación.
Durante el escolasticismo se llegó a enseñar las siete artes liberales: Gramática, Retórica, Dialéctica, Aritmética, Geometría, Astronomía y Música. Se enseñaba a base de lecciones (“Lectio”) y polémicas (“Disputatio”). El Trivium y el Cuadrivium eran las bases principales de la enseñanza medieval. El Trivium (del latín tri = tres, y viun = camino), es el conjunto de las tres primeras artes liberales en la Edad Media, conformado por la Gramática, la Retórica y la Dialéctica., se dice que comprendía tres materias en loor de la Santísima Trinidad. El Cuadrivium (del latín cuadri= cuatro y vium = camino), en la Edad Media era la división de las artes liberales que comprendía las cuatro artes: Aritmética, Música, Geometría y Astrología, y comprendía cuatro materias por los cuatro ríos que fecundaban el Paraíso terrenal.. El conjunto de los saberes del Trivium y del Cuadrivium formaba las siete artes liberales.
Entre los principales filósofos escolásticos figuran: santo Tomás de Aquino, san Anselmo de Cantorbery, san Alberto Magno, san Buenaventura, Pedro Abelardo, Roselino, Maimónides, Rogerio Bacon, Duns Escoto, Henry de Ghent y Guillermo de Ockham. Expliquemos brevemente el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, Pedro Abelardo y Guillermo de Ockham.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274). Llamado “Doctor angélico” por la profundidad y claridad de su pensamiento, la solidez de sus argumentaciones y la pureza de sus costumbres. También es conocido como “El ángel de las Escuelas”, “El Príncipe de la Escolástica”, “El teólogo consultor del Papa Gregorio X” y “El Patrono de todas las Escuelas Católicas” (1880) y “Doctor de la Iglesia Católica” (1567).
Santo Tomás de Aquino es el reformador de la metafísica aristotélica y lo adapta a los requerimientos de la religión cristiana, es el fundador de la teología como ciencia, logrando armonizar, conciliar y equilibrar la fe cristiana (Teología) con la razón (Filosofía), en cumplimiento de su sagrada misión de rescatar para el pensamiento católico lo significativo y trascendente del pensamiento antiguo, en especial el pensamiento de Aristóteles. Se dice, por ejemplo, que santo Tomás de Aquino llegó a “bautizar a Aristóteles”.
Su filosofía denominada “Tomismo” se enmarca dentro de un “realismo moderado” y se caracteriza por lo siguiente: a) concilia la razón (filosofía) con la revelación o fe (teología). La fe es la regla del recto proceder de la razón; b) constituye un esfuerzo sistematizado de la teología católica, de conciliación científica entre la doctrina aristotélica y los postulados del cristianismo; c) se funda en la concepción de Dios como “acto puro de ser”. El ser no es uno, el Creador está separado de la criatura. El ser divino (Dios) es la causa del ser finito (la criatura); d) el hombre sólo puede llegar a la verdad a través de la experiencia sensible o de los sentidos y las ideas generales o universales, pero siempre considerando como prioritario y predominante el “orden del intelecto”, la razón frente a la fe.
Santo Tomás concibe tres tipos de verdades: a)verdad teológica, que es la verdad que el hombre conoce mediante la revelación divina; b) verdad filosófica, que es la verdad no revelada y conocida por la razón del hombre y c) verdad mixta, que es el conjunto de verdades reveladas y que son verificadas por la razón humana. En su obra “Suma Teológica”, prueba la existencia de Dios a través de cinco vías: 1) prueba cinética o del movimiento; 2) prueba de causalidad eficiente; 3) prueba de contingencia; 4) vía de la prueba de los grados de perfección; 5) vía de la prueba teleológica.
El 4 de agosto de 1879, el Papa León XII, en su Encíclica “Aeterni Patris”, conmovido de la pobreza intelectual de los seminaristas y estudiantes de las universidades católicas de la época, declaró al pensamiento de santo Tomás de Aquino como “la única filosofía verdadera del catolicismo” y que debería ser propagado oficialmente.
Pedro Abelardo (1079-1142). Polemista sin par, filósofo y teólogo británico, talento privilegiado y lógico eximio, fundador de varias escuelas de dialéctica en diferentes ciudades, concibió que en teología debiera emplearse la dialéctica. Fue calificado “El caballero de la dialéctica”, “el primer hombre moderno”, “el padre de la teología escolástica”, pero se dejaba llamar “El nuevo Aristóteles”.
En el campo de la ética, Abelardo sostiene que un acto debe ser juzgado por la intuición que persigue quien lo realiza; la moral es la integración de lo intencional con la virtud. En lo filosófico, aborda el problema de los universales tratando de absolver la pregunta de Porfirio: ¿los universales (especies, géneros) existen en la realidad o únicamente en el pensamiento? Y Abelardo responde que el universal es todo aquello que puede predicarse de varias cosas, y no hay cosas que puedan predicarse de otras, puesto que cada una es ella misma. Por tanto, la universalidad no puede atribuirse a las cosas sino solamente a las palabras, es una función lógica de determinadas palabras, y esta solución al problema de los universales se denomina conceptualismo.
Guillermo de Ockham (1290-1349). Última extraordinaria figura que cierra el ciclo histórico del pensamiento escolástico y la primera figura de la Edad Moderna; es uno de los más preclaros hombres del nominalismo y precursor del empirismo inglés, que se inscribe dentro del período de la escolástica decadente del siglo XIV.
Ockham contribuyó a separar la filosofía (razón) de la teología (revelación) a fin de promover el desarrollo autónomo de la ciencia fundada exclusivamente sobre la experimentación. Es así como la teología deja de ser una ciencia y se convierte en un quehacer meramente especulativo carente de evidencia racional y de validez empírica. Sostiene que existe una heterogeneidad absoluta entre la ciencia y la fe, y no pueden subsistir juntas, pues la evidencia no puede ir unida a la falsedad. “Los artículos de fe no son principios de demostración ni conclusiones, y no son ni siquiera probables, ya que parecen falsos a todos o a la mayoría o a los sabios…”
Para el “Doctor subtilis” la base de todo conocimiento verdadero es la experiencia; por eso, el empirismo es la base de su filosofía, es el antirrealismo el rasgo distintivo de la especulación ockhamista.
Ockham rechaza la distinción entre esencia y existencia cuando declara que “No se puede conocer con evidencia que la blancura existe, o puede existir, si no se ha visto algún objeto blanco…” Expresa que la sustancia sólo es conocida a través de sus accidentes, así no conocemos el fuego en sí mismo, pero sí el calor.
Con la decadencia de la filosofía escolástica, la filosofía queda reducida a la Metafísica. Ciencia y filosofía se contraponen como dos órdenes del saber completamente diferentes. La neoescolástica define la filosofía como la “Ciencia de la realidad universal por sus últimas razones y con sola la luz natural”.