GODOFREDO GUILLERMO LEIBNIZ,
UNO DE LOS FUNDADORES DE LA DIALÉCTICA
IDEALISTA ALEMANA
Escribe:
Eudoro Terrones Negrete
Godofredo Guillermo Leibniz
Imagen: https://elvuelodelalechuza.com/2016/02/14/teodicea-la-enciclopedia-del-pensamiento-de-leibniz/
VIDA
Godofredo Guillermo Leibniz
(1646-1716), egregia personalidad de origen alemán, de gran erudición,
incursionó en los campos de la filosofía, las matemáticas, la jurisprudencia,
la historia y la teología.
Es uno de los iniciadores
del idealismo alemán, uno de los fundadores de la dialéctica idealista alemana
y uno de los descubridores del cálculo integral y diferencial que le disputa Newton.
En psicología descubre el inconsciente, en lógica se le cuenta entre los
fundadores de la logística y en física formula la ley de conservación de la
energía.
Desempeñó el cargo de Embajador
en París (1672 a 1676) y trabajó por la unión de los católicos con los protestantes
(1681 a 1693). Utilizó la noción de “Filosofía perenne”, pues reanuda la
tradición filosófica enlazando el pensamiento moderno con los medievales y
antiguos.
Leibniz también es el
creador del término “teodicea” y el fundador de la “Dinámica” o ciencia del
movimiento.
FILOSOFÍA
PERENNE
Fue sin embargo el filósofo alemán del s. XVII, Leibniz, quien
popularizó la frase latina philosophia perennis. La empleó para describir lo
que necesitaba para completar su propio sistema. Este debía ser un análisis
ecléctico de la verdad y la falsedad de todas las filosofías, antiguas y
modernas, por el cual "se debería retirar el oro de la escoria, el diamante de su mina, la
luz de las sombras; y esto sería en efecto, un tipo de filosofía perenne".
Leibniz, no obstante, no reivindicó la invención de la frase. Dijo haberla
encontrado en los escritos de un teólogo del s. XVI, Augustine Steuch, a quien
consideraba como uno de los mejores escritores cristianos de toda época. Steuch
describió la filosofía perenne como la verdad absoluta original revelada y
hecha asequible al hombre antes de su caída, completamente olvidada en este
lapso y solo gradualmente recuperada en forma fragmentada en la historia
subsecuente del pensamiento humano. El Cristianismo Ortodoxo, era según su
punto de vista, su restauración más pura y la historia de la redención incluye
la larga búsqueda de esta sabiduría ("Perennial Philosophy", Dictionary of the History of Ideas, Philip P. Wiener, ed. Charles Scribners Sons, 1973, III,
457-63).[1].
La noción de filosofía perenne (en latín, philosophia perennis), llamada también perennialismo o sabiduría
perenne, sugiere la existencia de un conjunto universal de verdades
y valores comunes a todos los pueblos y culturas. El término fue usado en
primer lugar en el siglo XVI por Agostino
Steuco, en su libro titulado: De perenni philosophia libri X (1540), en el que la filosofía escolástica es vista como el pináculo de la sabiduría cristiana, a
la cual todas las demás corrientes filosóficas apuntan de una manera u otra. La
idea fue posteriormente asumida por el filósofo y matemático alemán Gottfried Leibniz, quien la usó para
designar la filosofía común y
eterna que subyace tras todas las religiones y, en particular, tras las
corrientes místicas dentro de ellas. Este término fue popularizado, de
forma más reciente, por Aldous Huxley, en su libro de 1945: La filosofía perenne. La expresión
"filosofía perenne" también se ha usado como una traslación del
concepto hindú de Sanatana Dharma, la "verdad o
norma eterna e inmutable"[2].
PRINCIPIOS
LÓGICOS
Leibniz es el autor de
dos principios lógicos: el principio de la no contradicción y el principio de
la razón suficiente.
a) El principio de la no contradicción (es
falso todo lo que implica contradicción y por tanto lo no contradictorio es lo
verdadero). Aquí se dan las verdades eternas.
b) El principio de la razón suficiente (si
algo existe es porque hay una razón satisfactoria para ello. Todo tiene su razón
de ser y todo es parte de un orden establecido. Aquí se dan las verdades de hecho.
TIPOS
DE VERDADES
Para Leibniz existen dos
tipos de verdades: a) las verdades geométricas, metafísicas o eternas que se
descubren mediante el intelecto (verdad racional), y aquella otra verdad que se
descubre por medio de la experiencia (verdad fáctica o verdad de hecho).
OBRAS
Entre sus obras básicas
se mencionan: Teodicea, Los Nuevos Ensayos sobre el entendimiento humano, Monadología,
Discurso de Metafísica, Nuevo sistema de la naturaleza y de la comunicación de
las substancias, y Principios de la Naturaleza y de la Gracia.
LAS
MÓNADAS Y SUS CARACTERÍSTICAS
El término mónada es de origen pitagórico, ha sido
utilizado también por Platón al aplicar a las ideas, y por Giordano Bruno para
designar los elementos físicos o psíquicos simples de que está hecho el
universo. Pero es Leibniz quien llega a popularizar el término e inclusive
escribió un libro titulado “Monadología”.
La definió así: La mónada
“es una sustancia simple, que forma parte de los compuestos; simple, es decir,
sin partes”.
A la pregunta ¿qué son
las mónadas según Leibniz? Debemos responder de la siguiente manera:
1°. La mónada es el
elemento primordial de todo Ser y la última unidad metafísica en que puede
descomponerse la realidad.
2°. Son átomos de la
naturaleza, de diversa jerarquía y de número infinito, inmateriales,
indivisibles, indestructibles, inmutables e impenetrables a toda acción exterior.
3°. Carecen de la
posibilidad de comunicarse entre sí y de ser comunicados por acción externa.
4°. Son diferentes cada una
de la otra.
5°. Están sometidas a un
cambio continuo que viene de su propio fondo. Todo lo que acontece en ellas
brota de sí mismas.
6°. Están dotadas de
percepción, de apetición y de una energía.
7°. No nacen ni mueren.
8°. Existen por creación
instantánea de un ser omnipotente llamado Dios.
9°. Carecen de figura y
de extensión.
Según Leibniz el universo
está formado por una jerarquía de seres independientes llamadas mónadas que
responden a un plan armónico donde todo es perfecto.
PERCEPCIÓN
Y APETICIÓN
¿Qué entiende Leibniz por
percepción y por apetición? Leibniz nos explica de la siguiente manera:
Percepción
es
“El estado pasajero que comprende y representa una multitud en la unidad, o en
la substancia simple, no es otra cosa que la llamada percepción, que se debe
distinguir de la apercepción o de la conciencia…”
Apetición
es “La acción del principio interno que realiza el cambio o el paso de una
percepción a otra puede llamarse apetición: es cierto que el apetito no puede
alcanzar siempre y por entero toda la percepción a la que tiende, mas siempre
consigue algo de ella, y alcanza percepciones nuevas”.
CLASES
DE MÓNADAS
Leibniz establece cuatro
clases de mónadas, en orden jerárquico que va de lo inferior a lo superior:
1°. Mónadas primarias, son las del mundo inorgánico y sus percepciones
no llegan a ser conscientes.
2°. Mónadas del mundo animal o almas, poseen capacidad de asociación de
ideas.
3°. Los espíritus finitos, en los que existe conciencia delas leyes de
las transformaciones que experimentan.
4°. Mónada de las mónadas, que es la mónada máxima o suprema, que viene
a ser Dios.
TEODICEA
Teodicea es una palabra
inventada por Leibniz, quiere decir “rehabilitación” de Dios, “justificación”
de Dios.
Dios es la mónada de mónadas,
es la substancia suprema, única, universal, necesaria, autónoma, ilimitada,
infinita y perfecta.
Dios posee la sabiduría
suprema e infinita. Dios es el Sol y la Luz de las almas. Dios sólo es nuestro
objeto inmediato fuera de nosotros y que vemos todas las cosas por Él. Sólo Dios
es quien produce la comunicación de las substancias y gracias a él los fenómenos
de unos concuerdan y coinciden con las de otros y por eso hay realidad en
nuestras percepciones.
Dios da a cada espíritu
la mayor perfección que permita la armonía universal. Dios, en cuanto es espíritu,
es el origen de las existencias, pero los espíritus
expresan más bien a Dios que al mundo, en cambio las substancias, expresan el mundo, el universo. Dios es el Señor Monarca
de los espíritus, es el más justo y el más benévolo de todos los monarcas, y
que para hacerlos perfectamente felices a sus súbditos sólo quiere “que lo amen”.
Dios es principio y causa de todas las substancias y de todos los seres y
director de todas las personas o substancias inteligentes. Dios es el más
grande y el más sabio de los espíritus.
Y algo más precisa Leibniz:
“Sólo, pues, Dios es la Unidad primitiva, o la substancia simple originaria del
cual son producciones todas las mónadas creadas o derivadas; y nacen, por
decirlo así, por Fulguraciones continuas de la Divinidad de momento en momento,
limitadas por la receptividad de la criatura, para quien es esencial ser
limitada”.
ATRIBUTOS
DE DIOS
Al referirse a los
atributos de Dios, explica que en Dios hay potencia,
que es el origen de todo; después el conocimiento,
que contiene el detalle de las ideas, y, por último, la voluntad, que realiza los cambios o producciones según el principio
de lo mejor. Y eso es lo que corresponde a lo que en las mónadas creadas
realiza el sujeto o base, la facultad perceptiva y la facultad apetitiva. Pero
en Dios estos atributos son absolutamente infinitos o perfectos; y en las mónadas
creadas o en las entelequias no son sino sus imitaciones, según la perfección
que tienen.