Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Las escuelas filosóficas socráticas
son las siguientes: escuela cínica, escuela elíaco-eretríaca, escuela
cirenaica, escuela megárica, escuela de Platón y escuela de Aristóteles.
ESCUELA
FILOSÓFICA CÍNICA
La escuela filosófica
cínica se caracterizó por:
a.
Criticar la doctrina de Platón sobre las
Ideas.
b.
Rechazar los progresos de la civilización,
el politeísmo y las diferencias de clases.
c.
Afirmar el Ser solamente de las cosas
singulares.
d.
Abogar para que el hombre limitara sus
necesidades a lo indispensable.
e.
Despreciar las normas sociales, morales y
de decencia, las costumbres y la cultura.
f.
Renunciar a la riqueza, a la gloria, a la
satisfacción de los sentidos.
g.
Vulgarizar y trivializar lo íntimo del ser
humano.
h.
Expresar la mentalidad de las capas
democráticas.
i.
Sostener que la virtud es el único bien
verdadero y que consiste en el desprecio de todo bien externo y de las
conveniencias sociales y familiares. La felicidad puede alcanzarse
desprendiéndose de todo interés por las cosas que atan a los humanos a fin de
lograr la autarquía. La felicidad consiste en satisfacer las necesidades por
cualquier medio, haciendo uso de los medios más fáciles y económicos posibles.
Como
esta escuela cínica colindó con la desvergüenza en sus postulados fue
denominada en calidad de apodo “El Perro”, de donde procede el nombre, más
claro “El cínico”. Representantes
de la Escuela filosófica cínica son Antístenes, Diógenes de Sínope y Crates de
Tebas.
ANTÍSTENES (445
a.C.-365 a.C)
Filósofo
griego, nacido en Atenas, vivía en el puerto del Pireo, fue discípulo de
Sócrates y del sofista Gorgias, cobraba por sus enseñanzas y fundó la escuela
cínica. Esta escuela tuvo como uniforme la capa, la mochila y el báculo.
Antístenes llegó a ser maestro de Diógenes de Sínope.
Antístenes
empezó a enseñar Retórica y Sofística en un lugar denominado Cynosargo, o
“templo del Perro Blanco”, por esto se les llamó cínicos: perros; Diógenes Laercio refiere que el mismo Antístenes solía
llamarse Aploción, perro manso.
Antístenes se dejó crecer la barba.
Antístenes
es el que vengó la muerte de Sócrates y fue uno de los que acompañó a Sócrates
en la celda en el momento de su muerte. Participó activamente en la batalla de
Tanagra.
Hombre
de amplia cultura, y escribió varios libros, entre ellos: De la dicción o locución o sea
de las figuras; Áyax; De Ulises; Apología de Orestes, De la
naturaleza de los animales; De la generación de los hijos o sea de las nupcias; De los Sofistas; De la justicia y fortaleza; Teognides. Del bien; De la fortaleza; De la ley o de la
República; De la ley o De lo honesto y de lo justo; De la libertad y
servidumbre; De la fe; Del curador o Del obtemperar, y De la Victoria; Hércules
el mayor o De la fuerza; Ciso o
Del Reino y Aspasia.
He aquí algunos de sus Apotegmas: «Más debemos apreciar a un amigo que a
un pariente, porque los lazos de la virtud son más fuertes que los de la
sangre. Mejor es ser del pequeño número de sabios, que del gran número de
necios. Cuando los malos nos elogian, es señal de que hemos obrado mal. El
sabio no observa otras leyes que las de la virtud. A los ojos del sabio nada es
nuevo ni extraño, porque todo lo ha previsto, y a todo está dispuesto. La
nobleza y la sabiduría son una misma cosa, y así no hay otro noble que el
sabio. El medio más seguro de llegar a la inmortalidad es vivir según los
preceptos de la virtud. Deseemos a nuestros enemigos todos los bienes que
pueden desear, excepto la sabiduría. El deleite es bueno para los hijos de
nuestros enemigos. El que tiene una mujer hermosa y la deja salir adornada,
debe tener buenas armas y un buen caballo para defenderla. Si no, que no le
permita salir a la calle. El labrador no pone al arado asnos y caballos
indistintamente, porque sabe que los asnos no sirven para labrar la tierra.
Pero los atenienses cuando eligen un magistrado, no miran si sirve para
gobernar. El filósofo puede hablar con hombres de mala vida, como el médico
trata con los enfermos, sin enfermar. El provecho que he sacado de la filosofía
es poder conversar conmigo mismo, y hacer de buena voluntad lo que otros hacen
por fuerza.»[1]
DIÓGENES
DE SÍNOPE (412 a. C.-
323 a.C.)
Filósofo griego, llamado
también “Diógenes El Cínico”, sostuvo que todo lo natural no es deshonroso ni
indecente, y por lo tanto debe hacerse en público, y que todas las convenciones
opuestas a estos principios deberían ser desechados, no tomados en cuenta.
Diógenes de Sínope cayó en el ascetismo y en el cosmopolitismo.
Crates de Tebas fue esposo de la filósofa Hiparquia, discípulo de Diógenes de Sínope, maestro de
Zenón de Citio, seguidor de la escuela cínica. Lo llamaban “El Filántropo” y
“El abrepuertas” (“porque se entraba en todas las casas para dar correcciones”
según Diógenes Laertes) y “El genio bueno” por su capacidad resolutiva de
problemas ajenos y su calidad humana. Escribió importantes obras literarias en
verso. Predicaba la autarquía, la sencillez, el sarcasmo y la ironía. Nació en
el seno de una familia acomodada, supo desprenderse de sus recursos económicos
y bienes para dedicarse a la filosofía de los cínicos y adoptar la vida de
mendigo. En Crates “se originó el
movimiento del que surgió el estoicismo”.
ESCUELA FILOSÓFICA
ELÍACO-ERETRÍACA
La escuela filosófica socrática elíaco-eretríaca ha
sido fundada por Fedón de Elis, discípulo de Sócrates. Existió en los siglo
IV-III a.C., se especializó en asuntos éticos. Tuvo por representantes a Fedón
de Elis, Menedemo de Eretria, Angipilo y Asclepíades.
FEDÓN DE ELIS
Fedón, filósofo griego, nació en Elis, al noroeste del
Peloponeso; es autor de los diálogos
"Zopiro” y “Simón".
Durante la guerra entre Esparta y Elis (401-400 d.C.),
fue hecho prisionero y vendido como esclavo de guerra y llevado a Atenas, pero
fue posteriormente rescatado y logrado su libertad por el amigo adinerado (Alcibíades
o Critón) a gestión expresa de Sócrates.
Contribuyó a divulgar y defender el pensamiento de
Sócrates. Integró el grupo selecto de amigos y discípulos de Sócrates que
estuvo cerca de él hasta el último día
de su vida y presenció su muerte; estuvieron presentes, además, Critón, Euclides
de Mégara, Antístenes, Simmias, Cebes y Jantipa (esposa de Sócrates), entre otros;
no asistió Platón.
“Fedón
o Sobre el alma es un diálogo
platónico que relata las últimas horas de vida de Sócrates, antes de cumplir la
condena a muerte que la ciudad de Atenas le impuso. Platón utiliza estos hechos
para exponer su teoría de las Ideas, su teoría de la reminiscencia, la teoría
de la metempsicosis y para defender su teoría sobre la inmortalidad del alma”.[2]
MENEDEMO DE ERETRIA
Preguntándole
uno si era conveniente el que un sabio se casase, le respondió: «¿Tú me tienes
a mí por sabio o no?» Y diciendo que sí, concluyó: «Pues yo soy casado»… No habiendo podido reformar el lujo de la
mesa de uno que solía convidarlo a comer, otra vez que lo llamó nada le dijo sobre
ello, pero reprendió tácitamente el exceso, comiendo sólo hierbas.[3]
ESCUELA FILOSÓFICA CIRENAICA
La escuela filosófica cirenaica aboga por la felicidad
como el verdadero bien del hombre (placer sensitivo) y sostuvo que la virtud
reside en el placer o deleite prudente, sin ser esclavo del goce. Su doctrina
se conoce con la denominación de hedonismo.
Su fundador fue Aristipo de Cirene, fundador de la escuela de Cirene o escuela
cirenaica en el siglo V a.C.
Los cirenaicos abordaron temas y problemas fundamentalmente
éticos; eran sensualistas al considerar a los sentidos como la única fuente de
conocimiento y sostuvieron que no hay más conocimiento que el conocimiento
individual, el único criterio de verdad se halla en las emociones internas y
para ellos no existe ningún Dios en el universo; el bien mayor se identifica
con el placer espiritual; reemplazaban el bien y el
mal por el placer y el dolor; el hombre bueno es el procura obtener el máximo de placer y
el mínimo de dolor; colocaban los intereses personales por encima de los
intereses sociales: todo conocimiento es relativo; el fin del hombre es la
felicidad y este consiste en el placer.
La escuela cirenaica, con el correr del tiempo se
dividió en varias ramas: cireneos (seguidores de Aristipo), hegesíacos
(seguidores de Hegesías), anicerios (seguidores de Aníceris) y teodorios
(seguidores de Teodoro, el Ateo).
ESCUELA FILOSÓFICA MEGÁRICA
Euclides, tras la muerte su maestro Sócrates, vuelve a
su ciudad natal Mégara, y funda una escuela filosófica en el siglo IV a. C.
La escuela filosófica megárica amalgama las ideas
morales de Sócrates como las ideas abstractas de los eleáticos, de Parménides,
principalmente. En esta escuela se debatía permanentemente sobre el arte de
discutir o erística, como una rama de
la dialéctica.
“La erística fue decayendo hasta convertirse en
una verborrea sin sentido, usando silogismos como:
"Tú tienes lo que no has perdido. Tú no has perdido nada, luego tú no
tienes nada"[4], o
usando el “Argumento del Cornudo”: “Tú tienes lo que no has perdido. No has
perdido los cuernos, luego tú tienes cuernos”.
Destacaron por su predilección para elaborar paradojas
( por ejemplo, las de El mentiroso, la de Elena, la del
calvo o sorites y la del cornudo), por su elocuencia lógica, por su afición a
las disputas dialécticas y por el dominio de la lógica proposicional.
Son representantes de la Escuela megárica: Euclides de
Mégara y Eubúlides de Mileto, Estilpón, Alexio de Elea y Diodoro Crono.
Los megáricos, conocidos también como los “dialécticos”
o los “erísticos”, utilizaron como método filosófico la dialéctica y la heurística
y dieron lugar a la doctrina filosófica conocida con la denominación de megarismo.
Cicerón, Académicos primeros II.42.129 (SSR
II.A.31, FS 84): "La escuela de los megáricos fue
célebre. Su iniciador, según lo que he leído, fue Jenófanes, a quien mencioné
antes, luego lo siguieron Parménides y Zenón (por quienes, luego, esos
filósofos fueron llamados 'eleáticos'), después Euclides de Mégara, el
discípulo de Sócrates, a partir de quien se les dio nombre a los megáricos.
Decían que es bueno sólo lo que es uno, siempre similar e igual a sí mismo.
También tomaron mucho de Platón."
Los rasgos más notables
de esta escuela muy marcados por su fundador son[5]:
- La influencia eleata en la ontología y
epistemología. El ser es uno, eterno, inmutable e indivisible, el
movimiento es ininteligible, dada la plena actualidad del ser, al conocimiento
del ser se llega exclusivamente por la razón y no por sentidos.
- El influjo socrático en ética. La
preocupación moral de los megáricos proviene de su contacto con Sócrates.
Identificaron el bien socrático con el ser parmenideo.
- Lógica. Las preocupaciones lógicas de
los megáricos les llevaron al planteamiento de una serie de problemas que
suponen una importante contribuciones al desarrollo de la lógica,
principalmente:
La formulación de interesantes paradojas lógicas y semánticas, la consideración de algunas nociones modales en lógica, y algunos planteamientos sobre la naturaleza de los enunciados condicionales. Aunque mostraron un excesivo interés por la erística. La lógica megárica fue la base para el posterior desarrollo de la lógica estoica, impulsada principalmente por Crisipo.
La formulación de interesantes paradojas lógicas y semánticas, la consideración de algunas nociones modales en lógica, y algunos planteamientos sobre la naturaleza de los enunciados condicionales. Aunque mostraron un excesivo interés por la erística. La lógica megárica fue la base para el posterior desarrollo de la lógica estoica, impulsada principalmente por Crisipo.
- Combinación de eleatas y Sócrates. Se
puede apreciar la influencia de la escuela eleática, a la que había pertenecido
Euclides antes de ser discípulo de Sócrates. La unidad absoluta del ser,
identificado con el bien, fuera del cual nada real existe, constituye uno de
los principios de esta escuela, que precisamente por esto se vio obligada a
buscar recursos en la dialéctica o la sofística, con el fin de defender dicha
doctrina, como antes hicieron los eleáticos. Por su raíz socrática, buscaban la
verdad, entendida como el bien, más allá de lo inmediatamente presente. Combinando
ambas ideas, identificaron el bien de Sócrates con lo uno e inmóvil de
Parménides y lo denominaron "dios", "sabiduría" o
"entendimiento". Para ellos, el ser inmóvil del que habla Parménides
es el mismo bien del que hablaba Sócrates.
EUCLIDES DE MÉGARA
Euclides de Mégara sostuvo que sólo existe un bien; la
verdad (el entendimiento o Dios). La virtud única y una es el conocimiento del
bien.
Para divulgar y defender sus tesis utilizó el método
dialogado y el método erístico. Es autor de seis diálogos: Lamprias, Esquines,
Fénix, Critón, Alcibíades y Amatorio.
Se opuso a la dialéctica de Platón, pero seguía el pensamiento
de Sócrates. Estudioso de las obras de Parménides, supo combinar el pensamiento
de Parménides con la ética de Sócrates, identificando el Uno de Parménides con
el Bien socrático y la unidad con la virtud.
EUBÚLIDES DE MILETO
Eubúlides de Mileto (450-380 a. C.), fue maestro de
Apolonio Crono y Eufanto, inventó en la
dialéctica diversas formas de argumentos engañosos: el mentiroso, el
escondido, el electra, el encubierto, el montón o sorites, el
cornuto y el calvo.
El argumento denominado “Mentiroso” se resumía así: Se
pregunta si miente o no uno que dice que miente. Si se dice que miente es
falso, porque no miente al decir que está mintiendo. Si se dice que no miente
también es falso, puesto que él mismo afirma que miente.
La paradoja del montón o sorites (basada en
que, si unos pocos granos de arena no forman un montón, y si añadimos un grano
más tampoco; cómo es posible llegar a algo que sí llamamos montón); la paradoja
del pelado (parecida a la anterior, pero basada en el desconocimiento en que arrancar
un pelo de una cabellera convierte al sujeto en calvo).[6]
ESTILPÓN DE MÉGARA
Estilpón de Mégara (360-280 a.C.), filósofo griego, de
carácter sencillo, gran dominador de la erística, elocuente político, muy
versado en la controversia, discípulo de Diógenes de Sínope y maestro de Zenón de Citio, y representante
de la escuela megárica.
Es autor de nueve diálogos cuyos títulos son: Mosco,
Aristipo, Tolomeo, Querécrates, Metrocles, Anaximenes, Epigenes, A su hija y
Aristóteles.
En cierta oportunidad llegó a atraer la atención de
muchos hombres atenienses, a tal punto que cuando uno de ellos le dijo: «¡Oh
Estilpón, se admiran de verte como de un animal!», muy orondo respondió: «No es
así, sino de ver un verdadero hombre».
Según Estilpón de Mégara la felicidad se consigue a
través de la supresión de las necesidades y mediante la indiferencia de los
bienes externos. La felicidad se funda en la sabiduría y la virtud.
DIODORO CRONOS
Llamado el “dialéctico”; Nació en Isos (Asia Menor), vivió
en la corte de Alejandría durante el reinado de Ptolomeo I, “admitió que las
cosas que llenaban el espacio se podían descomponer en infinito número de
partículas acercándose a las teorías atomistas de Demócrito”[7].
Fue filósofo, lógico, dialéctico y tuvo por discípulo a
Arcesilao y Zenón de Citio, este último llegó a ser el fundador del estoicismo.
“Su aportación más decisiva a la historia de la
filosofía se produjo en el ámbito de la lógica, donde se opuso a la noción de implicación defendida por Filón de Mégara y postuló la
llamada implicación diodórica: dados dos
enunciados p y q, p implica q si, y sólo si,
para cualquier tiempo t no es posible que p sea verdadero
y q falso”[8].
ESCUELA FILOSÓFICA DE PLATÓN
La escuela de Platón se instaló en el jardín del héroe
Academos, de donde proviene el nombre de “Academia”, y a las que asistían
mujeres vestidos de hombres para poder escuchar las discusiones filosóficas que
estaban reservadas solamente para el sexo masculino.
LA ESCUELA FILOSÓFICA DE
ARISTÓTELES
El “LICEO” (LYKEION), era un gimnasio situado en las
cercanías del templo de Apolo Licio, en Atenas, poseía un jardín que tenía una especie de peristilo o galería
cubierta y rodeado de árboles, fue conocido también con la denominación de Escuela Peripatética, nombre probablemente
tomado del griego peripatein que significa “pasear” o “caminar”, lugar
donde Aristóteles solía enseñar, dialogar o discutir paseando con sus
discípulos.
Aristóteles abordaba temas y problemas diversos
relativos a la lógica, metafísica, ética, filosofía, política y física.
Con la denominación “peripatéticos”, es decir, “los que pasean”, “los que caminan”, “los itinerantes”, eran llamados los alumnos y
seguidores del filósofo griego Aristóteles. Y a la escuela se le llamó Peripatos (o “paseo cubierto” ). La
escuela se dedicó a vulgarizar el pensamiento de su fundador y a las
investigaciones naturalistas, científicas y filosóficas. Esta escuela existió
casi mil años (hasta 529 después de Cristo) y se había convertido en la escuela
emblemática de la ciencia grecorromana en la que se desarrollaban las clases
formalmente, se discutía con libertad de pensamiento y expresión para favorecer
la crítica y la originalidad; se promovía el entrenamiento físico y mental, la
estimulación intelectual y la práctica de los principios y valores éticos, se comentaban textos de obras de autores notables, se emprendieron la tarea de compilar
las 158 constituciones griegas y se promovían el cultivo de las ciencias
retóricas, prácticas y poéticas.
La organización del liceo. “En el Liceo, el sistema
de enseñanza es distinto que en la Academia. Por la mañana se impartían
clases científicas o akroáticas, de carácter teórico y de mayor
dificultad; eran dirigidas a los estudiantes de la escuela. Por la tarde, Aristóteles
impartía conferencias de retórica o sobre temas de interés más general,
dirigidas a un público más amplio y llamadas por ello exotéricas. El alcance de
las enseñanzas aristotélicas es más amplio que en el caso de la Academia,
centrada está en lo más abstracto del conocimiento matemático. En el Liceo
empiezan a esbozarse las estructuras de las modernas universidades, donde
los estudiantes trabajan en equipos de investigación, clasificación,
catalogación, etc. Sistema didáctico.
El sistema didáctico de Aristóteles era el siguiente: 1. exposición de una
materia determinada, 2. discusión acerca de lo tratado, 3. anotación de los
conocimientos adquiridos, notas que se recopilaban en monografías o
tratados. Aristóteles solía reexplicar una materia dada después de pasado
un tiempo. Esta materia sufría, pues, una revisión. Se dice que muchas de
sus obras no son más que una recopilación de apuntes revisados muchas
veces a lo largo de la vida docente de Aristóteles”[9].
En esta escuela, según Aristóteles, “La duda es el principio
de la sabiduría”, “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”, “El sabio
siempre piensa todo lo que dice” y “El verdadero discípulo es el que supera al
maestro” y “La filosofía es la ciencia de las primeras causas y principios”.
“Se sabe que la biblioteca del Liceo sirvió de modelo
para las que después se fundaron en Pérgamo y Alejandría” refiere Mariano Nava
Contreras, profesor de la Universidad de Los Andes, en su artículo “El Liceo de
Aristóteles” (https://clasicos.hypotheses.org/1188).
El 1° de marzo del año
86 a.C., el lugar físico de la escuela filosófica El Liceo fue destruido por
Sila en su ataque a Atenas.
“En el año 529 d. C., y en nombre de la
religión cristiana, el emperador Justiniano cerró la escuela ―y todas las
escuelas filosóficas griegas”.[10]
Miembros de la Escuela
Esta escuela fue creada por Aristóteles a su retorno a Atenas
en el 335 a.C. Eran miembros de esta escuela filosófica: Teofrasto de Lesbos, Aristoxeno, Sátiro, Eudemo de Rodas, Estratón de Lámpsaco
y Andrónico de Rodas.
TEOFRASTO DE LESBOS
Filósofo
peripatético y botánico, su verdadero nombre era Tirtamo pero su gran amigo
Aristóteles lo llamó Teofrasto que quiere decir “de habla o estilo divino”. Es cofundador y sucesor en la dirección de la
escuela, habiendo regentado El Liceo y la custodia de la Biblioteca durante más de 30 años y llegando a tener
considerable número de estudiantes. Escribió Caracteres, un libro
de 30 bocetos éticos; escribió también sobre botánica, particularmente sobre Historia de la física, Historia de las plantas y Etiología de las plantas, Opiniones físicas en 18 libros, Sobre la sensación, Metafísica. Es considerado el “padre de la botánica”.
“Los Caracteres constituyen una especie de galería de
retratos morales esbozados muy rápidamente en un estilo elegante pero tan
sencillo que resulta monótono, y revelan una penetración muy sutil de la
naturaleza humana. Cada retrato tiene su punto de partida en una definición de
un defecto moral, definición rigurosa, neta y simple, según el canon
aristotélico. Los tipos psicológicos descritos son treinta; entre los
principales se notan el hipócrita, el adulador, el charlatán, el rústico, el
complaciente, el cínico, el tacaño, el desvergonzado, el falto de tacto, el
meticuloso, el bobo, el grosero, el desconfiado, el sarcástico, el mezquino, el
jactancioso, el orgulloso, el cobarde, el maldiciente, el aprovechado”[11].
En su testamento Aristóteles lo nombró a Teofrasto de Lesbos
como “tutor de sus hijos, legándole su biblioteca y los originales de sus
trabajos y designándolo como su sucesor en el Liceo con
su propia separación a Calcis.”[12]
.
EUDEMO DE RODAS
(370-300 a.C.)
Filósofo
peripatético, nacido en la isla de Rodas, discípulo de entera confianza y gran
colaborador de Aristóteles, es considerado por la crítica especializada como
primer historiador de la ciencia, se
interesó fundamentalmente por los aspectos éticos del aristotelismo; escribió
las obras Historia de la teología, Historia de la Aritmética, Historia de la Astronomía. Es fundador de
una escuela filosófica. Editó la obra de su maestro Aristóteles.
ESTRATÓN DE LAMPSACO (340 a. C. a 268 a. C)
Filósofo peripatético,
sucedió a Teofrasto en la dirección del Liceo por 18 años, entre
los años 288 a 270 a.C, ; fue llamado “el físico”;
dedicóse a la investigación de las
ciencias naturales, defendió el mecanicismo en la naturaleza, rechazó
la existencia del quinto elemento de
Aristóteles, negó la existencia de una divinidad trascendental al afirmar que
No hay más Dios que la naturaleza; recurrió a experimentos físicos y
experiencias sistemáticas para estudiar los fenómenos de la naturaleza;
propuso y defendió una concepción unitaria
del mundo regido por la gravedad.
ANDRÓNICO
DE RODAS
Vivió
en el siglo I a. C., es el undécimo director de la escuela filosófica Liceo y que estuvo al frente durante 31
años (78-47 a. C.).
A
partir de una selección rigurosa de
originales por parte del gramático y bibliotecario Tiranión, el filósofo
peripatético Andrónico de Rodas se encargó de
revisar, compilar, organizar, clasificar, ordenar por materias y realizar la
primera edición crítica y completa de los libros de Aristóteles, incluyendo
cuadros e índices y que las enriqueció con valiosos comentarios. Además
Andrónico de Rodas elaboró el catálogo de todos los escritos de Aristóteles y
la división entre escritos exotéricos y escritos esotéricos, y escribió un
volumen conteniendo el testamento y parte de la vida y el pensamiento de
Aristóteles.
Cuando
la obra de Aristóteles llegó a manos de Andrónico de Rosas, éste encontró que muchos
escritos respecto a una "próte philosophía" o filosofía primera carecían de título explícito y había que ponerlo
un título. Y determinó que se llamaría Metafisica y que van después o más allá de la Física, de
lo sensible, de la naturaleza (“meta”, más allá), al encontrarse después de los
ocho libros de Física.
“La edición de Andrónico – refieren Ruiza, Fernández y Tamaro- comprende
los escritos sobre lógica, llamados más tarde Organon;
los que integran las ciencias de la naturaleza: Física, Investigación de los animales, Del cielo, De los fenómenos celestes y Del alma; el grupo de escritos metafísicos que
componen los trece libros de la llamada Metafísica; el
grupo de textos sobre ética y política: la Ética a Eudemo,
la Ética a Nicómaco y la Política; y los tratados sobre estética: la Retórica y la Poética. Se debe a
Andrónico la famosa división entre escritos exotéricos (para el público en
general) y acromáticos (para uso interno de los alumnos del Liceo), con la
consiguiente leyenda de la doble doctrina, y también el nombre de los libros
de Metafísica: «los que van después de la Física» (ta metá physiká). Preparó asimismo la edición crítica
de la obra de Teofrasto, el
principal discípulo de Aristóteles”.[13]
ARISTÓXENO DE TARENTO
Aristóxeno o Aristógenes de Tarento (354-300
a.C.), filósofo peripatético,
músico y teórico de la música, era más conocido como “el músico”, el más importante
e influyente de la antigüedad. Nació en la villa de Taras, al sur de Italia. Discípulo
de Sócrtates y de Aristóteles; estudioso de la filosofía, ética y música, y según
la antigua enciclopedia Souda (s. X), escritor prolífico, llegó a escribir 453
libros sobre temas diversos: biografía, filosofía, música, teología, historia, ética,
etc., de las que sólo se conservan algunos de ellos,
Elementos de armonía y Elementos de la rítmica, biografías de Pitágoras, Árquitas, Sócrates y
Platón, Misceláneas de los convites.
SÁTIRO DE
CALATIS
Filósofo peripatético e historiador,
probablemente vivió a finales del siglo III a.
C. es autor de muchas obras, entre ellas, sobre Alejandría, Los Caracteres, y Vidas, esta última contiene biografías sobre personajes destacados: Alcibíades, Demóstenes, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Pitágoras, Empédocles, Anaxágoras y Sócrates.
[1]
Francois Fénelon “Compendio de las vidas de los filósofo antiguos”.
Antístenes. https://www.e-torredebabel.com/Biblioteca/Fenelon/vida-antistenes-fenelon.htm
[2]
Fedón o Sobre el Alma. https://filoranca.files.wordpress.com/2011/10/presentacion.pdf
[3]
Diógenes Laercio. Vidas, opiniones y
sentencias de los filósofos más ilustres. Biografía de Menedemo. https://www.e-torredebabel.com/Biblioteca/Diogenes-Laercio/Vida-Filosofos-Ilustres-Menedemo.htm
[9] Filosofía
para la buena vida. Blog de filosofía y ciencias humanas de Josep Pradas. El Liceo, escuela de Aristóteles. http://phylosophyforlife.blogspot.com/2016/01/el-liceo-escuela-de-aristoteles.html
[10]Filosofía
griega. Aristóteles. https://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiagriega/Aristoteles/Liceo.htm
[11] Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia
de Teofrasto. En Biografías y Vidas. La
enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).
Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/teofrasto.htm el 29 de abril de 2020.
[13] Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E.
(2004). Biografia de Andrónico de Rodas. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado
de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/andronico_de_rodas.htm el 30 de abril de 2020.