EL PERIODISTA PROFESIONAL Y SUS CUALIDADES EN UNA SOCIEDAD DE PERMANENTES CAMBIOS
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
En una sociedad de permanentes cambios, el periodista
profesional debe tener cuando menos las siguientes cualidades: Veracidad,
proceder leal, adaptación a las circunstancias, amor, independencia de juicio,
dotes de maestro, sentido histórico, sentido del público, responsabilidad,
vocación, imparcialidad y especialización.
VERACIDAD
Por estricta
consideración a la buena fe del público, el periodista profesional está
obligado a ser veraz, escrupuloso o exacto. Debe dar una información y un
comentario crítico inteligente, amplio y veraz de los acontecimientos del día
en un contexto que les dé sentido. Debe decir claramente cuando un suceso es un
suceso y cuando una opinión es una opinión, debe separar las noticias de las
opiniones, es decir debe informar objetivamente y sin comentario de lo
acontecido.
El periodista
profesional da un informe exacto sobre una afirmación o declaración hecha por
el personaje que hace noticia, informa la verdad sobre los motivos del
personaje y de la situación política en la cual hizo su declaración. Las
noticias los transmite con veracidad y justicia, sin tendencias.
Para el
periodista profesional los encabezados de los artículos deben estar
perfectamente justificados por el contenido real o verdadero de los hechos
ocurridos. Jamás debe presentar acontecimientos novelescos o imaginarios, como
una transmisión o anuncio noticioso verídico.
PROCEDER LEAL
El periodista
profesional no debe publicar acusaciones extraoficiales que afecten la
reputación, el carácter moral, sin dar
oportunidad al acusado o agraviado de ser escuchado o de asumir su apología o
réplica. Confiere la oportunidad para que la persona agraviada o perjudicada
con un determinado comentario efectúe los respectivos descargos. Siempre está dispuesto a aceptar y corregir sus
errores cometidos, tanto a nivel de exposición de un hecho como de opinión o
crítica. No invade los derechos, sentimientos o fueros privados.
ADAPTACIÓN A LAS CIRCUNSTANCIAS
El periodista
profesional, una vez tomado la decisión de trabajar en una determinada empresa
periodística, deberá sentirse a gusto en los ambientes, escenarios y
situaciones donde labore o cubra información, actuando con espíritu de
integración, de unidad, y deberá actuar con buen tino, humor y calma,
adaptándose hábilmente al medio.
AMOR
Sólo el amor
puede satisfacer la gran generosidad y entrega hacia el público que exige el
ejercicio del periodismo. Si el periodista profesional no ama al público, si no
llega a comprender sus sentimientos, intereses, motivaciones, conducta y
aspiraciones muy poco podrá hacer y contribuir con la sociedad y sus
semejantes.
El amor es el
camino de la eficacia y efectividad, de la comprensión y confianza, de la
credibilidad y del respeto mutuo, de la buena imagen que se mantiene en pie.
Ese amor no debe ser abstracto, ideal o utópico, por el contrario debe ser
concreto, real, basado en los hechos.
INDEPENDENCIA DE JUICIO
Esta cualidad
es importante para que el periodista no caiga en el proselitismo partidista ni
mucho menos en el sectarismo político. La independencia de juicio es necesaria
en un periodista para ser dueño y responsable de lo que piensa, escribe, dice,
comenta, critica o hace.
La
independencia de juicio le dará autoridad a lo que escribe y comenta, le hará
dueño de sus propios pensamientos y le protegerá de los intereses subalternos,
de la consigna, la cólera, el panegírico y de espíritus de sumisión o
vasallaje. Así no podrá caer fácilmente en “la voz del amo” ni ser utilizado
por los grupos de presión y grupos de poder.
La promoción
del interés privado que se oponga al interés general o al bienestar colectivo,
no es propio de un periodista honesto y serio, como tampoco lo es el partidismo
en el comentario editorial.
DOTES DE MAESTRO
El periodista
profesional tiene cualidades de un
maestro, pues sabe cómo llegar bien al público, que es el discípulo.
Como maestro sabe discernir lo bueno de lo malo y de lo feo de la noticia, sabe
tamizarlo adecuadamente. Sabe ilustrar y forjar opinión, recrear y culturizar a
las masas, es capaz de moldear conductas positivas, de sugerir planteamientos
de solución a los problemas de la vida práctica y en sociedad, es capaz de
aclarar y rectificarse según los casos a fin de no defraudar la confianza
depositada en su persona por el receptor.
En cuanto
maestro, el periodista es capaz de percibir irregularidades y de exponerlos
claramente sin disimulos ni componendas. Es capaz de decidirse entre las
opiniones diversas con la de justo medio.
SENTIDO HISTÓRICO
Es propio de
un periodista profesional ser capaz de avizorar el futuro y de proyectarse a
las consecuencias que arrojaría un determinado hecho, sabiendo pasar de los
accidentes a lo substancial en sus utilidades prácticas del mañana.
A un
periodista profesional con sentido histórico no le es difícil sortear los
peligros presentes y orientarse con firmeza hacia el provenir, reteniendo lo
anecdótico, sobreponiéndose a la pasión subalterna y la lucha doméstica, que
por demás enturbian y obstaculizan la claridad meridiana.
SENTIDO DEL PÚBLICO
El periodista
profesional, imbuido de los conocimientos que provienen de la psicología
general, psicología social y psicología
de la comunicación, conoce muy bien a su público en cuanto a sus deseos,
intereses, necesidades, inquietudes, aspiraciones, manías, reacciones y sabe
cómo llegar hacia ellos con el mensaje adecuado y oportuno a través de un
medio, fomentando la participación del pueblo en la formulación de alternativas
de solución a sus problemas.
RESPONSABILIDAD
El
periodista profesional en el ejercicio
de sus funciones asume gran responsabilidad ética, moral y social. Es
responsable de lo que dice, de lo que deja de decir, de lo que hace y de lo que
deja de hacer. Es responsable ante su conciencia, ante el público, ante la
profesión y ante la sociedad.
La
responsabilidad supone que el periodista profesional debe estar siempre bien y
oportunamente informado de cuanto ocurre en la sociedad, para demostrar al
público un conocimiento cabal de su profesión y cumplir éticamente su función.
Periodista
profesional que usa un medio de comunicación para fines subalternos, egoístas e
indignos, para promover el enfrentamiento entre gobernantes y gobernados, para
desestabilizar el sistema democrático, para dividir la familia y atentar contra
la paz deviene en infiel a la confianza que le ha depositado el público, pues entonces
ha equivocado de profesión y se ha convertido en un irresponsable más como de
los tantos que existe en las demás profesiones.
VOCACIÓN
La vocación es
la preferencia que inclina e impulsa al periodista hacia una tarea exclusiva,
que compromete la totalidad de su vida. La vocación viene a ser la inclinación
que tiene el periodista por la profesión que abraza, vocación que está
respaldada por dotes o aptitudes, habilidades, capacidades, rasgos especiales
para ejercer el periodismo en las mejores condiciones posibles.
A ese
permanente aguijoneamiento de la conciencia, del pensamiento y sentimiento del
periodista, que le conduce a esforzarse en todo lo posible para cumplir a
cabalidad sus funciones, se le conoce con el nombre de vocación
periodística.
La vocación
focaliza la vida del periodista, enriquece su misión histórico-destinal,
contribuye al cumplimiento de sus funciones cotidianas con la mayor eficiencia
y le permite superar los obstáculos para cumplir su cometido. Por su vocación
el periodista hace las cosas de la mejor manera, se constituye en paradigma
para los demás. Por su vocación el periodista hace de la profesión el ideal
permanente de una vida renovada, constructiva y progresista.
IMPARCIALIDAD
El periodista
profesional procura ser en todo orden de cosas imparcial. Imparcial en lo que
dice y escribe, en sus juicios de valor, en sus comentarios y análisis
críticos. Imparcialidad que implica la realización de informes noticiosos
exentos de opiniones o tendencias de cualquier orden.
ESPECIALIZACIÓN
El periodista
profesional debe hacerse un examen general del campo en que intente
especializarse. Por ejemplo en: espeleología, vulcanología, turismo, filatelia,
diagramación, política, teatro, bellas artes, espectáculos, deportes. Y al
hacer su elección ha tenido que evaluar sus puntos de interés e inclinaciones,
sus habilidades y destrezas, sus capacidades en determinada área del periodismo
moderno para poder hablar y escribir de algo que realmente conoce en
profundidad.
"La
preparación del especialista, por consiguiente - expresa E. Frank Caudlin-,
nunca llega a darse por terminada completamente. Tiene que estar al día en todo
lo que se refiere a su especialidad, estudiando las más sobresalientes
publicaciones y revistas especializadas, asistiendo a conferencias, reuniones,
actos sociales, representaciones públicas, competencias deportivas, según el
caso, mezclándose y cambiando impresiones con quienes son reconocidos expertos
en la materia; leyendo los libros de reciente lanzamiento y formando su propio
juicio y dando sus ideas personales. Al cabo del tiempo podría suceder que en
vez de que él tenga que consultar a otros, sean otros quienes le consulten;
cuando esto empiece a suceder, podrá ya afirmarse que habrá ganado con todos
los honores el título de experto".