Artículos periodísticos y de investigación

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20 de junio de 2019

SEGÚN LA TEORÍA DEL HISTORICISMO NO EXISTE LA NATURALEZA HUMANA


SEGÚN LA TEORÍA DEL HISTORICISMO NO EXISTE LA NATURALEZA HUMANA

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

De acuerdo con esta dirección filosófica no existe la naturaleza humana. El hombre es un ser relativo que es juzgado sobre la base de la época histórica en que vive, y no se puede aplicar a la historia leyes similares a las que gobiernan las ciencias físicas. Los sucesos o hechos humanos, en proceso de espiritualización o des-espiritualización, constituyen historia. El ser humano es fundamentalmente histórico, tiene conciencia de su razón de ser en un determinado espacio y tiempo histórico, tiene conciencia de su historicidad.

Los actos humanos tienen significación histórica en la medida en que favorece la libertad creadora del hombre,  desarrollan un conjunto de valores: sociales, culturales, religiosos, espirituales y éticos.

Dilthey, el filósofo más importante del movimiento historicista, manifiesta que la vida humana está condicionada históricamente por el tiempo y por el pasado, consecuentemente «sólo la historia puede decirnos qué es el hombre». La realidad y la vida humana son un complejo de relaciones histórico-vitales: «Cuanto el hombre es, lo experimenta sólo a través de la historia». «Cada miembro de la familia tiene un puesto determinado en su vida, y todo lo que lo rodea es entendido por él como vida y espíritu que se ha objetivado allí...»

Precisa Dilthey que no es posible llegar a comprender al hombre considerándolo sólo como objeto natural (biológico y psíquico) porque su naturaleza biológica y psíquica es la misma de los demás eres. Lo que le diferencia es su vida espiritual; y ésta no es biológica ni psíquica, sino esencialmente histórica: la historicidad es la nota constitutiva del espíritu.  

Las ciencias que estudian la existencia humana se denomina «Ciencias del Espíritu». la vida humana es una estructura cuya substancia es el tiempo histórico. «Estructura», «evolución» e «historicidad» son las categorías con las que operan la gnoseología de las Ciencias del Espíritu.

El método de las Ciencias del Espíritu es la comprensión histórica de la vida humana actual o pretérita, a este método lo denomina «método hermenéutico». La vida humana tiene un fin, no es un agregado de solo causa y efecto. Y, comprender, es «revivir» (volver a vivir) las vivencias de un espíritu o alma individuales y concretos partiendo unitariamente de los propósitos y objetivos que motivaron su conducta.     

Pero entender un hecho espiritual no por las causas sino por los motivos, por los propósitos y los objetivos que lo determinaron, es reconstruir un acontecimiento peculiar y único; significa hacer la historia del hecho, si entendemos por historia el revivir y explicar el pasado tomando en cuenta el sentido, valor e importancia de los acontecimientos.

Justamente, porque estamos condicionados históricamente por el tiempo y por el pasado «sólo la historia puede decirnos qué es el hombre», la historia que vive en nosotros «como la melodía de nuestra vida».

Raymond Aron llegó a decir que “El hombre no está solamente en la historia, sino que lleva consigo la historia que él explora”

No es posible llegar a comprender al hombre considerándolo sólo como objeto natural (biológico y psíquico) porque su naturaleza biológica y psíquica es la misma de los demás seres. Lo que le diferencia es su vida espiritual; y ésta no es biológica ni psíquica, sino esencialmente histórica; la historicidad es la nota constitutiva del espíritu. Al respecto Spirkin manifiesta en la obra El origen de la conciencia humana: “La conciencia del hombre contemporáneo es producto de la historia. Sus peculiaridades no son inmutables. Se han formado históricamente y se han ido transformando en el proceso del desarrollo histórico…”


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