A LOS 100 AÑOS DE LOS CUATRO HECHOS HISTÓRICOS DEL
APRISMO OCURRIDOS EN EL AÑO DE 1923
Del libro: "El Aprismo según Haya de la Torre / Filosofía, Ideología y Doctrina" (Toronto, Canadá, 2021, pp.96-101)
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
Hace 100 años, en 1923, ocurrieron cuatro hechos históricos en un
mismo año. El pueblo aprista peruano e indoamericano no olvida: 1.
El bautizo de fuego de los líderes del APRA, sellándose con sangre la alianza
obrero-estudiantil. 2. El líder y fundador del Apra, Víctor Raúl Haya de la
Torre, cae prisionero. 3. Se efectúa el primer paro general de trabajadores
en el Perú. 4. Haya de la Torre es deportado a Panamá.
1. EL BAUTIZO DE FUEGO DE LOS LÍDERES DEL APRA
“Haya de la Torre en 1923 era un fiel representante del espíritu de las nuevas generaciones nacidas en torno del movimiento reformista universitario. En su ideario se conjugaban de diversas maneras arielismo, juvenilismo, latinoamericanismo y las expectativas de unidad obrero-estudiantil. Lo que diferenciaba al reformismo peruano era el espíritu de confrontación que animaba a sus militantes, quienes se mostraban más dinámicos en la organización y movilización que sus pares de otros países, abocados principalmente a iniciativas de renovación cultural. Ese espíritu de confrontación surgía del enfrentamiento con un gobierno al que los estudiantes caracterizaban como una continuidad del viejo Partido Civil de la oligarquía peruana. En 1923 los dirigentes estudiantiles tuvieron un fuerte protagonismo en una movilización conjunta con obreros en oposición al gobierno de Augusto Leguía. El saldo de la represión contra las protestas fue un estudiante y un obrero asesinado y el comienzo de las persecuciones contra los dirigentes que habían participado de la movilización. Desde ese momento muchos militantes estudiantiles peruanos partieron al exilio. Entre ellos se encontraba Haya de la Torre quien, luego de breves escalas en Panamá y Cuba, se instaló junto a Vasconcelos en México”, refiere Leandro Sessa, doctor en Historia y profesor adjunto en la cátedra de Historia Social Latinoamericana en la Facultad de Humanidades Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina (http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.8228/pr.8228.pdf).
El primer hecho histórico acontece el 23 de mayo de
1923, cuando el dictador Augusto B. Leguía (1919-1930) expide un decreto
supremo consagrando a la República del Perú el Sagrado Corazón de Jesús.
Ante esta decisión de Leguía, los estudiantes
universitarios apoyados por los obreros y campesinos y la militancia del
Partido Aprista Peruano acordaron protestar públicamente.
La noche del 22 de mayo de 1923, se reunieron en el
local de la Federación de Estudiantes del Perú los delegados de las
Universidades Populares González Prada (U.P.G.P.), para dar los
toques finales al mitin convocado para el siguiente día.
El entonces rector de la
U.P.G.P., Víctor Raúl Haya de la Torre, les dijo: “Mañana vamos a
dar una lección práctica al demostrar que nuestra pedagogía es algo vital. El
que flaquee debe perder su puesto y será castigado. Si yo flaqueo: que se me
castigue o que se me suprima. En esta lección viva nosotros tenemos el deber de
ser los primeros. Mañana vamos al laboratorio de la acción para una gran
experiencia. Si no sabemos conducirla, seremos indignos de ser vuestros
maestros. Vosotros debéis ser dignos discípulos cumpliendo hasta el fin vuestro
deber, y cuidando, con toda energía, de que nosotros lo cumplamos”.
El escritor chileno, Alberto Baeza Flores, al
describir el hecho histórico en su obra “Haya de la Torre y la revolución
constructiva de las Américas” asevera que el régimen de Leguía había iniciado
una “prototípica maniobra de alta demagogia” y para atraerse a la Iglesia
Católica anunció que a ella consagrará la capital del Perú. Refiere asimismo:
“Haya de la Torre se ha educado en un colegio religioso, no es un anti-católico,
pero comprende que se ha de luchar por la libertad de los credos y que la
medida de Leguía es un atentado contra los libre pensadores, los otros credos
religiosos y la libertad de conciencia. Se opone. Tras él los estudiantes y los
obreros. Frente a él: el régimen de Leguía con todas sus fuerzas represivas, la
reacción con toda su propaganda e influencias. Las jornadas son sangrientas. El
régimen de Leguía lanza a la Guardia Republicana y a sus agentes contra los
estudiantes y obreros. En la Universidad de San Marcos se enfrenta Haya de la
Torre a los esbirros: “¡Esta es una casa de la cultura y no una cueva de
bárbaros!”. En las calles hay encuentros sangrientos. Víctor Raúl está en las
calles. El obrero Eduardo Colfer salva a Haya de la Torre de un feroz golpe de
sable de los policías. Haya de la Torre se pone en frente de una manifestación
hacia la plaza de Armas. Lima es una capital de luchas. El régimen de Leguía
tiembla”. (14)
Víctor Raúl al enfrentarse a los soldados les
manifiesta: “Ustedes no son los responsables de las medidas de terror que han
masacrado a nuestros compañeros. El culpable es el sombrío tirano que se
esconde ahí”.
El
23 de mayo de 1923 los universitarios peruanos secundados por los obreros y
campesinos protestan de manera pública y pacífica, desfilando por las calles de
Lima contra la pretendida Consagración de Perú al Corazón de Jesús anunciado
mediante decreto supremo expedido por el presidente Augusto B. Leguía. El Partido Aprista Peruano se opuso inmediatamente
y la protesta estudiantil fue atacada con armas de fuego por la Guardia
Republicana al mando de Rufino Martínez, a las 7:00 de la noche, en la calle de
Huérfanos, hoy cuadra séptima del jirón Azángaro de Lima. Esta jornada, marcó el inicio del Frente
Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales, y según Felipe Cossío del
Pomar: “Fue el 23 de mayo el bautizo de fuego de los líderes del APRA, pero
también lo fue de los “neo-caballeros” de la reacción”.
Percy
Murillo Garaycochea en su obra “Historia del APRA” refiere que frente a estos
luctuosos sucesos “Lo cierto es que la ceremonia fue suspendida y que la enorme
estatua del Corazón de Jesús, que debió erigirse en la Plaza Principal de Lima
y ante quien todo el Ejército, la Marina y los poderes Ejecutivo y Policial, las
cámaras legislativas, todos los funcionarios públicos debían desfilar el día
30, quedose en los talleres donde había sido fabricada”.
Haya
de la Torre llega a México el 16 de noviembre de 1923; aquí el Ministro de
Educación, José Vasconcelos, le recomienda a Haya de la Torre la tarea de
editar a los clásicos de la literatura universal junto con la poetisa chilena
Gabriela Mistral.
José Carlos Mariátegui, en sus Siete
ensayos de interpretación de la realidad peruana, explica la trascendencia
del hecho: “El 23 de mayo reveló el alcance social e ideológico del
acercamiento de la vanguardia estudiantil a las clases trabajadoras. En esa
fecha tuvo su bautizo histórico, “la nueva generación…”
2. EL
LÍDER Y FUNDADOR DEL APRA, VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE, CAE PRISIONERO
El segundo hecho histórico sucede el 2 de octubre
de 1923, cuando por engaño del comisario de Miraflores de la ciudad de Lima,
Haya de la Torre cae prisionero, es reducido al violento silencio y es
conducido a la Isla de San Lorenzo, isla en la que se pudren muchas víctimas,
de todas las clases sociales, arrojadas allí por sospechas o por venganza. En
esta isla Haya de la Torre se declara en huelga de hambre durante 8 días. Los
estudiantes y obreros de Lima, Vitarte, Trujillo y otros puntos del país
levantaron su unánime voz de protesta y de censura al dictador Leguía.
La misma noche en el que a través del voto de los
estudiantes se elegía a Víctor Raúl Haya de la Torre, por segunda vez, para
ocupar el cargo de presidente de la Federación de Estudiantes del Perú, el
líder aprista fue arrestado. Habían transcurrido cuatro meses de la
frustrada ceremonia y el 2 de octubre de 1923 cae prisionero Haya de la Torre
por orden expresa del dictador Augusto B. Leguía. Haya se declara en huelga de
hambre durante ocho días en la isla de San Lorenzo, luego es deportado del
Perú. Al día siguiente, el 3 de octubre de 1923, por primera vez en la historia
limeña y en el Perú se originó un paro general de 48 horas en protesta por la
persecución política a Haya de la Torre. El 3 de octubre de 1923, “El Textil”, órgano clandestino del
movimiento obrero de la Federación Textil, reprodujo una carta que
misteriosamente Haya de la Torre, desde la prisión de San Lorenzo (Lima), había
enviado a su redacción. Decía el joven Haya: “Si he de marchar al destierro,
algún día he de volver. Retornaré a mi tiempo, cuando sea llegada la hora de la
gran transformación. Ya lo he dicho y
lo repito: sólo la muerte será más fuerte que mi decisión de ser incansable en
la cruzada libertadora que América espera de sus juventudes, en nombre de la
Justicia Social”. Fue la primera huelga
de hambre por motivos políticos sucedido en el Perú.
“El Textil”, órgano clandestino del movimiento
obrero, reprodujo una carta que misteriosamente y violando “la insultante
incomunicación” le hizo llegar Haya de la Torre, desde la prisión de San
Lorenzo, el 3 de octubre de 1923. En la misiva Haya decía: “A los estudiantes y
obreros: Si estas líneas logran violar la insultante incomunicación en que se
me tiene desde la media noche de ayer, llegue a vosotros mi saludo. El tan
largo tiempo madurado proyecto de mi prisión y destierro, se consumó, al final,
aprovechándose de una de las muchas intrigas de Bajo Imperio, que nuestros
prohombres de las diferentes jaurías políticas promueven periódicamente, cada
vez que el estómago les grita.”
A renglón seguido Haya de la Torre revela el móvil
de su captura: “Fui capturado por medio de un engaño del comisario de
Miraflores, que, después de prometerme que se trataba de algo personal con él,
resultó cómplice inconsciente o no, del plan de prisión que consumó el
Intendente Elías en persona. Con rapidez y cuidado fui traído. Comprendo que de
lo que paga el Estado, lo que mejor marcha son los automóviles cuando arrebatan
la libertad a un hombre”.
Luego, Haya de la Torre da a conocer el compromiso
que asume en bien del pueblo: agitar las conciencias hacia la justicia y
producir “la revolución de los espíritus”. “No sé cuál será mi
suerte, ni me interesa pensar en ella. Agito y agitaré las conciencias hacia la
justicia. Lucho por producir la precursora revolución de los espíritus, y
maldigo, con todo el calor de mi convencimiento a los explotadores del pueblo,
que hacen del Gobierno y de la política, vil negociado culpable”.
3. EL
PRIMER PARO NACIONAL DE LOS TRABAJADORES EN EL PERÚ
El
tercer hecho histórico se registra al día siguiente, el 3 de octubre de 1923.
Por primera vez en la historia política de Lima y del Perú se produce un paro
general de 48 horas en protesta a la persecución política que era objeto Haya
de la Torre, dispuesto por el dictador Augusto B. Leguía. Los trabajadores
manuales e intelectuales piden inmediata “Libertad para el Maestro”. El
gobierno, como represalia, dispone la clausura de las Universidades Populares
Manuel González Prada y de los locales obreros. La situación política se torna
muy difícil, no hay acuerdo entre Leguía y los trabajadores manuales e
intelectuales. Leguía pierde los papeles, no sabe qué hacer por momentos, hasta
que decide deportar al líder de las multitudes.
4. VÍCTOR
RAÚL HAYA DE LA TORRE ES DEPORTADO A PANAMÁ
El cuarto hecho
histórico es la deportación de Haya de la Torre a Panamá. El 8 de octubre de
1923 Víctor Raúl Haya de la Torre es deportado a Panamá en el barco “Negada”,
barco de carga alemán. Ante la negativa de aceptar inyecciones y su estado de
salud declinaba, tuvieron que cargarlo en brazos, demacrado y frágil.
Cuando el capitán del
barco “Negada” quiso entregarle 10 libras peruanas, por orden del tirano
Leguía, como requisito para desembarcar en el puerto de Colón, en Panamá, Haya
de la Torre, muy indignado le responde: “Prefiero arañar la tierra antes que
recibir oro del tirano”.
Al respecto, Haya de
la Torre declaró en aquél entonces: “”Quiero significar así mi protesta de
hombre libre. Me muero en huelga de hambre o me dejan en libertad…Cuando mi
resistencia física flaqueaba y surgió –por afirmación de los médicos que el
gobierno enviaba- el peligro de un síncope mortal por alteraciones cardíacas,
se me embarcó precipitadamente, sin más equipaje que mi ropa puesta, en un
transatlántico alemán, en el que, hasta el límite del litoral peruano,
permanecí incomunicado por una comisión policial compuesta de seis agentes. El
destierro era para mí una forma de libertad, quizá la única forma de libertad,
ya que en el Perú no existe” (Haya de la Torre, Obras completas,
Tomo 1).
Qué duros y
sacrificados tiempos iniciales los de la tercera década del siglo XX, en el que
hacer vida política constituía poner en riesgo la vida propia y ser deportado,
sólo por defender la democracia y el derecho de los trabajadores a vivir en
paz, con empleo digno, salario justo y libertad de credos.