Artículos periodísticos y de investigación

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12 de mayo de 2023

Comentario Obra 4: Periodismo Ético y Deontológico

 

COMENTARIO OBRA 4:

PERIODISMO ÉTICO Y DEONTOLÓGICO

     


 
   

Manuel Jesús Orbegozo / Foto: ANDINA/Archivo. 

PRÓLOGO 

Manuel Jesús Orbegozo ([1]   

Acaso la ética, como norma de vida social antes que como categoría filosófica, se encuentra entre los valores más cuestionados en estos días de crisis moral en que se debate el hombre en todos los ámbitos de la tierra.

No es éste un mal del siglo XX, pero sí cuando está agonizando este siglo es cuando más se nota el olvido o el atropello a los principios más elementales de la ética, en general. Acaso, porque el sistema de comunicación entre los hombres ha alcanzado niveles que antes nunca fueron ni soñados es que nos apercibimos más fácilmente de tales violaciones sea en países en desarrollo o desarrollados. Aquí, nadie puede tirar la primera piedra.

En todas las funciones protagonizadas por el hombre siempre hubo descalabros en ese sentido. Pero, tales infracciones eran la excepción que confirmaba la regla. Ahora, no es así. Ahora, sucede lo contrario: los hombres éticos son la excepción.

Especialmente, en el ejercicio de la profesión cada vez más importante de la comunicación social o, de manera más específica, del periodismo, es cuándo y dónde se enseñorea lo antiético.

Esta no es la oportunidad para incluir ejemplos concretos sobre la falta de ética con que actúan algunos periodistas en el Perú y el mundo, pero cualesquiera personas pueden corroborar este aserto. Cotidianamente, se comprueba de manera fehaciente que se inflan las noticias, se recortan los hechos por voluntad malévola, se especula irresponsablemente sobre los acontecimientos, se mella la honorabilidad de personajes cualesquiera que sean su nivel social, económico o cultural; se manipula, se miente, se exagera, en fin, se cometen toda clase de faltas contra la ética, o más específicamente, contra la deontología periodística. Los infractores creen saberlo y conocerlo, pero no lo practican. Muchos se escudan detrás de la libertad de prensa o expresión para cometer sus fechorías. Alegan derechos, pero muy pocas veces, deberes u obligaciones.

El problema, lógicamente, es muy complejo. Tiene muchas aristas, porque, por ejemplo, en lo que al periodismo se refiere, todos sabemos que las faltas de comportamiento no les atañen sólo a los periodistas, sino también a los dueños de los medios donde se desempeñan. Este no es descubrimiento. Cossío afirmaba que desde cuando el periodismo o la prensa, como se denominaba antes, se convirtió en un negocio a veces infame, aquel o aquella se convirtió en un mercenarismo puro.

El problema tiene pues muchos meandros.

De lo que se trataría aquí solamente es de tocar lo que corresponde a la ética profesional, es decir, a procurar que los comunicadores sociales cumplan con su rol de la manera más correcta posible.

Este es un problema que preocupa constantemente a los especialistas, a los interesados en la problemática de la ética y la mora de los periodistas de la prensa, radio o televisión, desde cuando a fines del siglo pasado, los norteamericanos en especial, empezaron a romper las amarras de la honestidad y responsabilidad profesionales, tanto que inventaron el llamado “periodismo amarillo” de tan nefastas consecuencias sociales. Desde entonces, hay una honda preocupación por tratar de encontrar el remedio para enderezar lo que cada vez se tuerce más.

Esta preocupación ha hecho que el profesor periodista Eudoro Terrones Negrete, vuelva a tocar el tema en un nuevo libro llamado justamente Periodismo Ético y Deontológico.

Considero de suma importancia este nuevo aporte suyo no solamente porque toca un tema que resulta lacerante y negativo para nuestra sociedad sino cuando la falta de ética periodística se ha convertido aquí, en una cosa común y corriente, y creciente, que es lo peor.

No es ésta una acusación de forma ni de fondo sino la afirmación de algo que es conocido no sólo por los periodistas que se acogen a las normas deontológicas, sino por quienes son ajenos a la profesión.

Baste, nomás, observar todas las mañanas, la gran cantidad de periódicos que cuelgan en los puestos de venta extendidos en toda la ciudad, para observar la miasma periodística a la que Terrones Negrete se refiere en este su nuevo libro, mostrándola con todos sus pelos y señales.

Periodismo Ético y Deontológico viene, pues, a sumarse a otros libros suyos y de otros autores, que se ocupan del problema, aunque escrito el de ahora, de manera muy didáctica, como si estuviera dirigida sólo a estudiantes. Considero que esto es resaltante porque es a ellos a quienes los profesores de periodismo debemos enfilar nuestras enseñanzas para inculcarles la obligación de cumplir aunque sea con las normas más elementales que reglan la profesión.

El libro contiene dos capítulos, cada uno de los cuales está desarrollado de forma divulgativa muy didáctica. Decía que la obra está aparentemente dirigida a los estudiantes de periodismo, pero considero que también, dirigida a los profesionales, en especial, a los que consciente o inconscientemente nos hacemos los suecos y hacemos caso omiso de las normas que deben regir rigurosamente nuestro trabajo.

Veo que Terrones Negrete, entre otros temas, toca dos muy importantes correspondientes al problema profesional, el de la verdad y el de la veracidad periodísticas. Considero que es fundamental distinguir cada vez con mayor claridad la diferencia que existe entre una y otra categoría. Soy de los que coincido con el profesor Francisco Vásquez Fernández,- por supuesto que luego de cerner apreciaciones de Santo Tomás, Bentham, Russell, Fromm, etc.- en creer que lo contrario de verdad es error y lo contrario de veracidad es mentira. Esto porque la verdad es un valor que debemos buscarlos aunque es considerada inefable, mientras que lo veraz es más objetivo, más asequible a nuestros sentidos y más humanamente comprobable. La mentira o mendacidad, es decir, lo contrario a veracidad, y no lo contrario a verdad, “es una traición social porque contradice a los principios éticos más esenciales”, dice Luis Lavalle. Y Umberto Eco afirma que “la diferencia entre la “inteligencia artificial” de la computadora y la inteligencia humana consiste en que, la primera no es humana al cometer errores, mientras la condición humana está esencialmente medida por una insoslayable tendencia a cometer errores”, es decir, a faltar a la verdad.

En definitiva, “sólo le es dado al hombre ser veraz o ser mendaz como capacidad ética, consciente y deliberada, mientras que la verdad es un eterno tema metafísico, siempre discutible y discutido por todas las filosofías”, dice Vásquez Fernández.

El profesor Terrones Negrete ha realizado una magnífica compilación de propuestas de maestros universalmente conocidos para darle más valor a su trabajo, aunque todo sea tocando tangencialmente porque creo que su libro, tampoco es un tratado.

La última parte de Periodismo Ético y Deontológico contiene importantes códigos deontológicos de la prensa nacional e internacional e inserta los códigos o decálogos que funcionan bajo las etiquetas de sus autores como el correspondiente al Premio Nobel, Camino José Cela, entre otros.

En suma, una vez más, me permito alabar la inquietud didáctica de Terrones Negrete, justamente, cuando es clamorosa la falta de ética con la que están trabajando muchos periodistas en nuestro país. Tanto en la prensa, como en la radio y la televisión, al lado de un grupo de extraordinarios como honestos profesionales, desarrollan una labor miserable otro grupo de periodistas totalmente antiéticos. El insigne maestro, Alfredo Vignolo Maldonado, afirma que el periodista es el comunicador social más auténtico precisamente por todos los medios que emplea…y porque la habilidad de su palabra puede cambiar en favor o en contra, en bien o en mal, el sentido y la realidad de los acontecimientos, un problema absolutamente ético, como se observará, una cuestión de absoluta responsabilidad moral.

El libro Periodismo Ético y Deontológico, aparece muy oportunamente, porque en ningún momento podría ser más útil que ahora, cuando, repito, la ética profesional, la deontología periodística, continúa por las patas de los caballos.

Lima, octubre de 1998.

Manuel Jesús Orbegozo.

 

 



[1] Manuel Jesús OrbegozoPremio Nacional de Periodismo de los años 50, maestro de generaciones de periodistas durante 36 años en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), director de la Escuela de Comunicación Social sanmarquina ( 2004 al 2007), jefe de la Oficina de Relaciones Públicas de la UNMSM, reportero polémico que recorrió con su libreta de campo y cámara fotográfica en mano por casi cien países del mundo, escritor de pluma fecunda e incisiva, director del diario oficial El Peruano (1999-2001), corresponsal de revistas y diarios nacionales e internacionales. En el Suplemento Dominical del diario El Comercio  trabajó más de 30 años,  fue Jefe de Redacción de este diario y laboró también en los diarios La Crónica y Expreso. Recibió la Medalla Cívica de la Ciudad de Lima e infinidad de distinciones. El 30 de setiembre del 2010, la UNMSM lo nombra Profesor Emérito. Es autor de las obras: Periodismo: texto de teoría y práctica; Reportajes, entre otras; Nació el 8 de enero de 1923 en Otuzco, La Libertad (Perú) y murió a los 88 años de edad, el 12 de setiembre del 2011.

 

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