DR. EUDORO TERRONES NEGRETE, TESTIMONIO DE UNA VIDA AL SERVICIO DEL PUEBLO (III)
EPÍLOGO
Dr. Roberto
Mejía Alarcón,
Rector de la Universidad Jaime Bausate y Meza
EUDORO TERRONES NEGRETE,UNA VIDA AL SERVICIO DE LA PATRIA
Es un tanto difícil encontrar el punto final de la
trayectoria de un hombre que se ha entregado, en cuerpo y alma, al servicio de
su patria. Tiene, como no, un punto inicial, pero tal comienzo es un grato
recuerdo que se prolonga en el espacio y tiempo y es, por eso, sumamente
complejo, saber cuándo concluirá. Más aún si tal persona, lleva sobre sus
hombros la responsabilidad de predicar con el ejemplo.
Ese es el caso del señor Eudoro Terrones Negrete,
maestro, sobre todo, periodista y político, tres actividades que enmarcan la
obra humana de un ciudadano que, con persistencia ejemplar, sigue batallando
con enorme lucidez, en el afán de contribuir al logro de lo que será algún día,
una sociedad más digna, más solidaria, más justa.
En mi imaginario permanece viva la imagen de este
compatriota, ya sea buscando entre sus libros la respuesta a alguna de sus
inquietudes intelectuales, ya sea dialogando con otros docentes sobre la mejor
manera de inculcar conocimientos entre los discentes, ya sea, apresurado, por
interpretar los pensamientos de sus viejos maestros.
Yo lo retrato como un auténtico humanista, de esos
pocos que no buscan halagos ni beneficios materiales. Polemista cuando las
circunstancias lo ameritan, amoroso en extremo con los miembros de su hogar,
consecuente con las ideas que lo hicieron militante de su colectividad
partidaria y leal con sus amigos y relacionados, a quienes siempre menciona con
respetuosa dignidad.
Palabra más o palabra menos, todavía tengo presente
cuando en un acto académico en la Universidad Jaime Bausate y Meza, expresó,
con serena convicción, que la vida de la gente y de los pueblos es una
realidad, hecha a pulso, cuando la historia relata con propiedad la energía de
labrar cultura creciente. Ese pensamiento lo reiteró en alguna de las veces que
disfruté de su generosa compañía en los seminarios y talleres de capacitación
que juntos desarrollamos en diversos lugares de las tres regiones naturales del
territorio nacional. Ese verbo me hizo entender que estaba ante, reitero, un
maestro, un periodista, un político. El hombre humano en su mejor versión.
Me veo en la necesidad de ampliar esta afirmación.
El señor Eudoro Terrones Negrete, ha llegado a esa cumbre del pensamiento
porque, entre otros méritos que lo han llevado a ganar los galardones de
licenciado, maestro y doctor, mantiene después de medio siglo, el alma pura del
saber de lo que realmente significa la cuestión social que, como categoría de análisis,
guarda una trascendencia fundamental respecto a la importancia que tiene el
hecho de lograr respuestas sobre los mecanismos de cohesión social, en tanto
productores de solidaridad y de resolución política con sus consecuencias para
el progreso y bienestar de la especie humana.
No ha sido fácil arribar a ese punto de desarrollo
del conocimiento y de la prédica oral, escrita o gestual. Lo repito en este
epílogo: el señor Eudoro Terrones inició esta travesía desde sus primeros años
juveniles. Nació el 27 de setiembre de 1946, en la provincia de Tocache, en la
región San Martín. Allí, en ese lejano pueblo, hizo andar sus primeros
pensamientos. No era el Perú de ahora. El centralismo limeño era mayor y de
Tocache no se sabía mucho. Su inclinación por el estudio, por la filosofía como
fuente de verdad, sin embargo, comenzó a germinar, hasta madurar en las aulas
escolares huanuqueñas, en el servicio comunal en Tarma, en los ámbitos
universitarios en la capital de la república, una adicción sin pausa ni fatiga,
que se coronó con su presencia fructífera como representante del pueblo en la
Cámara de Diputados en el Congreso Nacional. Al primer poder del Estado llegó
un ciudadano preparado para ese delicado quehacer, un profesional con amplitud
de criterio, sólidos principios y valores que se fueron forjando desde el hogar
provinciano para fortalecerlos, con responsabilidad y honestidad, en la vida
pública y privada.
No creo que sea necesario repetir todo cuanto se le
reconoce por propios y extraños, aquí en Perú como en otros países como
Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina. En cambio y haciendo mío el
pensamiento ajeno, estoy de acuerdo en que el señor Terrones Negrete es un
excelente preocupado de la problemática social, marco que supera una simple definición
teórica, que relaciona su comprensión con perspectivas ideológicas que se
imbrican en escenarios sociales mucho más amplios y que dan sustento a una
visión en la que no solamente se ponen en juego aspectos vinculados al
conocimiento, sino además sus aportes y articulación con los intereses de
las mayorías populares, cobrando relevancia la dimensión política que contienen
tales procesos.
Las armas del señor Terrones Negrete son las de
aprender, conocer y enseñar, bien como maestro, como periodista, escritor,
investigador científico y político. Y en eso le encuentro cercanía,
aproximación a la oratoria de José Martí. No digo que sea comparable, pero si
cierta inspiración en aquel libro memorable que tituló: "Nuestra
América" y donde afirma que "el buen gobernante de América no es el
que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino con que elementos está
hecho su país...No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre
la falsa erudición y la naturaleza".
Sin embargo, es evidente que el mejor referente del
señor Eudoro Terrones Negrete, en el campo político ha sido, lo es, Víctor Raúl
Haya de la Torre. Tan es así que, entre las publicaciones de su autoría, sobre
todo en la Revista de Actualidad "Aquí" escribió: "El cambio de
estructuras que procuren el desarrollo del país no se logrará si no se aplica
una inflexible y radical política de moralización en los sectores públicos y
privados. Para ello requerimos de una verdadera revolución moral".
Cierro este epilogo, no sin antes recordar que
corresponde al pensamiento del señor Terrones Negrete la siguiente prédica:
"El maestro es el orientador del aprendizaje eficaz, es el cultivador de
la reflexión y del pensamiento sistemático y crítico; es el que hace de la
enseñanza una praxis fundada en la razón y el amor; es el agente de la cultura
y del diálogo esclarecedor y el descubridor de nuevos conocimientos y de la
verdad; es el que posibilita a los educandos el pase del nivel de la doxa (
opinión) al nivel del logos ( conocimiento veraz)”. Y al concluir agradezco la
invitación que me hizo para escribir estas modestas líneas, este gran maestro.
Lima,
mayo de 2023.
Dr. Roberto Mejía Alarcón.