COMENTARIO OBRA 13:
FILOSOFÍA DE
LA GLOBALIZACIÓN/UN CAMBIO DE ÉPOCA Y UNA ÉPOCA DE GRANDES CAMBIOS
Escribe:
Dr. Roberto M. Mejía Alarcón,
Presidente del Consejo Superior de la Universidad
Jaime Bausate y Meza
PRESENTACIÓN DE
LA OBRA“FILOSOFÍA DE LA GLOBALIZACIÓN”, POR EL DR. EUDORO TERRONES NEGRETE
Resulta tarea
difícil escribir un discurso sobre un amigo y colega o sobre su obra, si con él
se ha compartido dos décadas de trabajo conjunto, enfrentando diversas
situaciones que una intensa vida institucional nos ofrece y que el tiempo ha
logrado soldar en una sólida amistad de décadas, fundada en el respeto, la
tolerancia, el afecto, pero, sin duda, en la búsqueda de ideales que poco a
poco se han hecho comunes.
Quien conozca al
doctor Eudoro Terrones Negrete, entiende que se trata de un maestro y un
periodista seducido por la filosofía que, desde esa pasión, ha dedicado parte
de su vida a enseñarla pero también a sistematizar sus estudios, a darles forma
pedagógica primero y ahora ensayando un enfoque general que ofrezca una visión
más o menos certera del hombre y de la actualidad compleja y cambiante. Un gran
despliegue intelectual, audaz en el sentido que busca la integralidad o
totalidad que promueve el francés por adopción Edgar Morin y que siempre fue el
propósito del marxismo y otras grandes escuelas del pensamiento
Filosofía de la
Globalización (Un cambio de época y una época de grandes cambios), libro editado por el Fondo
Editorial de la Escuela de Periodismo, hoy Universidad, Jaime Bausate y Meza,
según ley 29278, es una obra con ambición enciclopédica, y a la vez plasma el gran
esfuerzo por entregar una información que llegue a un público amplio para que
siembre y despierte en él el afán de conocer y saber.
En esta obra,
Eudoro Terrones Negrete muestra que el concepto de globalización usado desde el
último tercio del siglo XX, no es el mismo que utilizamos en el presente siglo,
en 40 años el concepto ha cambiado y hemos cambiado con él.
Desde el Capítulo
I Filosofía de la Globalización, tiene un orden y proyección didácticos, busca
en todo momento hacer sencillo lo que es complejo, sin caer en simplicidades.
Su discurso busca la concisión y el lenguaje directo en la presentación de la
información y en la reflexión filosófica en torno a loa visión filosófica del
hombre. A pesar del formidable esfuerzo científico desplegado, el ser humano,
al final, ha logrado conocer que es insignificante en términos temporales, que
la vida del hombre es poco comparada con el tiempo de existencia del mundo y de
la vida misma.
¿Qué es el hombre?
Se pregunta el autor, y responde que esta interrogante es tan antigua como la
propia humanidad, que hemos tratado de buscar respuestas desde diversos
enfoques (una batería de ciencias) para conocer su esencia y existencia. Al
respecto, nos ilustra con una serie de filósofos, autores de potentes definiciones
del hombre y –por supuesto- también se atreve a formular su propia síntesis del
hombre, al que concibe como una totalidad concreta en un cuerpo animado
y de un alma inteligente que vive en un determinado espacio y tiempo
históricos. También aborda la diferenciación hombre/especie animal,
que no se produce por un factor prominente, sino por varios como la conciencia,
el lenguaje articulado, los juicios de valor, la producción de instrumentos de
trabajo, la vocación de servicio, etc., que son pues los vectores de la
humanización y de la desanimalización.
En el ítem La
filosofía en un mundo cambiante, nos explica que la competencia de la
filosofía es interpretar, comprender, explicar y describir el universo, las
cosas, el hombre y la vida, se adscribe a la idea platoniana que ella es la
madre de todas las ciencias y que, desde los griegos, indaga por el principio u
origen de todas las cosas. Por eso, para nuestro autor, la explicación
filosófica del fenómeno económico del Tercer milenio que es la globalización y
la sociedad global pueden ser explicadas críticamente en su origen,
significado, alcances, dimensiones y perspectivas, cabalmente por esta rama del
saber. Respecto a la nominación de los tiempos en que vivimos, en el ítem Las
denominaciones a la Era de la Globalización, no encuentra solución o
definición, pues nos presenta más de 60 definiciones para mayor ilustración del
lector, pero la faena sería redonda si opta por una de ellas.
Continúa Terrones
Negrete, en el mismo capítulo, razonando, con el aporte de varios filósofos y
científicos que van desde Confucio hasta Wallerstein, pasando por Soros,
Fergusson y Giddens, el origen antiguo y recurrente del proceso global, en
desmedro de quienes piensan que la globalización es un fenómeno único y singular
y hasta último en la historia de la humanidad, cuyo significado no se resuelve
discutiendo si se la acepta o rechaza; se trata que la globalización
beneficie al hombre y por lo tanto, debemos hacer todo lo posible para que
tenga rostro humano. También establece un significado amplio,
integrador y participativo de la globalización. Aunque al referirse a las
características de la globalización reconoce que es un fenómeno
inducido, asimétrico, ligado a fuerzas económicas poderosas y usufructuaria de
las tecnologías.
Cerrando el
Capítulo I, el autor aborda el tópico de La ética en el proceso de
globalización y el de las consecuencias de la globalización. Sobre lo
primero, afirma que deviene en necesidad imperiosa para humanizar al pequeño,
mediano y gran capital nacional y transnacional y ponerlo al servicio del
hombre. Llama nuestra atención y es reiterativo sobre las conocidas
consecuencias de la globalización; finalmente, sobre las respuestas que
deberíamos plantear frente a la globalización, nuestro amigo y autor formula
una respuesta local (Pág.41), tal vez muy local, lo que expresa su profundo
amor e identificación con las instituciones históricas del país que lo vio
nacer.
En el Capítulo
II Los grandes cambios en la Era de la Globalización, es un
pretexto para abogar por el hombre, pues a pesar de las grandes
transformaciones globales, de los grandes inventos e innovaciones el hombre aún
no termina de recorrer los caminos de sus justas aspiraciones individuales,
laborales y profesionales. El autor fiel a su formación espiritual, muestra
optimismo en que el hombre puede lograr mayores niveles de libertad, de
dignidad y de justicia social, que es lo no logrado en estas últimas décadas en
que se ha tratado de imponer la pretensión de una cosmovisión única y universalmente
válida, que evidentemente ha llegado a su fin.
Enseguida se
procede a una caracterización del vertiginoso siglo XX y del sófico siglo XXI,
es decir del siglo del saber, de la información, pero también de la libertad y
de la democratización. Abundando en esta caracterización para expresar la
profundidad y complejidad de los cambios en expresiones como la Nueva
terminología, la transitoriedad, el capital intelectual, cambio en lo
gnoseológico, cambio en la tecnológico, cambio en lo social (ámbito en el que
halla más riesgos que esperanzas), cambio en el mercado de trabajo, cambio en
lo cultural, distanciamiento entre el tiempo y el espacio, la
desterritorialización, las nuevas tendencias locales, las culturales globales,
la hibridación, el cambio de la educación y los cambios profesionales, en donde
halla las nuevas profesiones, acordes a los otros cambios del mundo y de la
vida, arduo trabajo edificar las nuevas opciones profesionales, pero también
las emergentes vocaciones, facilita así una tarea a instituciones educativas en
busca de formar profesionales ad hoc a los problemas del mundo. En todo este
amplio espectro de observaciones, identifica la centralidad del teleprofesor,
del telestudiante y de los cambios culturales, particularmente en el campo de
la educación.
Atención especial
merecen las referencias que sintetiza el doctor Terrones Negrete respecto
del Aprendizaje virtual, que es a la vez una modalidad de enseñanza
a distancia, surgida de la integración de las técnicas derivadas de la
revolución en las comunicaciones, que han enriquecido la educación potenciando
su impacto, involucrando a más sectores sociales, economizando recursos y
multiplicando los conocimientos y la velocidad de su circulación. Por otro
lado, ante el panorama alentador generado por la globalización tecnológica, nos
coloca ante los Retos de la educación universitaria del Siglo XXI,
como son la adaptación a los cambios, proyectar nuevos aprendizajes ante la
cambiante realidad, corporativizar la universidad, facilitar el acceso a la
educación universitaria, fomentar la participación activa y calificada de la
mujer, reforzar las funciones de investigación y servicio a la sociedad.
Sobre la
formación de una organización inteligente, como una de las innovaciones del
nuevo siglo en la sociedad de la información, que será posible si se cultivan y
desarrollan algunas acciones básicas y requisitos que los involucrados en las
organizaciones deben tener en cuenta: aprendizaje interactivo y en equipo;
autonomía en el logro de objetivos, cultivo de disciplinas básicas de dominio
personal, modelo mental, construcción de una visión compartida, entre otros,
que ayudan a la integración y a compartir experiencias sin castigar el error y
en permanente actitud de búsqueda.
Evidentemente, el
autor de este libro es un crítico de la globalización pero está seducido por
sus procesos particulares. Por eso, permanentemente enrumba su enfoque y
pensamiento Hacia una globalización con rostro humano, que no es
otra cosa que contrarrestar el individualismo, el utilitarismo y el predominio
de los intereses privados por sobre los públicos y colectivos. Presenta un
diagnóstico aterrador de cifras y estadísticas sobre la naturaleza del proceso
globalizador y promueve, en consecuencia, una sociedad equitativa,
solidaria, digna y humana con desarrollo sostenido, sustentable y justa.
Pero todo lo
elaborado hasta ahora por Eudoro Terrones no tendría sentido si no abordamos
con el énfasis que él pretende darle al Capítulo II. La Ética en la Era
de la Globalización. Así como resalta la búsqueda de una globalización con
rostro humano, así en su obra se puede constatar un permanente enfoque y una
gran preocupación del autor por el comportamiento del hombre en la era de la
globalización y por los impactos de ésta en la moral de nuestro siglo.
Reitera, siguiendo
la línea de reflexión de otros pensadores, que no puede existir el hombre sin
ética, sin moral y sin valores, factores que permiten al ser humano conseguir
la perfección de su naturaleza y conducta para alcanzar los máximos bienes a
los que aspira. Eudoro Terrones, no porque se considere un hombre tradicional,
sino que comparte con otros pensadores como Krishnamurti, la idea de que el mal
de nuestro tiempo es la pérdida de la conciencia del mal, por eso emprende
críticas abiertas contra la demagogia, el doble discurso, la fetichización de
la economía, la deshumanización de las relaciones sociales, la guerra
mediática, el terrorismo fiscal, la crisis de credibilidad, las noticias
basuras, el capitalismo salvaje, en fin, una serie de conceptos que lo único
que expresan con eficacia es el grave desequilibrio moral y ético de los
hombres de la era de la información y de la comunicación, pero hay algo más
profundo que escarba el autor, cuando se refiere a que las libertades de ser,
de creer, de discernir, de pensar, y de expresarse libremente están siendo
desplazadas por la libertad de consumir, de producir, la libertad de mercado,
de ganar dinero, por todo esto cree que la sociedad global muestra una época de
nostalgia e incertidumbre y nihilismo, de fragilidad y flexibilidad, de
vigencia de libertades y derechos pero también de exclusión y
fragmentación.
Muchas son las
reflexiones filosóficas y las preocupaciones éticas desarrolladas por el autor
de Filosofía de la Globalización (Un cambio de época y una época de
grandes cambios), hemos tratado de hacer una presentación, lo más amplia
posible, pero al final sólo hemos podido, pergeñar algunas que nos den una ruta
certera de las grandes preocupaciones de Eudoro Terrones Negrete, quien entre
los temas últimos de su obra, borda el de La Ética corporativa, que,
bien se sabe, es una voluntad para cultivar una nueva ética con rostro humano,
con responsabilidad social, en la organización e instituciones. El ser no debe reducir
su actuación a sus intereses egoístas, su agenda cotidiana debe ser la del bien
común.
El hombre
emprendedor, el empresario, las empresas, las grandes compañías hoy actúan y
están con la tendencia hacia una nueva ética corporativa que implica una actitud
moral en el manejo de los intereses, multiplicar los espacios de libertad en
las organizaciones, compromiso con la calidad de las operaciones y servicios,
articular las políticas de un desarrollo sustentable, promover una cultura del
diálogo, erradicar la corrupción y el soborno, negocios lícitos y éticos,
preocupación por los consumidores y sus reclamos, y otras normas éticas que
–sin duda- pueden contribuir a vivir mejor, que al final es lo que interesa a
los seres humanos y es la razón de ser de las ciencias y de la filosofía.
Así culminamos
este esfuerzo por presentar la obra de Eudoro Terrones, sin duda hay mucho que
analizar y aprender, pero es hora de terminar. Si algo queremos agregar, sólo
repetiremos al escritor ruso Alexander Solzhenitsin: discúlpame por no
haberlo visto todo.
Lima, marzo del 2010.
Dr. Roberto Mejía Alarcón
Presidente del Consejo Superior de la Universidad
Jaime Bausate y Meza
PRÓLOGO DE LA OBRA FILOSOFÍA DE LA GLOBALIZACIÓN (UN CAMBIO DE ÉPOCA Y UNA ÉPOCA DE GRANDES CAMBIOS)
PRÓLOGO
Escribe:
Dr. Jorge Lazo Arrasco,
Gran Amauta del Perú; ex rector de la
Universidad Garcilaso de la Vega
Un autor se consagra no cuando es leído, sino
cuando es releído. Tuve que leer dos veces el texto Filosofía de la
globalización (Un cambio de época y una época de grandes cambios), para
sopesar las citas, hechos, innovaciones, argumentos de pensadores, científicos,
tecnólogos, etc., que contiene este estudio, para hilvanar a la globalización
con su filosofía. Sin embargo, es bueno precisar que no se trata de exaltar la
consagración del doctor Eudoro Terrones Negrete como escritor y autor del
libro, sino de subrayar más bien el enjundioso contenido, cuidadosamente
seleccionado en todos y cada uno de los rubros elaborados.
Tratar el tema de la globalización es introducirse
en una maraña de opiniones, muchas de las cuales son negativas y hasta
condenatorias para ella. Pero no sólo es cuestión de opinión, es más que todo
relato de hechos y acciones de protesta. El diario La República daba
cuenta que los enemigos de la globalización económica han surgido de los
extramuros de Wall Street neoyorquino, de las favelas de Río, de los hippies de
nuevo tipo, de ecologistas, cibernautas antisistema, sindicalistas,
socialdemócratas, marxistas, etcétera; es decir, de los más diversos tipos de
rango político y social, muchos de ellos en trincheras opuestas, resultaron
unidos, para denunciar la globalización, como seudo orden económico que hace
perpetuar la bonanza del Norte desarrollado y el desmedro y la pobreza extrema
en las naciones del Tercer Mundo.
Han sido densas y masivas las acciones de protesta.
Las reuniones del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Mundial, de los
presidentes de las Repúblicas, ministros de Economía, etc., en Quebec, Zafra,
Río de Janeiro, Porto Alegre, Washington, Praga, etc., originaron protestas
populares, gritos como “Una cosa es la libertad de las personas y la otra
libertad del dinero”, “O juguemos todos o nos rompen la madre”, “Piedra global,
actúa en local”, etc. A esto se pueden añadir frases de personas como la de
Eduardo Galeano quien sostuvo que la globalización no es sinónimo de libertad;
la de Noam Chomsky, uno de los críticos más severos del imperialismo, al decir
que América Latina es una colonia económica; Eduardo Gonzáles Viana (La
globalización según Valdemoro) la califica como “una diosa fantasma”, y,
para no seguir citando, Juan Pablo II expresó que “la mundialización no debe
ser una nueva forma de colonialismo, sino que debe respetar la diversidad de
las culturas”.
De todo lo anterior se puede inferir la serie de
opiniones y rechazos que la globalización ha causado; pero también ha tenido
sus defensores. Son éstos últimos los que han llegado a sostener que el país
que no aprovecha los alcances de la globalización pierde el tren de la
historia.
La intención del doctor Eudoro Terrones Negrete, al
referirse a la imbricación de la filosofía con la globalización, lo que
pretende lograr es otorgarle a esta última un rostro humano, o en otras
palabras humanizar la globalización. No debe olvidarse que la filosofía ha
buscado desde tiempos antiguos, la esencia y la razón del hombre, el porqué de
las cosas y el quid del desenvolvimiento de la humanidad; entonces es lógico
que se otorgue un fundamento filosófico a tan controvertido sistema como es el
de la globalización, más aún, si se tiene en cuenta que ella no sólo incide en
el aspecto económico, sino también en el cultural y social.
Cuidadosamente escudriña el doctor Terrones Negrete
los diferentes matices de la globalización, desde el origen conceptual, hasta
la teoría de la sociedad global, pasando por diversos enfoques, como el de las
dimensiones, el análisis de las causas y consecuencias, los caracteres
inherentes a la vinculación con la economía, la tecnología, la educación,
cultura e, incluso, el Estado. Aparte de reclamarle a la globalización amor por
la verdad y el saber, cooperación, honestidad intelectual, honradez,
fraternidad, libertad, etc., lo cual está muy bien, le exige un comportamiento
edificante y trascendente.
No estaría completa esta apreciación, sucinta y
somera, sino me detuve para subrayar algunos epítetos referidos al Capítulo
III, sobre la Ética en la Era de la Globalización.
Esto no significa que lo anterior de esta obra no
sea importante, por el contrario lo es como lo estoy señalando.
Lo que ocurre es que el doctor Eudoro Terrones Negrete, es un filósofo neto; como prueba están sus libros de Filosofía publicados y que, en alguna oportunidad, también los hemos comentado.
Con la ética, el doctor Terrones está defendiendo
la dignidad humana, tan venida a menos, en los últimos tiempos, aunque las
referencias históricas también las señalaron, con el esclavismo, la
discriminación y los abusos de los patrones.
El doctor Terrones ubica a la Ética como una rama
de la Filosofía, lo cual está bien, dado que se trata de la reflexión referente
a los hechos morales o a las acciones morales de las personas; pero, en el
fondo la ética es el modo de comportamiento o la conducta del hombre.
Lo novedoso de este capítulo es que el autor lo
enfoca, desde diversos ángulos; y allí radica la mayor importancia, porque lo
hace con énfasis y con criterio realista y por lo mismo, hasta metafísico,
porque a medida que uno lee estos enfoques surge las preguntas: ¿Qué hay más
allá de la Ética? ¿Existe verdaderamente la Ética ciega? Y la respuesta es:
“Claro que existen aquellos valores negativos y hasta contraproducentes”.
No se incurre en hipérbola cuando se afirma que
estamos viviendo en una sociedad desvalorizada, carente de ética, de virtudes,
de deontología y de vergüenza. Esto concuerda con lo que se denomina inmoral.
Estamos adscritos a la sociedad del “Tener”, no del
“Ser”, donde el hombre vale por lo que posee, no por lo que es; y el que
“Posee” domina y abusa. Incluso los que llegan al Gobierno, no saben que
gobernara sólo significa “guiar”, no “dominar”. La lista de tiranos y
dictadores, en la Historia del Mundo es conocida y, por cierto, criticada.
El doctor Terrones Negrete trae un concepto muy
suyo, referido en lo que él llama Ética light, es decir a la época
de descrédito de lo absoluto, como producto de una nueva idolatría, la del
capital o de una nueva “Religión”, la del mercantilismo.
Y al referirse a Internet que, en apenas 28 años ha dominado al mundo, se ha impuesto con sus propios elementos, se ha apoderado de la ciencia, de la cultura, la recreación y hasta el sexo, esta novedad, con su propia metodología, el Dr. Terrones critica el “vandalismo cibernético” (virus, hackers), es decir la relación entre lo público y lo privado, la privacidad y el uso de las cámaras ocultas.
Muy objetivo, bastante lúcido y motivador
constituye este Capítulo de la Ética, que es parte final de tan valioso texto.
La Ética es un tema profundamente comentado,
incidiendo en la necesidad de su práctica y aplicación constante, pero se la
soslaya, se la ignora, incluso se la desestima y se la critica; por
ejemplo, se dice que lo que es ético en un país, no lo es en otro; se cita, verbigracia
el caso del matrimonio, que resulta legal casarse dos o tres veces en un
determinado lugar, cuando es prohibido y hasta un delito, hacerlo, en otros
países.
La literatura sobre los derechos humanos es amplia
y profunda, las reuniones en el más alto nivel de las repercusiones mundiales,
ha tocado el asunto, con puntos de vista distintos, pero encaminados a lograr,
lo que al parecer, resulta una utopía respetar los derechos humanos.
Ha sido un acierto, la iniciativa del doctor Eudoro
Terrones Negrete, al dedicar todo un capítulo al análisis, al sustento y a la
defensa de la Ética, porque ella es la base no sólo de los derechos del hombre,
sino también de la dignidad humana, del prestigio personal, del comportamiento
y de la conducta.
Hace falta una cultura de la Ética, la
misma que debiera ser cultivada, enfatizada y divulgada por los centros
educativos, por los propios Organismos del Estado y por los medios de
comunicación; pero no en una campaña pasajera, sino constante y con tenacidad.
Los Diez Mandamiento de la Ley de Dios, contienen
todo un bagaje de cómo debe ser el comportamiento humano, en otras palabras, es
todo una ética, conjunto de valores eternos, nada difícil de practicar. Es
cuestión, en todo caso, de práctica educativa y de expresión elevada de la
personalidad de cada cual.
En suma, el trabajo intelectual del doctor Terrones
Negrete es valioso e inédito. Además de la proficua recolección de datos e
informes científicos y tecnológicos de actualidad, cabe resaltar el sentido
proyectivo y futurista que le otorga, siempre que su aplicación busque el
bienestar y progreso a que tienen derecho los pueblos del mundo.
Saludamos este nuevo aporte bibliográfico del
doctor Eudoro Terrones Negrete, augurándole mayores y mejores éxitos a su
singular producción intelectual. Lo real es que esta reflexión sobre Filosofía
de la globalización (Un cambio de época y una época de grandes cambios),
es, de hecho, un inevitable texto de consulta, no sólo para docentes y
estudiantes universitarios, sino para toda persona inquieta por deslindar lo
que es y lo que debe ser la globalización.
Una vez más, nuestra congratulación especial al doctor Eudoro Terrones Negrete, bastión irreductible de la cultura filosófica en el país.
Lima,
20 de marzo del 2010.
Dr. Jorge Lazo Arrasco