APUNTES SOBRE LA VIDA Y OBRA DE SIMÓN
BOLÍVAR (1783-1830)
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
“En
el primer cuarto del siglo XIX, Napoleón es Europa, Bolívar es América. Pero
Napoleón se quedó inmóvil para siempre en la gloria del pasado; Bolívar
continúa vivo y actuante” señala Alfonso Rumazo González.[1]
José
Antonio Simón De La Santísima Trinidad Bolívar Y Palacios: Simón Bolívar/
(1783-1830), es el cuarto y último hijo del coronel Juan Vicente Bolívar y de
doña María de la Concepción Palacios. Ha sido destacada figura de la
emancipación americana frente al Imperio español y contribuyó de manera
efectiva a la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y
Venezuela; fue el prócer más destacado de la Independencia Hispanoamericana.
Simón
Bolívar nació en Caracas, entonces capital de la Capitanía General de Venezuela
(la Venezuela colonial), el 24 de julio de 1783. Sus padres, fueron el coronel
Juan Vicente Bolívar y Ponte Andrade y María de la Concepción Palacios y
Blanco, cuyo tronco genealógico se ubicaba en Vizcaya, España, ambos de gran
solvencia económica y pertenecientes a la clase social más alta de la colonia.
Simón Bolívar era uno de los cinco hijos: María Antonia, Juana, Juan Vicente y
María del Carmen, esta última murió al nacer.
La
madre no pudo amamantarlo porque se encontraba delicada de salud, entonces se le encargó a la esclava de la
familia, llamada Hipólita, el cuidado de Bolívar.
Su
padre murió en enero de 1786 cuando Simón Bolívar tenía 3 años de edad y su
madre falleció cuando él tenía 9 años.
En
España, a los 19 años de edad Simón Bolívar contrae nupcias con María Teresa
Rodríguez del Toro, en este matrimonio que duró poco tiempo no tuvieron hijos.
A decir de Iván Guillermo Rincón Urdaneta, “Desde
muy temprana edad El Libertador tuvo contacto directo con las corrientes
revolucionarias del pensamiento del siglo XIX. Su educación intelectualista,
racionalista y humanista además de su énfasis y gloria, lo asemejan a Don
Quijote, según la observación genial del gran pensador e intelectual español
Miguel de Unamuno”[2].
Simón
Bolívar, hombre hiperactivo, de sangre
criolla, de fe inquebrantable, de actitud dialogante, de gran vocación por el
ejercicio de las armas y de controvertida personalidad política. Supo actuar
con inteligencia, seguridad, firmeza y éxito, a la vez que dar órdenes con
oportunidad, infundir valor a su ejército, trabar relación con los hombres más
notables de la época. Formó parte de una logia masónica. Disfrutó de una vida
acomodada pero también de una agitada y azarosa vida social, llegando a sufrir
en 1828 un atentado contra su vida al año siguiente de haber sofocado el
levantamiento del general Páez (1827) en Venezuela.
Miguel
de Unamuno, en “Don Quijote Bolívar”, manifiesta: “Bolívar fue un maestro en el
arte de la guerra y no un catedrático en la ciencia –si es que es tal– de la
milicia; fue un guerrero más que un militar, como decía Ganivet que suele ser
el español; fue teatral y enfático, tal como es naturalmente y sin afectación
su raza, nuestra raza, pero no fue un pedante. Bolívar fue un hombre, todo un hombre;
un hombre entero y verdadero. (…) Bolívar era de la estirpe de Don Quijote, el
de los bigotes grandes, negros y caídos”.
Varios
maestros de renombre tutelaron las enseñanzas que recibió Bolívar. Cabe referir
a Simón Rodríguez[3], hombre de ideas pedagógicas
progresistas; el sacerdote José Antonio Negrete, Andrés Bello, fray Jesús Nazareno Zidardia, a
Carrasco y a Vides, Guillermo Pelgrón, el sabio fray Francisco de
Andújar, entre otros. De ellos pudo aprender aspectos básicos de la
gramática, aritmética, latín, religión e historia, bellas artes, cosmografía,
cuyas enseñanzas
orientaron su ser y su comportamiento por la senda del bien, de la libertad y
la justicia de las mayorías.
“Bolívar,
- indica Juvenal Herrera Torres-, aunque lleno de la cultura humana del
planeta, poseía la savia telúrica, tórrida, contemplativa, dinámica, exuberante
y esperanzada de estas tierras bañadas por el Amazonas, el Orinoco y el Río de
la Plata, atalayadas por las cumbres del Chimborazo, Pisba y Potosí; de estas
tierras vírgenes y nuevas que inspiraron en nuestros más destacados
Libertadores la necesidad de crear un mundo nuevo que fuera la esperanza de
redención del mundo viejo. Bolívar es cósmico, precisamente, porque es
expresión genuina de la América nuestra”[4].
No
cabe duda, Bolívar fue el militar más aguerrido y audaz, el caudillo, el
educador, el Libertador de esclavos, el reivindicador de indígenas, el pedagogo
de masas, el internacionalista y el visionario nacido, crecido y realizado en
tierras americanas para llevar a la práctica los anhelos de emancipación de la
voluntad colectiva de cinco países sudamericanos y que confiaban en él ser
países libres, dignos y soberanos en el encuentro feliz con sus historias y sus
destinos, ¡Libérrimos por siempre!
Coincidimos
con las expresiones de Juvenal Herrera Torres cuando señala con claridad
meridiana: “La lucha que encabezó Bolívar contra la dominación colonial de
España no fue tan dura y compleja como la que tuvo que librar contra las
frondas oligárquicas criollas. Los españoles eran, como puede entenderse, los
agentes externos de la opresión. Los extranjeros. Pero los criollos dueños de
minas, tierras, indios y esclavos, así como los usureros, comisionistas y
mercaderes eran, necesariamente, los agentes internos del sistema colonialista.
Los criollos. Y Bolívar chocó
inexorablemente con las oligarquías criollas, a quienes sólo interesaba relevar
a los españoles en el mando político, sin perturbar en lo más mínimo las
relaciones de explotación existentes. Esta contradicción no era solamente en
términos de economía política. Era una contradicción global: eran y son dos
concepciones del mundo diametralmente opuestas y antagónicamente
irreversibles”.[5] Más adelante, Herrera Torres, en su obra “Bolívar: El Hombre de
América” manifiesta enfáticamente: “Bolívar nos legó el más genuino patriotismo
dialécticamente unido a los principios de la solidaridad y cooperación
internacionalista de los pueblos del mundo; nos enseñó a identificarnos con las
causas más nobles de la humanidad y dejó sentadas las bases del pensamiento
antiimperialista latinoamericano, como aporte real a la causa de la libertad,
la paz y el progreso de la humanidad. Sobre todo, nos
enseñó con su palabra y con su ejemplo personal, la moral republicana, y fue,
como estadista y como guerrero, una potencia ética. Combatió siempre contra el
desbordamiento terrorista, trazó con profundo decoro y dignidad las primeras
normas del derecho internacional americano. Fustigó así mismo a los que se han
valido del poder del Estado para abusar de su autoridad y delinquir, y comparó
a los ladrones del Estado: a los que se enriquecen del erario, con las alimañas
que se nutren de la sangre humana.”.
Cual
valeroso luchador social con ética política, Simón Bolívar combate con
renovados bríos, con la frente en alto, la mirada fija y haciendo uso de
diversos medios: el pensamiento, la voz, la espada, la pluma y el ejemplo,
hasta lograr pertinaz estrategia y táctica la vulgarización y el desarrollo de
su proyecto de Poder Moral y de la revolución emancipadora liberal.
Con las expresiones de
Herrera Torres diríamos: “Simón Bolívar, como precursor del pensamiento social
auténtico y como abanderado y padre de la integración latinoamericana, había
anticipado a los gobiernos de los pueblos que habían sido colonias de España,
que el único camino para preservar su independencia y soberanía era el de la
integración solidaria. Más allá de Venezuela, Nueva Granada, Ecuador o Perú,
preconizaba " la libertad del nuevo mundo". También manifiesta:
“Simón Bolívar fue y sigue siendo la más nítida expresión de la unidad orgánica
de América Latina. Desde el comienzo de su lucha entendía que las colonias
españolas de América no podían emanciparse separadamente y era preciso hacer
coincidir sus esfuerzos, darles coherencia y preconizar la mutua cooperación y
la solidaridad combatiente contra el enemigo común. Así lo inculcó en múltiples
arengas, proclamas y discursos a sus soldados y a los pueblos del continente, y
así lo reiteró con apremio a sus oficiales, lo mismo que a los dirigentes
políticos y gubernamentales de las nacientes repúblicas” (En “Bolívar: El Hombre
de América”)
A doscientos treinta y seis
años de su nacimiento (1783-2019), el pensamiento, la vida y la obra de Simón
Bolívar siguen vigentes, con presencia en la historia universal, siendo
estudiado en sus múltiples facetas, hasta en sus pequeños detalles, desde los
ángulos militares, sociales, políticos, educativos y humanos.
Alfredo
Boulton[6], escribe al respecto: “El
sentido de su vida todavía está fresco y se presta a un constante debate entre
partidos, ideas y pueblos, siendo la mejor prueba de que no ha muerto. Su
nombre está constantemente evocado de referencia, vivo y ejemplar, en todo acto
que involucre al ser americano. Como muy pocos héroes, “ha mantenido una
permanente vigencia en la imagen de América y siempre lo buscamos para comparar
todo acto de nuestra vida. Como ningún otro, él ha sido el símbolo de una raza
y sigue teniendo y manteniendo el ejemplo diario en toda clase de conducta ética,
moral y patriótica por las cuales nuestros países se rigen. Como muy pocos,
Bolívar lleva la carga emocional de la representación de un continente. Muy
pocos como él tienen esa importancia”.
En enero de 1797, Bolívar ingresa como cadete
en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua. En julio de 1798
es ascendido a Subteniente.
En
julio de 1798, recibe del rey Carlos IV
el grado de subteniente del Batallón de Milicias de Infantería de Blancos de
los Valles de Aragua. Al año siguiente viaja a España con el fin de continuar
sus estudios; aquí se casa con María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza el 26
de mayo de 1802, la misma que fallece de fiebre amarilla en enero de 1803. Recorre por diversas capitales de
Europa y se relaciona con personajes importantes como Alexander Von Humboldt y
Amado Bonpland. Desembarca en el
puerto de Santona, de aquí parte a Madrid y en años siguientes conoce Burdeos,
Bayona, París, Lyon, Alta Saboya, Italia, Turín, Milán, Venecia, Ferrara,
Florencia, Perusa y Roma.
El
15 de agosto de 1805 Bolívar presta el Juramento del Monte Sacro de Roma para
luchar sin descanso hasta lograr la libertad de América. He aquí el juramento:
“Juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por
la patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que haya
roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”.
Europa
vivía las repercusiones de los sucesos de la Revolución Francesa desencadenada
en 1789 y las consecuencias del fracaso de la expedición libertadora de
Francisco de Miranda y de la abortada conspiración en marzo de 1810. Bolívar participó como coronel en el
movimiento revolucionario de 1810. En este mismo año, conjuntamente con Miranda
fundaron la Sociedad Patriótica. El 7 de septiembre de 1814, Bolívar sale
de Venezuela al ser derrotado militar y políticamente por José Tomás Boves,
luego de su intento fallido de restablecer la República de Venezuela. El 14 de octubre
de 1813, obtiene el título de Libertador conferido por el Ayuntamiento de
Caracas junto al de Capitán General de los Ejércitos de Venezuela. El título de
Libertador le fue ratificado el 6 de enero de 1820, por el Congreso de
Angostura. En 1813, con ochocientos
hombres, Bolívar inicia la independencia de Venezuela, declarando a los
realistas la Guerra a Muerte.
El
6 de septiembre de 1815 escribe su “Carta de Jamaica” en la que expuso su
ideario político. El 7 de septiembre publica su Manifiesto de Carúpano. En 1817 fue
nombrado Jefe Supremo de la República de Venezuela, e investido de dicho cargo
procede a dotar a su patria de una Constitución y de organismos de poder.
En 1819 toma
Bogotá y luego procede a patrocinar la unión de Nueva Granda, Venezuela y
Quito. Así mismo se crea el congreso de Angostura en la que funda la Gran
Colombia conformada por los países de Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador.
El 7 de agosto
de 1819 logra la independencia de Nueva Granada en la Batalla de Boyacá, y
funda la República de La Gran Colombia. El 6 de julio de 1821 firma en Lima el
Tratado de “Unión, Liga y Confederación Perpetua” entre Perú y Colombia.
El
11 de julio de 1822 es nombrado presidente de Guayaquil. El 27 de julio de 1822
en Guayaquil Bolívar se compromete ante San Martín apoyar con efectivos
militares a los peruanos. Y el 15 de marzo de 1823 comunica al gobierno peruano
que en los meses de marzo y abril enviará dos divisiones de 3,000 soldados
colombianos cada una. En 1823, viaja a
Lima para luchar por la Independencia del Perú. El 20 de diciembre de 1823
Bolívar es recibido multitudinariamente en Trujillo. Al mando del Ejército
Unido Libertador, logra las victorias en las batallas de Junín y Ayacucho
(1824). Decide permanecer en Lima hasta 1826, tiempo en el que se dedica a
organizar la Federación de los Andes, proyecto que uniría a la Gran Colombia,
Perú y Bolivia.
Simón
Bolívar fue un hombre multifacético: militar, filósofo, escritor, educador, periodista,
estadista, constitucionalista, político y diplomático. Hablaba, leía y escribía
correctamente el francés, el italiano y el inglés.
El
10 de febrero de 1824 el Congreso peruano confiere plenos poderes dictatoriales
a Bolívar. Y su primera medida era
bloquear la toma del puerto del Callao por los españoles. El 8 de marzo de este
mismo año Bolívar instala en Trujillo la sede del Gobierno y del Estado Mayor.
El 10 de
marzo de 1824 emite un decreto que prohíbe el acaparamiento y la especulación
con la moneda de plata y oro. Y el 24 de marzo de este mismo año expide otro
decreto dando libertad a los esclavos para emplearse libremente. El 26 de
marzo, por exigencias de la guerra, Bolívar decide concentrar todas las
funciones ministeriales en sólo un ministro con plenos poderes civiles, que
resulta ser José Faustino Sánchez Carrión; dispone igualmente la creación de
una Corte Superior de Justicia, presidida por Manuel Lorenzo Vidaurre. El 10 de
mayo de 1824 firma en Huamachuco el decreto de creación de la Universidad de
Trujillo, El 31 de enero de 1825 Bolívar
decreta fundar escuelas normales en las capitales de los departamentos. El día
12 de febrero de 1825 el Congreso peruano aprobó asignar una recompensa
pecuniaria de un millón de pesos a Bolívar; este declinó recibirla en forma
personal y la destinó a la educación pública de su país. El 31 de enero de 1825 Bolívar
decreta fundar escuelas normales en las capitales de los departamentos. El día
12 de febrero de 1825 el Congreso peruano aprobó asignar una recompensa
pecuniaria de un millón de pesos a Bolívar; este declinó recibirla en forma
personal y la destinó a la educación pública de su país. El 8 de julio de 1825,
desde el Cuzco, Bolívar decreta diversas medidas relacionadas con rentas para
la educación, además de ordenar la reapertura de la universidad de San Antonio
Abad (ocurrida el 26 de abril de 1826), crear el Colegio Nacional de Ciencias y
Artes (que inició sus actividades el 28 de octubre de 1826 (y fundar el Colegio
de Educandas del Cuzco (que entró en funciones el 1 de abril de 1827) (Luis
Alva Castro,2003: 21-26-27).
El
6 de agosto de 1825 Simón Bolívar creó la república de Bolivia y el 12 de agosto
de 1825 es nombrado Primer Presidente de Bolivia. En 1826 Convocó y reunió al Congreso de Panamá con el objeto de
sentar las bases de integración latinoamericana. En 1827 se enfrenta a la insurrección de Páez en Venezuela.
Simón
Bolívar muere el 17 de diciembre de 1830, en la ciudad de Santa Marta de
Colombia y sus restos se hallan en el Mausoleo de Caracas. Sus últimas
declaraciones fueron: "¡Colombianos! Mis últimos votos son por la
felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y
se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro".
[2]
Iván Guillermo
Rincón
Urdaneta, Discurso: Bolívar y la Educación.
http://colombia.embajada.gob.ve/index.php?option=com_content&view=ar
[3] En 1824, Bolívar llegó a decir de
su maestro Simón Rodríguez: “Usted formó mi corazón para la libertad, para la
justicia, para lo grande, para lo hermoso…”
[4]
Herrera
Torres, Juvenal. “Bolívar: El Hombre de América”.
http://www.tss.gob.ve/wp-content/uploads/2016/01/Bolivar_el-Hombre_America-1.pdf
[5]
Herrera Torres, Juvenal. ”Bolívar: El Hombre de América”.
file:///C:/Users/ttona_000/Desktop/Bolivar_el-Hombre_America-1.pdf
[6] Boulton, Alfredo. Bolívar de Carabobo. Ediciones Macanao
and Alfredo Boulton, 1991. Macanao Ediciones, Caracas, 1992, pp.9-10.