Artículos periodísticos y de investigación

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8 de mayo de 2019

EL ORIGEN DEL TÉRMINO ÉTICA


EL ORIGEN DEL TÉRMINO ÉTICA
Escribe: Eudoro Terrones Negrete

Históricamente, fue Marco Tulio Cicerón (106 AC-43 AC), orador y político romano, quien para traducir el adjetivo griego Ethikos o Ethos (referente a la costumbre), acuñó el adjetivo  latino Moralis, de donde se ha derivado el término moral. Algunos prefieren el origen griego del vocablo y usan para el caso el término  Ética.
Algunos autores refieren que el primero que usó esta palabra fue el poeta Homero, quien entendía por  “Ethos”: “ lugar habitado por hombres y animales”.
Inicialmente, la ética aparece subordinada a la política (ética individual y ética social), cuando el hombre griego sentía la polis como una necesidad de su propia  naturaleza y que la vida individual sólo podía cumplirse dentro de la polis o ciudad, cuyo fin era alcanzar la Felicidad del ser humano.
A la pregunta ¿De dónde surge la Ética?, desde una posición cristiana (teoría creacionista o divina) podríamos responder diciendo que surge con la misma aparición del hombre en la tierra, tal como se señala en el libro del Génesis del capitulo I al capitulo 2, hasta el versículo 4, y de allí en adelante se va dando el modo de convivencia y van apareciendo las normas interpersonales para garantizar la existencia de una sociedad armónica, pacífica y fraterna.
Peter Singer, en su obra “Compendio de Ética” (1995), ante la pregunta ¿de dónde proviene la ética? manifiesta que:
“…Para responder a esta cuestión es preciso imaginarse cómo habría sido la vida sin normas, e inevitablemente esto suscita interrogantes acerca del origen. La gente tiende a mirar hacia atrás, preguntándose si existió en alguna ocasión un estado "inocente" y libre de conflictos en el que se impusieron las normas, un estado en el que no se necesitaban normas, quizás porque nadie quiso nunca hacer nada malo. Y entonces se preguntan "¿cómo llegamos a perder esta condición pre-ética?; ¿podemos volver a ella?".
“En nuestra propia cultura, dos respuestas radicales a estas cuestiones han encontrado una amplia aceptación. La primera -que procede principalmente de los griegos y de Hobbes- explica la ética simplemente como un mecanismo de la prudencia egoísta; su mito de origen es el contrato social”
“ Para esta concepción, el estado pre-ético es un estado de soledad y la catástrofe primitiva tuvo lugar cuando las personas comenzaron a reunirse. Tan pronto se reunieron, el conflicto fue inevitable y el estado de naturaleza fue entonces, según expresa Hobbes, "una guerra de todos contra todos" (Hobbes, 1651, Primera Parte, cap. 13, pág. 64) aun si, como insistió Rousseau, de hecho no habían sido hostiles unos con otros antes de chocar entre sí (Rousseau, 1762, págs. 188, 194; 1754, Primera Parte). La propia supervivencia, y más aún el orden social, sólo resultaron posibles mediante la formación de normas estipuladas mediante un trato a regañadientes (por supuesto este relato solía considerarse algo simbólico, y no una historia real). La otra explicación, la cristiana, explica la moralidad como nuestro intento necesario por sintonizar nuestra naturaleza imperfecta con la voluntad de Dios. Su mito de origen es la Caída del hombre, que ha generado esa imperfección de nuestra naturaleza, del modo descrito -una vez más simbólicamente- en el libro del Génesis…”.
Por su parte Antonio Marlasca (http://www.vinv.ucr.ac.cr/latindex/filos-105/021_marlasca.pdf ) señala que “Al plantearse el problema del origen de la ética, es frecuente hacer una distinción elemental: 1) la ética como disciplina teórica, reflexiva y crítica (Ethica docens), que tendría una fecha de aparición muy reciente (hacia el siglo VI antes de Cristo en lo que K. Jaspers ha llamado “tiempo eje de la historia” y que coincidiría, en lo fundamental, con el paso del mito al logos en el mundo griego); y 2) la ética como moral vivida y practicada (Ethica utens), cuya fecha de nacimiento coincidiría con la aparición del homo sapiens sobre la faz de la tierra. Sobre el origen de ésta última, el biólogo de origen español, F. J. Ayala, da una explicación sencilla e interesante en su conocida obra Origen y evolución del hombre. En efecto, según él, la ética (en cuanto moral vivida) es un atributo humano universal, lo cual parece sugerir que está determinada por la constitución genética de los seres humanos (o, lo que viene a ser lo mismo, que es un producto de la evolución biológica). Ahora bien, muchos autores (biólogos, científicos y filósofos en general) sostienen, por el contrario, que la moral tiene un origen social y cultural (y que no se deriva sin más de la naturaleza humana)”.

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