AMÉRICA
LATINA Y LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA DE CALIDAD EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
.
Cuando
abordamos el problema de la desigualdad en la educación superior en América
Latina y El Caribe es oportuno y válido destacar las expresiones de los
doctores Luis Alberto Sánchez y Claudio Rama.
Hace
cincuenta y seis años el doctor Luis Alberto Sánchez escribió el artículo
titulado “La Universidad de hoy”[1],
artículo que, en su fondo, mantiene vigencia y en el que explica algunos problemas
de las universidades latinoamericanas, tales como la falta de profesores a
tiempo completo, la deficiencia en equipos, la insuficiencia de bibliotecas y
laboratorios, la falta de campus universitario, la escasez de actividades de
investigación, la carencia de alicientes culturales, la insuficiencia de
presupuesto, entre otros.
“Se
advierte en todas las universidades latinoamericanas de hoy,- indica Luis
Alberto Sánchez- la falta de profesores a tiempo completo. En Perú, sobre 1.280
profesores, sólo hay, desde hace 3 años, 138 a tiempo completo, o sea un 11 por
ciento. En otros países no se llega a esa proporción. El profesorado a tiempo
completo representa la mejor posibilidad de tener alumnos a tiempo completo,
pues el profesor está permanentemente al servicio de su discípulo, como
consultor y guía. El programa de profesorado a tiempo completo y dedicación
exclusiva, representa por lo menos un aumento de un 30 por ciento de los
actuales presupuestos universitarios latinoamericanos. Cualquier política
destinada a fortalecer este programa significará un notable adelanto para la
universidad latinoamericana”.
También
señala el Maestro Sánchez: “La calidad y cantidad de las bibliotecas y
laboratorios es otro punto importante. Por lo común no se tiene una dotación
suficiente de dinero como para tener las bibliotecas al día, ni catalogar a
conciencia el material existente. El progreso de las ciencias exige hoy
renovación diaria de textos y materiales. Con los locales, personal y dinero
que tienen a su disposición las universidades latinoamericanas, no se puede
pensar en cualquier semejante tarea. Las deficiencias de equipo son palpables.
De hecho puede afirmarse que, en la era del átomo, la enseñanza de la física,
en nuestras universidades se realiza sin los elementos necesarios para una
seria, o al menos, incipiente investigación en la física nuclear.”
“La
falta de campus, a cambio de que los locales centrales se hallen en la parte
más activa de las ciudades, constituye otra de las desventajas de las
universidades latinoamericanas”.
“Pero,
un estudiante latinoamericano, africano, asiático y de algunos países
balcánicos es, además o ante todo, un joven que se halla insatisfecho de la
sociedad en que vive, del modo individual como se desarrolla, de los medios que
se le proporcionan para realizar sus objetivos. Un estudiante así, puede ser
que trate de aprender y adiestrarse y de hallar la verdad por sus propios
medios, pero le dominará el sentimiento de protesta por la injusticia en que
supone se le tiene restringido, le arrastrará el impulso de rebeldía contra los
poderes que le cierran el paso a lo que él piensa son sus fines últimos. Si no
se entiende esta diferencia, no se podrá entender nada de la universidad
latinoamericana actual, ni tampoco las de la India, Asia Menor, África
septentrional, etc.”
“Ello
nos conduce a una afirmación muy importante: hay un tipo de universidad de país
en plenitud de su desarrollo material; y hay un tipo de universidad de país mal
desarrollado materialmente, donde la pobreza constituye la atmósfera en que se
mueven las ideas, los hombres y sus hechos”.
Respecto
a los grandes problemas de las universidades latinoamericanas Luis Alberto Sánchez
identifica los siguientes: “Creo, a través de ello, y como se desprende de lo
anterior, que la problemática de las universidades latinoamericanas se reduce,
en nuestros días, a lo siguiente: 1) necesidad de facilidades físicas en la
forma de construcciones y equipamiento; 2) relación íntima y proporcionada
entre la educación secundaria y la superior; 3) fortalecimiento de una etapa
común, de cultura amplia, como basamento de la educación profesional; 4)
necesidad urgente de crear el profesorado a tiempo completo y a medio tiempo
con dotación económica y normas de enseñanza, consulta e investigación
adecuadas; 5) creación o robustecimiento de nuevos departamentos y facultades
íntimamente relacionados con las necesidades de la zona y pueblos respectivos,
en los niveles de urgencia cultural y desarrollo material; 6) dotación de
rentas adecuadas a tal desarrollo de modo que se pueda cumplir el lema de:
vocación individual, posibilidad institucional y necesidad nacional y social,
como objetivo de las universidades; 7) desarrollo de actividades y alicientes
culturales, de diverso tipo (investigación, viajes, relación con la comunidad,
deporte, arte, facilidades de biblioteca y laboratorio, vivienda y comida
adecuadas, etc.) para el estudiante; 8) intercambio internacional en diversos
niveles”.
Finalmente,
Luis Alberto Sánchez manifiesta: “En estas necesidades coinciden todas las
universidades latinoamericanas. No habrá pleno desarrollo en América Latina
mientras las universidades, que la proveen de sus líderes, no estén a la altura
de la responsabilidad que a éstos corresponde ni de la esperanza que los
pueblos tienen en ellos”.
El
doctor Claudio Rama, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la
Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), explica que la
iniquidad de las sociedades latinoamericanas “ es el resultado de su
heterogeneidad estructural histórica, de su inserción subsidiaria en los
circuitos de la economía mundial, de las modalidades desiguales del proceso de
mercantilización, de la debilidad de las estructuras de los Estados para
redistribuir las rentas excedentes y de las estructuras de concentración de los
bienes y servicios y de la muy reciente consolidación de las democracias. Estos
parecen ser los ejes centrales de América latina, el continente más desigual
medido por el índice de Gini”[2]
Iniquidad de las sociedades
latinoamericanas según Claudio Rama
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Heterogeneidad estructural histórica
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Debilidad de las estructuras de los
Estados para distribuir rentas excedentes
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Inserción subsidiaria en circuitos de
economía mundial
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Estructuras de concentración de
bienes y servicios
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Modalidades desiguales del proceso de
mercantilización
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Consolidación de las democracias
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Dentro
de este contexto los países latinoamericanos vienen realizando sumos esfuerzos
contra las inequidades en la educación universitaria y por el mejoramiento de
la educación; están abogando por la autonomía, la regionalización y la
descentralización de los procesos educativos, por la aplicación de políticas
educativas de equilibrio y cohesión social y con responsabilidad social, por
una educación continua, inclusiva, humanista, científica, tecnológica, con
sentido social, axiológica y ética.
Lograr
una educación universitaria de calidad que contribuya decididamente con el
desarrollo de los países de América Latina y El Caribe implica: a) reducir la
brecha tecnológica entre inforricos e infopobres, b) universalizar
las nuevas tecnologías en los procesos pedagógicos, c) erradicar el
analfabetismo electrónico y el analfabetismo tradicional, d) generar mayores
fuentes de trabajo para la juventud, e) democratizar el ingreso a las
universidades, f) desarrollar la educación continua e inclusiva , g) gozar de los
beneficios de la educación conforme a criterios de excelencia reconocidos
internacionalmente, sin discriminación por razones de idioma, raza, sexo,
religión, capacidad física, h) unir esfuerzos entre los estados para distribuir
equitativamente y con oportunidad la riqueza y el ingreso nacionales, i) contar
con presupuesto suficiente para realizar investigación científica, efectuar el
equipamiento de laboratorios, talleres y bibliotecas, incrementar
significativamente las remuneraciones del personal docente, administrativo y de
servicios, j) aplicar estructuras de gestión educativa descentralizada y
flexible, k) desarrollar sistemas pedagógicos desburocratizados, l) incrementar
la matrícula sin sacrificar la calidad, sin excederse en las pensiones de
enseñanza y sin saturar el mercado interno con profesionales.
Hay
múltiples razones que justifican este compromiso histórico. Sólo la educación universitaria
de calidad es la clave y la herramienta fundamental para mejorar e incrementar
los niveles de producción y de productividad en los países de América Latina y
El Caribe. Con la educación universitaria de calidad es posible generar nuevos
conocimientos, nuevas teorías de enseñanza-aprendizaje y nuevas tecnologías; incrementar
la calidad de vida de la población, desarrollar óptimamente la democracia
funcional con pleno respeto a los Derechos Humanos y competir con eficacia en
la nueva sociedad del conocimiento.
La
educación universitaria latinoamericana será de calidad en el momento en que
llegue a ser: inclusiva, participativa, innovadora, equitativa,
desburocratizada y descentralista; impulsora de la investigación científica,
humanista y tecnológica; incentivadora de las aptitudes creativas de profesores,
estudiantes y egresados; renovadora de métodos y de técnicas de enseñanza-aprendizaje;
forjadora de profesionales, investigadores sociales y especialistas
con empleo bien remunerado, con oportunidades de realización y desarrollo de su
personalidad y de sus proyectos de vida. Asimismo, quiere decir que responde a
las necesidades de crecimiento y desarrollo integral de la sociedad en lo humanístico,
científico, tecnológico, social, económico, político, cultural, ecológico y
axiológico; deberá ser el producto de la planificación estratégica, realizada por la comunidad académica universitaria
de manera racional, confiable y responsable.
La
educación universitaria latinoamericana será de calidad en el momento en que
llegue a ser producto de la superación de altos estándares, producto de la
gestión y la cultura de calidad total, producto de la aplicación de
la filosofía de prevención, producto de la creatividad e innovación
institucional, producto del trabajo académico y administrativo en equipo, producto
de la incorporación de los mejores estudiantes, mejores profesores, mejores
recursos didácticos, metodológicos y tecnológicos, producto de la satisfacción
de las exigencias, expectativas y necesidades de los estudiantes, producto del
mercado laboral y de los grandes objetivos de las naciones latinoamericanas.
La
educación universitaria latinoamericana será de calidad cuando llegue a ser una
educación humanística, científica, tecnológica, axiológica, participativa, inclusiva,
pluricultural, autónoma y con libertad académica e institucional, polivalente,
interdisciplinaria, multidisciplinaria, competitiva, continua, medida sobre la
base de resultados, receptiva de la cooperación internacional y centrada en los
intereses de los estudiantes.
La
educación universitaria latinoamericana será de calidad cuando llegue a utilizar
métodos formativos basados en la acción y en el enfoque globalizador; cuando desarrolle
el pensamiento analítico y sintético, pensamiento creativo, pensamiento
dialéctico, pensamiento sistémico, pensamiento holístico y el pensamiento
complejo; cuando aplique la enseñanza basada en las competencias (EBC) y en la
solución de problemas (EBSP); cuando logre incrementar las zonas de
desarrollo próximo de los estudiantes y aplique el horario flexible en las
sesiones de enseñanza-aprendizaje; cuando aplique las estrategias didácticas
para formar competencias: el método constructivista de Kolb, el método clínico
de Piaget, el método de mapas conceptuales, las estrategias metacognitivas, las
pasantías, el análisis crítico, el portafolio, la simulación, la clase
magistral, el seminario, las monografías y los ensayos.
[1] Revista
“Américas” de la OEA, Washington D.C. Marzo de 1962, páginas 14, 15, 16 y 17.
Incluido en el libro de Luis Alberto Sánchez, Educación para una vida mejor. Edición auspiciada por la Biblioteca
Abraham Valdelomar. Impreso en Litho / Arte SAC, Lima, 2016, pp. 111-122.
[2] En: Revista Universidad Nº 8- ANR- Comisión
de Coordinación Inter-Universitaria- Dirección General de Desarrollo Académico.
Lima-Perú, 2005.