ÉTICA DE LA LIBERACIÓN EN AMÉRICA LATINA
Escribe: Eudoro
Terrones Negrete
Abordar el tema de la Ética de la Liberación en América Latina implica
ubicarse en el espacio y tiempo histórico de los países de esta parte del
planeta que sufren dominación, dependencia, exclusión e injusticias sociales
por grupos de poder económico y político que haciendo uso de su dinero y de sus
influencias explotan irracionalmente los recursos naturales de los países,
oprimen y explotan a la inmensa mayoría de ciudadanos para satisfacer sus
grandes e inconfesables intereses que son contrarios al bien común.
Este tipo de ética surgida en el Siglo XXI se orienta a revertir el
orden de corrupción, abuso, marginación e injusticia y a modificar el
comportamiento de los individuos con el fin de mejorar la calidad de vida de
las personas, lograr su desarrollo integral y alcanzar niveles de perfección humana.
Somos conscientes que revertir el orden de injusticia en los países de América
Latina no es tarea fácil. Conlleva asumir un compromiso con el cambio social, político, económico, educativo,
cultural, ecológico y profundamente ético. Implica una inmensa responsabilidad
histórica de los gobiernos y el logro de
la participación de los poderes del Estado, de la sociedad civil, de los medios
de comunicación y las poblaciones tradicionalmente marginadas del poder
político para la edificación de su propio destino.
La ética de la liberación en América Latina tiende a identificar los
sectores sociales marginados, pauperizados y engañados por quienes ostentan y
controlan el poder; propende a plantear
alternativas teniendo como centro de atención, reflexión y praxis al hombre en
su dimensión integral que sufre miseria, opresión, injusticia y negación de sus
plenos derechos.
Distinguidos luchadores sociales, estadistas, políticos, intelectuales,
escritores, teólogos, periodistas y maestros universitarios contribuyeron a
crear toda una filosofía moral de la liberación en los países de América Latina.
Aquí cabe mencionar, especialmente a Juan
Pablo II, José Gaos, Paulo Freire, Leopoldo Zea, Enrique Dussel, Samuel Ramos,
Arturo Andrés Roig, Fals Borda, Víctor Raúl Haya de la Torre, Antenor Orrego, José Carlos Mariátegui, Francisco Miró Quesada
Cantuarias, Augusto Salazar Bondy, Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff, Ignacio
Ellacuría, entre otros.
El hombre, entre todos los seres vivos, es el único ser ético, porque la
ética es intrínseca a toda naturaleza humana. El hombre, a lo largo de su agitada y compleja
existencia, desarrolla valores y
antivalores, toma conciencia que para lograr mejores decisiones y mayores grados y niveles de bienestar requiere
de la práctica de valores positivos, necesita de reflexiones autocríticas y
mutuocríticas sobre sus pensamientos, sentimientos, aspiraciones y actos
públicos en su vida de relación interpersonal.
El fundamento del buen vivir de la persona humana es la axiología, la
ética y la deontología, las mismas que le indica el camino correcto a seguir,
le advierte los peligros y le dice lo que debe hacer y no deber hacer, lo que
debe evitar para enrumbar su existencia por mejores horizontes y para liberar
al Otro -su semejante- escuchando los latidos de su ser en aras del bien común.
Enrique Dussel, filósofo argentino-mexicano, es el creador de la ética
de la liberación. Propone una Ética de la Liberación, fundamentado en el humanismo
del Otro, en el tener conciencia ética para ayudar a liberar al Otro,
escuchando su voz y denunciando las injusticias en la que vive, y guiando su
liberación mediante la praxis.Una muestra de la nutrida producción intelectual
de Dussel, sobre el tema que nos ocupa, son sus libros: Caminos de Liberación
Latinoamericana, Para una Ética de la Liberación, Filosofía Ética
Latinoamericana, América Latina: Dependencia y Liberación, Antología de Ensayos
Antropológicos y Teológicos desde la proposición de un pensar latinoamericano,
Método para una Filosofía de la Liberación: superación analítica de la
dialéctica hegeliana, Filosofía de la Liberación, La filosofía de la liberación
ante el debate de la postmodernidad y los estudios latinoamericanos, Ética de la
liberación en la edad de la globalización y la exclusión, De la liberación en
la edad de la globalización y la exclusión, Hacia una filosofía política
crítica y 20 tesis de política.
Como ilustración de las líneas temáticas que deben seguirse en la
actualidad en el ámbito de su Filosofía de la Liberación, Enrique Dussel señala
como algunos de los retos urgentes: 1º. La recuperación del pensamiento
marxista para la realidad pobre latinoamericana; 2º. Una incorporación de la
ética de la liberación, desde su propia posición, a los problemas planteados
por la ética de la comunicación: las normas son válidas en la medida en que son
aceptadas, y en la medida en que es aplicable. Y es aplicable en la medida en
que nos permite vivir. 3º. Un pensar ontológicamente desde el ser del capital,
la realidad atormentada del trabajador asalariado latinoamericano por medio del
concepto de "trabajo vivo" y la "cuestión de la dependencia";
4º. Una profundización de la "cuestión popular" con la categoría
"pueblo" que nos permite explicar la continuidad de los grupos
humanos más desfavorecidos – formación social histórica- a través de la ruptura
de los procesos revolucionarios de los sucesivos procesos de producción; 5º. El
tratamiento de la "cuestión cultural" para proteger a los países
subdesarrollados de la hegemonía ejercida por los países desarrollados por
medio de la cultura de la sociedad de consumo; 6º. La defensa de un espacio de
libertad política por medio de la democracia frente a las dictaduras; 7º. La
reivindicación de la liberación de la mujer y la autoafirmación de la juventud;
8º. La reivindicación de la dignidad de los pueblos indígenas, con una visión
crítica de la historia.(
Esta praxis, no es sino el actuar intramundano, pero éste actuar puede
ser de dos maneras: una praxis de dominación, que la que ha venido ejerciendo
el centro sobre la periferia, la totalidad sobre la alteridad, el estado sobre
el ciudadano, etc; y la praxis de liberación que se concretiza en la legalidad,
en la justicia. Dussel: Fundamentación de la ética y la Filosofía de la
liberación Ética de la Liberación puede emprender, desde el
"re-conocimiento" del Otro, y desde el imperativo o norma ética
básica ("¡Libera al Otro negado en su dignidad!"; sea el pobre, la
mujer, la clase obrera, la nación periférica, la cultura popular dominada, la
raza discriminada, las generaciones futuras, etc.), el proceso (procedimental
discursivo) de la validación intersubjetiva del factum, p.e. de la miseria de
los explotados o excluidos (teniendo en cuenta que hay "comunidad de
comunicación hegemónica" o "dominante", y, por ello, la validez
propiamente ética puede darse al comienzo sólo entre los mismos dominados o
excluidos. La “conciencia ética” es entonces oír-la-voz-del-Otro; voz o palabra
que exige justicia, que exige su derecho, ya que el Otro es "Santo",
mejor: "el Santo", el sagrado por excelencia, y, por ello, quien oye
su voz no puede sino lanzarse en el camino de la justicia. Como ilustración de
las líneas temáticas que deben seguirse en la actualidad en el ámbito de su
Filosofía de la Liberación, Enrique Dussel señala como algunos de los retos
urgentes: 1º. La recuperación del pensamiento marxista para la realidad pobre
latinoamericana; 2º. Una incorporación de la ética de la liberación, desde su
propia posición, a los problemas planteados por la ética de la comunicación:
las normas son válidas en la medida en que son aceptadas, y en la medida en que
es aplicable. Y es aplicable en la medida en que nos permite vivir. 3º. Un
pensar ontológicamente desde el ser del capital, la realidad atormentada del
trabajador asalariado latinoamericano por medio del concepto de "trabajo
vivo" y la "cuestión de la dependencia"; 4º. Una profundización de
la "cuestión popular" con la categoría "pueblo" que nos
permite explicar la continuidad de los grupos humanos más desfavorecidos –
formación social histórica- a través de la ruptura de los procesos
revolucionarios de los sucesivos procesos de producción; 5º. El tratamiento de
la "cuestión cultural" para proteger a los países subdesarrollados de
la hegemonía ejercida por los países desarrollados por medio de la cultura de
la sociedad de consumo; 6º. La defensa de un espacio de libertad política por
medio de la democracia frente a las dictaduras; 7º. La reivindicación de la
liberación de la mujer y la autoafirmación de la juventud; 8º. La
reivindicación de la dignidad de los pueblos indígenas, con una visión crítica
de la historia.
Concluyo el artículo pero sin agotar el asunto, asumiendo el compromiso
de profundizar la temática en mis próximos artículos.