HAYA
DE LA TORRE, LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA UNIVERSIDAD POPULAR “MANUEL GONZALEZ
PRADA” EN EL PERÚ
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Hace cien años
(1918-2018), en Córdova (Argentina), se produjo el primer chispazo de la
revolución universitaria, que rápidamente se expandió y vinculó
continentalmente con los demás países de América Latina.
Germán Arciniegas llegó a
decir que “La revolución tuvo por efecto inmediato y resultado más visible,
pronunciarse contra un sistema anticuado, casi arqueológico, que retenía a la
universidad al margen de las inquietudes de nuestro tiempo, de los avances
técnicos, de la investigación científica”.
Y agregaba: “El caso obliga a hacer
de la Universidad un formidable laboratorio humanizado, con campos de
experimentación en donde quiera que haya un grupo humano que deba ser
investigado, que esté pidiendo una aproximación, en donde no haya el interés
del partido, sino el fervor del estudio”.[1]
Los estudiantes
universitarios de Córdova buscaban liberar a la universidad de sus
tradicionales males y problemas. Justificaban sus demandas revolucionarias
dentro de una lucha dialéctica que implicaba Negación y afirmación, para
investigar, saber, emancipar la universidad de la tutela religiosa y acercarla
a las clases populares, renovar los estudios y reconstruir las universidades y
el Estado.
Las demandas
revolucionarias de los estudiantes eran: la libertad de Cátedra, la asistencia
libre, la participación de los estudiantes en el gobierno de las universidades,
la autonomía universitaria, asistencia libre a clases, establecimiento de
libertad de cátedra o docencia libre con cátedras paralelas o docencia libre,
bienestar estudiantil, libertad de juramento, nacionalización de universidades
provinciales del Litoral y Tucumán, supresión del dogmatismo imperante, contra
el carácter “arcaico y elitista del sistema de gobierno en la universidad,
libertad académica, gratuidad de la enseñanza, unidad latinoamericana, misión y
función social de la universidad, renovación por concurso de cátedras, libertad
absoluta de doctrinas, rebaja de pensiones, entre otros.
En 1917 Haya
de la Torre conoció al político y literato Manuel
González Prada y
se convirtió en visitante de su casa para desarrollar actividades políticas
propias del radicalismo de dicho intelectual; un año después cargó el ataúd de
González Prada.
En
enero de 1919 participó
en la comisión universitaria y tras afirmar y consolidar su liderazgo
estudiantil apoyó la lucha de los trabajadores por la conquista de la jornada
de las ocho horas de trabajo, incursionando así en la vida política del Perú.
En octubre de este año, fue elegido presidente de la Federación de Estudiantes
del Perú, y que le permitió vincularse con amplios sectores
de la sociedad peruana e indoamericana y encabezar movimientos de lucha social
y política a favor de la reforma universitaria en el Perú.
Participó
en el primer Congreso Nacional de Estudiantes, realizado en la ciudad del Cusco (marzo
de 1920), donde se aprobó el proyecto de creación de las “universidades
populares”, que dos años más tarde (en 1922) se les denominó Universidades
populares González Prada.
Torres Iriarte expresa: “Desde la década del veinte del siglo pasado, la
presencia e influencia de Víctor Raúl Haya de la Torre, reviste la mayor
importancia en los procesos políticos desarrollados en América Latina. La
contribución en el plano ideológico, transcendió a la práctica política, al
organizarse movimientos y partidos políticos en diversos países de la región,
bajo la concepción de frentes únicos de trabajadores manuales e intelectuales y
partidos pluriclasistas. La
fuerza y claridad del pensamiento de Haya de la Torre, fueron convocando a los
trabajadores y estudiantes latinoamericanos, que más allá de los nacionalismos,
comprendieron que el aprismo como ideología, como frente o como partido; eran
instrumentos de la transformación política y de la redención social para
nuestros pueblos. Sucesos
como la Revolución Mexicana y la Reforma Universitaria de Córdova,
representaban hitos importantes en la forja de un destino político diferente
para América Latina. Desde su primer destierro en 1923, Haya de la Torre,
comprendió que la gran transformación debía responder a un esfuerzo
continental, que tuviera objetivos de lucha antiimperialista, de unidad
política y económica, de nacionalismo económico y de solidaridad internacional.
La experiencia de las Universidades Populares,
las luchas de estudiantes y trabajadores en el Perú, facilitaron que en virtud
a una rigurosa formación académica, capacidad de análisis y de interpretación
de la realidad latinoamericana, Víctor Raúl definiera Qué es el APRA y señalará
el Programa Máximo conciso; que desde su exposición y difusión, se convirtió en
el ideario de las juventudes, de los trabajadores y de los pueblos de nuestro
continente. Por ello es justo reconocer,
la gran contribución de Haya de la Torre al pensamiento político
latinoamericano; en un continente acostumbrado a seguir los lineamientos
políticos señalados en Europa”.[2]
“Haya de la Torre, -señala Torres Iriarte- más allá de su condición de
político y pensador, ejerció la docencia en América Latina, lo que lo convierte
en una figura prominente de nuestros pueblos, quiénes recogiendo su
pensamiento; hoy en un contexto de globalización y de integración de mercados,
encuentran en los procesos regionales de integración una herramienta adecuada
para insertarnos mejor en la economía internacional, sin desviarnos de la
defensa de los principios de pan con libertad”.
LA UNIVERSIDAD POPULAR "MANUEL GONZÁLEZ PRADA" EN EL PERÚ
Entre el 11 y el 20 de
marzo de 1920 se realiza, en el Cuzco, el Primer Congreso Nacional de
Estudiantes peruanos, eligiendo a Haya de la Torre como a su primer Presidente
de la Federación de Estudiantes del Perú. En este Congreso se aprobó la
creación de las Universidades Populares, la misma que fue solicitada y
sustentada por el delegado Abraham Gómez, respaldada y defendida por Haya de la
Torre y Luís F. Bustamante.
En virtud de este
Congreso se permitió la existencia de cátedras libres, que los delegados de los
estudiantes tuvieran asiento en el Consejo Universitario; y en lo político se
suscitó un distanciamiento entre el Gobierno de Leguía y los estudiantes.
A iniciativa de Víctor
Raúl Haya de la Torre, el Primer Congreso de Estudiantes del Perú, proclamó la
reivindicación material y espiritual del indio como uno de los primeros deberes
de la juventud reformista, grito redentor que avivó siempre, en sus coloquios y
desde la Universidad Popular.
Haya de la Torre, funda
en su casa, en Villa Mercedes (Lima), la primera Universidad Popular “González
Prada” del Perú (UPGP), que adopta tres lemas originales: uno, que se indicaba
con los tres ochos «8-8-8» para significar: ocho horas de trabajo, ocho horas
de estudio y ocho horas de descanso. El otro provenía del lema del
cooperativismo que decía «Uno para todos y todos para uno». Y el tercero, “Si
sabes mucho, enseña. Si sabes poco, aprende”.
La inauguración se
efectuó en el Palacio de la Exposición de Lima, cerca del Parque de la Reserva,
el 22 de enero de 1921, es decir al año siguiente del acuerdo del Cuzco. Meses y años después se
organizan universidades populares en Barranco, El Callao, Arequipa, Salaverry,
Trujillo, Cuzco, Ica, Chosica y Jauja.
DISCURSO
INAUGURAL
En su condición de
flamante Rector de la UPGP. Haya de la Torre pronunció un reflexivo discurso
inaugural: “En el Perú, los estudiantes que tenemos el privilegio de recibir
educación secundaria y superior, constituimos una minoría, comparada con la
gran población juvenil, incapacitada, por razones económicas, de recibir los
beneficios de la cultura”.
TEMAS
DEL I CONGRESO DE ESTUDIANTES
El Congreso tuvo por
temas la autonomía universitaria, la participación de los estudiantes en el
gobierno de la universidad, el derecho a la cátedra libre, la abolición de las
cátedras vitalicias, el derecho de tacha a los catedráticos por parte de los
estudiantes, la liquidación del reglamentarismo en la enseñanza y la gratuidad
de la enseñanza.
Así mismo, la igualdad de
deberes y derechos entre los estudiantes, la expulsión de los catedráticos
tachados, la asistencia libre de los estudiantes tras la supresión de la
lectura de listas, el otorgamiento de becas para los estudiantes de escasos
recursos económicos, el derecho a huelga de los estudiantes, la creación de las
universidades populares, la lucha contra las drogas, entre otros.
LA
PONENCIA DE LOS 14 PUNTOS
La ponencia tuvo catorce
puntos, entre los cuales se acordó lo siguiente: la creación inmediata de la
Universidad Popular bajo la dirección de la Federación de los Estudiantes del
Perú, para lo que se solicitará el apoyo de los Poderes Públicos, de las
instituciones y de los particulares que se interesen por sus nobles
finalidades.
La Universidad Popular
tendrá intervención oficial en todos los conflictos obreros, inspirando su
acción en los postulados de justicia social; la enseñanza comprenderá dos
ciclos: uno de cultura general de orientación nacionalista eminentemente
educativa, y otro de especialización técnica, dirigida hacia las necesidades de
cada región; la enseñanza será metodológica, ordenada, sencilla y eminentemente
objetiva (cinematógrafo, vistas fijas, cuadros murales, etc.) haciéndose ella
por lecciones y conversaciones y sirviendo la conferencia sólo como tesis y
complemento de éstas”.
Se precisa, que la
enseñanza deberá estar exenta de todo espíritu dogmático y partidista; se
organizarán cursos de vacaciones de extensión cultural organizados por el
comité federal y los centros representativos de las universidades menores, en
las distintas provincias de la República y que serán encomendadas a los
estudiantes que permanezcan en ellas durante aquel tiempo.
La Universidad Popular
deberá preocuparse del perfeccionamiento intelectual, moral y físico del
obrero, de sus necesidades materiales, fomentando la creación de cooperativas,
cajas de ahorro e instituciones que tiendan a ese fin.
La ponencia señalaba que
la Universidad Popular deberá organizar una biblioteca, con préstamos de libros
a domicilio; un museo nacional de producciones naturales e industriales; salas
de recreo y campos deportivos; un consultorio técnico compuesto por alumnos de
las distintas facultades y que absolverá por escrito o verbalmente las
cuestiones que se propongan.
Además se determinó que
la FEP encomendaría a una comisión la reglamentación de la Universidad Popular.
ANTECEDENTES
La Universidad Popular
tuvo por antecedente las ideas anarco-sindicalista puro de Manuel González
Prada, cuando a decir de Haya “La vieja arquitectura de las Universidades
oficialistas, sólo permitía elaborar profesionales de la política, que es decir
profesionales de la explotación” (San Ángel, México, enero 1924).
La Universidad Popular
también tuvo su origen en la iniciativa de Haya de crear el Centro
Universitario de Trujillo en junio de 1916, cuando el 27 de junio de este año
se aprueba un voto de aplauso para el Centro Universitario por la instalación
de la Universidad Popular.
El Plan de Acción
Inmediata o Programa Mínimo de 1931 del Partido Aprista Peruano, en el rubro de
“Educación”, propone la creación de “universidades populares…”
PLANA DOCENTE
PLANA DOCENTE
En la plana docente de
las U.P.G.P. estuvo conformada por estudiantes de diferentes facultades de las
universidades de San Marcos y San Fernando y la Escuela de Ingenieros. Cabe
referir a Víctor Raúl Haya de la Torre, Oscar Herrera Marquis, Manuel G.
Abastos, Raúl Porras Barrenechea y Nicolás Terreros.
También Aristóbulo Chávez
Herrera, César Delfín Castañeda, Víctor Raúl Iparraguirre, Rómulo Meneses,
Jacobo Hurtwitz, Francisco Sánchez Ríos, Eloy Vega Luque y Jesús Vera
Portocarrero, Humberto del Águila, Luis E. Heysen, José Carlos Mariátegui,
Tapia Padilla, Teodoro Moneda, Luis F. Bustamante, Alfonso Silva Santisteban y
Enrique Cornejo Koster,
Las UPGP tenían un
Consejo Directivo integrado por representantes de alumnos y profesores; la
asistencia de los alumnos era libre y la enseñanza gratuita, los profesores
colaboraban con sus clases magistrales.
ASPECTO
ACADÉMICO
En las UPGP se enseñaban,
por ejemplo, asignaturas de biología general, salud e higiene, geografía
científica y social, historia de la civilización, historia de las ideas
sociales, psicología, medio ambiente, economía política e historia de la crisis
mundial.
Las UPGP realizaban
campañas de higiene y salud, campañas para erradicar el opio, el consumo de
alcohol y resolver los problemas sociales o de contaminación del medio
ambiente, mediante la celebración del “Día de la Planta” con el lema “Los
árboles mejoran el clima y alegran la vista. Cuidémoslos”, “Siembra un árbol y
te pagará con su sombra”, “Siembra un árbol y escribe un libro”, “Aprende del
árbol, elévate como él”, Día que fue instituido por Haya de la Torre.
Las horas de clase
empezaban a las 8.00 de la noche y se prolongaba en algunas ocasiones hasta las
primeras horas del día siguiente.
En esta institución
popular se utilizaba una metodología adecuada al adulto y objetiva mediante el
uso de cuadros murales, vistas fijas, cinematógrafos, y el método socrático o
dialogado. Se complementaban mediante conferencias y prácticas académicas
consistentes en la organización de cajas de ahorro, de cooperativas de
servicios múltiples.
DEMOCRATIZACIÓN
DE LA CULTURA
Estas universidades
luchaban por desterrar las exclusiones teologales ( “Tolerar a todos, menos a
los intolerantes” ), por erradicar el sistema feudal universitario, por recusar
el espiritualismo idealista y el positivismo conservador, por democratizar el
conocimiento y la cultura, por eliminar los privilegios de clase, por crear y
consolidar la conciencia de clase en los trabajadores manuales e intelectuales,
por generar el cambio de actitud de la población frente a los problemas
sociales para una eficaz y oportuna solución.
También trataban de
despertar la conciencia de responsabilidad histórica de los trabajadores,
formar grupos de estudio descentralizados, rechazar las ideas conservadoras y
opresivas de la plutocracia limeña, impartir sus enseñanzas de cultura general
y de especialización técnica orientadas a las necesidades de cada región.
TRANSFORMACIÓN
ESPIRITUAL Y MORAL
De las UPGP, Antenor
Orrego manifestó que era el “germen y raíz de la gran transformación espiritual
y moral que se está operando en nuestra patria”, ante el predominio del
“espíritu cerrado y estrecho de las Universidades oficiales en el Perú, que se
mantenían radicalmente aisladas y extrañas a las grandes masas populares de la
nación. Peor aún, el universitario académico de entonces no ocultaba un
sentimiento peyorativo hacia el pueblo a quien despreciaba desde las alturas
aristocráticas de su refinamiento intelectual”
[2] José Antonio Torres Iriarte, “Haya de la Torre y su influencia en el
proceso político latinoamericano”. Revista Indoamericanista A.P.R.A, 93 años.
http://apra-global.blogspot.pe/2008/02/haya-de-la-torre-y-su-influencia-en-el.html