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1 de mayo de 2019

AMÉRICA LATINA Y LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA DE CALIDAD EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO


AMÉRICA LATINA Y LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA DE CALIDAD  EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

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Cuando abordamos el problema de la desigualdad en la educación superior en América Latina y El Caribe es oportuno y válido destacar las expresiones de los doctores Luis Alberto Sánchez y Claudio Rama.
Hace cincuenta y seis años el doctor Luis Alberto Sánchez escribió el artículo titulado “La Universidad de hoy”[1], artículo que, en su fondo, mantiene vigencia y en el que explica algunos problemas de las universidades latinoamericanas, tales como la falta de profesores a tiempo completo, la deficiencia en equipos, la insuficiencia de bibliotecas y laboratorios, la falta de campus universitario, la escasez de actividades de investigación, la carencia de alicientes culturales, la insuficiencia de presupuesto, entre otros.
“Se advierte en todas las universidades latinoamericanas de hoy,- indica Luis Alberto Sánchez- la falta de profesores a tiempo completo. En Perú, sobre 1.280 profesores, sólo hay, desde hace 3 años, 138 a tiempo completo, o sea un 11 por ciento. En otros países no se llega a esa proporción. El profesorado a tiempo completo representa la mejor posibilidad de tener alumnos a tiempo completo, pues el profesor está permanentemente al servicio de su discípulo, como consultor y guía. El programa de profesorado a tiempo completo y dedicación exclusiva, representa por lo menos un aumento de un 30 por ciento de los actuales presupuestos universitarios latinoamericanos. Cualquier política destinada a fortalecer este programa significará un notable adelanto para la universidad latinoamericana”.
También señala el Maestro Sánchez: “La calidad y cantidad de las bibliotecas y laboratorios es otro punto importante. Por lo común no se tiene una dotación suficiente de dinero como para tener las bibliotecas al día, ni catalogar a conciencia el material existente. El progreso de las ciencias exige hoy renovación diaria de textos y materiales. Con los locales, personal y dinero que tienen a su disposición las universidades latinoamericanas, no se puede pensar en cualquier semejante tarea. Las deficiencias de equipo son palpables. De hecho puede afirmarse que, en la era del átomo, la enseñanza de la física, en nuestras universidades se realiza sin los elementos necesarios para una seria, o al menos, incipiente investigación en la física nuclear.”
“La falta de campus, a cambio de que los locales centrales se hallen en la parte más activa de las ciudades, constituye otra de las desventajas de las universidades latinoamericanas”.
“Pero, un estudiante latinoamericano, africano, asiático y de algunos países balcánicos es, además o ante todo, un joven que se halla insatisfecho de la sociedad en que vive, del modo individual como se desarrolla, de los medios que se le proporcionan para realizar sus objetivos. Un estudiante así, puede ser que trate de aprender y adiestrarse y de hallar la verdad por sus propios medios, pero le dominará el sentimiento de protesta por la injusticia en que supone se le tiene restringido, le arrastrará el impulso de rebeldía contra los poderes que le cierran el paso a lo que él piensa son sus fines últimos. Si no se entiende esta diferencia, no se podrá entender nada de la universidad latinoamericana actual, ni tampoco las de la India, Asia Menor, África septentrional, etc.”
“Ello nos conduce a una afirmación muy importante: hay un tipo de universidad de país en plenitud de su desarrollo material; y hay un tipo de universidad de país mal desarrollado materialmente, donde la pobreza constituye la atmósfera en que se mueven las ideas, los hombres y sus hechos”.
Respecto a los grandes problemas de las universidades latinoamericanas Luis Alberto Sánchez identifica los siguientes: “Creo, a través de ello, y como se desprende de lo anterior, que la problemática de las universidades latinoamericanas se reduce, en nuestros días, a lo siguiente: 1) necesidad de facilidades físicas en la forma de construcciones y equipamiento; 2) relación íntima y proporcionada entre la educación secundaria y la superior; 3) fortalecimiento de una etapa común, de cultura amplia, como basamento de la educación profesional; 4) necesidad urgente de crear el profesorado a tiempo completo y a medio tiempo con dotación económica y normas de enseñanza, consulta e investigación adecuadas; 5) creación o robustecimiento de nuevos departamentos y facultades íntimamente relacionados con las necesidades de la zona y pueblos respectivos, en los niveles de urgencia cultural y desarrollo material; 6) dotación de rentas adecuadas a tal desarrollo de modo que se pueda cumplir el lema de: vocación individual, posibilidad institucional y necesidad nacional y social, como objetivo de las universidades; 7) desarrollo de actividades y alicientes culturales, de diverso tipo (investigación, viajes, relación con la comunidad, deporte, arte, facilidades de biblioteca y laboratorio, vivienda y comida adecuadas, etc.) para el estudiante; 8) intercambio internacional en diversos niveles”.
Finalmente, Luis Alberto Sánchez manifiesta: “En estas necesidades coinciden todas las universidades latinoamericanas. No habrá pleno desarrollo en América Latina mientras las universidades, que la proveen de sus líderes, no estén a la altura de la responsabilidad que a éstos corresponde ni de la esperanza que los pueblos tienen en ellos”.
El doctor Claudio Rama, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), explica que la iniquidad de las sociedades latinoamericanas “ es el resultado de su heterogeneidad estructural histórica, de su inserción subsidiaria en los circuitos de la economía mundial, de las modalidades desiguales del proceso de mercantilización, de la debilidad de las estructuras de los Estados para redistribuir las rentas excedentes y de las estructuras de concentración de los bienes y servicios y de la muy reciente consolidación de las democracias. Estos parecen ser los ejes centrales de América latina, el continente más desigual medido por el índice de Gini”[2]

Iniquidad de las sociedades latinoamericanas según Claudio Rama
Heterogeneidad estructural histórica
Debilidad de las estructuras de los Estados para distribuir rentas excedentes
Inserción subsidiaria en circuitos de economía mundial
Estructuras de concentración de bienes y servicios
Modalidades desiguales del proceso de mercantilización
Consolidación de las democracias


Dentro de este contexto los países latinoamericanos vienen realizando sumos esfuerzos contra las inequidades en la educación universitaria y por el mejoramiento de la educación; están abogando por la autonomía, la regionalización y la descentralización de los procesos educativos, por la aplicación de políticas educativas de equilibrio y cohesión social y con responsabilidad social, por una educación continua, inclusiva, humanista, científica, tecnológica, con sentido social, axiológica y ética.
Lograr una educación universitaria de calidad que contribuya decididamente con el desarrollo de los países de América Latina y El Caribe implica: a) reducir la brecha tecnológica entre inforricos e infopobres,  b) universalizar las nuevas tecnologías en los procesos pedagógicos, c) erradicar el analfabetismo electrónico y el analfabetismo tradicional, d) generar mayores fuentes de trabajo para la juventud, e) democratizar el ingreso a las universidades, f) desarrollar la educación continua e inclusiva , g) gozar de los beneficios de la educación conforme a criterios de excelencia reconocidos internacionalmente, sin discriminación por razones de idioma, raza, sexo, religión, capacidad física, h) unir esfuerzos entre los estados para distribuir equitativamente y con oportunidad la riqueza y el ingreso nacionales, i) contar con presupuesto suficiente para realizar investigación científica, efectuar el equipamiento de laboratorios, talleres y bibliotecas, incrementar significativamente las remuneraciones del personal docente, administrativo y de servicios, j) aplicar estructuras de gestión educativa descentralizada y flexible, k) desarrollar sistemas pedagógicos desburocratizados, l) incrementar la matrícula sin sacrificar la calidad, sin excederse en las pensiones de enseñanza y sin saturar el mercado interno con profesionales.
Hay múltiples razones que justifican este compromiso histórico. Sólo la educación universitaria de calidad es la clave y la herramienta fundamental para mejorar e incrementar los niveles de producción y de productividad en los países de América Latina y El Caribe. Con la educación universitaria de calidad es posible generar nuevos conocimientos, nuevas teorías de enseñanza-aprendizaje y nuevas tecnologías; incrementar la calidad de vida de la población, desarrollar óptimamente la democracia funcional con pleno respeto a los Derechos Humanos y competir con eficacia en la nueva sociedad del conocimiento.
La educación universitaria latinoamericana será de calidad en el momento en que llegue a ser: inclusiva, participativa, innovadora, equitativa, desburocratizada y descentralista; impulsora de la investigación científica, humanista y tecnológica; incentivadora de las aptitudes creativas de profesores, estudiantes y egresados; renovadora de métodos y de técnicas de enseñanza-aprendizaje; forjadora de profesionales, investigadores sociales y  especialistas con empleo bien remunerado, con oportunidades de realización y desarrollo de su personalidad y de sus proyectos de vida. Asimismo, quiere decir que responde a las necesidades de crecimiento y desarrollo integral de la sociedad en lo humanístico, científico, tecnológico, social, económico, político, cultural, ecológico y axiológico; deberá ser el producto de la planificación estratégica,  realizada por la comunidad académica universitaria de manera racional, confiable y responsable.
La educación universitaria latinoamericana será de calidad en el momento en que llegue a ser producto de la superación de altos estándares, producto de la gestión y la cultura de calidad total, producto de la aplicación de la filosofía de prevención, producto de la creatividad  e innovación institucional, producto del trabajo académico y administrativo en equipo, producto de la incorporación de los mejores estudiantes, mejores profesores, mejores recursos didácticos, metodológicos y tecnológicos, producto de la satisfacción de las exigencias, expectativas y necesidades de los estudiantes, producto del mercado laboral y de los grandes objetivos de las naciones latinoamericanas.
La educación universitaria latinoamericana será de calidad cuando llegue a ser una educación humanística, científica, tecnológica, axiológica, participativa, inclusiva, pluricultural, autónoma y con libertad académica e institucional, polivalente, interdisciplinaria, multidisciplinaria, competitiva, continua, medida sobre la base de resultados, receptiva de la cooperación internacional y centrada en los intereses de los estudiantes.
La educación universitaria latinoamericana será de calidad cuando llegue a utilizar métodos formativos basados en la acción y en el enfoque globalizador; cuando desarrolle el pensamiento analítico y sintético, pensamiento creativo, pensamiento dialéctico, pensamiento sistémico, pensamiento holístico y el pensamiento complejo; cuando aplique la enseñanza basada en las competencias (EBC) y en la solución de problemas (EBSP); cuando logre  incrementar las zonas de desarrollo próximo de los estudiantes y aplique el horario flexible en las sesiones de enseñanza-aprendizaje; cuando aplique las estrategias didácticas para formar competencias: el método constructivista de Kolb, el método clínico de Piaget, el método de mapas conceptuales, las estrategias metacognitivas, las pasantías, el análisis crítico, el portafolio, la simulación, la clase magistral, el seminario, las monografías y los ensayos.




[1] Revista “Américas” de la OEA, Washington D.C. Marzo de 1962, páginas 14, 15, 16 y 17. Incluido en el libro de Luis Alberto Sánchez, Educación para una vida mejor. Edición auspiciada por la Biblioteca Abraham Valdelomar. Impreso en Litho / Arte SAC, Lima, 2016, pp. 111-122.
[2] En: Revista Universidad Nº 8- ANR- Comisión de Coordinación Inter-Universitaria- Dirección General de Desarrollo Académico. Lima-Perú, 2005.

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