EL PERIODISMO
RELIGIOSO
EN LOS PROCESOS DE EVANGELIZACIÓN
Y LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
El periodismo religioso es el periodismo sustentado por las diversas Iglesias y congregaciones para atender a sus fines
específicos dentro de la sociedad.
Este tipo de periodismo recoge, valora, explica y difunde la dimensión
trascendente de las personas, las cuestiones espirituales y religiosas, los aspectos
teológicos del alma humana, la razón y la fe, la laicidad y el laicismo, la
doctrina evangélica, la misión evangélica de Jesús, o el hecho religioso como
noticia e información. Aquí se comentan y se difunden la obra de
Dios, la justicia divina, el hecho religioso, el aporte social que hacen las confesiones e iglesias, las
obras solidarias de las comunidades y personas creyentes y el comportamiento de
los fieles.
En el
periodismo religioso se aborda cuestiones de interés social para la población:
salud, trabajo, educación, cultura, arte, enfermedad, política, economía,
deporte, urbanismo, liderazgo, turismo, cooperativismo, etc, aspectos varios
vinculados a la condición humana por una mejor calidad de vida. Pero, fundamentalmente, todo
lo relacionado con la historia de las religiones y las clases de
religiones en el mundo: religiones judías, musulmanas, adventistas,
pentecostales, evangélicas, bautistas, mormonas, entre otras.
La investigación es una de
las especializaciones más llamativas en el periodismo religioso que libera al
periodista de cometer horrores y errores en el procesamiento
y la difusión de la información religiosa, precisamente porque el periodista
llega a tener el conocimiento especializado en religiones imperantes en el
mundo, el conocimiento de su idiosincrasia y estructura, de sus políticas
comunicacionales.
En los países democráticos la información como
religión goza del pleno ejercicio de las libertades de expresión, opinión y
difusión, más aún si el periodista religioso lo hace
en un lenguaje claro, preciso, didáctico, dialogal, elegante, responsable,
propositivo y respetuoso de la dignidad de las personas.
El periodismo religioso, toma
fuerza y expande su radio de acción ante la existencia de pocos y de limitados
espacios de opinión en los medios de comunicación tradicionales sobre
temas religiosos. Felizmente, ahora Internet está rompiendo esquemas comunicacionales y facilitando sin límite de espacio, sin censura
ni prejuicios infundados, la difusión del pensamiento, de las ideologías y
religiones en la nueva sociedad del conocimiento.
En palabras de Jaime
Septién Crespo, director del semanario católico El Observador de la Actualidad, en el prólogo del libro Una Iglesia
que piensa* nos dice: “la fe cristiana necesita ser vista, expuesta, meditada.
El mundo que la ha acogido ya no es el mismo mundo”. Y justo en esta dimensión
el periodismo religioso ha virado sus ojos hacia la fe cristiana, hacia la
Iglesia, hacia sus representantes pero sobre todo a las formas en como se
llevan a cabo los procesos de evangelización y las enseñanzas de Jesús en sus
seguidores.[1]
Para ejercer la
profesión de periodista religioso se requiere de una exigente formación
religiosa, humanística, intelectual, profesional, deontológica y
axiológica y de una definida orientación
y posición religiosa del medio para el que trabaja. Así mismo, el periodista
debe compartir la misión y los fines de la Iglesia y estar al servicio de la
evangelización.
María Velásquez Dorantes
nos recuerda que en el 2002 Juan Pablo II, ante los representantes de la Unión
Católica Internacional de la Prensa (UCIP), manifestó las características de un
periodista católico, entre ellas se encontraba que el perfil de profesional
católico debe estar sustentado en la integridad de su vida personal y
profesional, ser congruente con las enseñanzas de Jesús y el Evangelio; tomar
en cuenta la lucha por los ideales más elevados de la excelencia profesional
siendo un hombre o una mujer de oración que busca siempre dar lo mejor que
puede ofrecer. Tener el valor para buscar e informar sobre la verdad, incluso
cuando la verdad es incómoda o no es considerada como "políticamente correcta",
ser sensible a los aspectos morales, religiosos y espirituales de la vida
humana, aspectos que con frecuencia son mal comprendidos o deliberadamente
ignorados; informar no sólo de los crímenes y tragedias que tienen lugar, sino
también de las acciones positivas y ennoblecedoras realizadas a favor de los
necesitados: los pobres, los enfermos, los discapacitados, los débiles,
aquellos que de otro modo son olvidados por la sociedad; ofrecer ejemplos de
esperanza y heroísmo a un mundo que siente una necesidad desesperada de ambos. (mvdorantes@yahoo.com.mx).
El
radio de acción del periodismo religioso es atender a todas las religiones
existentes en el mundo, a millones de seres humanos que profesan su creencia en
un ser supremo como el creador de todo cuanto hay en el universo.
Los primeros boletines eclesiásticos nacieron a mediados del
siglo XIX y el primer número de Boletín Eclesiástico del año 1860 se conserva
aún en el Archivo Diocesano de Zaragoza.
María José Pou Amérigo
puntualiza: “Por eso es recomendable al periodista el tratamiento de la
realidad religiosa desde formatos distintos a la mera noticia o la mera
información, como el reportaje interpretativo, la entrevista de personalidad y,
sobre todo, la crónica. Estos géneros proporcionan un espacio para ofrecer
claves que ahonden en la vivencia espiritual, en elementos internos e íntimos
del ser humano, en interpretaciones que introduzcan al lector en el complejo
mundo de las creencias”.[2]
[1] LC. María Velázquez Dorantes. Periodismo
religioso: una especialización con exigencias.
http://www.autorescatolicos.org/misc10/mariavelazquez75.pdf
[2] María José Pou Amérigo.El hecho religioso y su tratamiento
periodístico:limitacccciones y dificultades. Universidad Cardenal Herrera-CEU
(Valencia). http://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/view/ESMP0808110561A/12003-mpou@uch.ceu.es