LAS
ORGANIZACIONES INTELIGENTES
EN
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
En la
sociedad del conocimiento sólo las compañías, empresas u organizaciones que
sean inteligentes podrán sobrevivir a esta nueva era y tener éxito dentro de la
globalización económica. La información fluye tan rápidamente, los avances
científicos y cambios tecnológicos se producen en forma inusitada, que
solamente las nuevas formas de organización con capacidad de innovación
aditiva, sustitutiva, de reacción inteligente y más rápida al ritmo cambiante
de su entorno y a la incertidumbre, con decisión y aprendizaje en equipo,
visión de futuro compartido y pensamiento creativo serán capaces de subsistir,
de posesionarse del mercado con calidad total y de poner en práctica la
cuádruple armónica: superación física, mental, espiritual y moral.
Peter SENGE define las organizaciones inteligentes
como espacios o lugares «donde las personas continuamente expanden su capacidad
para crear los resultados que verdaderamente quieren, donde se cultivan nuevas
maneras de pensar, donde la aspiración colectiva queda en libertad y donde las
personas continuamente aprenden a aprender juntas» («La Quinta Disciplina»).
Las organizaciones inteligentes
(OO.II.) son organizaciones del conocimiento, microempresas democráticas,
abiertas, estables, horizontales, participativas, antiburocráticas,
descentralizadas, flexibles, ágiles, dinámicas, eficientes y menos jerárquicas.
Pertenecen a un nuevo tipo de sociedad: la sociedad del conocimiento o de la
información.
En opinión de Senge, cinco son las
nuevas disciplinas que convergen para innovar las organizaciones inteligentes,
en la cual cada una resulta decisiva para el éxito de las demás: 1. dominio
personal, 2. modelos mentales, 3. construcción de una visión compartida, 4.
aprendizaje en equipo, y 5. pensamiento sistémico.
Las OO.II. son más coherentes con la
naturaleza humana en identidad, propósito y visión. Son entidades interactivas
que tienen por compromiso y consagración el éxito personal, el crecimiento y
bienestar de sus integrantes. Propenden a la renovación constante de la
tecnología del posesionamiento de los mercados, a la desconcentración del poder
y de la autoridad, al tratamiento como colegas entre sus miembros. En ellas no
hay vacas sagradas o temas vedados.
Atienden por igual las necesidades de
alimento, vivienda, pertenencia, autoestima y autorrealización (Maslow).
Alientan la libertad de expresión entre sus miembros y la comunidad, estimulan
el pensar y el actuar estratégicamente con el desarrollo de la comprensión del
foco (saber donde concentrar la atención) y la sincronización (tener presente
una dinámica de desarrollo).
En este nuevo tipo de organizaciones
del tercer milenio el personal se halla conectado con el mundo globalizado. Hay
cooperación y solidaridad entre sus miembros y en todos los niveles. Se
practica el estímulo permanente para que sus integrantes aumenten en sus
capacidades, destrezas y habilidades empresariales. La autodisciplina automática
es un hecho.
A estas organizaciones les interesa
mucho el incremento de la productividad, la rentabilidad y reducción de los
costos, la calidad total de los productos, la generación de confianza en sus
clientes, el logro de una buena imagen, de los objetivos y metas.
Muestran especial preocupación por la
selectividad de la información: orden, integración y asimilación de la
información que mejor les convenga y desechan lo innecesario e insustancial.
Optan por el cultivo y desarrollo de
nuevas capacidades de adelantarse a las necesidades del mercado, nuevas ideas y
creencias, nuevas actitudes, nuevas formas de pensar y de actuar, nuevas habilidades de aprender más rápido que
los competidores.
Propugnan el aprendizaje colectivo de
por vida como faceta vital de gestión. Desarrollan la capacidad de aprendizaje
profundo y de renovación permanente. Sus miembros aprenden a aprender en equipo
y porque lo desean ante las exigencias de un mundo en continuo proceso de
cambios. Vinculan el trabajo con el aprendizaje en conjunto, aunque existan
diferencias de opinión. Cultivan el aprendizaje generativo. Sus miembros no
tienen problemas para aprender y comunicarse.
Las OO.II. son organizaciones
proactivas al cambio, a la creatividad y la calidad total. Cuestionan el statu
quo. Fomentan en sus miembros el cambio de mentalidad en todos los niveles.
Ayudan a la gente a adaptarse y a reaccionar con más agilidad ante los
cambios, a preveerlos y a anticiparse a
situaciones cambiantes, a tomar decisiones oportunas antes que estalle una
crisis. El dogma de las OO.II. es: visión, valores (apertura, mérito,
austeridad, localismo) y modelos mentales posibles, para enfrentar toda
situación.
El cibergrama empresarial es de tipo
triangular con su forma tridimensional.
Es propio de las organizaciones
inteligentes la visión, autoridad, misión y responsabilidad compartidas. No hacen
promesas que no puedan cumplir. Asimismo la práctica de la apertura
participativa (libertad de expresar la opinión, el intercambio de opiniones
sobre problemas), la apertura reflexiva (inducen a la gente a examinarse, a
cuestionar el propio pensamiento) y ciertos valores básicos: verdad,
sinceridad, honestidad, responsabilidad, respeto a la dignidad y los derechos
humanos, solidaridad, confiabilidad, credibilidad y cooperación.
Sus miembros buscan servir a la
organización y no servirse de ella. En ellos impera la intimidad, el secreto
profesional, la cláusula de conciencia, la lealtad con la empresa, la franqueza
en sus ideas, creencias, sentimientos y aspiraciones, el equilibrio de la
indagación con el alegato. Sus miembros cuestionan los viejos paradigmas y se
esfuerzan por cambiarlos por otros que las modernicen. Opinan sin temor a las
represalias, señalando con sinceridad las cosas que no funcionan bien en la
organización.
El seguro de la supervivencia de la
empresa de hoy pasa por convertirla en una organización inteligente. Ello
implica superar tres etapas: Crear un compromiso de aprendizaje dentro de la
organización: trabajar en la consecución de ideas que provoquen cambios en la
organización; y, apoyar la producción, difusión, compartimento y generalización
de ideas con impacto.