¡NO AL CIERRE DEL CONGRESO DEL PERÚ!
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
De
todos los regímenes políticos, la democracia es el mejor, con todos sus
defectos e imperfecciones, pues mantiene intacta las libertades ciudadanas y
propende al rescate, la defensa y la consolidación de los derechos fundamentales
de las personas como condiciones indispensables para el logro de la justicia y
la felicidad de los pueblos.
Lo
que dicen analistas políticos mal intencionados y pésimamente informados sobre
el acontecer político del país, lo que escriben algunas Organizaciones No
Gubernamentales subvencionadas por capitales extranjeros, lo que publican las
encuestadoras y los medios de la concentración mercantilizados que viven de la
publicidad del Estado, no pueden ser referentes válidos para plantear el cierre
de un poder del Estado, el poder legislativo, a sabiendas que lo que buscan es
“a río revuelto ganancia de pescadores”, “a más violencia y dictadura más
opresión y explotación al pueblo”.
El
destino de Perú y de América Latina es el de ser un país y un continente
democrático.
La
oposición política en el Perú, a través de sus diversos representantes, viene
acusando insistentemente al presidente Martín Vizcarra de querer cerrar el
Congreso de la República para tapar su incompetencia e ineficacia como
gobernante, a sabiendas que los actuales congresistas lo designaron y llevaron a
Vizcarra al Sillón de Pizarro, ante la renuncia del presidente Pedro Pablo
Kuczynski, elegido democráticamente.
En
anteriores oportunidades la confrontación del presidente Vizcarra con el
Congreso le dio buenos réditos políticos, subió su popularidad en las encuestas
publicadas. Pero ahora el pueblo ya se dio cuenta que no es verdad todo lo que
dice y ofrece el presidente, es cuando, entonces, la popularidad sigue en caída
en las últimas encuestas.
El
congresista Juan Sheput (Concertación Parlamentaria) manifestó que “el presidente
quiere volver a la pelea con el Congreso y eso le va a traer pésimos réditos”,
“la gente está preocupada porque no funciona la gestión del Gobierno”, acotó.
Víctor
Andrés García Belaunde (Acción Popular) dijo que “Se está haciendo una campaña
contra el Congreso que no le hace bien al país”.
Mientras
tanto la expresidenta del Congreso, Luz Salgado (Fuerza Popular) aseveró:
“aparentemente existe una campaña sistemática de desprestigio al [Congreso y al
llamado de un cierre, lo que sería un golpe de Estado”.
Salvador
Heresi (Contigo) expresó: ”No impulsemos un golpe de Estado cerrando el
Congreso para tapar la ineficiente gestión de Vizcarra, que sigue cayendo en
las encuestas”.
Luis
García Miró Elguera, del diario Expreso, escribió: “Hoy Vizcarra está atrapado
contra las cuerdas buscando salidas desesperadas para evitar su desplome”.
Víctor
Andrés Ponce, comentarista político independiente, puntualizó que el amenazar
con cerrar el Congreso es “una intención golpista, de quiebre de la
institucionalidad. El problema de Vizcarra es su relación con la gente, el
rechazo de la gente a su ineficiencia y falta de solución a los problemas del
país”.
Las
clases dominantes, los opinólogos empíricos y los propietarios de medios encaramados
en ideologías europeizantes y ultraviolentistas, en lugar de defender los
intereses de las mayorías ciudadanas defienden sus propios intereses del “tanto
tienes, tanto vales”, para seguir engañando, oprimiendo y explotando al pueblo.
Utilizan la democracia para sus fines maquiavélicos y con mentalidad extranjera
y antidemocrática hacen circular la especie “Cerremos el Congreso”.
El
señor Martín Vizcarra, -más la acomodaticia gente y la concentración de medios que
le rodean-, deben saber y no deben olvidar que la salvación de la crisis económica,
la superación de la pobreza y el retardo social, la solución de la anemia de
los niños y de la violencia estructural radican en gran parte en la expansión
de los mercados, en la protección del mercado interno, en la concordancia de la
producción y el cambio con los demás Estados indoamericanos, en la captación de
mayores capitales extranjeros regidos a nuestras leyes, en el respeto a la
autonomía de los poderes del Estado, en la estabilidad política y la seguridad
jurídica del país.
Por
lo expuesto, como buen demócrata, me ratifico en el “No al cierre del Congreso del
Perú”. Sí al afianzamiento y la defensa del sistema democrático y del Estado de
derecho.