HAYA DE LA TORRE Y “LA FIESTA DE
LA PLANTA” EN VITARTE-PERÚ
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Ate es uno de los distritos de la provincia de Lima, ha
sido fundado por el General Don José de San Martín mediante ley expedida el 4
de agosto de 1821. Antiguamente estuvo poblada por culturas prehispánicas.
Contiene sitios arqueológicos y un museo de sitio; los terrenos fueron
conferidos a Carlos López Aldana, por el gobierno de Ramón Castilla, entre los
años 1855-1862, con el fin de proteger
el desarrollo de la industria nacional. En este terreno, López Aldana fundó la
Fábrica de textiles Vitarte en 1872 (posteriormente CUVISA) y al construirse
viviendas para los obreros se formó el pueblo de Vitarte. En Vitarte se inició el movimiento sindical
peruano en 1890 y en 1896 ocurre la primera huelga de obreros
del Perú motivado por la explotación de
los trabajadores, las precarias condiciones de trabajo y de viviendas y las
jornadas laborales de 16 horas diarias. En 1911, se produce el primer paro
metropolitano de los trabajadores de Lima, y el 26 de mayo de 1911 se funda la
Unificación Obrera Textil Vitarte. Años más tarde el gobierno de José Pardo, con la ley N° 3010 del 16 de
diciembre de 1918 suprime
el trabajo dominical y con la ley del 15 de enero de 1919 confiere el derecho a la
jornada laboral de las ocho horas. El 13 de febrero de 1951 con la Ley Nº 11951, la
capital del distrito pasa del pueblo de Ate al pueblo de Vitarte lo que dio origen a que el distrito
sea llamado "Ate Vitarte".[1]
Víctor Raúl
Haya de la Torre, rector de la Universidad Popular (fundada en Lima el 22 de
enero de 1921), promueve la participación de los miembros de la Universidad
Popular de Vitarte (fundada el 2 de febrero de 1921) y de
la Unidad Obrero-Estudiantil de Vitarte, y logra organizar la primera “Fiesta
de la Planta” en Vitarte el 25 de diciembre de 1921.
Como es de
dominio público las Universidades Populares “Manuel González Prada”, se
fundaron para llevar cultura y educación a los trabajadores, eran libres y
gratuitas, autogestionarias y gobernadas de manera autónoma y democrática, carecían
de valor oficial y en ellas los obreros, campesinos, clase media y público en
general recibían formación integral, cultural, cívica, técnica, especializada,
deportiva y moral sobre el mundo laboral, los problemas de la sociedad, los
deberes y derechos ciudadanos y las conquistas
sociales y laborales. Estas
universidades tenían por misión liberarlos de los vicios, las debilidades
humanas, la ignorancia, la explotación y la injusticia social.
En el
mundo se celebró por primera vez el Día
del árbol o La Fiesta del árbol
en 1805 en la localidad extremeña de Villanueva de la Sierra (Cáceres); en el
Parque de Barcelona, el 30 de abril de 1899,
en toda España el 5 de enero de 1915, en el Perú el 25 de diciembre de
1921. El Día Forestal Mundial o Día Mundial del Árbol se celebra el 21 de marzo
de cada año, por recomendación del Congreso Forestal Mundial celebrado en Roma
en 1969 y que dos años después fue aceptada por la Organización de Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentaciòn (FAO) en 1971.
Desde el siglo XX el Día del Árbol se celebra en diversos países, por
ejemplo: Argentina (29 agosto), Bolivia (1° octubre), Colombia (29 abril),
Costa Rica (15 junio), Cuba (21 junio), Chile (6 julio), Ecuador (22 mayo), El
Salvador (28 junio), Guatemala (22 mayo), Honduras (30 mayo), México (13
julio), Nicaragua (último viernes de junio), Panamá{ tercer vienes de mayo),
Paraguay (19 junio), Perú (1 setiembre), República Dominicana (5 mayo), Uruguay
(19 junio) y Venezuela (último domingo de mayo).
La plantación de
árboles tiene un valor incalculable para las sociedades y la vida de las
personas: captan y recargan las fuentes de agua, liberan el oxígeno, minimizan los riesgos de inundación, evitan y
disminuyen la erosión de tierras, transforman el dióxido de carbono en biomasa,
contribuyen a la recuperación y expansión de áreas verdes, mejoran la calidad
de vida de los habitantes de las ciudades, proporcionan servicios ambientales como
belleza paisajística, hacen posible la regulación térmica, acústica e hídrica,
dan sombra, purifican, refrescan y humedecen el ambiente, reducen el ruido,
detienen las heladas por su follaje, producen alimentos y materiales comercializables,
entre otras bondades.
Domingo Faustino
Sarmiento, quien llegó a ser Presidente de la República Argentina de 1868 a
1874, en uno de sus discursos destacó la importancia del cultivo de los
árboles: “El cultivo de los árboles, conviene a un país pastoril como el
nuestro, porque no solo la arboricultura se une perfectamente a la ganadería,
sino que debe considerarse un complemento indispensable. La Pampa es como
nuestra República, tala rasa. Es la tela en la que ha de bordarse una nación. Es
necesario escribir sobre ella ¡Árboles! ¡Planten árboles!”.
Felipe Cossío
del Pomar, en su obra “Víctor Raúl”, manifiesta que Víctor Raúl Haya de la
Torre “En diciembre organiza la primera “Fiesta de la Planta” para formar el
culto del árbol. Como Vitarte no tiene árboles, es una campaña que corresponde
a la Universidad Popular. Víctor Raúl pide y obtiene ayuda del Director de la
Escuela de Agricultura, un belga comprensivo. La celebración de la “Fiesta de
la Planta” adquiere grandes proporciones. Acompaña la plantación de cientos de
árboles una fiesta deportiva, gran almuerzo popular y actos culturales en el
Cinema-Teatro. Así queda establecida “La Fiesta de la Planta” que ha de
repetirse cada año. Con estos actos Víctor Raúl va levantando su bandera
justiciera. Cada vez más alta y cada vez más visible”.[2]
El 15 de marzo de 1990, el Instituto Nacional de Cultura declara
a la zona de Vitarte «Patrimonio Cultural de la Nación».
Actualmente, parte de la carretera Central
lleva el nombre de “Víctor Raúl Haya de la Torre”, en homenaje al fundador
del APRA, quien falleció en Quinta Mercedes en Vitarte, siendo su cuerpo paseado
con gran sentimiento de admiración y a olor de multitud por esta vía.
El ex alcalde de Ate, Óscar Benavides, recuerda que Haya de la
Torre vivió en el distrito y caminó por sus calles dejando una grata estela de
conocimientos y enseñanzas en sus entrevistas con los trabajadores de las
fábricas. Hasta ahora reverdece el árbol que Haya de la Torre sembró con José Carlos
Mariátegui en el Parque 9 de Enero de Vitarte para celebrar la fiesta de la
planta. Recuerda asimismo que Haya de la Torre se
instaló en el año 1969 en Villa Mercedes de Ate, haciendo de Vitarte su casa.
Ahí firma la Carta Magna de 1979 como Presidente de la Asamblea Constituyente,
y fallece el 2 de agosto del mismo año.[3]
Al respecto, Germán Luna Segura escribe: “Hemos mencionado La
Fiesta de la Planta porque constituye una visionaria actividad que
alude la defensa de la naturaleza que promovió y fundó el propio Haya de la
Torre, ocasión en la que el líder obrero estudiantil,
simbólicamente, no sólo sembró un árbol que hasta ahora existe en el parque 9
de enero de Vitarte, sino que alentaba la fraternidad porque se aprovechaba
para presentar equipos que, en sana competencia de fútbol entre motoristas,
sombrereros y textiles, se batían en campeonatos contra estudiantes en los que
se replicaban populares encuentros entre hinchas de los equipos de Alianza Lima
y Universitario de Deportes”.[4]
Vitarte, el escenario del “Día de la Planta”, -indica Wilfredo Pérez
Ruiz- está colmado de remembranzas,
tradiciones, episodios gloriosos, proezas valientes e inspiración de honrosas
lides sindicales. Allí los operarios de la fábrica El Inca emprendieron la
contienda por la jornada de las ocho horas; el presidente y héroe de la Guerra
del Pacífico, Andrés Avelino Cáceres, fue propietario de la hacienda
Barbadillo; curacas y jerarcas indígenas del Antiguo Perú, están enterrados
bajo la moderna iglesia del pueblo de Ate; el médico y naturalista Hipólito
Unanue formuló relevantes referencias sobre la meteorología en los caseríos de
Surco y Late (Ate).[5]
Luis Alberto
Sánchez en su obra “Los burgueses” (1983) lo describe así: “Las fiestas
representativas de los obreros textiles de Vitarte se denominaban la Fiesta de
Árbol y consistían en plantar árboles en señal de sosiego, fertilidad y paz. A
la Fiesta de Árbol de 1923, Haya se hizo acompañar por José Carlos Mariátegui,
quien acababa de regresar de Italia”.
El “Culto al Árbol”, también es conocido con
la denominación “Fiesta de la planta”, “Día de la Planta”. “Campaña del Árbol”
o “Fiesta de Árbol”. Los trabajadores
asistentes a las actividades conmemorativas se dedicaban a plantar una serie de
árboles, entre fresnos, pinos y casuarinas, con sendos estímulos a los
defensores y promotores del árbol y asumían el compromiso de cuidarlos,
regarlos con agua limpia y podarlos hasta lograr su normal crecimiento. Y este
compromiso lo hacían como parte del deber de proteger el medio ambiente, de
ampliar las zonas verdes y fuentes de oxígeno, de erradicar los espacios
tóxicos o propensos a la contaminación, de embellecer la ciudad y de lograr una
armónica relación hombre-naturaleza para contar con un ambiente saludable.
Percy Murillo
Garaycochea, en su “Historia del APRA” (1976) lo describe así: “Después de
recibir a los viajeros, la multitud se congrega en el campo de deportes del
sindicato. Vienen una serie de discursos de índole diversa, pero de idéntica
tendencia; luego dase comienzo a los juegos atléticos: múltiples carreras,
saltos diversos, luchas variadas; hombres, mujeres y niños toman parte en el
certamen. Mientras tanto, la multitud plena de entusiasmo entona himnos
revolucionarios, que interrumpe para aplaudir a los vencedores. Transcurre así
la mañana y conforme avanza el día llénese de más y más entusiasmo el ambiente.
Llega la hora de yantar; que dispersa la compacta multitud para reunir a las
gentes en grupos pequeños que se pierden en las casas. A las catorce, una banda
de músicos desafina, pero alegra el ambiente, las gentes se congregan en el
parque ´9 de enero´. Después de uno o más discursos iniciales dase comienzo a
la plantación de árboles variados…”
Wilfredo Pérez
Ruiz, en su artículo “El Día de la Planta, su historia”, al comentar y valorar la
importancia de esta iniciativa ecológica, manifiesta: “El “Día de la Planta”
evidencia la perspectiva y sensibilidad de una generación humanista que
entendió la política como el arte y la ciencia de vincularse con los asuntos
del Estado, atender las expectativas de la población y las demandas de los
desvalidos”[6].
En el programa celebratorio de la Fiesta de la
Planta, en la que participaban varias comisiones de trabajo, miembros de la
comunidad, delegados de fábricas e invitados de honor, se combinaba donativos
de libre elección, trofeos, banda de músicos, la comida típica, el canto, el
baile, la gimnasia, el deporte, las carreras, etc. “Allí se hicieron las
primeras olimpiadas obreras realizadas en el Perú”, a decir de Raúl Chanamé
Orbe.
Eloy Martínez
(1904) alumno de la U.P.G.P. describe que los muros y las paredes que
circulaban el campo deportivo donde se realizaba la ceremonia conmemorativa a
la Fiesta del Árbol estaban engalanadas con los colores de nuestra bandera y en
fondos verdes con leyendas blancas: “Siembra un árbol y te pagará con su
sombra”, “El árbol es cuna y es tumba”, “Aprende del árbol, elévate como él”,
“Siembra un árbol y escribe un libro”. “La naturaleza es una madre: Le da
alimentos, vestidos, ejemplos; sé generoso como ella”. Empezaba la parte
literaria con el discurso del presidente del comité de fiesta, oraciones
sencillas, emocionadas, la voz conmovida por los latidos del corazón agradecido
mientras se escuchaba a los oradores y se esperaba la palabra del joven rector
Víctor Raúl…finalmente se procedía al cultivo y a la siembra de los arbustos,
el primer arbusto, llamado “el árbol de la ciencia”, lo sembraba Haya de la
Torre…mientras tanto la banda de músicos tocaba pasodobles, valses, tonderos y
marineras y los jóvenes y las muchachas no cesaban de bailar de manera
ordenada, disciplinada y sin ingerir bebidas alcohólicas, puesto que estaban
prohibidas sus venta y consumo.
“En un
documentado artículo titulado “Por un Perú con árboles” (La Tribuna, 2 de abril
de 1946) publicado con las siglas M.C.E. (según el líder histórico del PAP,
Nicanor Mujica Álvarez Calderón, fue escrito por Haya de la Torre) se señala
que “En la Asamblea Municipal Aprista se ha hecho una gran invocación en
defensa del árbol. La hizo el propio jefe del partido en su discurso inaugural
de aquella concentración y se ha adoptado como resolución unánime: Hay que
procurar despertar en nuestro pueblo el culto al árbol”.[7]
“Manteniendo
esa línea de identificación durante el XVIII congreso nacional del PAP (1992)
se constituyó la Comisión Nacional de Ecología y Medio Ambiente. De esta
manera, se introdujo una temática todavía percibida, por amplios ámbitos de la
clase política, como ajena a la agenda de las preocupaciones más urgentes del
país. Este acuerdo tuvo como antecedente al denominado Comité Ecológico (creado
el 7 de mayo de 1991) que utilizó el lema “Siembra vida, siembra paz” y realizó
una intensa campaña nacional de arborización bajo la conducción de Javier
Pulgar Vidal”, señala Wilfredo Pérez Ruiz.[8].
Durante el segundo
gobierno aprista del presidente Alan García Pérez, en el 2008, se expide el
decreto legislativo N° 1013 que crea el Ministerio del Medio Ambiente,
organismo del Poder Ejecutivo rector del sector ambiental, que desarrolla,
dirige, supervisa y ejecuta la política nacional del ambiente.
Los expertos
aseguran que Lima es una de las ciudades más contaminadas del Perú, como
consecuencia de las formas de contaminación que originan el incremento del
número de fábricas, los residuos de gases tóxicos, el uso de tecnologías
antiguas en las industrias existentes, el aumento del número de vehículos
automotores en circulación, el aún deficitario servicio de agua potable y
alcantarillado, el incremento de residuos sólidos, el parque automotor obsoleto
con más de 15 años de antigüedad y en mal estado de conservación. A lo expuesto
se agrega la falta de conciencia ecológica en la población, la mala calidad de
los combustibles usados por los vehículos (sobre todo el Diésel), los vehículos
en mal estado de funcionamiento, la contaminación de las fuentes de agua por
desagües o arrojo de basura, el saneamiento inadecuado, la emanación de gases
tóxicos de las fábricas y el humo que contamina el aire que se respira.
También, el uso desmesurado de los terrenos de cultivo y de los bosques, la
ausencia de rigurosas revisiones técnicas de los vehículos de transporte, el
uso de los productos químicos sin la debida precaución y el agotamiento de la
capa de ozono, entre otros, son factores principales que destruyen el medio
ambiente en Lima, con serias consecuencias para la salud y la existencia de la
población. Todo esto determina que un mayor porcentaje de la población de Lima
continúa disminuyendo en su valor de la calidad de vida por efecto de la
contaminación atmosférica que produce el transporte público.
Consecuentemente, en
el Perú hay necesidad de una efectiva política de conservación y de protección
del medio ambiente, que impulse la creación, el desarrollo y la consolidación
de la conciencia ecológica y de la
cultura ecológica.
Haya de la Torre, el
ideólogo y político visionario, empezó haciendo conciencia ecológica en la
población al promover la siembra del “árbol de la ciencia” en Vitarte.
Ahora el Ministerio del Ambiente y las
municipalidades en el Perú deberían intensificar el desarrollo de planes
anuales de arborización en todo el territorio nacional.
[2]
Cossío del Pomar, Felipe. Víctor
Raúl. Biografía de Haya de la Torre. 1ª. Parte, 2ª. Edición. Ediciones
Enrique Delgado Valenzuela, Lima, 1977, p.149.
[4]
Germán Luna Segura, La jornada de las ocho horas y Haya de la Torre. http://horizonte-posible.com/las-ocho-horas/
[5] Wilfredo
Pérez Ruiz, El Día de la Planta: Historia y vigencia”, https://www.connuestroperu.com/actualidad/miscelanea/59989-el-dia-de-la-planta-historia-y-vigencia
[6]
Publicado en la revista INDOAMÉRICA, director Wilbert Bendezú Carpio. IV
etapa, Año 1, No.1, marzo-abril 2019, p.74.
[7] Wilfredo Pérez Ruiz, artículo “La
Fiesta de la Planta. Una mirada hacia atrás”. http://www.generaccion.com/magazine/420/fiesta-planta
[8] Wilfredo Pérez Ruiz, artículo “La Fiesta de la Planta. Una mirada
hacia atrás”. http://www.generaccion.com/magazine/420/fiesta-planta