LAS
TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN
EN
LA CULTURA DE LAS ORGANIZACIONES
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
En un mundo que se mueve a pasos
agigantados y sobre la base de grandes e inusitados cambios ocasionados por los
avances de la ciencia y la tecnología, la única alternativa que les queda a los
gobiernos, instituciones, empresas e industrias para poder competir y
participar con éxito en una economía global es: adaptarse al cambio o sucumbir.
Tradicionalmente, las organizaciones
funcionaron de acuerdo con modelos dinosáuricos, fragmentados, verticales,
burocráticos y lentos, cuya característica principal es la dependencia de los
individuos hacia una autoridad formal.
En la sociedad del conocimiento, la
llave clave para las empresas es el poder actuar como un equipo sólido de
trabajo -con dominio personal, modelos
mentales, visión compartida, aprendizaje
en equipo y pensamiento sistémico, propuesto por Senge-, a fin de responder en
forma eficaz y eficiente a las necesidades del entorno y operar con éxito.
Las tecnologías de la información y la
comunicación ofrece una serie de ventajas. Son democratizadoras, rápidas y
desconcentradoras del poder al difundir la información, ahorran
costos operativos, mejoran la calidad del producto, ofrecen
oportunidades para crear ventajas competitivas al brindar innovaciones en los
procesos de una organización y permiten prestar un mejor servicio a la
comunidad.
Actualmente son muchas las
organizaciones que buscan una ventaja en la alta tecnología en términos de
acceso más rápido a la información. Y para obtenerla, de manera eficiente y
oportuna, el negocio se apoya en el uso de software sofisticado.
Si una empresa cuenta con muchas
ventajas competitivas, estará más lejos del riesgo, puesto que a la competencia
le tomará más tiempo el copiar cada una de las ventajas con las que cuenta.
Otro elemento de ventaja que debemos tomar en consideración es el factor
sorpresa.
Para una organización progresista es
importante y básico el contar con un
conocimiento profundo de las fuerzas y debilidades de la competencia a fin de
aprovechar las oportunidades que se presenten o para responder anticipadamente
a las amenazas provenientes del área externa o interna de la organización.
Se dice, por ejemplo, que el incremento
de las ventas, la atención a clientes y la mercadotecnia son factores claves
para el negocio, pues estos se derivan en un eficaz servicio al consumidor. Los
clientes infieles, por ser clientes volubles y exigentes que cuentan con
información fresca y mayor oferta, deben constituir la prioritaria preocupación
de los empresarios.
Con la liberalización de los mercados o
la globalización de productos y de servicios, las compañías nacionales optan
por salir al exterior o dejar entrar a competidores de otras partes del mundo.
La globalización viene impulsando a las empresas a competir diariamente.
La globalización del comercio, de las
finanzas y de la información están intensificando la competencia, lo que agrava
el peligro de que los países y las comunidades pobres retrocedan aún más que en
el pasado.
La competencia global mantiene a las
organizaciones en constante innovación lo que implica un cambio de cultura
organizacional, de manera que las organizaciones sean capaces de afrontar esta
constante innovación.
Se puede concluir que la poca o nula
experiencia y el poco conocimiento con que cuentan muchos ejecutivos referente
al manejo de las tecnologías de información, trae implícito el problema de no
lograr vincular las oportunidades estratégicas con el entorno del negocio. Es
necesario que los ejecutivos acrecienten sus conocimientos y experiencias en
aspectos tecnológicos para la mejor toma de decisiones estratégicas y así
afianzar una funcional cultura organizacional.