Artículos periodísticos y de investigación

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2 de agosto de 2021

Apuntes sobre la deontología periodística

 APUNTES SOBRE LA DEONTOLOGÍA PERIODÍSTICA

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

El vocablo deontología proviene del término griego “deon” que significa “deber”, “obligación”, “lo bien”, “lo justo”, “lo adecuado, “lo que es conveniente” y de “logos” que quiere decir “tratado”, “estudio”, “conocimiento”.

En su sentido etimológico la deontología es el conocimiento de lo que es justo y conveniente.

Este término se usa en el contexto de los colegios profesionales, de sus códigos de ética o deontología y de sus tribunales de honor.

La Deontología y sus definiciones

Autores

Definiciones

JEREMY BENTHAM, Deontología o ciencia de la moral.

La deontología es un arte y una ciencia de la moral. En cuanto arte la deontología es un estilo de vida moral, significa saber lo que es conveniente hacer. En cuanto ciencia, deontología significa conocer lo que es conveniente hacer en toda ocasión, es conocimiento de los medios para aspirar a fines éticos.

KANT

La deontología es una ciencia de los deberes o imperativos categóricos en la que no importan los fines, sino la intencionalidad del acto, independientemente de las consecuencias materiales de aquél.

LUKA BRAJNOVIC

“La deontología o ética profesional es la moralidad, el honor, la honestidad, el deber, la responsabilidad y la obligación de conciencia referidos al ejercicio de una profesión”.

HÉBARRE,                                                   Protection de la vie privée et déontologie des journalistes.

(I.P.I. ZURICH, 1970)

“La deontología es el conjunto de reglas de carácter ético que una profesión se da a sí misma y que sus miembros deben respetar”

FRANCISCO VÁSQUEZ FERNÁNDEZ, Ética y Deontología de la Información.

“Deontología informativa es un conjunto de normas profesionales, mínimas y clarividentes, que regulan la conciencia profesional del informador, basadas en la veracidad y la responsabilidad profesional, con un cierto sentido utópico de aspirar a “lo deseable como mejor”. Exigen un constante proyecto de perfeccionamiento profesional”.

JOSÉ MARÍA DESANTES GUANTER, El autocontrol de la actividad informativa.

“En sentido amplio la deontología es la ciencia que está constituida por todas las normas éticas objetivas para una colectividad profesional, sea cualquiera el grado de positivación a que hayan llegado normas legales en su distinta cualidad jerárquica; normas estatutarias de las organizaciones profesionales,; normas convencionales incorporadas o no a convenios colectivos de trabajo; costumbres, principios de general aceptación”. “

“En sentido estricto se considera Deontología, tan sólo, al conjunto de normas de menor grado de positivación y que no están respaldadas por una sanción estatal”

AQUIELES MENÉNDEZ,                         Ética Profesional.

“Ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos de los profesionales en cuanto tales. Es lo que la pulcritud y refinamiento académico ha bautizado con el retumbante nombre de deontología”.

FRANCISCO IGLESIAS, Guía de los estudios universitarios. Ciencias de la Información. Periodismo, Ciencias de la imagen visual y auditiva, publicidad y relaciones públicas.

“Ética profesional, es decir, parte de la Ética que abarca, por una parte, la profesión con todas sus consecuencias morales y proyecciones éticas sociales y, por la otra, los distintos aspectos de la conducta y la conciencia del profesional. Como tal parte de la Ética o la Moral natural, la Deontología es teórica y práctica”.

ANTONIO ROSMINI, Sistema filosófico.

“La deontología general es la ciencia que trata de la perfección de los entes en general. La deontología especial es la ciencia de la perfección humana”.

El ser humano, como ser racional, ser social y ser profesional, para desenvolverse dentro de la sociedad y de su centro laboral tiene que cumplir determinados preceptos que normen y regulen su comportamiento y garanticen el logro de sus objetivos, fines y metas en función del interés social; tiene que cumplir una serie de deberes: deberes familiares, deberes sociales, deberes profesionales, deberes morales, deberes religiosos, deberes políticos, deberes cívicos, deberes económicos, deberes ecológicos como condiciones o requisitos para conseguir el bienestar individual y el bienestar general.

El filósofo y jurisconsulto inglés Jeremy Bentham (1748-1832) es el creador y acuñador del término “deontología” y es autor de la obra “Deontología o Ciencia de la moral” (1834).

Para Bentham la Deontología se basa en la acción libre de la persona humana y como ciencia pertenece al ámbito de la Ética y ésta, a su vez, pertenece a la Filosofía. “La tarea del deontólogo es enseñar al hombre la manera de dirigir sus emociones de modo que queden subordinadas, en cuanto es posible, a su propio bienestar”.

En síntesis, la deontología periodística o deontología informativa, es una disciplina que forma parte de la  Filosofía y de la Ética profesional periodística; es la ciencia de los deberes o la teoría de las normas morales que regulan el comportamiento profesional del periodista en sus relaciones con sus colegas, usuarios de la información, fuentes informativas, instituciones, las empresas informativas, los poderes del Estado, el entorno político, el entorno internacional y la sociedad.

La deontología periodística comprende los deberes éticos y los derechos que guían  el desempeño honesto, responsable, digno y justo de la profesión del periodista, siempre con miras al servicio de la comunidad y con el fin de alcanzar el bien personal (perfección) y el bien social (bienestar y progreso de la colectividad).

Los deberes del periodista están contenidos en códigos de ética, cartas de honor, manuales de estilo, estatutos, reglamentos, reglamentos y leyes.

El maestro universitario Daniel Barredo Ibáñez[1], en su introducción al diagnóstico de los códigos deontológicos en el Ecuador expresa lo siguiente:

“Desde la forja del famoso Código de Hammurabi, fechado en el año 2200 a.C., pasando por el memorándum difundido por Benjamín Harris en 1690 (Barroso, 2011, pp.142-3), lo cierto es que la profesión periodística ha ido desarrollando distintos conjuntos de normas para facilitar la asunción de algunos principios básicos; unos principios que varían globalmente en función de los elementos esenciales de cada cultura periodística (Oller y Barredo, 2013), pero que tienden a conformar un corpus que Baranda del Campo (2014) sintetiza de la siguiente manera: “ La información ha de sr verídica, cierta, objetiva y ajustada a la realidad. Debe resultar completa y sin manipular, comprensible, asequible y ágil” (p.256). Esos adjetivos forman un ideal para los profesionales de los medios de comunicación, aunque no olvidemos que hay numerosos elementos que dificultan –a veces, directamente, imposibilitan- su materialización. En un trabajo anterior propusimos algunos tabúes que tendían a restringir los flujos informativos en el periodismo español (Barredo, 2011), los cuales proceden y permanecen en el contexto simbólico como resultados de un devenir sociocultural. Dichos tabúes, además, se ven influenciados por diversas causas, algunas de ellas inextrincables a la cotidianidad individual, como el sexo, la ideología, las creencias religiosas, el lugar de nacimiento9, entre otros (Shoemaker y Reese, 1996). Todos esos factores –junto a aspectos como las rutinas y las líneas rojas profesionales –configuran el imaginario de los periodistas y, por tanto, determinan en mayor o en menor medida la construcción de la información. Y es por ello que, en paralelo a la legislación, resulta necesario instituir unos acuerdos mínimos que garanticen un adecuado desenvolvimiento profesional, es decir, una mediación que erosione la mayor parte de los efectos de las causas mencionadas anteriormente: “Los códigos deontológicos pueden observarse como referentes de los criterios de calidad exigibles a la praxis profesional. Aunque su contenido suele ser bastante escueto y general, permite establecer al menos unos mínimos sobre el contenido de los principios deontológicos”. (Suárez, 2013, p.808). La deontología, por tanto, podría ser entendida como un factor de moderación de los tabúes informativos”.

OBJETO DE LA DEONTOLOGÍA PERIODÍSTICA

La deontología periodística tiene por objeto:

-       Analizar los principios básicos de la moral individual y social dentro del contexto de los deberes y derechos profesionales.

-   Definir la naturaleza, las ideas y valores de la profesión periodística y sus relaciones con los destinatarios de la información que reciben su influencia.

- Determinar las conveniencias y consecuencias que mutuamente rigen las relaciones entre periodistas, medios y público en general.

-  Aplicar los principios morales a la vida laboral para un correcto ejercicio profesional del periodismo en aras del interés social o bien común.

-     Garantizar y fomentar el cumplimiento de los deberes profesionales.

-    Estudiar las normas y reglas morales de comportamiento del periodista orientados a conducir el ejercicio pleno, racional, correcto, libre, consciente, voluntario, honesto y responsable de la profesión, orden al beneficio personal y al bienestar colectivo o progreso de la sociedad.

FUENTES PARA EL CONOCIMIENTO DE LA DEONTOLOGÍA PROFESIONAL

Porfirio Barroso Asenjo, en su obra Fundamentos Deontológicos de las Ciencias de la Información, señala como fuentes básicas para el conocimiento de la Deontología Profesional las siguientes:

-         Costumbre profesional.

-         Decisiones de los tribunales de honor.

-         Instituciones de autocontrol.

-         Sindicatos de prensa.

-         Federaciones.

-         Iniciativas del legislador (la ley).

-         Manuales de estilo.

-         Códigos éticos.

PRINCIPIOS DEONTOLÓGICOS SEGÚN JEREMÍAS BENTHAM

Jeremías Bentham, pensador inglés, creador del término Deontología y padre de la corriente ética del Utilitarismo, considera la existencia de tres grandes principios deontológicos:

1.      El principio de la utilidad;

2.      El principio del interés;

3.      El principio de la maximación de la dicha pública.

Según Bentham, el bien y el mal dependen de estos tres principios fundamentales, simultáneamente vinculados entre sí y vigentes en los campos de la moral, la religión y la política.

“La moral y la religión no pueden tener sino un mismo y solo principio. Si el moralista, el político, y el sacerdote se penetrasen de su misión, su fin debe ser el mismo. El fin del hombre de estado, como está universalmente reconocido, es la dicha del estado, la mayor suma posible de dicha para los individuos del estado en el curso de su vida mortal”.

PRINCIPIO DE UTILIDAD

El principio de la utilidad es la base de la Deontología. Según este principio una acción es buena o mala, digna o indigna, o merece3 la aprobación o desaprobación, en proporción de su tendencia a acrecentar o disminuir la suma de la dicha pública (bienestar o felicidad colectivas).

La capacidad máxima de acrecentar la dicha pública o “maximación de la dicha” está conformada por las acciones buenas, acciones dignas y acciones aprobables.

La capacidad de disminuir la dicha pública (“minimización de la dicha”) está conformada por las acciones malas, acciones indignas y acciones desaprobables.

En opinión de Bentham la palabra Deontología o ciencia de lo que es bien o conveniente, “se ha escogido como la más propicia de todas para representar en el dominio de la moral el principio del utilitarismo o de la utilidad. Esta palabra utilitarismo ofrece al espíritu un sentido demasiado vago y poco definido: si este término pudiera aplicarse de una manera inmediata y directa a la producción de la felicidad, se podría emplear de una manera justa y conveniente”.

PRINCIPIO DE INTERÉS

La expresión “lo convenible” debe ser  entendida como “lo que es conforme a un interés ilustrado en el doble plano, individual y social”.

Bentham expresa que en la naturaleza del hombre está el pensar antes que todo en sus intereses, y por aquí es por donde todo naturalista ilustrado creerá que es de su interés comenzar. El deber siempre cederá el paso al interés. El interés siempre está unido al deber en todas las cosas de la vida. “Toda ley que tenga por objeto la dicha de los gobernados, deberá tender a que éstos encuentren su interés en hacer aquello, cuyo deber les impone la misma. En sana moral, jamás podría consistir el deber de un hombre en aquello que tiene interés en no hacer. La moral le enseñará a establecer una justa estimación de sus intereses y de sus deberes; y examinándolos, notará su coincidencia”.

PRINCIPIO DE MAXIMACIÓN DE LA DICHA PÚBLICA

Este principio de “maximación de la dicha”, que aparece por primera vez en la obra de Bentham “Proyecto de codificación” (1822), debe entenderse en su fórmula mágica “la mayor dicha del mayor número”, como el acto de “elevar la dicha al máximo posible, a fin de procurar que los hombres, tanto de forma individual como colectiva, dispongan de la mayor suma posible de dicha, y evitarles la mayor cantidad posible de males”.

Bentham afirma que la deontología sirve para aclarar la inteligencia de modo que pueda guiar la voluntad en busca del bienestar, poniendo a su disposición los medios más eficaces. La voluntad siempre tiene a la vista este fin. A la inteligencia toca corregir sus aberraciones, siempre que emplee otros instrumentos que los más convenientes. La repetición de actos, sean positivos o negativos, es decir, actos de comisión u omisión, que tenga por objeto la producción de la mayor balanza de placer accesible, y que sean juiciosamente dirigidos a este fin, constituye la virtud habitual.

IMPORTANCIA DE LA DEONTOLOGÍA PERIODÍSTICA

La deontología periodística es importante por las razones siguientes:

La ética profesional del periodista adquiere un reconocimiento público. La moral del periodista se torna trascendente en su actividad profesional al infundirle de autoridad, cohesión, unidad, espíritu solidario y alto sentido de honestidad y de responsabilidad para ganar y mantener credibilidad, confianza, respeto del público y conciencia exacta del sentido ético y social de su profesión y conciencia diáfana de sus deberes, derechos y responsabilidades.

El conjunto de reglas de conducta que deben regir la actuación profesional del periodista se funda en la convicción personal que la libertad sólo puede fructificar si va de la mano con la responsabilidad.

La deontología es el único camino que existe en los estados democráticos para que los periodistas sean capaces de preservar, fomentar, desarrollar y consolidar la libertad de información al servicio de la sociedad civilizada y progresista,

El código deontológico informativo es el instrumento normativo a través del cual se plasman los deberes del periodista y se materializa la deontología informativa.

Dentro del ámbito de la deontología informativa, el periodista tiene que defender los derechos humanos importantes: la libertad de información y el derecho a la intimidad de las personas; defender la libertad de informar y cumplir las normas profesionales de autocontrol. La dignidad profesional es la única actitud válida para superar imposiciones intencionales y sectarias y para observar el respeto a los derechos de las demás personas y el respeto a la audiencia.

La deontología informativa ampara, protege y potencia la libertad informativa, engrandece, favorece y ennoblece el trabajo profesional del periodista y de los medios y contribuye al mejoramiento de los informadores y del público.

Aquiles Menéndez, en su obra “Ética Profesional” (México, 1970:14-16) considera que la ética profesional es importante en el orden especulativo y en el orden práctico.

A)      EN EL ORDEN ESPECULATIVO: Analiza los principios fundamentales de la moral individual y social, y los pone de relieve en el estudio de los deberes profesionales. Siguiendo el procedimiento Socrático-Aristotélico, trata de definir con claridad y concisión la naturaleza de la Profesión y las distintas relaciones con todos los elementos humanos que sufren su influencia o la ejercen. Así comprendemos la diferencia entre los deberes derivados de la justicia o la caridad, cuando hay virtudes que es menester prácticas en conciencia, y los otros deberes sociales impuestos por la convivencia.

Además trata permanente y vigorosamente de combatir el divorcio que se ha pretendido establecer entre las ideas y la vida: o sea, la otra actitud negativa del profesionista que se dice para su capote: “Nosotros respetemos la regla moral a la distancia, pero no nos compliquemos la vida; vivamos como todo el mundo, sin tantas investigaciones. Disimulemos y llevemos de la mejor manera posible nuestro fardo de defectos y dejemos a los filósofos especular sobre las virtudes” (La vie en ordre, de J. Léclercq. Página 48).

El joven egresado de la universidad, sobre todo si el ambiente fermentaba en inquietudes espirituales, al desembocar en lo que comúnmente se llama la vida sufre una decepción tremenda: “tiene la impresión de que la moral es solamente respetada en los libros”, porque todas las leyes son conculcadas más o menos descaradamente por personas (a veces personajes) de su respeto, sin que nadie se escandalice ni proteste, ni en los negocios, ni en la política, ni en la familia.

Es la primera crisis por la que atraviesa toda profesión. Es la hora de la decisión vital; porque si su moral está bien pertrechada espiritualmente, se resuelve a luchar y a ser fermento de renovación humana en todos los órdenes. En cambio, si no ha precedido una sólida formación moral proporcionada a las necesidades contemporáneas, el flamante profesionista claudica sin resistencia ni batallas, guardando una secreta rebeldía para sus maestros “porque no le prepararon para eso; porque le disfrazaron la vida, y porque, en lugar de moral, le enseñaron un mito.”

B) EN EL ORDEN PRÁCTICO. La importancia está determinada por las conveniencias y consecuencias que mutuamente rigen las relaciones entre profesionistas y clientela.

Es notorio que la mejor garantía del éxito profesional la constituye el leal y escrupuloso cumplimiento de los deberes. La clientela, por un instinto defensivo, tiene horror de los autómatas que no tienen responsabilidad ni amor al ejercicio consciente de la profesión.

Por otra parte, la función específica de la actividad profesional consiste en establecer o restablecer el orden necesario al bien común. Pero frecuentemente, y aún más de lo que imaginamos, el profesionista se juzga dispensado de cualquier orden o disciplina; como si semejante anarquía fuera un privilegio debido a su capacitación universitaria. Así, el bien común sufre un prejuicio irreparable, y la clientela (por no decir la sociedad) tiene que soportar el espectáculo bochornoso del profesionista que:

a)      Se sustrae (hasta con indignación) de horarios y programas.

b) Protesta airadamente contra cualquier contralor, como si el título universitario confiriera simultánea y automáticamente: competencia, exención e impunidad.

c)      Se rebela contra cualquier tipo de cooperación que signifique responsabilidad o compromiso.

d)     Hace burla de sus informalidades y negligencias.

e)      Ni falta quien cacaree como el primer derecho profesional, la independencia absoluta e intangible de su persona y conducta frente a cualquier requerimiento de la sociedad en que vive.

DEBERES ESPECÍFICOS DEL PROFESIONAL SEGÚN BRAJNOVIC

La deontología se refiere primordialmente a los deberes específicos del profesional, que en opinión de Luka Brajnovic en su obra “Deontología periodística” tales deberes consisten en:

a.  La preparación adecuada (estudio, aprendizaje, capacitación específica y titulación legal para el ejercicio profesional).

b.      El ejercicio competente y honesto de la profesión.

c.      La entrega o dedicación al trabajo profesional.

d.   La realización de las prestaciones, resultantes de este trabajo, en favor del “bien común” y al servicio de la sociedad.

e.  El constante perfeccionamiento del propio sabe4r profesional sin considerarlo jamás como algo limitado o superado, sino como el punto de partida.

f.       La exigencia justa de obtener no sólo el prestigio profesional sino también los medios materiales (económicos), para poder llevar una vida digna.

 En estos seis puntos se encuentran los aspectos éticos de cualquier profesión.

CÓDIGO DEONTOLÓGICO PERIODÍSTICO

El código deontológico periodístico permite el cumplimiento de lo siguiente:

Abstraer los valores éticos que son voluntariamente aceptados por el gremio de los periodistas y los convierte en reglas de conducta obligatorias en su cotidiano quehacer profesional.

Eliminar a los periodistas no calificados y a los corruptos e inescrupulosos, permitiendo infundir de identidad y status sólido a la profesión periodística.

Enriquecer la calidad de vida de la sociedad en general, y lograr la dignificación moral del gremio periodístico.

Apelar a la convicción racional de los periodistas como principal motivación para el cumplimiento de las conductas dispuestas como debidas en el gremio periodístico.

ANTONIO ROSMINI Y LA DEONTOLOGÍA

Con posterioridad a Bentham, en el año 1845 A. Rosmini publica su obra “Sistema filosófico” y en el que incluye las “Ciencias deontológicas”, las mismas que comprende a la “Deontología general” y la “Deontología especial”, esta última comprende la “ciencia de la perfección humana”.

Rosmini  divide la deontología en telética, ética y ascética.

La TELÉTICA es “la doctrina del arquetipo al que todo hombre tiene el deber de acercarse”.

ÉTICA es “la doctrina de las acciones con las que el hombre se acerca a dicho arquetipo y se configura a sí mismo de acuerdo con él”.

ASCÉTICA, EDUCACIÓN POLÍTICA, etc. es “La doctrina de los medios y ayudas con los que se ve estimulado y animado para realizar tales acciones”.

Estas ciencias deontológicas se rigen por el principio de crear perfección en los seres y definir los medios para lograrla.

FORMAS O MODOS DE SER

Según Rosmini hay tres formas o modos de ser: ser ideal, ser real y ser moral. Decía: “El hombre es un ser real, intelectual y moral; por consiguiente, participa de la perfección propia de los tres modos de ser. Pero habida cuenta de que la perfección moral constituye el cumplimiento de las otras tres, y sólo ella es la perfección personal, la doctrina de la perfección moral es la que resume en sí la doctrina de la perfección humana”.

“El “ser moral” nace de la unión dialéctica entre el ser “ideal” y el ser “real”; lo moral es la cópula sintética entre el objeto (ser ideal) y el predicado (ser real). Así lo define Rosmini: “El ser moral es la relación que tiene el ser real consigo mismo mediante el ser ideal”. Y agrega: “Tiene la propiedad de ser el acto que pone en armonía el sujeto con el objeto, de ser virtud perfeccionadora, cumplimiento del sujeto mediante la unión y la adecuación con el objeto beatitud del ente”.

PRINCIPIOS ÉTICOS SUGERIDOS PARA DESARROLLAR EL PERIODISMO[2]

El deber del periodista es la búsqueda de la verdad, ofreciendo un recuento justo y completo de hechos y temas. Los periodistas concienzudos de todos los medios de información y especialidades se deberán esforzar por servir al público cabalmente y con honestidad. La integridad profesional es la piedra angular de la credibilidad de un periodista.

BUSQUE LA VERDAD Y REPÓRTELA

Los periodistas deben ser honestos, justos y valerosos al buscar, reportar e interpretar la información.

Los periodistas deben:

1.      Comprobar la exactitud de la información de todas las fuentes y cuidarse del error. La distorsión deliberada es inadmisible.

2.      Buscar activamente a los protagonistas de la noticia para darles la oportunidad de responder a alegaciones de conducta impropia.

3.      Identificar sus fuentes siempre que sea factible. El público tiene derecho a toda la información posible sobre la confiabilidad de las fuentes.

4.   Cuestionar siempre los motivos de sus fuentes antes de prometer anonimato. Aclarara las condiciones de cualquier promesa hecha a cambio de información. Cumplir sus promesas.

5.      Cerciorarse de que los titulares, avances noticiosos y material de promoción, fotos, vídeos, materiales de audio, gráficos, fragmentos sonoros y citas no tergiversen los hechos. No deben simplificar o acentuar en exceso los incidentes fuera de contexto.

6.      No distorsionar nunca el contenido de fotos o vídeos noticiosos.

7.  Realzar imágenes por motivos de claridad técnica es siempre permisible. Identificar los montajes y las ilustraciones fotográficas.

8.  Evitar las escenificaciones engañosas o las noticias escenificadas. Si una escenificación es necesaria para transmitir la noticia, identificarla como tal.

9.    Evitar los métodos encubiertos u otras formas subrepticias de buscar información, excepto cuando los métodos abiertos tradicionales no produzcan información vital para el público. El uso de dichos métodos debe explicarse en el artículo.

10.  No copiar ninguna información o investigación periodística realizada por otros colegas.

11.  Examinar sus propios valores culturales y evitar imponérselos a otros.

12.  Evitar los estereotipos de raza, sexo, edad, religión, grupo étnico, procedencia geográfica, orientación sexual, incapacidad, apariencia física o condición social.

13.  Apoyar un abierto intercambio de opiniones, incluso las que estimen repugnantes.

14.  Dar voz a los que no la tienen; las fuentes oficiales y extraoficiales de información pueden ser igualmente válidas.

15.  Distinguir entre abogar por una causa y reportar la noticia. Se debe identificar el análisis y el comentario, y no tergiversar los hechos o su contexto.

16.  Distinguir entre noticia y publicidad y rechazar las formas híbridas que borran los límites entre las dos.

17.  Reconocer la obligación especial de asegurar que los asuntos públicos se conduzcan al descubierto y que los documentos gubernamentales estén sujetos a examen.

MINIMICE EL PERJUICIO

Los periodistas con ética tratan a las fuentes, a los protagonistas de la noticia y a los colegas como seres humanos merecedores de respeto.

Los periodistas deben:

1.      Compadecerse de los que puedan ser afectados adversamente por la cobertura noticiosa.

2.      Mostrar una especial sensibilidad al tratar con niños y con personas necesitadas.

3.      Mostrar sensibilidad al solicitar o utilizar entrevistas o fotos de personas afectadas por la tragedia o la desgracia.

4.      Reconocer que buscar o reportar información puede causar perjuicio o malestar. La búsqueda de la noticia no da permiso para la arrogancia.

5.      Reconocer que los particulares tienen mayor derecho a controlar la información sobre sí mismos que los funcionarios públicos y otras personas que buscan poder, influencia o atención.

6.   Sólo una extraordinaria necesidad pública puede justificar la intromisión en la vida privada de alguien.

7.      Proceder con buen gusto. Evitar ceder a la curiosidad sensacionalista.

8.   Ser cautos en cuanto a identificar a sospechosos que abusan de menores de edad o a víctimas de delitos sexuales.

9.      Ser juiciosos en cuanto a nombrar a los sospechosos de delitos antes de la formulación oficial de sus cargos.

10.  Contrapesar el derecho de un sospechoso de un delito a un juicio justo con el derecho del público a estar informado.

ACTÚE CON INDEPENDENCIA

Los periodistas no deben estar sujetos a intereses particulares, sino sólo al derecho del público por conocer la verdad.

Los periodistas deben:

1.      Evitar conflictos de intereses, reales o aparentes.

2.  Estar libres de vínculos y actividades que puedan comprometer su integridad o perjudicar su credibilidad.

3.  Rechazar regalos, favores, pagos, viajes gratuitos y tratamiento especial, y evitar empleos secundarios, participación política, cargos públicos y el servicio en organizaciones comunitarias si comprometen la integridad periodística.

4.      Revelar los conflictos inevitables.

5.      Mostrarse alertas y valientes, pidiendo que rindan cuenta a los que ejercen el poder.

6.   Negarles trato de preferencia a anunciantes y personas con intereses particulares y rechazar sus presiones para influir en la cobertura noticiosa.

7.      Desconfiar de fuentes que ofrecen información a cambio de favores o dinero; evitar ofrecer pago por la noticia.

SEA RESPONSABLE

Los periodistas son responsables ante sus lectores, oyentes, televidentes y colegas.

Los periodistas deben:

1.      Aclarara y explicar la cobertura noticiosa y promover el diálogo con el público acerca de la conducta periodística.

2.      Alentar al público a expresar sus quejas contra los medios informativos.

3.      Admitir los errores y corregirlos con prontitud.

4.      Poner al descubierto las faltas de ética en la conducta de periodistas y medios de información.

5.      Atenerse a las mismas normas elevadas que les exigen a otros.



[1] Barredo Ibáñez, Daniel (Editor). Ética y deontología periodística. Algunas claves para entender el contexto ecuatoriano. Cuadernos del Mundo /05. Sociedad Latina de Comunicación Social. www.cuadernosartesanos.org/cdm05.pdf

[2] Soto Pasco, Rogelio. Ética. La mejor estrategia para lograr el éxito. Instituto de Desarrollo Humano AMEX  S.A.C., Lima, 2010, pp.111-114.

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