Artículos periodísticos y de investigación

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3 de agosto de 2021

EL PERÚ NUNCA FUE TIERRA FÉRTIL PARA IDEALES FEDERALISTAS

 

EL  PERÚ 

NUNCA FUE TIERRA FÉRTIL

PARA IDEALES FEDERALISTAS 

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete 

El fallido intento de federalizar el Perú, de dividirlo artificialmente en estados, tuvo como exitosa respuesta la monolítica tradición unitaria y centralista que provenía del incanato, del virreinato, a efecto de asegurar la unidad del Estado y la seguridad exterior, especialmente en los albores de la Independencia, frente a un enemigo que no se había doblegado.

El federalismo es un régimen políticamente autónomo y no administrativo. Su estructura y sus funciones son aplicables a la circunscripción territorial con la misma naturaleza con que las aplica el Estado a la Nación. Cada Estado se autogobierna, estando unidos a la Federación por los poderes Ejecutivo y Legislativo federales, reservando para sí las relaciones exteriores, la organización de la fuerza militar, el sistema monetario, el régimen aduanero, el régimen de correos y telégrafos, etc.; gozando en lo demás cada Estado federal, de autonomía y pudiendo darse una legislación y una Constitución propia.

La Federación tiene facultades mucho más amplias que las del descentralismo. Cada Estado federal ejerce su soberanía por separado –fraccionamiento de la soberanía-. Los principios políticos son ejercitados con independencia por cada Estado miembro de la Federación de Estados, es decir los Estados federales no están bajo el control ni bajo la autoridad del Estado central. El incremento o la reducción de las atribuciones o facultades de cada Estado federal se lleva a cabo mediante acuerdo común de los Estados federales.

Rastreando la historia de Perú nos encontramos con esta realidad: el Perú nunca fue tierra fértil y acogedora para el desarrollo de ideales federalistas.

Los promotores de este régimen político sólo llegaron a conformar reducidos cenáculos teorizantes, sin lograr la seducción de las masas ni llegar más allá de algunos debates académicos procedentes de la Región del Sur del país, foco inicial de inquietud federal.

El fallido intento de federalizar el Perú, de dividirlo artificialmente en estados, tuvo como exitosa respuesta la monolítica tradición unitaria y centralista que provenía del incanato, del virreinato, a efecto de asegurar la unidad del Estado y la seguridad exterior, especialmente en los albores de la Independencia, frente a un enemigo que no se había doblegado. En esta apreciación coinciden Víctor Raúl Haya de la Torre, José Carlos Mariátegui, Jorge Basadre, Víctor Andrés Belaunde, Emilio Romero, Vicente Villarán, José Pareja Paz Soldán y Luís Laurie Solís.

De haber prosperado los ideales federalistas, se hubiese fermentado condiciones propicias para el caos, la división y el separatismo entre Estado, sociedad e individuo, poniendo en riesgo el futuro del Perú.

Por otra parte, era imposible que tal pretendida forma de Estado echara hondas raíces en la conciencia popular, por cuanto el Perú carecía de tradición histórica en el acontecer político-legal, no habían regiones “definidas, potentes y activas”, la corriente federalista no logró identificarse doctrinariamente con los intereses de las mayorías, precisamente por su orfandad en planteamientos sociales básicos y en cuadros  de dirigentes.

 

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