Artículos periodísticos y de investigación

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1 de agosto de 2021

LA MORALIDAD Y LA CONCIENCIA MORAL DE LAS PERSONAS

 

LA MORALIDAD Y LA CONCIENCIA MORAL 

DE LAS PERSONAS

Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete


LA MORALIDAD

La moralidad viene a ser la “moral vivida”, la moral hecha realidad, los actos realizados con-forme a la moral imperante. Es la conformidad de una acción con los principios de la moral. Ejemplo: “Egregio pensador, cuya vida fue ejemplo de moralidad intachable”.

La moralidad de un acto consiste en la manera como realizamos dicho acto. Así, por ejemplo, se da una limosna por piedad, misericordia o ayuda al necesitado, o por la espera de una recompensa o la esperanza de ocupar un buen lugar en el otro mundo.

La conducta de una persona carece de moralidad en la medida en que viola las normas destinadas a regirla y hace que ciertos actos vayan en perjuicio de otros individuos o del grupo social.

LA CONCIENCIA MORAL

La conciencia moral se origina cuando el sujeto reflexiona acerca de la valoración ética de un acto moral. Es la facultad que tiene el ser humano de juzgar sobre lo que es bueno o malo.

La conciencia moral  viene a ser la capacidad del espíritu humano para efectuar juicios sobre el valor ético de ciertos actos y por el cual se dice lo que tiene que hacer o no hacer. Es la razón en cuanto juzga el valor moral de los actos, en cuanto discierne el bien del mal.

Ejemplo: fundándose en el “No matarás” se niega uno a tomar las armas y a no matar al prójimo; “debo estudiar con dedicación y responsabilidad y culminaré exitosamente mi carrera profesional de periodismo; “debo  evitar el mal, el robo que quiero hacer al amigo es malo, luego, en este momento que trato de robar debo de evitar esta mala acción”.

La conciencia moral es una voz interior que juzga si tal acto es bueno o malo y es el que impulsa al individuo a hacer lo bueno (debes hacer) y a evitar lo malo (no debes hacer).

Antes de la acción, la razón juzga  (juicio moral) si es bueno o malo, honesto o deshonesto, justo o injusto, digno o indigno, etc., y de ahí brotan la orden y el impulso a ejecutarlo o rechazarlo.

Después de la acción, el juicio moral juzga si fue buena o mala, conforme o disconforme con la ley, digna de mérito o indigna, etc. (juicio de valor) y como consecuencia se originan sentimientos de simpatía o satisfacción por lo bueno, de respeto, emulación y admiración, y de aversión, desprecio, indignación, horror y antipatía por lo malo.  La conciencia moral nos pone en contacto con los principios éticos.

En el ámbito de la conciencia reviste especial importancia y trascendencia en la vida de las personas la denominada voz de la conciencia y la libertad de conciencia.

Voz de la conciencia es la voz interior que reprocha o acusa a las personas de haber cometido alguna mala acción por haberse apartado de las enseñanzas morales que han recibido.

Libertad de conciencia es el derecho de los ciudadanos a sostener, manifestar y propagar sus propias ideas, sean éstas de tipo religioso, social, político, etc., sin oposición por parte de las autoridades legítimamente constituidas.

CLASES DE CONCIENCIA

Hay diversas clases de conciencia: conciencia antecedente, conciencia consiguiente o consecuente, conciencia correcta, conciencia cauterizada, conciencia cierta, conciencia delicada, conciencia dudosa o vacilante, conciencia errónea, conciencia laxa o relajada, conciencia no recta, conciencia perpleja, conciencia probable, conciencia recta,

CONCIENCIA ANTECEDENTE. Dictamina sobre la moralidad de un acto de una o más personas. Juzga la bondad o la malicia del acto futuro. Es la conciencia-guía de acciones futuras y que induce a hacerlas o evitarlas. 

“Sus actos son principalmente cuatro: ordenar o prohibir, cuando el acto deba hacerse o deba evitarse; persuadir o permitir, cuando se trata del mejor o peor curso, sin obligación alguna estricta” (Fagothey).

CONCIENCIA CONSIGUIENTE. Es la conciencia de la persona que juzga sobre el acto ya realizado. Es la fuente básica e ineludible de su auto aprobación o de su remordimiento sobre las acciones ejecutadas. Acusa la mala acción cometida (remordimiento) y excusa de la maldad cometida (tranquilidad de ánimo) y aprueba la acción buena práctica (alegría de la buena conciencia).

CONCIENCIA CORRECTA. Es el juez de las acciones pasadas de una persona; es la que dictamina de acuerdo con la ley. Juzga como bueno aquello que es realmente bueno o como malo aquello que realmente es malo.

CONCIENCIA CAUTERIZADA. Se dice que una persona tiene conciencia cauterizada cuando no le preocupan ni los mayores crímenes, ni las máximas arbitrariedades e injusticias.

CONCIENCIA CIERTA.  Si hay certeza en el juicio de la moralidad de un acto de una persona; es la conciencia que juzga sin temor a equivocarse a que lo opuesto pueda ser verdad.

CONCIENCIA DELICADA.  Es la conciencia de una persona que juzga en forma recta y correcta hasta de los menores detalles de los actos realizados.

CONCIENCIA DUDOSA. Es la conciencia de una persona que no se determina a emitir su dictamen, suspende el juicio. Es la conciencia que está fluctuante entre el sí y el no. Ocurre cuando la conciencia de la persona vacila en hacer un juicio cualquiera en absoluto, o hace el juicio, pero con sospechas, reservas, desconfianza o temor de que lo opuesto pueda ser cierto. La conciencia dudosa puede ser probable o perpleja.

CONCIENCIA ERRÓNEA. Es la conciencia de la persona que juzga en desacuerdo con la ley. La conciencia errónea de la persona juzga como bueno lo que es malo, y como malo aquello que realmente es bueno. La conciencia errónea puede ser vencible o invencible. La conciencia es venciblemente errónea cuando el error puede ser superado y el juicio corregirse. La conciencia es invenciblemente errónea, si el error no puede superarse y el juicio no puede corregirse.

CONCIENCIA LAXA. Ocurre cuando la conciencia de la persona se inclina a la inobservancia por fútiles motivos. Es lo opuesto a la conciencia escrupulosa. Disminuye la malicia del acto, considerando como permitido lo que no lo es, o como levemente malo aquello que, de suyo, es muy grave. La conciencia laxa proviene generalmente de la poca reflexión en el obrar, de la falta de delicadez en el cumplimiento de las obligaciones diarias, de la lectura de obras inmorales y proviene también de la frecuentación de un medio social relajado.

CONCIENCIA NO RECTA. Es la que no se ajusta al dictamen de la propia razón, es de mala fe.

CONCIENCIA PERPLEJA. Se da cuando la conciencia de la persona no logra decidirse y permanece en un estado de ansiedad indecisa, particularmente cuando percibe que hará mal con cualquiera de las alternativas que elija o escoja. La perplejidad deviene de la falta de razones a favor o en contra o de la igualdad de las mismas.

CONCIENCIA PROBABLE. Si se apoya en sólido fundamento; pero con temor de errar. Es aquella conciencia que juzga de la moralidad o legalidad de un acto según la opinión que autoridades competentes tienen por bien fundada sobre ella.

CONCIENCIA RECTA. Se dice que hay conciencia recta cuando hay verdad en el juicio de la moralidad de un acto. Se ajusta al dictamen de la propia razón, aunque pueda no ajustarse a la ley. Es una conciencia de buena fe.

 

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