EL ENSAYO PERIODÍSTICO, CARACTERÍSTICAS Y UN MODELO
Escribe: Eudoro Terrones
Negrete
En términos generales, para Gayol Fernández
el ensayo "es un tipo de composición, generalmente breve, en prosa
literaria, que expone sin rigor sistemático, pero con hondura, madurez y emotividad
peculiares, una interpretación personal sobre modalidades libremente
seleccionadas de temas científicos, filosóficos o artísticos".
Y
se advierte en el ensayo la íntima fusión de estos tres elementos: a) La profundidad de la monografía; b) La ponderación
valorizadora de la crítica; y c) La
fuerza emocional, creadora y bella, de lo subjetivo.
El
ensayo puede ser de tipo expositivo, argumentativo y crítico sobre un tema específico,
relevante y trascendente.
El
ensayo consta fundamentalmente de tres partes: introducción, desarrollo y
conclusión. Algunos autores sugieren también consignar Anexos y bibliografía.
El
ensayo periodístico aborda con intención didáctica - pero sin sujeción a un
método, estilo o terminología determinada, ajeno a toda pedantería o
ampulosidad -temas relacionados con problemas científicos, filosóficos, ideológicos,
doctrinarios, religiosos, sociales, culturales, etc., sin pretender abarcarla
con el rigor exigible en un tratado, exhaustivo y, generalmente, los textos aparecen en las
ediciones dominicales de los diarios o en revistas, aunque es más propio de las
revistas que de los diarios.
El
ensayo periodístico se caracteriza por su:
1 .Brevedad,
2. Síntesis,
3. Subjetividad,
4 .Hondura,
5. Madurez,
6. Fuerza
emocional, creadora y bella,
7. Libertad en el
tratamiento de los temas,
8. La exposición
no sigue un orden lógico y rectilíneo,
9. Interpretación
personal de temas filosóficos, científicos, históricos,educativos,
sociológicos, económicos, políticos o artísticos,
10. Estructura
abierta,
11. Coherencia
expositiva.
Entre
los principales y notables ensayistas peruanos podemos señalar a Manuel
Gonzáles Prada, Víctor Raúl Haya de la
Torre, José Carlos Mariátegui, Antenor Orrego Espinoza, Manuel Seoane Corrales,
Jorge Basadre, Luis Alberto Sánchez, Augusto Tamayo Vargas, Alberto Escobar,
Antonio Cornejo Polar, Alfredo Saco Miró Quesada.
Modelo
de ensayo
¿LA REVOLUCIÓN DE
LA INDEPENDENCIA FUE UN MOVIMIENTO DE EMANCIPACIÓN INTEGRAL?
Por
Víctor Raúl Haya de la Torre
Fuente:
Obra:"Ideario y Acción Aprista"
DETERMINISMO
ECONÓMICO
"La
revolución de la Independencia estuvo determinada económicamente, don Justo
Sierra escribe: "alguna vez los virreyes favorecieron la formación de
grupos, no de enemigos de España que no los había y que estaba personificada en
el soberano bribón don Fernando VII que en América aparecía como una víctima
infortunada y digna de todo amor, sino de españoles que monopolizaban la
explotación administrativa de la colonia, y que por medio de las audiencias, el
alto clero y los encumbrados gremios mercantiles como el Consulado de México
pretendían tutorear al virrey mismo".
Así
nacen las luchas por la Independencia. En algunos países como la Argentina la
lucha por la emancipación se inicia con caracteres francamente comerciales,
(comercio de productos del latifundio), mientras en otros países tomaban el
aspecto de simple liberación de impuestos. Ingenieros dice: "la necesidad
de la emancipación económica determinó a ciertos grupos a luchar por su
emancipación política para dejar de ser una clase económicamente inferior
respecto de la constituida por los peninsulares. Estas necesidades
fundamentales encontraron una bandera doctrinaria en las ideas difundidas por
los fisiócratas y los enciclopedistas que algún camino habían hecho en España
durante el reinado liberal de Carlos III".
Es
así como florece la paradoja del injerto de la ideología francesa
revolucionaria antifeudal, apuntalando la revolución de la independencia
americana desembozadamente latifundista y feudal. Mientras en Europa, en la
Francia, los revolucionarios atacaban el latifundio y la gran propiedad, en
América en el mismo fraseario, se sostenía ese régimen. Los criollos aprovecharon
o utilizaron la ideología importada de Francia. La ponían al servicio de
sus propios intereses, contrarios al de las castas gobernantes españolas.
El
historiador y economista argentino Echeverría, reafirmando esta tesis, escribe:
"La sociedad americana estaba dividida en tres clases opuestas en
intereses sin vínculo alguno de sociabilidad moral y política. 1o. el clero,
los togados y mandones; 2o. los enriquecidos por el monopolio y el capricho de
la fortuna; 3o. los villanos llamados gauchos y compadritos en el Río de la
Plata, cholos en el Perú, rotos en Chile, léperos en México. Las castas
indígenas y africanas eran esclavas y tenían una existencia extrasocial. La
primera gozaba sin producir y tenía fueros de hidalgo. Era la aristocracia
compuesta en su mayor parte por españoles y muy pocos americanos. la segunda
gozaba ejerciendo tranquilamente su industria y comercio, era la clase media
que se sentaba en los cabildos. La tercera única productora por el trabajo
manual se componía de artesanos y proletarios de todo género. Los descendientes
de las dos primeras clases que recibían alguna educación en América o en la
Península fueron los que levantaron el estandarte de la Revolución".
Para
significar las limitaciones de la Revolución de la Independencia y concretar su
significado a la liberación de una clase social fuerte económicamente, pero
políticamente oprimida, veamos lo que decía la representación de los hacendados
de las campiñas del Río de la Plata al Virrey don Baltazar Hidalgo de Cisneros
en septiembre de 1809, en el expediente formado para proporcionar ingresos al
erario por medio de un franco comercio con la nación inglesa. Decía la
representación:
"Hay
verdades tan evidentes que se injuria a la razón con pretender demostrarlas.
Tal es la proposición de que conviene al país la importación franca de efectos
que no producen ni tiene y la exportación de los frutos que abundan hasta
perderse por falta de salida".
"Estas
regiones producen un millón de cueros sin las demás pieles, granos y sebo que
son tan apreciables al comercio extranjero, llenan todas nuestras barracas en
oportunidad para una activa exportación..."
"A
la libertad de exportar -continúa- sucederá un giro rápido que poniendo en
movimiento los frutos estancados hará entrar en valor los frutos de los nuevos
productos".
Estos
son los votos de veinte mil propietarios que represento, terminaba el memorial,
firmado por Moreno, gran propietario, prócer de la Independencia Argentina,
cuyas cenizas fueron arrojadas años después por los agentes de España al Océano
Atlántico.
En
las comarcas argentinas que se encontraban en una situación deplorable, debido
a que la metrópoli no permitía ninguna influencia extraña, se observa
claramente las causas económicas que precipitaron la Independencia.
Molinari
piensa que en las colonias españolas las guerras de la emancipación tuvieron
por promotores a los aspirantes a los puestos civiles y militares que querían
expulsar a los funcionarios metropolitanos para ocupar sus puestos.
LA SIGNIFICACIÓN
DEL HÉROE
Dentro
de este determinismo económico, se preguntarán muchos, ¿qué papel juegan los
héroes? - al significar la influencia del factor económico no he querido
regatear la importancia del héroe en la Historia, del héroe en el sentido de
Carlyle, ni menos la de los héroes de la primera emancipación. Bolívar, San
Martín, Hidalgo, cobran un inusitado valor aplicándoles la concepción de
Plejanov. El héroe, según el socialismo ruso, no hace sino interpretar, intuir,
dirigir los anhelos vagos e imprecisos de la multitud, pero está siempre
determinado por la clase social revolucionaria a quien representa. Precisa
limitar el radio de acción del héroe y al par exaltar la necesidad del héroe.
Los héroes de la Independencia recogieron y expresaron victoriosamente la
necesidad de su clase. La mayoría de los héroes venían de la clase dominante e ilustrada,
militares, clérigos, intelectuales. Su acción se concreta a las aspiraciones de
esa clase, por eso la independencia no ha sido un movimiento de emancipación
integral. Pero, en cada movimiento de clase, la clase que se libera encarna o
pretende encarnar en un momento dado, el anhelo total del pueblo. Ahí están los
ejemplos históricos de las Revoluciones Francesa, Inglesa y Norteamericana.
YUXTAPOSICIÓN DE RAZAS Y DE SISTEMAS POLÍTICOS. COEXISTENCIA
DE ETAPAS SOCIALES
De
la síntesis de la colonia surge su negación: la república, otra tesis que
alimenta también su antítesis. El sistema republicano representa la autonomía
de los terratenientes de la corona española, de los gamonales como se les llama
en el Perú, subsistiendo en el fondo, como hemos visto, el régimen feudal
heredado de España. Lo único que cambia son los nombres, las denominaciones. la
esencia de las instituciones no varía. Se prolonga la gran paradoja de la
ideología francesa antilatifundista, en organizaciones feudales. Se yuxtaponen
sistemas políticos, así como la raza blanca se yuxtapone a la india sin
conseguir amalgamarse con ella profundamente. Y sin darnos cuenta de la ironía
que encierra superponer el gorro frígido de la democracia francesa al indio con
sarape o con poncho, símbolos de su atraso y explotación, nos ufanamos de haber
alcanzado la igualdad, la fraternidad, la libertad...
La
América Latina agrícola íntegramente y con pequeñas industrias típicas,
incapaces de abastecer las crecientes necesidades del pueblo deviene campo
propicio para la colocación de mercaderías extranjeras. El régimen capitalista
que en Europa y Estados Unidos ha evolucionado hacia un Imperialismo franco
concurre a fortalecer a la clase dominante porque necesita facilidades y
ventajas, propicias a sus industrias. Es así como se acentúa el desequilibrio
de nuestra vida social. En América Latina no ha ocurrido una evolución lógica y
normal, al igual que en las sociedades europeas, o en los Estados Unidos. Las
diversas sucesiones de sistemas no han creado entre nosotros una evolución
orgánica. Antes bien, hay una superposición de diversas etapas sociales. Las
sociedades primitivas representadas por tribus salvajes muchas veces
antropófagas; las sociedades bárbaras, etapa en que se encuentran los indígenas
que tuvieran antaño comienzos de civilización -truncada por la conquista y por
su propia decadencia; la clase de los terratenientes con mentalidad del siglo
XV y por último gentes de las ciudades y de las grandes capitales, núcleos
industriales - México, Buenos Aires, Río de Janeiro, Santiago, Lima- que
piensan a la moderna, muchas veces en francés y en inglés. Todos estos estratos
sociales coexisten en abigarrada mezcla. Ninguno ha desaparecido para
sustituirlo al otro, antes bien, guardan su autonomía y hacen su vida apenas,
rozándose. Este es el más trágico y tremendo problema de nuestra América.
En
los Estados Unidos del Norte no ocurre parejo suceso. La sociedad
norteamericana ha evolucionado normalmente, eliminando los residuos de
anteriores períodos prehistóricos. Los llamados aborígenes, que se les viste
espectacularmente con plumas y trajes primitivos en los tablados y ferias
burguesas, muchas veces para estrechar la mano de Mr. Coolidge, son hombres
incorporados ya a la civilización yanqui.
El
Estado en América Latina, representa esta indefinida fluctuante realidad
social. Si en Europa el Estado es el producto de una clase, en América Latina
no lo es. El Estado si bien es órgano de las clases ricas entre nosotros,
vacila entre la clase latifundista o la clase de los agentes del Imperialismo,
semiindustrializante. Por eso se presenta encarnándose en un hombre o en una
camarilla.
NUESTRA AMÉRICA
DEMOCRÁTICA O ANTIDEMOCRÁTICA
La
Independencia no destruyó el latifundio; lo afirmó. Las ideas de los liberales
o radicales franceses, perdieron su valor subversivo, instaurada la república.
Los esclavos no se libertan inmediatamente pese al afán democrático. La
esclavitud de los negros subsiste en el Brasil hasta 1880, en los Estados
Unidos y en Perú hasta 1860. Malgrado el grito inicial de emancipación, la
esclavitud del indio continúa. El aislamiento, caro al terrateniente, única
clase triunfante de la Revolución, determina la división y subdivisión de los
antiguos virreinatos españoles, en muchas repúblicas. Todo esto sucede porque
las bases económicas sobre las que descansa la sociedad son feudales. El
feudalismo necesita del siervo, de la gleba y América con instituciones
medievales, antidemocráticas, tenía que recurrir al esclavo indio o negro.
El
problema de América Latina se presenta único, típico. En América Latina no
existe democracia porque la realidad es feudal. Nuestros países agrícolas, con
castas explotadoras, aliadas del imperialismo, están muy distantes de la
democracia europea y mucho más lejos aún de la democracia formal.
Precisa,
pues, buscar y descubrir la realidad de América; no inventarla. El fracaso de
dos importaciones europeas: la Conquista y la República nos dan la gran lección
histórica de buscarnos a nosotros mismos."