Artículos periodísticos y de investigación

Translate

11 de abril de 2020

LA FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA Y LA ESCUELA JÓNICA


LA FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA 

Y LA  ESCUELA JÓNICA

Escribe: Eudoro Terrones Negrete



La filosofía presocrática, llamada también antesocrática, marca el punto de partida de la filosofía hacia el siglo VI antes de Cristo.

Los filósofos presocráticos se dedican al estudio de la naturaleza sensible y a las investigaciones cosmológicas, al estudio del Cosmos en cuanto a sus orígenes (Cosmogonía) y a los problemas de diversa índole del universo (Cosmología), así como también el estudio de la naturaleza (Física).

Se preguntan ¿De qué está hecho el mundo? ¿Cuál es la única causa de todos los fenómenos? ¿Cuál es la substancia común de donde salen y a adonde vuelven todos los seres? ¿qué es esto, aquello y lo otro?

La filosofía presocrática es el período de las escuelas filosóficas que tratan de explicar el principio único de las que se derivan todas las demás cosas.

La filosofía presocrática comprende las escuelas filosóficas siguientes: Escuela Jónica, Escuela Itálica, Escuela Eleática, Escuela de los Físicos, Escuela Atomista y Escuela Sofística.


ESCUELA JÓNICA

La filosofía de la escuela jónica es una filosofía de la naturaleza, de tipo fenoménico, que postula una concepción monista. Se ocupa de los fenómenos físicos, busca la explicación del mundo mediante el único principio de tipo material que da origen a todo lo existente, a las cosas, a los animales, a las plantas, al universo, al hombre e inclusive hasta a los dioses.

Esta escuela filosófica presocrática se inscribe en la corriente hilozoista, que procura impersonalizar los mitos griegos. Representantes principales: Tales de Mileto, Anaxímenes de Mileto, Anaximandro de Mileto y Heráclito de Efeso.

TALES DE MILETO

Filósofo, matemático, político, astrónomo, fundador de la denominada “Filosofía cosmológica” y uno de los Siete Sabios de Grecia.

Para muchos autores es, probablemente, el primer filósofo auténtico del mundo, que vivió en Mileto – ciudad puerto sobre la costa de Asia Menor- y es la personificación de las conquistas racionales de Mileto.

Tales considera que el principio de todas las cosas es el AGUA. El mismo calor, dice, para que sea vital tiene que ser húmedo, los animales y las plantas siempre se alimentan de cosas húmedas. Este elemento vital puede evaporarse y convertirse en aire, o puede enfriarse y convertirse en hielo. El agua está presente en la sangre, en los humores, etc.

Según Tales de Mileto el alma está formado por dos principios: uno seco y otro cálido-húmedo.

Benjamín Farrington, en su obra “La Ciencia Griega”, interpretando la tesis de Tales de Mileto sostiene que la Tierra era un disco plano que flotaba en el agua, había aguas encima y a su alrededor  (¿de dónde, si no vendría la lluvia?); el Sol, la Luna y las Estrellas eran vapor en estado de incandescencia, y navegaban por el firmamento gaseoso encima de nosotros, para luego dar la vuelta por este mismo mar en que la Tierra flotaba hasta alcanzar su punto de partida en Levante.

Tales asignó al año trescientos sesentaicinco días, midió las pirámides de Egipto por medio de la sombra, predijo un eclipse de Sol y fue el primero en usar la geometría entre los griegos.

TALES Y LA VIEJA

Dice la historia de la filosofía que una vez salió Tales de su casa acompañado de una vieja para observar las estrellas, y se cayó en un hoyo. Cuando empezó a quejarse de su caída, la vieja le contestó: “¡Oh, Tales, tú presumes ver lo que está en el cielo, cuando no ves lo que tienes a tus pies!”.

ANAXÍMENES DE MILETO

Considera que el principio de vida y de animación de todos los seres es el AIRE, que al condensarse primero forma nubes, luego agua y después la tierra y las piedras, y al enrarecerse se convierte en fuego.

Entendía que las estrellas son fuego pero que no llegamos a percibir su calor porque están muy lejos de los órganos sensoriales del hombre.

La rarefacción y condensación del aire lo demostró con un experimento que no debemos tomarlo en cuenta: abrid la boca y soplad sobre vuestra mano. El gas rarificado sale caliente. Ahora juntad vuestros labios y emitid un chorro delgado de gas condensado; observad qué frío es. En verdad, Anaxímenes no conocía la explicación de este fenómeno.

El aire –decía Anaxímenes- se extiende hasta los astros, y sobre él la tierra flota semejante a una inmensa hoja. Justamente como nuestra alma, siendo aire (pneuma), nos mantiene unidos, así el aire abarca todo el universo. El alma es aire y es Dios del que han salido los demás dioses.

ANAXIMANDRO DE MILETO

Matemático, astrónomo y filósofo, fue el primero que halló el Gnomon o cuadrante solar para medir las horas por medio de las sombras, encontró los trópicos y solsticios, notó los equinoccios y construyó relojes. Fue el primer hombre que dibujó un mapa geográfico, construyó una esfera. Nació en Mileto y fue discípulo predilecto de Tales.

Anaximandro afirmó que el principio supremo de todas las cosas era únicamente el APEIRÓN, sustancia indeterminada, primera sin límites, infinita, mudable en sus partes pero inmutable en el todo. Sustancia que puede convertirse sucesivamente en esto, en lo otro o en todas las cosas. El apeirón es una sustancia que se abstrae al dominio de los sentidos, está dotado de movimiento eterno y permite que por separación de ella salgan todas las cosas. El apeirón es, a su vez, increado e indestructible, aunque puede ser conocido mediante el raciocinio.

Anaximandro explica su teoría cosmológica así: En el centro del universo se encuentra la Tierra que tiene la forma de cilindro achatado. Alrededor de la Tierra giran tres círculos celestes, el del Sol, el de la Luna y el de las Estrellas. En un tiempo, los cuatro elementos que forman el mundo estaban dispuestos en forma estratificada: la tierra, que es la más pesada, en el centro; el agua, cubriéndola; la niebla sobre el agua, y el fuego envolviéndolo todo. El fuego, al alentar el agua la evaporó, haciendo aparecer la Tierra seca. Aumentó el volumen de la niebla; la presión creció hasta el límite. Las ardientes capas del Universo se quemaron en torbellinos de fuego, y rodeado por tubos de niebla envolvieron a la Tierra y al Mar, así se hizo el Universo. Los cuerpos celestes que vemos son agujeros en los tubos, a través de los cuales brilla el fuego encerrado, y los eclipses son obstrucciones parciales o totales de los agujeros.

Plutarco, en su libro “Las opiniones de los filósofos” refiere: “Anaximandro de Mileto dice que el principio de los seres es el infinito, porque de él todo viene por nacimiento y retorna a él por la muerte. De este modo se producen mundos indeterminados, y de nuevo se destruyen y retornan al principio de que están constituidos. Dice, por ende, que lo infinito sirve para que no cese nunca la producción”.

HERÁCLITO DE EFESO

Expresa que el origen de todas las cosas es el FUEGO, del que vienen y al que van a parar todas las cosas por licuaciones, solidificaciones, evaporaciones y rarefacciones.
El fuego es un elemento increado e inmortal, que ha existido siempre, prendiendo y apagándose constantemente.

Heráclito sostiene que este mundo ni los dioses lo hicieron ni tampoco los hombres, sino que ha sido, es y será siempre fuego que se enciende y se apaga en la misma medida. Todo puede convertirse en fuego y el fuego en todo, entendiendo por fuego no el calor o la llama sino sólo un elemento seco y caliente.

Para Heráclito el mundo nace del fuego y se destruye por el fuego, en períodos alternativos, por toda la eternidad. El mundo es un perpetuo fuego, que permanentemente arde y evoluciona, como el combustible que de sustancia combustible pasa a fuego, de fuego a humo y de humo de nuevo a sustancia combustible.

“El mundo es uno y no hay sido causado por ningún dios, ni por ningún hombre, sino que ha sido, es y será un fuego eternamente vivo, que arde según una ley y se conserva según una ley”. Esta ley, dice, es el LOGOS, al mismo tiempo energía creadora y conocimiento al alcance de todos los hombres y “Aunque este Logos existe siempre, los hombres son incapaces de comprenderlo, lo mismo antes de oír hablar de él que después que han oído hablar de él la primera vez. En efecto, aun sucediendo todas las cosas según este Logos, parece que no tienen experiencia alguna de él, aunque sí que reconocen por experiencia palabras y hechos como los que yo expongo, cuando distingo cada cosa según su naturaleza y explico cómo es”.

Heráclito es el filósofo del “eterno devenir”, llamado “El Oscuro” por sus pensamientos concisos y oraculares y enigmático en la exposición. Puede ser considerado como el precursor de Hegel.

Este egregio pensador presocrático dice que: ¡Todo pasa, todo se niega, todo se supera”. “Todo es y no es, porque todo empieza por ser y todo tiende sin cesar a no ser ya”. “Nada es, todo está siendo”, la vida es como una corriente en la que las aguas pasan y no vuelven. “Todo fluye, nada es, nadie puede bañarse dos veces en el agua de un río porque el agua siempre fluye sobre uno”. “La movilidad es la eterna ley del mundo”. Al mismo tiempo la lucha, la contradicción.

Aristóteles, en su obra “Ética a Nicómaco”, enseña que, conforme a Heráclito, “la contradicción es el principio esencial; de los contrarios nace la más hermosa armonía; todo nace por la lucha”.

Heráclito es el fundador del pensamiento dialéctico y el primer pensador que rompe frontalmente con el universo mítico que presidía la cultura de los griegos y se dedica a la reflexión sobre los problemas éticos, místicos y religiosos.






Compartir:

Entradas anteriores