LA
FILOSOFÍA PRESOCRÁTICA
Y LA ESCUELA JÓNICA
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
La filosofía
presocrática, llamada también antesocrática,
marca el punto de partida de la filosofía hacia el siglo VI antes de Cristo.
Los filósofos presocráticos se dedican al
estudio de la naturaleza sensible y a las investigaciones cosmológicas, al
estudio del Cosmos en cuanto a sus orígenes (Cosmogonía) y a los problemas de diversa índole del universo (Cosmología), así como también el estudio
de la naturaleza (Física).
Se preguntan ¿De qué está
hecho el mundo? ¿Cuál es la única causa de todos los fenómenos? ¿Cuál es la
substancia común de donde salen y a adonde vuelven todos los seres? ¿qué es esto,
aquello y lo otro?
La filosofía presocrática
es el período de las escuelas filosóficas que tratan de explicar el principio
único de las que se derivan todas las demás cosas.
La filosofía presocrática
comprende las escuelas filosóficas siguientes: Escuela Jónica, Escuela Itálica,
Escuela Eleática, Escuela de los Físicos, Escuela Atomista y Escuela Sofística.
ESCUELA
JÓNICA
La filosofía de la
escuela jónica es una filosofía de la naturaleza, de tipo fenoménico, que
postula una concepción monista. Se ocupa de los fenómenos físicos, busca la
explicación del mundo mediante el único principio de tipo material que da
origen a todo lo existente, a las cosas, a los animales, a las plantas, al
universo, al hombre e inclusive hasta a los dioses.
Esta escuela filosófica
presocrática se inscribe en la corriente hilozoista, que procura impersonalizar
los mitos griegos. Representantes principales: Tales de Mileto, Anaxímenes de
Mileto, Anaximandro de Mileto y Heráclito de Efeso.
TALES
DE MILETO
Filósofo, matemático,
político, astrónomo, fundador de la denominada “Filosofía cosmológica” y uno de
los Siete Sabios de Grecia.
Para muchos autores es,
probablemente, el primer filósofo auténtico del mundo, que vivió en Mileto –
ciudad puerto sobre la costa de Asia Menor- y es la personificación de las
conquistas racionales de Mileto.
Tales considera que el
principio de todas las cosas es el AGUA. El mismo calor, dice, para que sea
vital tiene que ser húmedo, los animales y las plantas siempre se alimentan de
cosas húmedas. Este elemento vital puede evaporarse y convertirse en aire, o
puede enfriarse y convertirse en hielo. El agua está presente en la sangre, en
los humores, etc.
Según Tales de Mileto el
alma está formado por dos principios: uno seco y otro cálido-húmedo.
Benjamín Farrington, en
su obra “La Ciencia Griega”, interpretando la tesis de Tales de Mileto sostiene
que la Tierra era un disco plano que flotaba en el agua, había aguas encima y a
su alrededor (¿de dónde, si no vendría
la lluvia?); el Sol, la Luna y las Estrellas eran vapor en estado de
incandescencia, y navegaban por el firmamento gaseoso encima de nosotros, para
luego dar la vuelta por este mismo mar en que la Tierra flotaba hasta alcanzar
su punto de partida en Levante.
Tales asignó al año
trescientos sesentaicinco días, midió las pirámides de Egipto por medio de la
sombra, predijo un eclipse de Sol y fue el primero en usar la geometría entre
los griegos.
TALES
Y LA VIEJA
Dice la historia de la
filosofía que una vez salió Tales de su casa acompañado de una vieja para
observar las estrellas, y se cayó en un hoyo. Cuando empezó a quejarse de su
caída, la vieja le contestó: “¡Oh, Tales, tú presumes ver lo que está en el
cielo, cuando no ves lo que tienes a tus pies!”.
ANAXÍMENES
DE MILETO
Considera que el
principio de vida y de animación de todos los seres es el AIRE, que al
condensarse primero forma nubes, luego agua y después la tierra y las piedras,
y al enrarecerse se convierte en fuego.
Entendía que las estrellas
son fuego pero que no llegamos a percibir su calor porque están muy lejos de
los órganos sensoriales del hombre.
La rarefacción y
condensación del aire lo demostró con un experimento que no debemos tomarlo en
cuenta: abrid la boca y soplad sobre vuestra mano. El gas rarificado sale
caliente. Ahora juntad vuestros labios y emitid un chorro delgado de gas
condensado; observad qué frío es. En verdad, Anaxímenes no conocía la
explicación de este fenómeno.
El aire –decía Anaxímenes-
se extiende hasta los astros, y sobre él la tierra flota semejante a una
inmensa hoja. Justamente como nuestra alma, siendo aire (pneuma), nos mantiene
unidos, así el aire abarca todo el universo. El alma es aire y es Dios del que
han salido los demás dioses.
ANAXIMANDRO
DE MILETO
Matemático, astrónomo y
filósofo, fue el primero que halló el Gnomon o cuadrante solar para medir las
horas por medio de las sombras, encontró los trópicos y solsticios, notó los
equinoccios y construyó relojes. Fue el primer hombre que dibujó un mapa
geográfico, construyó una esfera. Nació en Mileto y fue discípulo predilecto de
Tales.
Anaximandro afirmó que el
principio supremo de todas las cosas era únicamente el APEIRÓN, sustancia
indeterminada, primera sin límites, infinita, mudable en sus partes pero
inmutable en el todo. Sustancia que puede convertirse sucesivamente en esto, en
lo otro o en todas las cosas. El apeirón es una sustancia que se abstrae al
dominio de los sentidos, está dotado de movimiento eterno y permite que por
separación de ella salgan todas las cosas. El apeirón es, a su vez, increado e
indestructible, aunque puede ser conocido mediante el raciocinio.
Anaximandro explica su
teoría cosmológica así: En el centro del universo se encuentra la Tierra que
tiene la forma de cilindro achatado. Alrededor de la Tierra giran tres círculos
celestes, el del Sol, el de la Luna y el de las Estrellas. En un tiempo, los
cuatro elementos que forman el mundo estaban dispuestos en forma estratificada:
la tierra, que es la más pesada, en
el centro; el agua, cubriéndola; la niebla sobre el agua, y el fuego envolviéndolo todo. El fuego, al alentar el agua la
evaporó, haciendo aparecer la Tierra seca. Aumentó el volumen de la niebla; la
presión creció hasta el límite. Las ardientes capas del Universo se quemaron en
torbellinos de fuego, y rodeado por tubos de niebla envolvieron a la Tierra y
al Mar, así se hizo el Universo. Los cuerpos celestes que vemos son agujeros en
los tubos, a través de los cuales brilla el fuego encerrado, y los eclipses son
obstrucciones parciales o totales de los agujeros.
Plutarco, en su libro “Las
opiniones de los filósofos” refiere: “Anaximandro de Mileto dice que el
principio de los seres es el infinito, porque de él todo viene por nacimiento y
retorna a él por la muerte. De este modo se producen mundos indeterminados, y
de nuevo se destruyen y retornan al principio de que están constituidos. Dice,
por ende, que lo infinito sirve para que no cese nunca la producción”.
HERÁCLITO
DE EFESO
Expresa que el origen de
todas las cosas es el FUEGO, del que vienen y al que van a parar todas las
cosas por licuaciones, solidificaciones, evaporaciones y rarefacciones.
El fuego es un elemento
increado e inmortal, que ha existido siempre, prendiendo y apagándose
constantemente.
Heráclito sostiene que
este mundo ni los dioses lo hicieron ni tampoco los hombres, sino que ha sido,
es y será siempre fuego que se
enciende y se apaga en la misma medida. Todo puede convertirse en fuego y el
fuego en todo, entendiendo por fuego no el calor o la llama sino sólo un
elemento seco y caliente.
Para Heráclito el mundo
nace del fuego y se destruye por el fuego, en períodos alternativos, por toda
la eternidad. El mundo es un perpetuo fuego, que permanentemente arde y
evoluciona, como el combustible que de sustancia combustible pasa a fuego, de
fuego a humo y de humo de nuevo a sustancia combustible.
“El mundo es uno y no hay
sido causado por ningún dios, ni por ningún hombre, sino que ha sido, es y será
un fuego eternamente vivo, que arde según una ley y se conserva según una ley”.
Esta ley, dice, es el LOGOS, al mismo tiempo energía creadora y conocimiento al
alcance de todos los hombres y “Aunque este
Logos existe siempre, los hombres son incapaces de comprenderlo, lo mismo
antes de oír hablar de él que después que han oído hablar de él la primera vez.
En efecto, aun sucediendo todas las cosas según este Logos, parece que no
tienen experiencia alguna de él, aunque sí que reconocen por experiencia
palabras y hechos como los que yo expongo, cuando distingo cada cosa según su
naturaleza y explico cómo es”.
Heráclito es el filósofo
del “eterno devenir”, llamado “El Oscuro” por sus pensamientos concisos y
oraculares y enigmático en la exposición. Puede ser considerado como el precursor
de Hegel.
Este egregio pensador
presocrático dice que: ¡Todo pasa, todo se niega, todo se supera”. “Todo es y
no es, porque todo empieza por ser y todo tiende sin cesar a no ser ya”. “Nada
es, todo está siendo”, la vida es como una corriente en la que las aguas pasan
y no vuelven. “Todo fluye, nada es, nadie puede bañarse dos veces en el agua de
un río porque el agua siempre fluye sobre uno”. “La movilidad es la eterna ley
del mundo”. Al mismo tiempo la lucha, la contradicción.
Aristóteles, en su obra “Ética
a Nicómaco”, enseña que, conforme a Heráclito, “la contradicción es el
principio esencial; de los contrarios nace la más hermosa armonía; todo nace
por la lucha”.
Heráclito es el fundador
del pensamiento dialéctico y el
primer pensador que rompe frontalmente con el universo mítico que presidía la
cultura de los griegos y se dedica a la reflexión sobre los problemas éticos,
místicos y religiosos.