Artículos periodísticos y de investigación

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11 de abril de 2020

LA ESCUELA ELEÁTICA


LA ESCUELA ELEÁTICA

Escribe: Eudoro Terrones Negrete



Esta escuela presocrática sostiene que solamente existe el SER y el devenir es ilusorio. Insurge contra la concepción de los que consideran a la realidad del ser como medio para explicar la realidad del devenir. El movimiento, el cambio y el devenir, además de ser ilusorios, no existen, pues el SER es uno e invariable o inmutable, todas sus transformaciones y diferencias que se perciben son puramente ilusorias. El SER, para los eleáticos, es inmutable, ilimitado, infinito y único. Todo lo contrario es pura apariencia. No hay ni puede haber realidad sino en Dios, que es el Ser Supremo, Ser primero, Ser Uno y Todo.

Orientaron sus especulaciones hacia el campo de la Lógica y de la Metafísica, cayendo en el campo del idealismo exagerado.

Sus representantes son Jenófanes, Parménides, Zenón y Meliso.

JENÓFANES DE COLOFÓN

Es el fundador de la escuela eleática. Poeta lírico, satírico y filósofo. Fue desterrado por atacar a la mitología y vivió por tal motivo como un rapsoda.

Dentro de su concepción panteísta, se encuentra un solo Dios omnipresente, que no posee movimiento, un Dios que “lo ve, lo oye y lo piensa todo”. Severo crítico del antropomorfismo que libró duras polémicas con los politeístas de su época, decía que “hay un Dios inconfundible entre los dioses y los hombres; ni por el aspecto es semejante a los hombres, ni por el pensamiento”. “El UNO es todo, es DIOS; por ende, todopoderoso y no engendrado, porque sería menester que lo que nace, fuese producido por un principio semejante o desemejante”. Negaba que pudiera conocerse a los dioses y que el único Dios que él reconocía “no era como los mortales ni en forma ni en pensamiento”.

PARMÉNIDES DE ELEA

Sostiene que el SER es inmóvil e inmutable, pues si cambiara se convertiría en NO SER, pero el no ser, NO ES; el devenir significaría una dualidad en el ente, pero el ENTE ES UNO. Parménides coloca el SER en contra del DEVENIR: “No existe el devenir, el perecer; sólo lo inmutable es real. El cambio, es ilusión de los sentidos; la razón, la única fuente de la realidad; ser es igual a pensar”
De tal manera que el SER según el filósofo es inmutable, es único (fuera del Ser sólo existe el No Ser, pero el No-ser se había dicho No es, el Ser deja, entonces, de SER).

Para Parménides lo mismo es PENSAR y SER: “Es necesario decir y pensar que el ser es. Pues es el ser y la nada no es, eso yo te exhorto a pensar”. “Es lo mismo pensar y lo que causa el pensamiento. Pues sin el ser, en el cual se haya expresado, no hallarás el pensar. Pues ninguna otra cosa hay ni habrá fuera del ser, puesto que la MOIRA lo condenó a ser total e inmóvil. En él están todos los nombres que los humanos le pusieron, convencidos de que eran verdaderos, nacer, perecer, ser y no ser, cambio de lugar y alternancia del color brillante”.

Explica que el SER es el TODO, que existe, que es inengendrado (que no nació), que es inmortal (que no morirá jamás), que es uno (el único), que es inmóvil, que es esférico, que es limitado, que es idéntico a sí mismo, sin partes en él y perfecto en su acabamiento, que es indestructible y eterno.

ZENÓN DE ELEA

Es el primero que introduce la forma dialogada, de ahí que se le considera como “el dialéctico”.
Para Zenón el SER es no contradictorio, y si lo es, se trata de un ser imaginario (aparente). Las paradojas de Zenón se reducen a demostrar que lógicamente es imposible concebir la multiplicidad de las cosas y que admitir el movimiento conduce a una contradicción.

AQUILES Y LA TORTUGA

En su paradoja más conocida “Aquiles y la Tortuga”, Zenón sostuvo que el móvil más lento no será nunca alcanzado por el móvil más rápido, porque primero sería menester que el perseguidor llegue al punto de donde ha partido el que huye, por lo cual es preciso siempre que quede un poco de ventaja al más lento”.

Supongamos, AQUILES, el más veloz de los corredores de Grecia según dice Homero, hace una carrera con una tortuga, el más lento de los animales. Si la tortuga tiene una ventaja inicial en la salida, por pequeña que sea, Aquiles jamás llegará a sobrepasarla por mucho que se acerque a ella. Si la distancia inicial concedida de ventaja a la tortuga es de un metro, cuando Aquiles haya recorrido este metro la tortuga ya habrá recorrido otro espacio, supongamos de un centímetro. Cuando Aquiles haya recorrido este centímetro, la tortuga habrá recorrido otro espacio, por pequeño que sea, supongamos de un milímetro. El proceso sigue interminable con el resultado de que Aquiles está cada vez más cerca de la tortuga sin que jamás pueda sobrepasarla.






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