LA ENTREVISTA, CARACTERÍSTICAS,
TÉCNICA Y UN MODELO
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
La entrevista periodística, llamada también entrevista
noticiosa o entrevista informativa, se reduce a formular preguntas que
deben ser contestadas por la persona entrevistada, con el objeto de acopiar,
ampliar y profundizar una información que el público está ansioso de saber.
La entrevista reviste las características siguientes:
-
Formulación
de preguntas orales.
-
Relación
horizontal o cara a cara entre entrevistador y entrevistado.
-
Es
planificado y flexible.
-
Tiene
diversidad de tipos y fines.
-
Posibilidad
de caerse en errores, ambigüedades y engaño durante su desarrollo.
-
Posibilidad
de repetir o de reformular las preguntas para aclarar el sentido de éstas y
asegurarse de que fueron comprendidas.
-
Puede
aplicarse inclusive a personas analfabetas.
- Requiere de una guía, que
puede ser un formulario o un bosquejo de aspectos claves para encaminar la
conversación.
-
Pone
énfasis en la finalidad informativa, en el de informar sobre un personaje
público, sobre las declaraciones concretas de éste sobre un acontecimiento
noticioso de actualidad. Interesa más la oportunidad y la literalidad de las
declaraciones del entrevistado que quien la suministra.
- Centra
su interés en la "objetividad", en el sentido de que intenta no
tergiversar las declaraciones dadas por el personaje público y ofrecer al
lector una interpretación unívoca, imparcial y homogénea de la información. La
información se obtiene de los individuos o personajes públicos entrevistados,
como sus opiniones, interpretaciones y actitudes, a partir de sus
manifestaciones emotivas y humanas.
-
Rigidez,
concisión y seriedad.
-
Utiliza
un lenguaje desprovisto de adjetivaciones.
- Permite
deducir la personalidad del entrevistado sobre la base de las respuestas del
mismo o del mismo juego pregunta/respuesta.
-
Redacción
correcta con un toque de interés humano.
TÉCNICA DE UNA BUENA
ENTREVISTA RADIOFÓNICA
Para efectuar una buena entrevista radiofónica se
requiere cumplir con las siguientes recomendaciones básicas:
Formularse algunas preguntas básicas como las
siguientes: ¿Es importante para el público el mensaje, problema o tema a
difundir?, ¿Es el mensaje informativo, interpretativo o de opinión?, ¿Convocará el mensaje a la reflexión del público
y despertará su interés?, ¿Es el
entrevistado elegido la persona más indicada y calificada para abordar el
tema?, ¿El mensaje a propalar se presta para una entrevista por radio?
- Obtener
información acerca del currículum vitae de la persona a entrevistar.
- Concertar
con la persona a entrevistar la fecha, la hora, la duración y el lugar de
la entrevista.
- Recibir
con amabilidad al entrevistado e infundirle buen estado de ánimo, entusiasmo y
confianza para su óptima participación durante la entrevista.
- Informar
al entrevistado, minutos previos a la entrevista, sobre las características del
programa, los mecanismos y las exigencias de la programación.
- Antes
de la audición, determinar con el entrevistado dos, tres o cuatro puntos a ser
abordados durante la entrevista, especialmente en los temas de su competencia.
- Tomar nota de la
información que el entrevistado dará al responder a las preguntas guías. Esto
permitirá al periodista ayudar a recordar al entrevistado cuando enmudezca ante
el micrófono.
- Las
intervenciones del entrevistador deben ser breves, claras y precisas, tanto en
las preguntas como en las subpreguntas a fin de no restar significativamente el
tiempo o entorpecer el desarrollo de la entrevista.
-
No
preguntar muy a menudo. Cuando abundan o sobran las preguntas, los oyentes se
aburren o el entrevistado de desanima.
-
El
entrevistador deberá explicar al entrevistado el objeto de la entrevista, lo
que se propone con ella.
- Elaborar
por escrito una corta presentación o introducción y también un breve cierre de
la entrevista, para no perder tiempo. No hacer la biografía del interlocutor.
- Iniciar
la entrevista con una pregunta concreta e interesante. Abrir las preguntas con:
Qué, quién, cómo, cuándo, dónde o por qué.
-
Evitar
las preguntas que se puedan contestar con un seco "si", un
"no", "así es", "no lo creo así", "pues
claro", "por supuesto", "soy de su opinión",
"estoy contigo", "es verdad", "existen motivos para
creer...", "parece probable", "no cabe duda", "es
posible". Quien más hable debe ser el interlocutor y no el entrevistador.
- Evitar
las preguntas sorpresivas. No intente hacer quedar mal a su entrevistado o que
se burlen de él los radioyentes.
-
Evitar
lo superfluo en el lenguaje hablado: "Listos, ¿puedo ya formularle las
preguntas?", "veamos cómo se comporta usted", "Considero
que usted debe estar preparado para contestar mis interrogantes",
"Bueno, que tal si le pregunto algo", "Creo que ya es tiempo
para empezar la entrevista".
-
Durante
la entrevista deberá mencionarse con cierta frecuencia el nombre del
interlocutor y procurar enriquecer el diálogo con sonidos adicionales, música y
otros elementos que contribuyen a hacerla amena.
-
Concluir
la entrevista con palabras afables. Jamás concluya con preguntas como las
siguientes: "¿Tiene usted algo más que decir?" "¿No se le quedó
nada?" "¿Está satisfecho con la expresado?", etc.
-
Evitar
preguntas como las siguientes: "¿Exactamente, cuál es su posición?
"¿Cuál es el nombre de la institución al que representa?, ¿Le molestaría
decirnos algo más?
Modelo
de una entrevista
Yuri Gagarín *
CUANDO BAJÓ A LA
TIERRA,
por Manuel Jesús
Orbegozo
Obra:
"Entrevistas/ Hombres y hechos del mundo",
Manuel
Jesús Orbegozo, Lluvia Editores, Lima,
1989, pp. 60-63.
Manuel Jesús Orbegozo.
Foto: ANDINA/Archivo.
Conocí a Yuri Alexeyvich Gagarin, una
noche de julio de 1961, en el ABI (Asociación Brasileña de Prensa) de Río de
Janeiro.
El "Héroe del Espacio" llegó al
Brasil en viaje de cortesía y por entonces, más parecía un cadete de aviación
que un astronauta.
Gagarin, el segundo hijo de Alexei,
carpintero de Smelnski y de Ana, una entusiasta koljosiana, llegó cargado de
homenajes y de gloria.
Venía de almorzar con la Reina Isabel II en
el Palacio de Buckingham, en el mismo
salón donde una vez almorzaron juntos el Zar Nicolás y la Reina Victoria. Allí,
Gagarin había comido "como un ogro", según versión de Flanagan, el
célebre humorista inglés.
También, había tomado el "five o'clock
tea" con Harold Macmillan y había sido aclamado en La Habana por el pueblo
de Fidel Castro.
Más de doscientos periodistas brasileños y
de otros países rodeamos a Gagarin en el Salón de Conferencias del monumental
edificio de los hombres de prensa de Brasil. Herbert Mosses, el Presidente
Vitalicio de la ABI, como tallado en un grano de trigo, agitaba las manos y la
voz tratando de dirigir la orquesta periodística.
El viejecito Mosses con su nerviosismo
habitual, recomendaba: "Preguntas sobre política no están permitidas, por
favor, atención, señores, no hacer preguntas sobre política".
Pero, los periodistas desbordamos sus
recomendaciones:
Periodista: ¿Es cierto que en Rusia
no se vive bien?
Gagarin: Falso, en Rusia se vive muy
bien... pero claro, en el Espacio se vive mejor.
Periodista: Ud. voló sabiendo
que podía perecer en el viaje, entonces, ¿voló porque no le interesa la vida?
Gagarin: La muerte amenaza no sólo a
los que van al espacio, de tal modo que esa, no creo que haya sido la razón. Me
interesa, amo la vida, pero si se presentara otra oportunidad, volvería a
volar.
Periodista: ¿Quiere decir que
Ud. no fue obligado a volar por el régimen comunista?
Otros periodistas: UUUuuu!!!!
Herbert Mosses: Señores, por favor,
no hagan preguntas políticas.
Abajo, en la puerta del ABI, como si
hubiera escuchado la pregunta una pequeña manifestación coreó el nombre del
astronauta.
Periodista: ¿Sería Ud. capaz de
volar acompañado de un cosmonauta norteamericano?
El viejecito Mosses se inquieta en su
sillón de Presidente Vitalicio de los periodistas brasileños. El flash de los
fotógrafos se enciende en
la
cara de Gagarin para captar sus gestos en "close-up" cada vez que
había preguntas de esa naturaleza.
Gagarin (Sonriente): Mejor sería
hacerle la pregunta al cosmonauta norteamericano. Por mi parte, no hay
inconveniente.
Periodista: ¿Qué sensación
experimentó Ud. al llegar al Espacio?
Gagarin: Pensar que el hombre ya
podía coger las estrellas con la mano.
Hubo aplausos por esta respuesta. Gagarin
también se aplaudió y luego, miró su reloj. Todos pensaron que iba a ver la
hora. Pero, no. Explicó: "Este reloj no es reloj. Es un micro. Está
funcionando, así que todo lo que me están preguntando lo tengo en el
bolsillo". Y sacó del bolsillo de su uniforme de mayor una grabadora que
más parecía una cigarrera. El cordón que conectaba el micro a la grabadora iba
por dentro de la manga de su saco.
Las preguntas, seguían interminables. De
todo flanco y de toda clase.
Periodista: ¿Qué sintió cuando
regresó a tierra?
Gagarin: Gran alegría. Descendí en
un pequeño centro agrícola, en Saratov que fue la ciudad donde soñaba con
volar. Me dio mucha alegría caer en un lugar campesino.
Periodista: ¿Le dio más alegría que
estrechar la mano de Kruschev?
Gagarín sonrió. Mosses se agitó. Kruschev
había llenado de condecoraciones y de los máximos honores rusos el pecho de
Gagarin. El estaría recordando. Apenas, dijo: "Todo es una gran
alegría".
Falso, Gagarin.
Porque los reporteros gráficos brasileños
no se contentan con las fotos oficiales, las de pose, las de visitas a las
autoridades, esas dando la mano a los "garotos" o recibiendo besos de
las hermosas bañistas de Flamengo.
Porque así fue cómo, un reportero carioca
se encaramó a un árbol, frente a la residencia del joven héroe, desde donde se
veía perfectamente el interior, los jardines, la cálida piscina. Y esperó.
Esperó una hora, dos, un día, dos días. Y nada, ninguna foto sensacional. El
fotógrafo esperaba sin impacientarse, fumando, atento el ojo a la mira y el
dedo al disparador. Cuando en esto:
¡La foto sensacional! ¡La foto soñada! ¡La
foto primicia! ¡La increíble fotografía!
-¡Click! ¡Click! ¡Click!
El fotógrafo se baja volando del árbol. Va
a su laboratorio. Como un loco, entra, saca los baños, revela. Toda la
redacción está a la expectativa. Salen los negativos y después las fotos. La
redacción estalla:
Ahí, está Yuri Gagarin enamorando a Olga
Slavenko, aeromoza del avión que lo trajo de Rusia. Ahí, están besándose los
dos en la piscina residencial, jugando con el agua. Ahí están el hombre y la
mujer. El, convertido en un apasionado enamorador, despojado de su fama y de su
gloria, convertido en un hombre cualquiera.
La revista inunda el Brasil. Tiene un
titular tan bien concebido, como la hazaña de Gagarin. Sólo dice: ¡Gagarin bajó
a la Tierra!
Un "torcedor" de Gagarin dice en
portugués: "Ese rapaz e todo um homen". Pero, Gagarin frunce el ceño.
Alista sus maletas y deja el Brasil.
Yo, que estoy frente a él, le pregunto ¿Ud.
sabe quién fue Jorge Chávez?
Él me contesta: "En Rusia conocemos
las proezas de todos los hombres que han marcado un hito en la historia de la
humanidad ya sea en el cielo o en la tierra. En Rusia conocemos a Jorge Chávez,
conocemos su hazaña".
Yo le agradezco: "Gracias,
Gagarin".
Carlos Lacerda, el implacable
anticomunista, estaba ansioso por recibirlo. Era el Gobernador de Guanabara y
la visita de Gagarin fue obligatoria. Lacerda se puso de pie y avanzó hacia el
cosmonauta ruso que lo saludó con su sonrisa juvenil. El viejo periodista, lo
oteó desde detrás de sus gruesos lentes de botella y le presentó su fisonomía
de Sartre. Se estrecharon las manos, pero Lacerda, el rencoroso, sólo quería
hacerle una pregunta:
- Dígame, Yuri Gagarin, ¿es cierto que en
el espacio se disfruta de plena libertad?
-Es cierto -le contestó Gagarin sin desviar
su mirada.
-Ah -exclamó Lacerda- me alegro, cuánto me
alegro, porque acá, en algunos lugares de la tierra, mucho se recorta la
libertad.
Gagarin hizo así, como si tragara saliva, y
no le contestó nada. Sonrió y los periodistas nunca supieron si esa sonrisa era
el más supremo gesto de la cortesía.
"El Pato Salvaje" del Aero Club
Comunista de Saratov, partió de Río y sólo dijo: "Gracias, gracias, pero
los periodistas son más temibles que los viajes al Espacio".
"Pero, entonces, fresca la hazaña del
increíble Gagarin, nadie pensó que Nikita Kruschev iba a reprenderlo ni que
Valentina -su esposa y sus dos nenas- le iban a pedir explicaciones por lo de
la piscina.
De ayer a hoy, cuánto ha cambiado el mundo:
El Coronel Gagarin ya no existe. Nikita sólo es un ruso más en la estepa y Olga
Slavenko, ¿dónde estará llorando al aventurero del Cielo y de la Tierra?
*YURI
GAGARIN (1934-1968). Astronauta soviético. Fue el primer hombre que escapó a la
gravitación terrestre. En el Vostok I dio una vuelta a la tierra (1961) y se
convirtió, por esta proeza, en el pionero de los vuelos espaciales. Murió
accidentalmente.