VALORES ÉTICOS DEL
PERIODISTA PARA UNA SOCIEDAD MEJOR INFORMADA
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Los valores éticos que el periodista debe cultivar son
aquellos principios que determinan su conducta moral y que necesariamente deben
ser realizados en el cumplimiento de sus funciones para lograr una sociedad mejor informada y una opinión pública positiva y edificante.
Entre los valores éticos del periodista se
consideran: amor al saber, a la verdad, al público y al bien común; cooperación;
coraje intelectual, espíritu de justicia, honestidad, humildad, imparcialidad e independencia de criterio, lealtad, libertad, respeto, responsabilidad social,
jurídica y ética, solidaridad y veracidad.
AMOR
Sólo
el amor puede satisfacer la gran generosidad y entrega hacia el público que exige
el ejercicio del periodismo. Si el periodista profesional no ama al saber, a la
verdad, al público y al bien común, si
no llega a comprender sus sentimientos, intereses, motivaciones, conducta y
aspiraciones muy poco podrá hacer y contribuir con la sociedad y sus
semejantes.
El amor es el camino de la eficacia y
efectividad, de la comprensión y confianza, de la credibilidad, del respeto
mutuo, de la buena imagen que se mantiene en pie.
COOPERACIÓN
El
periodista es un profesional con amplio y desinteresado espíritu de
cooperación, de bien social, y como tal ayuda
a sus colegas a realizar con eficiencia y eficacia la producción y
edición de una publicación. Asimismo coopera en la formación exacta de la
opinión pública a través de los medios de comunicación de masas.
CORAJE INTELECTUAL
El
periodista con coraje intelectual está comprometido a difundir y defender la verdad y a criticar el
error suyo y el de los demás. No teme descubrir sus defectos o vicios, no teme
percatarse de ellos y asumir el reto de superarlos.
Si tiene ideales que sostener, ciertamente
necesitará valor para mantenerlos. Si se propone alcanzar una meta digna y
justa necesitará valor para no desviarse de ella.
Obteniendo el dominio de sí mismo y de su
trabajo, logrará también el dominio del temor y adquirirá valor. Alguien había
dicho que el mérito es padre del valor.
La palabra valor, en su significado
original, nada tiene que ver con el valor exclusivamente físico. El valor es
eso, una oculta y poderosa fuerza que impulsa a los periodistas emprendedores,
para la cual, se puede entregar el corazón. Si se consulta el diccionario
inglés, "courage" deriva de la corta palabra latina cor, que
significa "corazón". Incidentalmente la misma palabra (cor) es la
raíz de la palabra inglesa (coridla) que significa su procedencia del
corazón.
Entonces, el verdadero valor emana del
corazón, y sabemos que este órgano es el más sensible y vital de nuestro
sistema y es el que nos incita a concluir con buena disposición y con amor lo
que debemos hacer. El valor es aquella actitud que asumimos hacia el
deber y que contrarresta el temor que nos impide intentar la empresa o
proyecto.
¿Qué es lo que le exige al buen periodista
decir la verdad sin tapujos, cuando podría ganarse una buena comisión en su
negocio, con sólo decir unas cuantas mentiras cada día? Es el valor que le
llama la atención y le impulsa permanentemente a hacer las cosas bien y rectas.
El periodista premunido de valor será capaz
de discutir con razonamiento, cuando la opinión general está en contra; votar
afirmativamente cuando la mayoría de su gremio, asociación, federación o
colegio vota negativamente; erguirse en la tribuna y hablar y sus palabras las
tomará en cuenta la mayoría porque se convencerá finalmente de que él tiene la
razón.
El valor le ayudará a decir, de manera sincera y
responsable: "No se culpe a nadie por este error, porque la culpa es
toda mía". Le hará decir con franqueza
"Yo he cometido una injusticia, y lo siento sinceramente".
En cierta ocasión se le pidió un favor
injusto a Pericles y él se excusó, contestando: "Soy únicamente amigo hasta
el altar"; es decir, su valor y lealtad llegaban nada más a los límites de
su sentido del honor y la justicia.
No le faltó razón a Cervantes cuando llegó
a decir: "El que pierde bienes, pierde mucho; el que pierde un amigo,
pierde más; pero el que pierde el Valor lo pierde todo".
El periodista que aún no ha consolidado su
coraje intelectual, su espíritu valeroso, decid con el poeta desconocido:
Déjame que yo viva, Poderoso Maestro,
Vida tal, que los hombres tengan que
conocerla;
Pruebe yo las victorias y también los
desastres,
Pero siempre gozoso, sin lamento ninguno.
Dame que yo recorra la escala de la vida,
Concédeme que luche, y que ame, y que ría
Y cuando ya me encuentre debajo de la
grama,
Sea este el epitafio que corone mi tumba:
"Aquí descansa un hombre que no dejó
escapar
Las oportunidades en un mundo atareado;
Dio batalla a la suerte, batió a las
circunstancias;
Luchó, fue derribado, se puso en pie de
nuevo;
Si venció algunas veces, no divulgó el
alarde;
Si perdió algunas veces, no se entregó a
lamentos.
Soportando los golpes, marchó siempre
adelante;
Y jamás se agotaron su fe y su
valentía".
ESPÍRITU DE JUSTICIA
«Dar
a cada uno lo que le corresponde o lo suyo» eso es justicia. Y el periodista
debe decir a su público lo correcto, lo veraz, lo bueno y lo justo, en el
entendido de que la justicia es el criterio para juzgar el orden social, el
valor de la vida y de los derechos humanos. Toda violación del orden moral es
una injusticia. Así el periodista que mata, roba, difama, calumnia, injuria,
etc., viola el derecho que los demás tienen a la vida, a la propiedad, al buen
nombre y a la verdad.
El profesional de la información es el
portavoz del espíritu de justicia que yace en el pueblo. Dedica su pensamiento
y su pluma a la defensa de los derechos del pueblo a la buena armonía de la
vida social. Es el promotor y defensor de la justicia conmutativa, de la
justicia distributiva y de la justicia legal. Cuando inicia juicio de acusación
pública contra alguien le da oportunidad para explicar su conducta y
defenderse. A las personas, autoridades o funcionarios acusados por supuestos
delitos jamás los presenta como culpables antes del dictamen judicial. El
acusado es tenido como inocente hasta tanto no haya sido considerado culpable
por el tribunal competente en la administración de justicia.
HONESTIDAD
El
periodista honesto es el profesional que utiliza sólo medios honestos y lícitos
para obtener noticias, declaraciones, fotografías y documentos. En el
ejercicio de la profesión no busca ni espera ventajas personales, no apoya a
los intereses privados que son contrarios al interés público. Jamás acusa sin
pruebas. No acepta para sí, ni en nombre de terceros, comisiones o encargos
incompatibles con la integridad y la dignidad de la profesión. No falsifica los
documentos ni suprime las informaciones esenciales. Condena los delitos de
prensa.
El periodista honesto sólo acepta tareas
que no lesionen su integridad profesional. No acepta consignas de los
anunciantes. Investiga y difunde los hechos, sin prejuicios y sin intención
maliciosa. Se abstiene de trabajar en contra de sus convicciones o de revelar
sus fuentes de información. No promueve intereses particulares contrarios al
bien común. No se deja influir por motivaciones extrañas. Valoriza, honra y
dignifica el periodismo como profesión.
El periodista honesto no se deja sobornar bajo
ningún aspecto con: dinero, favores, donaciones, beneficios, dádivas, ventajas,
becas de estudio, viajes, privilegios, etc. No acepta retribuciones ni
beneficios a cambio de un artículo más que del medio de comunicación para el
cual trabaja. Se abstiene de toda publicidad comercial en sus artículos. No
acepta publicar anuncios que sean deshonestos, falsos o que conduzcan a error.
HUMILDAD
El
filósofo uruguayo Luka Brajnovic manifiesta al respecto lo siguiente: «En
periodismo, como en la vida, la humildad no sólo es una virtud, es también una
guía segura para reconocer los propios errores, para practicar la tolerancia,
para saber escuchar y oír a los demás, para vivir con sinceridad la convivencia
social. La soberbia puede ser brillante y la humildad opaca, pero la primera
refleja infaliblemente la injusticia y la otra la comprensión".
IMPARCIALIDAD E
INDEPENDENCIA DE CRITERIO
El
periodista procura ser en todo orden de cosas imparcial; imparcial en lo que
dice y escribe, en sus juicios de valor, en sus comentarios y análisis
críticos.
En
virtud del valor ético de la imparcialidad el periodista realiza su trabajo,
efectúa sus informes noticiosos exentos de opiniones con intereses subalternos.
El
periodista evita el indecoro así como el conflicto de intereses subalternos. Ejerce
su vocación periodística con imparcialidad, sin prejuicios o favoritismos hacia
nadie. Mantiene su independencia de criterio con independencia política e
independencia económica frente a grupos de poder, grupos de presión y el
Estado.
LEALTAD
La
lealtad sin dobleces, es una cualidad que inspira al periodista cuando hace
causa común con otras personas, a cumplir digna-mente los compromisos
contraídos.
Cada evento nuevo en la vida le reta a ser
sincero y leal de todo corazón, acto o pensamiento. Esto lo lleva a vivir y a
trabajar con la convicción de que las personas con quienes se relaciona son
dignas de confianza.
Por la lealtad con su centro laboral, con sus colegas y con los intereses de la
colectividad todos le extenderán la mano en los momentos más difíciles de su
existencia y le tendrán confianza tanto en lo que hace, como en su modo de
vivir.
LIBERTAD
El
profesional de la información defiende y promueve la libertad de la
información, del comentario y de la crítica. Aboga por la libertad de acceso a
todas las fuentes de información y para publicar noticias y comentarios sin
trabas ni limitaciones. Practica, defiende y promueve la libertad de conciencia
y de pensamiento, la libertad de opinión y de expresión, la libertad de prensa,
la libertad de reunión y asociación, la libertad de elección de trabajo y
remuneración justa, la libertad para determinar la vocación y actividad que
crea pertinente; defiende todas estas libertades como un derecho del pueblo
para alcanzar niveles de justicia, de bienestar y de felicidad. Las defiende
contra ataques e intrusiones que provengan del sector público o privado.
RESPETO
Todo
buen periodista practica, promueve y defiende el respeto a la vida privada de
las personas e instituciones de la comunidad donde vive y trabaja. Respeta los
valores nacionales, universales y la diversidad de culturas. Respeta la propiedad intelectual y la propiedad privada, la institucionalidad
democrática, los usos, tradiciones, costumbres, formas de vida de los pueblos y
los poderes del Estado.
Es propio del periodista: promover y
defender el derecho de los pueblos a escoger libremente y desarrollar sus
sistemas político, social, económico o cultural.; practicar el respeto a la
información con veracidad. y a las fuentes informativas obtenidas
confidencialmente.
En sus escritos el periodista guarda respeto a las
instituciones sociales: Familia, Iglesia, Estado, etc. y asimismo a las convicciones políticas, religiosas o
filosóficas del público al que se dirige.
Pero al mismo tiempo el periodista reclama a la
empresa donde labora y a la colectividad el respeto a sus ideas y creencias.
RESPONSABILIDAD SOCIAL,
JURÍDICA Y ÉTICA
El
buen periodista acepta la responsabilidad de sus escritos, textos,
informaciones, comentarios y las rectifica de comprobarse su falsedad. No evita
su responsabilidad descargándola en sus demás colegas de trabajo o en otras
personas. Publica el material informativo que conoce su origen. Actúa de
acuerdo al dictado de su propia conciencia. Asume la responsabilidad de todo
cuanto piensa, dice, difunde o hace. No publica informaciones sobre crímenes y
suicidios sin haber descubierto primero si existe razones para ello.
El periodista sabe dar a la persona
denunciada la oportunidad de hacer una declaración. Asume la responsabilidad
moral y legal de su forma de tratar la información, esto implica que debe
evitar la deformación o manipulación de las noticias con fines subalternos o al
servicio de intereses de grupos de presión o grupos de poder. No permite el
abuso de la libertad de palabra y de imprenta para falsas denuncias y amenazas
morales.
Para el periodista, el ser responsable quiere
decir que de sus acciones negativas y positivas e incluso de sus abstenciones,
deberá responder ante su público, ante la ley, ante la sociedad y ante la
historia, aceptando las consecuencias en todo caso. Adquiere con ello personalidad
propia, todos sus actos portan entonces un sello inconfundible. Hay
responsabilidad con acatamiento de decisiones y con voluntad de ser responsable
de sus actos.
Cuando un acto ha sido ejecutado pensamos
que su autor es responsable y debe darse cuenta de su conducta. Si su conducta
fue ajustado a las normas éticas, sentirá satisfacción, alegría, complacencia;
en caso contrario experimentará
la conciencia de la culpa, conciencia que surge como producto de la violación
moral y como consecuencia de ello se da la necesidad de sufrir el castigo o la
sanción, entonces el periodista siente decaimiento físico, sufre, se desespera,
por decir lo menos.
Y es precisamente que la responsabilidad
moral o responsabilidad interna es la obligación que tiene el periodista de
responder de sus actos ante su propia conciencia en forma personal. La responsabilidad
varía en función al grado de conocimiento y libertad moral, la premeditación,
la plena posición de sí mismo, la intensidad de la malicia que aumenta o agrava
la responsabilidad.
Pero hay otro tipo de responsabilidad, es
la responsabilidad jurídica o legal. Es la obligación que tiene el
periodista de comparecer ante los tribunales de justicia para responder por los
posibles delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, a fin de reparar
la violación del orden conforme lo dispone la ley.
Finalmente, existe la denominada responsabilidad
social. Para el periodista este tipo de responsabilidad significa la
obligación que tiene de comparecer al tribunal de la opinión pública, la que
falla sobre un número de sus actos exteriores que son producto de la función
profesional y es la opinión pública el que da su veredicto, de lo que resulta
en todo caso: admiración, estima, desprecio, indiferencia o indignación.
SOLIDARIDAD
El periodista solidario no solicita el puesto de
un colega si éste aún no ha pensado ni desea abandonarlo ni provoca la
expulsión de su puesto de trabajo ofreciéndose a trabajar con menores
exigencias. No atribuye a otro colega lo contrario de lo que él dijo o
escribió. Es consciente de sus deberes para con sus compañeros de profesión.
El periodista expresa su solidaridad a los colegas
que están perseguidos por defender su trabajo, su profesión y su vida. Se
dice que hay solidaridad periodística cuando la dicha de uno hace felices a
todos y su tristeza pone triste a sus demás colegas. El problema de un
periodista, si se practica la solidaridad, debe ser entendida como el problema
de todos los periodistas.
VERACIDAD
El
periodista como cualquier otro profesional en su compromiso con la sociedad, tiene
el deber y el derecho de expresarse libremente,
de saber, de conocer las cosas y los hechos del acontecer diario, de
informarse bien e informar de manera veraz al público, como portador del derecho a
la verdad. Jamás deforma la verdad por omisión, por error o por falso énfasis
Verifica sus informaciones antes de utilizarlas.
El
periodista tiene un compromiso histórico
con la verdad, con la sociedad, preferentemente con su público de
decirle la verdad por sobre todas las cosas, sin temor, sin complicidad con la
mentira ni con el dinero. Jamás debe considerar como verdad lo que tiene sólo
un cierto grado de presunción.
El periodista debe esforzarse
permanentemente por verificar la exactitud y la veracidad de los hechos
noticiosos, asegurando que la información a proporcionar al público sea exacta
respecto a los hechos ocurridos y si no pudiese hacerlo, debería indicarlo en
su artículo, escrito o comentario, aunque ello implique perder primicia,
popularidad, amigos e instituciones. Debe asegurar que ningún hecho informativo
sea voluntariamente distorsionado y ningún hecho especial sea deliberadamente
suprimido o aumentado.