PRÓLOGO
DE LA OBRA FILOSOFÍA DE LA
GLOBALIZACIÓN (UN CAMBIO DE ÉPOCA Y UNA
ÉPOCA DE
GRANDES CAMBIOS)
Escribe:
Dr. Jorge Lazo Arrasco
Gran Amauta del Perú;
Ex rector de la Universidad Garcilaso de la Vega
Un autor se consagra no
cuando es leído, sino cuando es releído. Tuve que leer dos veces el texto Filosofía de la globalización (Un cambio de
época y una época de grandes cambios), para sopesar las citas, hechos,
innovaciones, argumentos de pensadores, científicos, tecnólogos, etc., que
contiene este estudio, para hilvanar a la globalización con su filosofía. Sin
embargo, es bueno precisar que no se trata de exaltar la consagración del
doctor Eudoro Terrones Negrete como escritor y autor del libro, sino de subrayar
más bien el enjundioso contenido, cuidadosamente seleccionado en todos y cada
uno de los rubros elaborados.
Tratar el tema de la
globalización es introducirse en una maraña de opiniones, muchas de las cuales
son negativas y hasta condenatorias para ella. Pero no sólo es cuestión de
opinión, es más que todo relato de hechos y acciones de protesta. El diario La República daba cuenta que los
enemigos de la globalización económica han surgido de los extramuros de Wall
Street neoyorquino, de las favelas de Río, de los hippies de nuevo tipo, de
ecologistas, cibernautas antisistema, sindicalistas, socialdemócratas,
marxistas, etcétera; es decir, de los más diversos tipos de rango político y
social, muchos de ellos en trincheras opuestas, resultaron unidos, para
denunciar la globalización, como seudo orden económico que hace perpetuar la
bonanza del Norte desarrollado y el desmedro y la pobreza extrema en las
naciones del Tercer Mundo.
Han sido densas y masivas
las acciones de protesta. Las reuniones del Banco Interamericano de Desarrollo,
del Banco Mundial, de los presidentes de las Repúblicas, ministros de Economía,
etc., en Quebec, Zafra, Río de Janeiro, Porto Alegre, Washington, Praga, etc.,
originaron protestas populares, gritos como “Una cosa es la libertad de las
personas y la otra libertad del dinero”, “O juguemos todos o nos rompen la
madre”, “Piedra global, actúa en local”, etc. A esto se pueden añadir frases de
personas como la de Eduardo Galeano quien sostuvo que la globalización no es
sinónimo de libertad; la de Noam Chomsky, uno de los críticos más severos del
imperialismo, al decir que América Latina es una colonia económica; Eduardo
Gonzáles Viana (La globalización según
Valdemoro) la califica como “una diosa fantasma”, y, para no seguir citando,
Juan Pablo II expresó que “la mundialización no debe ser una nueva forma de
colonialismo, sino que debe respetar la diversidad de las culturas”.
De todo lo anterior se
puede inferir la serie de opiniones y rechazos que la globalización ha causado;
pero también ha tenido sus defensores. Son éstos últimos los que han llegado a
sostener que el país que no aprovecha los alcances de la globalización pierde
el tren de la historia.
La intención del doctor
Eudoro Terrones Negrete, al referirse a la imbricación de la filosofía con la
globalización, lo que pretende lograr es otorgarle a esta última un rostro
humano, o en otras palabras humanizar la globalización. No debe olvidarse que
la filosofía ha buscado desde tiempos antiguos, la esencia y la razón del
hombre, el porqué de las cosas y el quid del desenvolvimiento de la humanidad;
entonces es lógico que se otorgue un fundamento filosófico a tan controvertido
sistema como es el de la globalización, más aún, si se tiene en cuenta que ella
no sólo incide en el aspecto económico, sino también en el cultural y social.
Cuidadosamente escudriña
el doctor Terrones Negrete los diferentes matices de la globalización, desde el
origen conceptual, hasta la teoría de la sociedad global, pasando por diversos
enfoques, como el de las dimensiones, el análisis de las causas y
consecuencias, los caracteres inherentes a la vinculación con la economía, la
tecnología, la educación, cultura e, incluso, el Estado. Aparte de reclamarle a
la globalización amor por la verdad y el saber, cooperación, honestidad intelectual,
honradez, fraternidad, libertad, etc., lo cual está muy bien, le exige un
comportamiento edificante y trascendente.
No estaría completa esta
apreciación, sucinta y somera, sino me detuve para subrayar algunos epítetos
referidos al Capítulo III, sobre la Ética
en la Era de la Globalización.
Esto no significa que lo
anterior de esta obra no sea importante, por el contrario lo es como lo estoy
señalando.
Lo que ocurre es que el
doctor Eudoro Terrones Negrete, es un filósofo neto; como prueba están sus
libros de Filosofía publicados y que, en alguna oportunidad, también los hemos
comentado.
Con la ética, el doctor
Terrones está defendiendo la dignidad humana, tan venida a menos, en los
últimos tiempos, aunque las referencias históricas también las señalaron, con
el esclavismo, la discriminación y los abusos de los patrones.
El doctor Terrones ubica
a la Ética como una rama de la Filosofía, lo cual está bien, dado que se trata
de la reflexión referente a los hechos morales o a las acciones morales de las
personas; pero, en el fondo la ética es el modo de comportamiento o la conducta
del hombre.
Lo novedoso de este
capítulo es que el autor lo enfoca, desde diversos ángulos; y allí radica la
mayor importancia, porque lo hace con énfasis y con criterio realista y por lo
mismo, hasta metafísico, porque a medida que uno lee estos enfoques surge las
preguntas: ¿Qué hay más allá de la Ética? ¿Existe verdaderamente la Ética
ciega? Y la respuesta es: “Claro que existen aquellos valores negativos y hasta
contraproducentes”.
No se incurre en
hipérbola cuando se afirma que estamos viviendo en una sociedad desvalorizada,
carente de ética, de virtudes, de deontología y de vergüenza. Esto concuerda
con lo que se denomina inmoral.
Estamos adscritos a la
sociedad del “Tener”, no del “Ser”, donde el hombre vale por lo que posee, no
por lo que es; y el que “Posee” domina y abusa. Incluso los que llegan al
Gobierno, no saben que gobernara sólo significa “guiar”, no “dominar”. La lista
de tiranos y dictadores, en la Historia del Mundo es conocida y, por cierto,
criticada.
El doctor Terrones
Negrete trae un concepto muy suyo, referido en lo que él llama Ética light, es decir a la época de
descrédito de lo absoluto, como producto de una nueva idolatría, la del capital
o de una nueva “Religión”, la del mercantilismo.
Y al referirse a Internet
que, en apenas 28 años ha dominado al mundo, se ha impuesto con sus propios
elementos, se ha apoderado de la ciencia, de la cultura, la recreación y hasta
el sexo, esta novedad, con su propia metodología, el Dr. Terrones critica el
“vandalismo cibernético” (virus, hackers), es decir la relación entre lo
público y lo privado, la privacidad y el uso de las cámaras ocultas.
Muy objetivo, bastante
lúcido y motivador constituye este Capítulo de la Ética, que es parte final de
tan valioso texto.
La Ética es un tema
profundamente comentado, incidiendo en la necesidad de su práctica y aplicación
constante, pero se la soslaya, se la ignora, incluso se la desestima y se la
critica; por ejemplo, se dice que lo que
es ético en un país, no lo es en otro; se cita, verbigracia el caso del
matrimonio, que resulta legal casarse dos o tres veces en un determinado lugar,
cuando es prohibido y hasta un delito, hacerlo, en otros países.
La literatura sobre los
derechos humanos es amplia y profunda, las reuniones en el más alto nivel de
las repercusiones mundiales, ha tocado el asunto, con puntos de vista
distintos, pero encaminados a lograr, lo que al parecer, resulta una utopía
respetar los derechos humanos.
Ha sido un acierto, la
iniciativa del doctor Eudoro Terrones Negrete, al dedicar todo un capítulo al
análisis, al sustento y a la defensa de la Ética, porque ella es la base no
sólo de los derechos del hombre, sino también de la dignidad humana, del
prestigio personal, del comportamiento y de la conducta.
Hace falta una cultura de la Ética, la misma que
debiera ser cultivada, enfatizada y divulgada por los centros educativos, por
los propios Organismos del Estado y por los medios de comunicación; pero no en
una campaña pasajera, sino constante y con tenacidad.
Los Diez Mandamiento de
la Ley de Dios, contienen todo un bagaje de cómo debe ser el comportamiento
humano, en otras palabras, es todo una ética, conjunto de valores eternos, nada
difícil de practicar. Es cuestión, en todo caso, de práctica educativa y de
expresión elevada de la personalidad de cada cual.
En suma, el trabajo
intelectual del doctor Terrones Negrete es valioso e inédito. Además de la
proficua recolección de datos e informes científicos y tecnológicos de
actualidad, cabe resaltar el sentido proyectivo y futurista que le otorga,
siempre que su aplicación busque el bienestar y progreso a que tienen derecho
los pueblos del mundo.
Saludamos este nuevo
aporte bibliográfico del doctor Eudoro Terrones Negrete, augurándole mayores y
mejores éxitos a su singular producción intelectual. Lo real es que esta
reflexión sobre Filosofía de la
globalización (Un cambio de época y una época de grandes cambios), es, de
hecho, un inevitable texto de consulta, no sólo para docentes y estudiantes
universitarios, sino para toda persona inquieta por deslindar lo que es y lo
que debe ser la globalización.
Una vez más, nuestra
congratulación especial al doctor Eudoro Terrones Negrete, bastión irreductible
de la cultura filosófica en el país.
Lima,
20 de marzo del 2010.
Dr.
JORGE LAZO ARRASCO
Gran
Amauta del Perú;
Ex rector de la Universidad Garcilaso de la Vega.