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11 de abril de 2020

LA ESCUELA PITAGÓRICA Y SU CONCEPCIÓN DUALISTA


LA ESCUELA PITAGÓRICA  

Y SU CONCEPCIÓN DUALISTA

Escribe: Eudoro Terrones Negrete



La escuela pitagórica o Itálica fue fundada por Pitágoras de Samos. Esta escuela filosófica presocrática, llamada también Escuela Itálica, postula una concepción dualista, en contraposición de la concepción monista de los jónicos, según la cual la causa del origen de los seres y fenómenos de todo cuanto hay en el universo son los NÚMEROS. Todo esto es producto de la unidad absoluta o sea el número UNO. Así decía: UNO, es el punto; DOS, forman la línea; TRES, forma la superficie; CUATRO, un sólido, etc.

El alma es un número que se mueve y que procede de la unidad primera que es Dios.

Los pitagóricos comprendieron que la naturaleza es orden y armonía, que todo el universo está formado por diez corpúsculos dispuestos alrededor de un fuego y que se mueven por tal armonía que los seres humanos no logramos percibir.

Michele F. SCIACCA, en su obra “Historia de la Filosofía”, señala: “Pero hay algo que agregar. Que los pitagóricos no sólo enseñan la metempsícosis, sino también la metemcósmosis. Para ellos según esto, el cuerpo es la tumba, la cárcel del alma, la cual con la muerte, y después de haber expiado sus culpas unida a otros cuerpos, se reúne, en la vida ultraterrena, con el UNO, que anula en sí todas las antítesis”.

Aristóteles, en el primer libro de su obra “Metafísica”, se refiere a esta importante escuela en los términos que siguen: “Se llama pitagóricos a quienes primero se aplicaron a las matemáticas y las hicieron adelantar. Alimentados con tales estudios pensaron que los principios de las matemáticas son los principios de los seres. Como en matemáticas son los números, por su naturaleza, los primeros elementos, creyeron ver los pitagóricos, en los números, muchas analogías con lo que es y lo que nace, más bien que en el fuego, la tierra y el agua. Por ende, determinada combinación de los números les pareció ser la justicia; otra diferente, el alma y el espíritu, y así con todo lo demás. También vieron en los números las combinaciones y las leyes de la música. Por tanto, he aquí su doctrina; el número es el principio de los seres, y de algún modo, su materia, que constituye sus modificaciones y estados. Los elementos del número son el par y el impar; el uno es determinado y el otro indeterminado”.

El pitagorismo se caracteriza, además, por su elevado sentido místico-religioso afín con el orfismo. Sus miembros practicaron la abstinencia. Su máximo representante fue Pitágoras de Samos.

PITÁGORAS DE SAMOS

Concebía el número concreto ligado a alguna cosa, no un número abstracto e independiente. Concebía el número en PAR, IMPAR e IMPAR-PAR. Para Pitágoras la armonía es el número ocho (8), debido a que ocho son las notas de la escala musical y ocho son los planetas que al moverse en el universo dan la musicalidad de los espacios infinitos, de aquí provino la idea de la “música de los astros” que cantaron los poetas de la antigüedad.

De lo UNO procede la dualidad de lo Par y lo Impar, y de esta dualidad procede la multiplicidad de las cosas.

“Por sus lucubraciones sobre el número –refiere Horacio Urteaga[1]- Pitágoras es considerado el más grande propulsor de los estudios de las matemáticas puras y de la teoría musical; como creador del sistema. Pitágoras desarrolla una filosofía de carácter físico y metafísico a la vez; atento a la naturaleza, pero desconfiado de las apariencias, creyó encontrar en el símbolo de los números el origen del mundo; en este sentido, aunque no pertenece a la escuela de los físicos, inicia las disciplinas metafísicas y morales”.

Pitágoras es el primer pensador de la humanidad en calificarse como “un amigo de la sabiduría”, es decir como un “filósofo”, y en reconocer que ningún hombre podía ser sabio, toda vez que esta denominación corresponde solamente a Dios.

La filosofía matemática de Pitágoras puede ser considerada como la precursora de la filosofía dialéctica de Hegel e inclusive de la filosofía marxista, de la corriente del evolucionismo.








[1] Urteaga, Horacio H. Historia de la Civilización-La cultura griega, Tomo I, 3ª. Edición, Librería e Imprenta Gil, S.A., Lima, 1944.






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