EL PERIODISMO DE
HUMOR
Escribe: Eudoro Terrones
Negrete
Al coronavirus también se le gana con humor, por ejemplo, con estos memes virales.
El Diccionario de Oxford define el
humorismo como la "Facultad de percibir lo que es ridículo o divertido, o
de expresarlo por escrito, de palabra o en otro género de composición; no es lo
mismo que la simple comicidad (wit), porque es menos intelectual y por
poseer una calidad de simpatía que lo acerca, a veces, a lo patético"
El periodismo de humor sirve no sólo para
divertir sino también para promover ideologías, creencias, doctrinas,
políticas. Se utiliza el chiste elegante para decir muchas veces cosas que no
se podría decir en forma pública. «La verdad dicha como mentira - expresa J.
Gutiérrez Palacio en Periodismo de Opinión - provoca en el público la
satisfacción de reírse y aun de vengarse de alguna mentira difundida como
verdad»
Lo humorístico compendia una mezcla de
comicidad, de ironía y de lirismo, de lo tierno y lo comprensivo, combina la
pasión con la indiferencia, lo alegre con lo triste y toma como base de sus
elucubraciones la contradicción aparente o real de las cosas y las ideas. Así
se crean aspectos, actitudes y situaciones peculiares que presentan contrastes
e incongruencias que nos sorprenden y mueven a risa.
Para producir humorismo es necesario que el
periodista tenga cierta dosis de emoción, pues humorismo es sentimiento y
comicidad. El periodista-humorista no hiere a nadie. Diríamos que su risa es
benévola, melancólica o amarga, pero jamás mordaz. El periodista-humorista ve
lo que el común de las personas no alcanza a percibir: el ángulo humorístico de
las cosas y de los hechos noticiosos, por lo que el periodista requiere un gran
conocimiento de sus semejantes, del hombre en general, y una aguda observación.
Grandes humoristas son Shakespeare, Thackeray, Dickens, Oscar Wilde,
Bernard Shaw y Chesterton, Rabelais, Richter, Swift, Sterne, Mark Twain, entre
otros.
Modelo
de humor
He aquí, como ejemplo, un maravilloso
pasaje de HEINE de una carta a Carolina Jaubert:
"Tengo curiosidad por ver a la señora
de Grignan convaleciente de nuevo. Habrá adelgazado mucho y la delgadez le
dará, sin duda, un nuevo encanto. Al fin y al cabo, la carne oculta la belleza,
que se revela en su esplendor ideal después de una enfermedad. Por mi parte, a
estas horas, me veo adonizado hasta lo esquelético. Las mujeres bonitas se
vuelven, por la calle, al verme pasar; los ojos cerrados (del derecho sólo
tengo abierto una octava parte), las mejillas hundidas, la barba delirante, el
andar inseguro, todo me da un aspecto de agonizante que me sienta bien. Le digo
que estoy disfrutando de un gran éxito de moribundo".