DEMOCRATIZACIÓN,
PLURALISMO Y CONCENTRACIÓN DE MEDIOS
En la actual sociedad global
de los antivalores, caracterizada por condicionar la dignidad del ser humano a
la economía, por ser exclusivista y excluyente socialmente y por no respetar la
línea divisoria que debe existir entre información periodística y aviso
publicitario, no resulta extraño que la acumulación de la riqueza y del poder político
sean los factores de manipulación de la información y de las conciencias colectivas,
con afectación a los derechos fundamentales de las personas y del bien común.
A la tradicional etapa del
pluralismo en la difusión de la información y a los intentos de democratización
de medios de comunicación, se impone ahora la concentración de medios, la
fusión de las grandes empresas productoras de contenidos, orientados a
desaparecer dicho pluralismo.
En la política expansiva de
dominar el mercado, los grandes medios empiezan a afectar el derecho que tienen
los destinatarios de la información de escoger y elegir el medio de su
preferencia.
Ahora las libertades de ser,
de creer, de discernir, de pensar y de expresarse libremente están siendo
desplazadas por la libertad del mercado, que materializa la vida del ser
humano, acrecienta y consolida los intereses y beneficios de los grandes grupos
de poder económico.
La competencia encarnizada
de intereses entre los que más tienen y más pueden sólo beneficia a unas pocas
personas en contra de los intereses de las mayorías. Situación ésta que condena
a los destinatarios de la información a vivir en permanentes dilemas éticos.
La compra de un
significativo porcentaje de las acciones de EPENSA por el grupo El Comercio dio inicio al gran debate
nacional sobre la concentración de la prensa escrita en el Perú y las consecuencias
nefastas que produciría, si dicho porcentaje tiende a incrementarse en el
futuro.
Recordemos que el Consejo de
Ministros de Europa no se equivocó cuando advirtió en 1991 que la concentración
de la propiedad de los medios «podría ser perjudicial para la libertad de
información y el pluralismo de opiniones, así como para la diversidad de las
culturas».
La Constitución política de
Perú, en su artículo 61º,determina que “El estado facilita y vigila la libre
competencia. Combate toda práctica que limite y el abuso de posiciones
dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni
establecer monopolios. La prensa, la radio, la televisión y los demás medios de
expresión y comunicación social; y, en general, las empresas, los bienes y
servicios relacionados con la libertad de expresión y de comunicación, no
pueden ser objeto de exclusividad, monopolio ni acaparamiento, directa ni
indirectamente, por parte del Estado ni de particulares”.