TEORÍA PEDAGÓGICA DE LA NO DIRECTIVIDAD
Carl R. Rogers, nacido en 1902, es un psicólogo
estadounidense propulsor de la denominada pedagogía de la no directividad o del
enfoque «centrado en el alumno».
No directivo es el método de enseñanza que ayuda al
alumno a hacerse cargo de sí mismo y sólo «funciona» si el que ayuda está
centrado en sí mismo y a la vez en el otro, evitando riesgo de autoritarismo y
narcisismo.
Para elaborar su teoría parte del presupuesto de la
confianza optimista en la capacidad del hombre para autodeterminarse, para
auto-desarrollar las propias potencialidades internas, en un proceso dinámico
que tiende a una madurez única e irrepetible.
Para esta teoría pedagógica, para el hombre no hay
otro legislador que él mismo. En la teoría psicopedagógica de Rogers,
psicoterapia y aprendizaje son dos aspectos de una misma realidad.
Los objetivos concretos de su pedagogía son
resumidos por Rogers como sigue: «El objetivo es ayudar a los estudiantes a
convertirse en individuos capaces de actuar por propia iniciativa y de
responsabilizarse por dichos actos, elegir con espíritu crítico, con capacidad
para evaluar las contribuciones ajenas, poseer conocimientos pertinentes a la
solución de problemas, adaptarse con flexibilidad e inteligencia a nuevas
situaciones problemáticas... ir aprendiendo una manera flexible de encarar los
problemas utilizando toda la experiencia pertinente en forma libre y creadora,
y cooperar eficazmente con otras personas en estas actividades»».
En definitiva, para Rogers, el encuentro educativo,
centrado en la persona, deberá tener como finalidad última ayudarle a actuar y
trabajar solamente en función de sus propios objetivos individuales y sociales,
sin buscar la continua aprobación externa de los demás. Decía: «Que cada uno
llegue a ser lo que es capaz de ser» Para Rogers, la confrontación del alumno
con sus propias preguntas será la que ponga en marcha su búsqueda.
El papel del educador debe ser esencialmente
facilitador del aprendizaje, sin control excesivo sobre el niño, creándole
situaciones motivadoras, tratando que el niño logre una imagen positiva de sí
mismo.
Las cualidades más destacables que han llamado la
atención de quienes han observado a los niños vivenciadores de este currículo
son: seguridad en sí mismo, creatividad muy desarrollada, objetividad para
reconocer errores, responsabilidad en la tarea que asumen, generosidad y
compañerismo amplio, alto desarrollo expresivo y alegría al elegir libremente
su actividad, manifiesta Pizarro Chávez (1995:117).