JESÚS
Y SÓCRATES
Escribe:
Eudoro Terrones Negrete
A lo largo de la historia
nos encontramos con personajes excepcionales: Jesús, Sócrates, Buda, Lao Tse, Confucio,
Einstein y Gandhi.
Se dice por ejemplo que así
como Jesús, que sin estudiar nunca teología revolucionó el mundo de la
teología, de similar manera Sócrates revolucionó el mundo de la filosofía, sin
haber estudiado filosofía o sin haber tenido un título profesional universitario
que certifique sus estudios.
Así como no sabemos si el
Jesús histórico dijo verdaderamente lo que ponen en su boca Mateo y Lucas, no
podemos estar seguros de que las palabras de que Platón pone en boca de Sócrates
fueran verdaderamente pronunciadas por él hace más de dos mil quinientos años.
Resulta que Sócrates, el
gran filósofo griego, es el personaje más enigmático de toda la historia de la
filosofía y de la humanidad y que más influyó en el pensamiento europeo y
occidental. Y Jesús es el personaje que más influyó en el pensamiento de la
humanidad.
Nadie podrá negar que
Sócrates fue el buen soldado, el excelente ciudadano por su sabiduría y
conducta moral. Fue el más grande filósofo autodidacta de todos los tiempos, el
maestro ejemplar, el profeta incomprendido en su época. Algún escritor había
dicho, no con poca razón, que Sócrates fue “Un mártir de Dios en la profana
Grecia”.
Sócrates abogó por la ”aristocracia
intelectual”, al postular que los
gobernantes deben ser los mejores, los más ilustrados y ejemplares ciudadanos.
Sócrates tuvo la particularidad
de no escribir nada, jamás escribió una sola letra y una sola obra. A pesar de
ello, Platón que era uno de sus discípulos predilectos, divulgó su pensamiento
y obra a través de sus famosos e inmortales “Diálogos”.
Sócrates creía en la
superioridad de la discusión sobre la escritura. Luchó contra el relativismo de
los sofistas y profesó el intelectualismo moral. Enseñó a la juventud y a su
pueblo, sin cobrar un solo centavo. Utilizó el arte de alumbrar los espíritus,
que consistía en lograr que el itnerlocutor descubriera sus propias verdades. Capacitaba
a los ciudadanos para actuar de manera virtuosa y alcanzar el bienestar
individual y colectivo. Promovió el autoconocimiento, el conocimiento de uno
mismo como condición básica para conocer a las demás personas.
A través de sus sabias enseñanzas,
Sócrates se opuso a la concepción tradicional de la justicia, como una forma de
hacer beneficios a los amigos y perjuicios a los enemigos, y defendió la
justicia multidimensional y para todos.